A Rose le gustaría que su primer beso –porque el contacto labial con Jimmy Jones en la guardería muggle no cuenta para nada- no fuese con ese estúpido arrogante, ni en ese pasillo vacío, con un saliente de la pared incrustándose en su espalda y su sonrisa de suficiencia brillando en la oscuridad.

Es su décima ronda de Prefectos del año y Rose no se explica –de verdad que no se explica- como han podido llegar a esa situación. Ella contra la pared, sin poder moverse, y Scorpius Malfoy con los brazos extendidos a ambos lados de su cabeza, muy, pero que muy cerca.

"¿Qué…qué haces?" A Rose le gustaría también que su voz no titubease, pero hay tantas cosas que le gustaría ahora mismo que ya ha perdido la cuenta.

Scorpius la observa lentamente, con su sonrisa ladeada, provocando que un escalofrío le recorra la espalda.

"¿Nerviosa, Rose?"

Es la primera vez que la llama Rose y no Weasley. El nombre suena raro en su boca, diferente. Como si fuese un nombre distinto al que el resto del mundo pronuncia.

"…No"

Por supuesto, sonaría mucho más convincente si sus piernas no temblasen y su corazón fuese un poquito menos audible –porque Merlín, a esa distancia tiene que estar escuchando lo rápido que bombea-.

"No" Scorpius arrastra las palabras mientras mira fijamente sus labios "Claro que no"

A Rose le parece inevitable, como la tierra girando alredor del sol, o la llegada de la primavera. Es inevitable que suceda. Scorpius se mueve despacio, acercando cada vez más su rostro al de ella, sin dejar de observar sus labios y Rose cierra los ojos.

"¡¿Quién hay ahí?"

Se separan con un salto cuando la voz y los pasos de Filch resuenan en el pasillo. Un halo de luz les ilumina y Rose tiene que parpadear un par de veces para que sus ojos consigan enfocar al conserje.

"Ronda de Prefectos" explica Scorpius, señalando la P dorada de su tunica.

Filch les mira, como si no se lo creyese del todo mientras masculla algo entre dientes que suena a "los prefectos de hoy en día no son lo que eran, estúpidos mocosos". Después da media vuelta y les deja solos de nuevo.

Rose mira a Scorpius, que tiene el ceño fruncido y parece repentinamente muy interesado en colocarse bien la túnica.

"Será mejor que continuemos con la ronda, Weasley"

Caminan de nuevo, sin mirarse ni volver a dirigirse la palabra porque, inevitablemente, todo ha vuelto a la normalidad.