Amor de secundaria.

Parte I

Eren despertó en su habitación, confundido y cansado, había un terrible sonido en el aire, como un estruendo que hacía vibrar todo su cuerpo, se giró y se cubrió con la sábana, pero de pronto un pensamiento invadió su cabeza, el terror se apoderó de él de inmediato.

"Primer día de escuela" dijo en su mente.

Se levantó rápidamente y aunque en un momento maldijo a sus vecinos por remodelar su casa tan temprano por la mañana, ahora agradecía que el sonido de esos taladros le hayan ayudado y le hayan evitado la vergüenza de que Shadis lo castigara frente a todos, por llegar tarde igual que el año anterior.

La rutina de su vida entera se reanudó, después de ducharse y ponerse su uniforme perfectamente planchado por su madre Eren se marchó hacia su destino, el que sería el centro de sus torturas durante el año.

"Eren no olvides llevarle esto a Mikasa" la madre de Eren le dio un paquete a su hijo y se despidió con una hermosa sonrisa.

La señora Jaeger creía que Mikasa era la chica perfecta para Eren, era el centro de equilibrio del carácter explosivo de su hijo, además tenían una relación muy cercana como de madre e hija con ella, ya que siempre deseó darle una hermana a Eren, pero una enfermedad le quitó ese privilegio para siempre, aún así todos estaban felices de que ella hubiese sobrevivido y que llevara una vida normal.

Eren corrió y después de tres cuadras llegó a la casa de Mikasa, ella estaba cerrando la puerta principal y se sorprendió al ver los ojos verdes de su mejor amigo, observándola desde la esquina.

"Eren, te haz despertado temprano, espero que te mantengas así el resto del año" ella dijo en forma de broma, aunque con ella nunca se sabía si era una broma o una amenaza.

Juntos tomaron el tren y después de un rato estaban en su salón de clases reunidos con el tercer miembro del grupo.

Eren, Armin y Mikasa crecieron juntos, habían estado unidos desde entonces y ahora los tres estaban asustados porque la universidad significaba la distancia entre los tres.

Ese día Eren recibió algunas sorpresas, la primera llegó en forma de milagro, cuando una chica joven entró en la clase de química, todos se sorprendieron pues esperaban ver la brillante calva y los ojos intimidantes del profesor Shadis, pero en su lugar llegó una chica de aproximadamente 30 años, con cabello castaño y gafas ovaladas.

"El señor Shadis, estará ausente durante unos meses y yo seré su reemplazo, mi nombre es Hanji Zoe y me encargaré de enseñarles todo lo que sé, ahora… ¿Quién quiere aprender a hacer metanfetaminas?" ella dijo con una sonrisa enorme y con su extraño sentido del humor.

Nadie sabía que esperar así que todos guardaron silencio y justo en ese momento alguien llamó a la puerta, Hanji salió un momento y luego regresó con su sonrisa característica, que los chicos aprenderían a amar y temer durante el año.

"Chicos demos la bienvenida a nuestros nuevos compañeros, ellos fueron transferidos desde un instituto en ¿Manchester?" la maestra Zoe habló con cautela de no errar en la pronunciación ni el lugar que acababan de decirle y que ya había olvidado.

Dos chicos entraron al salón, todos se sorprendieron, un par de extranjeros llegaban a estudiar junto a ellos, a un lugar al que no llegaban jóvenes sino que se marchaban lo más rápido que podían.

Los hermanos observaron a sus compañeros con expresiones altaneras, ambos eran rubios, con piel pálida y de complexión fuerte e intimidante, eso era todo lo que tenían similar, de ahí ambos cambiaban bastante.

Uno era un muchacho alto, por lo menos 1.80 de estatura, con ojos castaños, dorso ancho y una gran sonrisa en sus labios, aunque la primera impresión que dio fue la de un típico bully, la verdad es que era un muchacho bastante amigable y muy decente.

La otra, por el contrario, era una chica de baja estatura 1. 55 como máximo, con fríos ojos azul claro, por el contrario de su hermano, la expresión en su rostro no había cambiado ni un poco, al contrario mientras más la veían los muchachos, más miedo provocaba en ellos.

"Hola muchachos, mi nombre es Reiner Braun, es un gusto conocerlos" dijo el más alto saludando con su mano a todos.

"Soy Annie" fue todo lo que la chica dijo y desvió su mirada a los ventanales del costado del salón.

"Bien, espero que no tengan inconvenientes con sentarse en la parte trasera, porque son los únicos asientos libres" Hanji señaló los asientos.

Eren sintió curiosidad de porqué siendo hermanos eran tan diferentes y por qué la chica parecía tan hostil.

La alarma se encendió en el cerebro de Mikasa, al ver que el chico de ojos verdes siguió a los hermanos hasta que tomaron sus asientos, ella sabía que esos chicos iban a ser conflictivos y debía mantener a Eren alejado de los problemas.

La curiosidad se contagió a su amigo Armin, cuando vieron a Reiner conversando con los chicos a su alrededor, en dos segundos había hecho un nuevo amigo, el tímido Berthold Hoover, sonreía y respondía las preguntas de Reiner, pero Annie no, ella se sentó y regresó su vista al ventanal, mostrando su nulo interés en la clase de química.

