Hola este es un fic corto que hice para probar mis habilidades para escribir fics se lo dedico a una amiga en especial que me ayudo mucho para escribirlo fue como mi beta reader, fuyu no hana, tiene una cuenta en el deviant art y se que debe estar esperando que publique el fic y ler lo que puse XD
Tu sabes te agradezco mucho por ayudarme a escribirlo y sobre todo por motivarme a publicarlo.
Disclaimer: Bleach no es mio, lastima la saga arrancar hubiera terminado hace años.
Itinerario_ para_llegar_a_un_beso
Capitulo I
Ciudad de Karakura, residencia Kurosaki, 1 de abril, 6:00 AM
El sol se colaba en tenues rayos a través de las cortinas de su habitación, en la cama solo se distinguía la plácida respiración de su ocupante, sumido en el más profundo sueño, un muchacho de extravagante cabello parecía esbozar una sonrisa mientras murmuraba lo que serian incoherencias para quien desconociera el motivo de su expresión.
Ichigo se encontraba en medio de un campo con aire primaveral, todo estaba cubierto de flores, hasta la rama más pequeña se cubría en un tono rosa pastel de ensueño, un azul radiante cubría el cielo carente de nubes, su cuerpo era bañado por la cálida luz del sol, el aire era como una tenue brisa que jugaba con sus cabellos y los mecía suavemente, la sensación al estar allí era de lo más agradable e indescriptible, sin embargo… algo más adornaba aquel pacifico lugar, se acercó lentamente al sitio donde vio un brusco movimiento entre los arbustos, entonces la vio.
—Rukia... —estaba intrigado, ¿qué hacia ella en su sueño?, es más, por qué diablos estaba consciente de que estaba soñando con ella, que clase de estúpido sueño era, o es que acaso el quería soñar con ella, sacudió su cabeza para espantar aquellos hostigosos pensamientos.
—¿Qué haces aquí? —eso era realmente una pregunta estúpida, pero alguien debía hacerla.
No recibió respuesta alguna, la menuda mujer, lo único que hizo es verlo como si estuviera demente; en ese momento noto algo que había pasado desapercibido antes, era la ropa que llevaba puesta, no pudo ocultar su sorpresa más aun cuando ella se puso de pie y pudo ver su vestimenta -si es que se podía llamar de esa forma- en todo su esplendor, era como la de un hada (o al menos eso parecía) un vestido de color plata extraño, en corte imperio sujeto de finas tiras que caían sobre sus hombros y brazos, tan corto que podía llegar a ver sus bragas en el borde de la asimétrica falda, el vestido apenas cubría su pequeño cuerpo; para completar la indumentaria, en sus brazos llevaba brazaletes dorados con diamantes incrustados que a la luz del sol, daban distintas tonalidades formando el arco iris más perfecto, en su cuello, un simple dije en forma de media luna y en su cabello una diadema de flores complementaban su atavío, era un hada perfecta, o eso consideraban sus ojos aunque le faltaran sus alitas
Varios de los más oscuros pensamientos de un hombre cruzaron en fracción de segundos por su mente, sentía el carmesí cubrir sus mejillas, y una extraña emoción que se acumulaba en su estomago y otros lugares, no podía creerlo, si alguien pudiera leer sus pensamientos no sabría decir si era él en realidad, tenía que alejar esas ideas de su mente, no era prudente ni tampoco razonable, la menuda chica pelinegra era su amiga incondicional, su confidente, era alguien especial a quien debía proteger y sobre todo respetar y no mirar de forma tan indecente. Y eso era justamente lo que haría, la respetaría a como diera lugar.
—Rukia… de… ¡¿Qué diablos te disfrazaste?! —pregunto en un estado de repentino enfado.
Estaba emocionado por la extraña fantasía, pero no le gustaban nada sus pensamientos, exigía saber el motivo para llevar tan escasa y provocativa ropa, y ella se lo diría.
— ¡Idiota!... —la pequeña hadalo había insultado— ¿Cómo voy a saberlo? ¿Este es tú sueño?
— ¿Qué has dicho, niñita tonta? —mascullo con sorna.
