Este fic participa para el reto especial "Primero de septiembre" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Disclaimmer: Nada del potterverso me pertenece, todo es de J.K Rowling.
SER EL MEJOR.
No estás nervioso y, si lo estás, no lo aparentas. En el exterior eres un chiquillo de once años que permanece sentado en la mesa de Slytherin, con la cabeza alta, mirando la Selección con indiferencia y aplaudiendo cortésmente cuando alguien era seleccionado para tu casa. No es como si te importara.
Solo querías que las clases comenzaran y así demostrar a tu madre que no eras un completo inútil, demostrarle de lo que eras capaz y conseguir que reconozca tu talento, tus habilidades.
Conseguir, quizás, que te preste algo de atención. Que te diga que está orgulloso de ti o que, simplemente, se siente contigo a darte algún consejo.
Habías pensado que todo aquello te lo diría en la estación, pero él ni siquiera había venido a despedirte porque estaba muy ocupado en el Ministerio. Tu madre se había disculpado por él, siempre lo hacía.
Bartemius Crouche Sr. no tenía tiempo para nadie, excepto para su mujer, solo a ella le otorgaba esa valiosa pertenencia. Habías crecido, prácticamente, sin padre. Solo tu madre había estado ahí constantemente, por eso, cuando te dijo que tu padre no iría, solo pudiste sonreírle y darle un beso asegurándole que no pasaba nada, que ya le contarías todo a tu padre por carta. Y lo harías, a pesar de que sabías que el destinatario la abriría, la leería por encima y le diría a su mujer que la contestase por él.
Negaste con la cabeza. No era momento de pensar en esas cosas. Tenías que centrarte en ser el mejor en aquella escuela. Miraste a los que te rodeaban, no veías a nadie que pudiera competir contigo.
Unos ojos grisáceos te miraban con prepotencia y eso no te gustaba. Frunciste el ceño mientras le mirabas fijamente y él, simplemente, dirigió su mirada de nuevo a la selección con una sonrisa ladeada en sus labios.
Sentiste la sangre hervir en tu interior. Quizás no deberías subestimar a tus compañeros tan pronto. Quizás alguno sí que podría tener el talento suficiente para competir contigo, o intentarlo.
Pero daba igual, porque tú serías el mejor. Siempre.
FIN.