El cambio de clases llegó y siguiente asignatura era aún peor, era la clase de Física, dos años atrás la impartía el señor Erwin, pero fue promovido a Director, así que el profesor Levi se hizo cargo y desde entonces los alumnos habían sufrido bajo su exigente mando.

Pero mientras el señor Ackerman (primo lejano de Mikasa) llegaba todos decidieron socializar, la presidenta del salón se acercó a dar la bienvenida a los nuevos estudiantes, había sido la presidenta desde que comenzaron a estudiar, no necesitaban hacer votaciones, porque todos amaban a Historia Reiss.

"No sabía que tendríamos compañeros nuevos y no traje un obsequio apropiado, pero quiero que se sientan bienvenidos, mi nombre es Historia y pueden pedir ayuda cuando quieran" la chica rubia colocó unos caramelos de colores sobre la mesa de Annie y luego hizo lo mismo con Reiner.

"Gracias" fue todo lo que dijo Annie, pero Reiner se levantó enseguida y extendió su mano hacia la chica (coqueteando con ella).

Eren fingía prestar atención a lo que Armin estaba diciendo, pero sus ojos seguían fijos en la chica rubia "La reina de hielo" la llamarían después.

A la hora de almuerzo, los hermanos se ignoraron mutuamente, Reiner sacó su comida de su mochila y se sentó junto a su nuevo grupo de amigos Berthold, Jean y Connie; Sin embargo, Annie se levantó y salió por la puerta del salón sin llamar la atención de nadie, excepto la de Eren, él estuvo a punto de levantarse, pero Mikasa lo tomó del brazo.

"Eren come más vegetales, aunque no te gusten, son muy saludables" Mikasa puso trocitos de zanahoria en el plato de Eren.

La misma rutina se repitió durante dos semanas, los hermanos llegaban juntos al salón de clases y no cruzaban palabra entre sí, Annie no cruzaba palabra con nadie, a la hora del almuerzo ella desaparecía a veces se ausentaba a las clases de la tarde y eso solo aumentaba la curiosidad de Eren.

Esa tarde mientras comían, Jean se acercó a Mikasa.

"Hola Mikasa, te traje estos panecillos, espero que te gusten son de la nueva panadería que abrieron en el centro, tal vez quieras ir conmigo un día, ya sabes..." el chico de cabello cenizo habló con el rostro totalmente sonrojado.

Armin lo observó con ternura o tal vez lástima "Te lo agradezco" fue todo lo que Mikasa respondió.

"Otro ridículo intento fallido" Eren murmuró sofocando una carcajada.

"Qué dijiste, imbécil" Jean lo tomó del cuello de la camisa y lo obligó a levantarse, Jean le encajó un golpe en la cara a Eren y este logró golpear el estómago de Jean.

Todos hicieron una rueda y comenzaron a alentar la pelea, Reiner intentó detenerlos, pero fue inútil, los adolescentes eran salvajes, lo siguiente que supieron fue que el salón se sumió en un silencio infinito.

Eren y Jean se detuvieron y se paralizaron al ver a Levi Ackerman en la puerta, tenía una servilleta en las manos y se limpiaba los dedos sin mirar a nadie, los chicos comenzaron a sudar, asustados; Levi arrojó el trozo de papel en el cubo de la basura y se acercó a los dos problemáticos.

Ni siquiera Historia de atrevió a interceder por ellos, Armin y Marco, observaron asustados como Levi se llevaba casi a rastras a sus amigos.

Levi se tomó la libertad de castigar a los alumnos sin pedir la opinión de Erwin, Hanji se enteró del escándalo y corrió a intentar librar a los chicos de la ira de Levi.

"Ambos se encargarán de asear los baños durante dos meses" Levi sentenció, pero después de varios minutos de argumentos de Hanji, Ackerman cambió de parecer.

"Está bien, se encargarán de mantener limpia la azotea, Eren tú limpiarás la del edificio A y Jean tú te encargarás de la del edificio B, durante dos meses" Levi dijo con su expresión seria y se marchó.

"Dos meses es mucho tiempo, aguarden muchachos intentaré reducir su sentencia, pero tendrán que prometerme que esto no volverá a pasar" Zoe les hizo jurar que no volvería a hacer un alboroto igual y se marchó con Levi.

Eren subió a la azotea con dos cubetas y una escoba, maldiciendo a Jean en voz alta y aunque Hanji había logrado reducir su castigo a un mes, aun así seguían siendo varios días bajo el sol y en soledad, más cuando Levi sentenció a Mikasa "Si vas a ayudarlo, le irá mucho peor" Levi dijo.

La puerta estaba abierta, así que Eren salió sin hacer mayor ruido "Bueno, si no hago mi trabajo Ackerman y Hanji me matarán" Eren pensó.

Él tomó la escoba y comenzó a limpiar, no pasó mucho tiempo antes de que encontrara su primer desafío, una goma de mascar de había adherido al piso y era imposible removerla, Eren sabía que Levi lo notaría si llegaba a revisar, era mejor no tentar a su suerte, así que se quitó la camisa y comenzó a raspar la superficie.