—Lo que has oído, ¡imbécil!
Qué forma de arruinar el ambiente, ella solo tenía que abrir su bocota, por qué no la soñó muda así no hubiera arruinado la atmósfera, ¡un momento! ¿Qué atmósfera? ¡No!, él no podía pensar en aquello, se suponía que debía averiguar la razón de su "disfraz"; pensar en "atmósferas", solo podía significar que él era un pervertido, si la verdadera Rukia se enterara de sus extrañas fantasías lo mataría.
—Sí, supongo que lo es —contesto, llevándose una mano detrás de su cabeza— pero entonces y la ropita…
—¿Qué tiene mi ropa? —contesto con inocencia.
—¿Cómo que…qué tiene? —replico indignado y abochornado por la situación— tienes muy poca ropa… ¡¡ponte algo encima, Rukia!!
Eso era todo le tenía que gritar que se cubra con algo, pero porque diablos le gritaba a un sueño, se supone que esa muchacha al frente suyo no es ella, no es Rukia, lo que tenía que hacer era reaccionar como cualquier otro chico de su edad, pero incluso en sus sueños era torpe para dirigirse a ella.
—¿Quieres que me cambia de ropa?—pregunto. Dio un suspiro.
—Ss…si… —tartamudeo su respuesta.
—Ok… si eso quieres, es tú sueño, tú mandas —pronuncio de manera alegre. Ichigo solo asintió.
Aún tenia que pensar porque rayos estaba soñando con Rukia, pero sus instintos básicos le decían que aprovechara la oportunidad, aunque su conciencia decía otra cosa, estaba dispuesto a forzar su despertar, pero no podía hacerlo, había algo en su interior que le pedía seguir soñando.
—Bien Ichigo, ¿qué clase de ropa quieres que use? —dijo alegremente, pero con un tono extrañamente seductor.
—Pues… lo que sea… ¡solo usa algo más decente!
—Si tú lo dices… usaré lo que tú desees
Llevo su mano, hacia un lazo de la tiritas que sujetaban sus pequeño vestido y comenzó a deshacerlo, el joven pelinaranja, había comenzado a sudar ante la aparente intención de su menuda amiga.
—Rukia…
—¿Qué sucede, Ichigo?¿no querías que usara otra ropa? — pronuncio provocativamente.
—Si… quiero, pero tú… esta… —señalando el vestido que la chica llevaba— tú… te estas… desvistiendo aquí
—Si eso creo —dijo con una sonrisa
No encontraba palabras, se habían atorado en su garganta la chica se estaba desvistiendo en sus narices y él no podía detenerla (más bien no quería hacerlo), de repente sintió calor, mucho calor, sentía que su cuerpo hervía, y decidió por un momento disfrutar de su extraño sueño "al fin y al cabo es todo un sueño" pensó mientras se dedico mirar fingiendo desviar la vista con el rostro enrojecido.
—Ichigo…
—Si… —pronuncio apenado.
—Despierta
—¿Qué?
—Despierta —repitió
—Despertar…¡no!… ¡no quiero! —pronuncio con enfado— aún quiero ver.
—Será en otra ocasión
—Despierta…
—Espera… cuando…
—Despierta… Ichigo… despierta.
El hermoso mundo lleno de flores, y la linda Rukia, se desvanecía a su alrededor siendo invadido por una intensa luz.
Abrió lentamente los ojos y de repente, encontró a la razón de sus sueños y su dolor de cabeza mañanero.
Ciudad de Karakura, residencia Kurosaki, 1 de abril, 6:18 AM
Abrió lentamente los ojos y de repente, encontró a la razón de sus sueños y su dolor de cabeza mañanero.
— ¡Oi ¡¡Ichigo!! ¡¡Ichigo!! —insistía una joven de cabello negro
—No… aún no… espera —murmuraba entre sus sueños el joven pelinaranja, mientras se movía bruscamente entre los cobertores.
—¡¡Ichigo baka!! ¡¡Despierta!! –el muchacho recibió una patada en las costillas que lo hizo caerse de la cama con todo y cobertores; al abrir sus ojos mientras se tocaba la parte afectada pudo mirar fijamente a la razón de su dolor.
