Aprovechando que la Comic Con de San Diego es la semana que viene y para mí eso es como la Meca de todos nosotros, los frikis del cine y las series, creo que es el momento oportuno de comenzar a publicar este fic de pocos capítulos.

Delena

+18

AU (Todos humanos)

Sinopsis: Una tienda de cómics se abre en Mystic Falls y, sin quererlo, Elena se sorprenderá a sí misma sintiendo algo muy especial por el dueño de este local. Cuando dos frikis orgullosos chocan, la combinación puede llegar a ser muy explosiva.

Los personajes que aquí aparecen pertenecer a L. y a The CW.


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Anna, de 6 años, salió corriendo por la puerta principal del colegio al ver quién estaba esperándola fuera para recogerla.

-¿Qué tal el día, peque? –le preguntó Elena tras darle un fuerte abrazo.

-Genial, hoy hemos aprendido que las plantas respiran y que son buenas porque nos dan oxígeno.

-Vaya, eso es muy interesante.

Como aquella mañana Elena había tenido que dejar su coche en el taller para que le hiciesen una revisión, las chicas regresaban a casa andando. Anna llevaba un buen rato con ganas de hacer pis y no podía aguantar hasta llegar a casa, así que entraron en la primera tienda que vieron, que resultó ser la antigua clínica privada del padre de Elena, la cual este vendió unos años antes de morir y que desde entonces había ido pasando de dueño en dueño sin mucho éxito. Al parecer ahora era una tienda de cómics y tenía pinta de tener mucho éxito por la cantidad de jóvenes que había sentados alrededor de una mesa jugando muy animadamente a las magics o mirando las estanterías.

Elena vio a alguien junto al mostrador e intuyó que se trataba del dueño del local.

-¿Puedo ayudarlas en algo? –les preguntó este con una sonrisa burlona, divertido por verlas tan impacientes.

-¿Le importa si la peque usa el baño?

-Sin problemas, está...

-Gracias –le cortó ella con prisa-, sé dónde está.

La chica Gilbert acompañó a la Anna al baño pero, una vez en la puerta, esta insistió en decir que ya era mayor y que podía entrar sola. Por eso, Elena regresó donde el dependiente y se quedó un rato observando la tienda.

-No sabía que hubiese tiendas así en Mystic Falls –comentó ella fascinada al ver la cantidad de figuras de acción que había en las estanterías.

-Ahora sí.

La chica se giró para decir algo y se quedó embobada mirándole. Con las prisas no había tenido tiempo de verle bien. Ahora, pudiéndole observar con detenimiento, podía apreciar su belleza. No solo tenía un buen cuerpo y el rostro de un modelo o actor de cine, sino que sus increíbles ojos azules eran tan intensos que casi podía ver a través de ellos. No le extrañaba que en la tienda hubiese tanta presencia femenina…

-Siento curiosidad –dijo de repente él, sacándola de su ensoñación-, ¿cómo sabías dónde estaba el baño si no habías entrado aquí antes?

-Esto antes era la clínica privada de mi padre. Era doctor.

Entre el uso del verbo en pasado y la tristeza que reflejaban los ojos de Elena, al chico no le hizo falta nada más para saber que el hombre había muerto.

-¿Lleva esto mucho tiempo abierto? –preguntó ella con curiosidad, aunque lo que más le interesaba era cambiar de tema.

-Nos trasladamos aquí hace una semana, pero no hemos abierto hasta hace un par de días. Preparar todo esto requiere su tiempo –explicó él con orgullo en su voz, alzando las manos para señalar a su alrededor.

-Ya lo creo… -murmuró Elena aún maravillada por el cuidado de cada detalle y cómo los artículos en venta formaban parte de la decoración.

Anna salió mostrando una sonrisa enorme, orgullosa de haber podido ir al baño sola.

-Ya he terminado –anunció esta.

-Pues ahora dale las gracias al señor por dejarnos usar su baño –le dijo Elena, señalando hacia el chico de ojos azules.

-Gracias, señor.

El chico se puso en cuclillas para hablarle a la pequeña:

-Es un placer ayudar a un par de damiselas en apuros –respondió él con una sonrisa, mirando primero a Anna y después a Elena, guiñándole un ojo cómplice a esta última.

-Es hora de volver a casa, Anna –le dijo la chica a la niña, para después dirigirse al dependiente-. Gracias por todo.

-Ha sido un placer.

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Por la tarde, Elena estaba en el Grill con su mejor amiga y cuñada Bonnie, tomando un café y un trozo de pastel.

-¿Y cómo era el chico? –se interesó su amiga después de que le contase lo ocurrido horas antes-. ¿Estaba bueno?

-Bastante… -contó Elena con un ligero rubor al recordarlo-. No pensé que un vendedor de cómics pudiese ser tan guapo.

-Pues me están dando ganas de ir a visitar su tienda…

-¡Ey, que estás saliendo con mi hermano! –le regañó en broma la chica Gilbert.

-Solo sería una visita de interés profesional, como posible compradora. El cumpleaños de Jeremy está próximo, ya lo sabes.

-Sí claro, seguro que es solo por eso…

-No, pero ahora tengo excusa –rió Bonnie divertida-. No, en serio, no sé qué comprarle. ¿Qué tal un cómic de esos de superhéroes que tanto le gusta? Siempre se queja de que no comparto sus gustos frikis.

-¿Pero sabes a caso qué cómics les gusta?

-No, pero tampoco creo que sea tan difícil acertar. Ni que hubiese mucho donde elegir…

-¿Marvel o DC?

-¿Qué? –preguntó Bonnie como si le acabase de hablar en un idioma extraño.

-Como te presentes en casa con un cómic de DC, mi hermano rompe contigo seguro.

-Está bien, me rindo. ¿Para qué discuto contigo? Si de todas formas iba a encargarte a ti que lo compraras.

-¿Y eso?

-Primero porque eres tan friki como tu hermano y sabrás qué comprarle. Y segundo, te estoy dando una excusa para volver a ver a tu guaperas. ¿Ves como soy buena amiga?

Ante ese comentario, las chicas no pudieron hacer otra cosa que reír.