De pronto sintió que alguien lo observaba, se giró porque creyó que podía ser Jean que había llegado para molestarlo

"¿Qué mierda quieres?... ¡Annie! Discúlpame creí que era Jean…" Eren dijo con una combinación de sorpresa y vergüenza.

Desde su posición observó a la chica pálida como nunca la había visto "...Desde cuándo su falda está tan corta..." Eren pensó sin poder dejar de ver sus piernas.

Annie se mantuvo ahí apoyando su espalda en la pared y con sus brazos cruzados sobre su pecho (un gesto tan típico de Reiner) ella lo observó y luego comenzó a caminar la puerta.

"Suerte con eso… Ve y busca solvente" ella se retiró sin volver a verlo.

La chica Leonhardt había estado todo este tiempo en la azotea con Eren, pero ella estaba tras la caseta, bajo la sombra del árbol que estaba junto al edificio de baja altura y Eren se había mantenido al frente bajo el sol.

Ese fue el primer contacto que Eren tuvo con la chica, durante una semana se repitió la rutina, Eren llegaba a limpiar y Annie se quedaba ahí en silencio, en algunas ocasiones ella hacía algún comentario sarcástico que hacía reír a Eren.

El lunes de la segunda semana de castigo durante la clase de arte, el profesor Mike había solicitado que formaran parejas para llevar a cabo la actividad del día, todos se apresuraron y escogieron a su compañero, Reiner se unió a Berthold, Historia con Ymir, Jean con Marco, Sasha y Connie… Eren notó que Annie parecía repeler a las personas, sabía que era sumamente incómodo quedarse solo o trabajar con alguien que no le agradara así que tomó una decisión.

Mikasa se situó junto a él, pero él llamó a Armin.

"Armin, ¿Podrías trabajar con Mikasa esta vez?" fue más una petición que una sugerencia.

Mika no tuvo tiempo de protestar cuando Eren se marchó para sentarse junto a la chica rubia.

"Descuida Mikasa, esto le hará bien, tal vez Annie sea una buena compañía para él" Armin insinuó lo que la chica de descendencia asiática ya temía.

"Hola Annie" Eren se sentó junto a ella.

Al inicio ella lo miró con molestia, parecía que de verdad quería quedarse sola, pero Eren jamás se rendía fácilmente.

"Para la actividad de hoy, vamos a pintar a nuestro compañero con la técnica que más nos guste, usando una paleta de colores tierra" Mike dijo y repartió los lienzos.

Annie realmente odiaba la clase de arte, ella las odiaba todas, la única que le agradaba era la clase de deportes, ella y su hermano parecían ser expertos en ese campo.

La rubia se sentía muy incómoda teniendo esos ojos verdes sobre ella todo ese tiempo, pero estaba segura de que haber trabajado con cualquier otro hubiese sido aún peor.

Mikasa, Marco y Berthold siempre eran los mejores de la clase y Annie no se acercaba ni un poco a ellos; sin embargo, estaba haciendo su mejor esfuerzo.

"Eren ¿Qué es eso?" Mike se acercó y observó el arte casi abstracto del muchacho.

"Señor Zacharias, para ser honesto es muy difícil tratar de plasmar la belleza de Annie en este papel" Eren dijo sin avergonzarse.

Annie se sorprendió, nadie le había hecho un cumplido de una forma tan directa.

Mike observó en silencio el trabajo de la chica y negó con la cabeza "Ustedes son el uno para el otro" dijo y se alejó.

Eren comenzó a reír y por un segundo le pareció ver una sonrisa en los labios de la chica.

Ambos lienzos eran nefastos, pero ni a Eren ni a Annie les importaba.

"La clase de arte es una mierda, no vamos a usar nada de esto en el futuro" Annie murmuró.

"Estoy de acuerdo, además yo soy una mierda en esto" Eren dijo mirando su trabajo.

Esta vez fue real, Eren vio por primera vez la sonrisa de Annie Leonhardt, el simple comentario de Eren había logrado derribar sus barreras y la había hecho reír.

Ese día los dos se reunieron como de costumbre en la azotea del edificio, pero esta vez Eren no se preocupó en hacer el aseo en lo más mínimo, estaba decido a volver a ver esa sonrisa.

Así que se sentó junto a la chica bajo la sombra del árbol y comenzó a charlar con ella, él notó en seguida que ella estaba mucho más relajada y dispuesta a interactuar con él.

Se llevó una gran sorpresa cuando la vio sacar un paquete de cigarrillos y comenzar a fumar uno, eso hizo que Eren se preguntara si ella tenía algo que ver con que se hubiesen mudado a un pueblo bastante lejano de todo, él recordó que el primer día de su castigo había recogido un par de colillas de cigarro, pero no pensó que fueran de la chica.

"Oye Eren ¿Qué harás esta noche? ¿Quieres ayudarme con un asunto?" Annie preguntó sin mirar a su compañero.

La curiosidad de Eren venció a la razón y aceptó sin pensarlo mucho.