Por un breve momento, recordó su reciente fantasía, no pudo evitar el sonrojo, en sus mejillas al verla tan cerca de él. —Estúpida, Rukia, despertarme justo ahora.
—Ichigo, ¿estás enfermo? —comentó un tanto preocupada— estas todo rojo, tienes fiebre.
No podía creerlo su estúpido cuerpo lo había delatado, no sabía que contestar, así que desvió la mirada y con ello también el tema de conversación hacia sus reclamos, por su repentino e inoportuno despertar.
—¡¿Qué quieres maldita loca?! Acaso no ves que estoy durmiendo, no molestes enana. Vete a fastidiar a otra parte —lo único que recibió fue otra patada.
—¡Idiota, acaso no sabes qué día es hoy! — grito la muchacha
La mirada del muchacho era una rara mezcla de ira, confusión y dolor.
—No… ¿qué día es hoy? —pregunto frunciendo el seño, sin embargo su expresión fue reemplazada por una de temor hacia la chica que lo observaba con unos ojos llenos de furia.
—Tú, dijiste que me llevarías a una tienda de mascotas y me comprarías un conejo —reprocho con un aura maligna a su alrededor, mientras, lo tomaba del cuello de su camisa y lo acercaba a su rostro.
Ichigo, no podía pronunciar palabra, no por el tono amenazador de la ojiazul, sino por el hecho de su cercanía, sus mejillas comenzaron a sonrosarse.
De repente lo soltó; saco su pequeño y blanco pañuelo, las lágrimas pronto aparecieron en sus ojos, y de una forma triste y decepcionada balbuceó con la vocecita que tanto le disgustaba al joven blondo.
—¡Oh! Ya veo, Kurosaki kun, no cumple sus promesas, tendré que ir yo sola, ya que no quieres acompañarme o tal ves…
—¿O tal vez? ¿Qué, Rukia? —musito el muchacho desconcertado ante la nueva mirada de alegría e ilusión de la chica
—Le pediré a Kojima kun, Asano Kun, o a Renji que me acompañen… ¿crees que uno de ellos acepte? —le dijo de repente muy animada, se podía ver un brillo en sus ojos, algo que no paso desapercibido para Ichigo que empezó a irritarse rápidamente
—Claro, aceptaran —pronuncio irónicamente tranquilo.
—En serio, entonces les preguntaré
—¡Ni en tus sueños! —Fue el grito del muchacho, acaso ella no conocía el sarcasmo
—¿Por qué no? Tú dijiste —dijo con tristeza. Estaba muy emocionada con la idea de un conejo de mascota y ahora quien se lo había prometido no quería acompañarla ni dejar que alguien más lo hiciera.
—¡Porque no!, además, todos ellos son hombres, ¿Por qué irías con ellos? —manifestó su pregunta dejando en claro su desagrado ante sus ideas.
—Pues Inoue, está fuera de la ciudad, y con Arisawa, no somos tan allegadas además dijo que iba a tener un torneo
Sabía que Tatsuki, no podría acompañarle por su torneo, además ella no era para esas cosas, en cambio Orihime, era distinta ella claro que la acompañaría, pero había viajado el fin de semana a casa de sus parientes, entonces solo le quedaba Ichigo, que después de todo había sido quien le ofreció su pequeño Chappy mascota. Ante la idea sus ojos comenzaron a brillar con ilusión.
—¿y ahora qué le pasa? —pensó el muchacho confundido por la bipolaridad de la joven que se encontraba en su habitación.
—Ya veo, Inoue no está y Tatsuki no puede —dijo mientras se llevaba la mano a su cabeza.
—Pero eso no responde a la pregunta, acaso no hay otros chicas con quién puedas ir. Y otra cosa porque con ellos precisamente, que hay de Chad, el podría acompañarte.
Si porque no su mejor amigo, Yasutora Sado, él era confiable y respetable no como la lista de posibles candidatos a acompañantes.
—¡eh! Sado… la verdad no lo había pensado.
—¿Por qué no?
—Pues no creo que él se preste para esas cosas
—¡Y yo sí, ¿no es así? por eso me molestas!
—Tarado, duerme lo que quieras, iré con, Renji.
—Crees que Byakuya, le dejará el día libre para que se pasee con su hermanita, como si nada.
Algo en su mente le hizo ver la realidad de las palabras del mal humorado muchacho.
—¡Idiota!
—¡No me insultes!, ¡tonta!
—De todas formas, yo iré contigo, te lo prometí, entonces solo déjame prepararme e iremos a la estúpida tienda, por el odioso conejo, ¡que TÚ cuidaras, alimentaras, aseares, y limpiaras todos los desastres que cause, entendido! —afirmo con completa seguridad y arrogancia.
—No tienes que gritarme se perfectamente lo que tengo que hacer imbécil, ahora levántate de una vez, vístete y… vamos por Chappy Junior —lo ultimo lo pronuncio con profunda serenidad e ilusión.
—Está bien… loca —susurro
El chico hizo un ademan en intención de levantarse del piso cuando vio algo que despertó su ira adormecida, le hecho una breve mirada al reloj junto a su cama, cerró los ojos y volvió a hacerlo, luego llevo sus manos a su cara y grito con furia.
—¡¡RUKIA!! —la chica dio un salto de susto.
— ¿Qué te pasa porque gritas?
—Dime —murmuro tomando aire y prosiguió con toda la calma que podía encontrar en ese momento— ¿Qué hora es?
La joven de cabellera oscura se acerco al reloj miro al muchacho completamente animada y musito —las seis y treinta ¿por qué?
El shinigami no podía controlarse, eran las seis y media de la mañana en un día domingo y la obsesionada con conejos lo despertaba del mejor sueño de su vida.
Sin más que poder hacer y tomando un autocontrol jamás visto en él, pronunció —la petshop abre a las 10am, no molestes y déjame —pronuncio con resentimiento, pero relativamente calmado mientras se volvía a recostar en su preciada cama, tal vez podría recuperar el sueño que había tenido.
La aparente niñita, por unos segundos se quedo pensando en el silencio de la habitación, algo tramaba eso era seguro, el silencio de parte de la chica no le gustaba para nada al muchacho que yacía debajo de sus mantas
—¿Qué diablos está tramando? —pensó
Entonces después de dos largos minutos sintió los pasos de la chica alejándose de la alcoba; desconcertado y llevado por su curiosidad retiro un poco las mantas para observar el lugar, sintió un leve escalofrió y trago saliva, todo estaba muy raro, esa situación no le gustaba para nada, espero unos minutos más, nada ocurrió.
—¡Muy bien! ¿Qué es lo que pasa? – pronuncio para sí, al tiempo que se levantaba del lecho y se dirigía hacia la puerta de su habitación.
—Toda esta muy raro, cero peleas, no reclamos, demasiada tranquilidad — pensó
Toma la perilla de la puerta, la giro y de repente recibió una patada voladora de parte de su progenitor.
—¡¡ICHIGO BAKA!!
—¡¿Qué le hiciste a Rukia-chan?! — pronuncio entre lágrimas el mayor.
—¡¿De qué diablos hablas viejo loco?!
—Rukia chan esta abajo llorando diciendo que has incumplido con tú promesa —pronuncio su padre mientras trataba de darle otra patada, el muchacho rápidamente la evito e imitando su movimiento lo envió al otro lado de la habitación.
—¡Masaki!, nuestro hijo es un patán que no cumple sus promesas, ¡he sido un mal padre! —sollozaba a un pequeño retrato de su esposa que llevaba en sus bolsillos.
—¡¿Con que era eso?! —grito febrilmente como para que la razón de sus problemas lo escuchase hasta la planta baja.
Mientras bajaba rápidamente por las escaleras pudo verla muy sonriente sentada en el comedor junto a sus hermanas
—Hola Ichi nii, linda mañana, no – musito la jovencita de menor edad de cabello negro.
Ok, espero que les haya gustado en si el fic esta terminado, pero aun tengo que arreglar detalle, por eso no serán muchos capítulos.
Ya saben se aceptan sugerencias de toda clase o las mas crueles.
De nuevo gracias fuyu no hana
