POV EDWARD.
-¡Roberto, baja ya! - me gritó mamá desde el salón - ¡Los chicos ya están aquí!
Cogí mi maleta y bajé las escaleras. Bebiendo zumo estaban mis amigos; Emmet, mi mejor amigo del colegio; Jasper, el empollón; Alice, a quien le encantan las aventuras y los deportes; y Bella, la que sin querer siempre se metía en problemas.
Sonó la bocina de un coche, mi padre ya estaba fuera. Estábamos en las vacaciones de verano y mis tíos nos habían invitado a pasar un mes con ellos en su casa, cerca de la isla de Menorca.
-Te quiero mamá - le di un beso y fui hasta la puerta con los demás - ¡Adiós! - dijimos los cinco a coro y salimos de la casa.
Estuvimos hablando durante todo el viaje sobre cosas que podríamos hacer cuando llegáramos a la casa y durante todo el mes.
-¡Podemos echar un partido de fútbol! ¡O ir de compras! - sugirió Alice.
-¡Mejor podríamos ir a dar un paseo por los alrededores! - siguió Jasper.
-Hace mucho calor para dar paseos y para jugar - dijo Emmet y Bella asintió.
-Pues entonces, ¡vamos a la playa! - chillé.
Todos sonrieron y una azafata anuncio que aterrizaríamos en poco tiempo. Lo hicimos sin problemas y cogimos las pequeñas maletas, subiendonos en un taxi para que nos llevara a la casa. El viaje no duró más de veinte minutos, ya que el conductor conducía muy rápido. Todo el paisaje era hermoso, a tu izquierda veías la preciosa playa y sus acantilados; a la derecha se veían casas preciosas y plantaciones de árboles.
Paramos frente a una preciosa casa de dos pisos, con un pequeño jardín delantero. Su tejado era de un hermoso color rojo y la fachada de un color carne, que combinaba con el tejado perfectamente.
-Ya hemos llegado - anuncio papá, que nos había acompañado todo el viaje para que no estuviéramos solos. Todos bajamos y vino tía Esme igual que siempre muy alegre. Traía su pelo color castaño recogido en una coleta alta y sus ojos verdes brillaban emocionados.
-¡Habéis llegado chicos! ¡Qué grandes estáis! - chilló emocionada tía Rosa y nos dio un abrazo a todos, regalándome a mi unos besos extras.
-Hola tita - saludé - Ellos son Rose, Bella, Emmet y Jasper - asintió y sonrió feliz – Ya tenemos 12 años, no somos tan pequeños – dije riéndome.
-Tu tío Carlisle y han ido a pescar, no creo que tarden más de media hora. Hace más de tres años que no os veis, se pondrán muy contentos.
Se despidió de papa y se metió en la casa con las pequeñas maletas. Papá me abrazó y se despidió de todos. Me recordó el número de la casa, entró al taxi y se fue. Todos fuimos hacia dentro, ya que estaba anocheciendo y teníamos que instalarnos en las habitaciones.
La tía Esme nos guió por la casa y les enseñó a los chicos todas las habitaciones, ya que yo me acordaba de todo aun. Los tres chicos estaríamos en la habitación de invitados, había una litera y una cama normal. Pusimos las maletas y acompañamos a las chicas a su habitación. Ellas se quedarían con la prima Rose en su cuarto, pintado de azul celeste. Tambien habían puesto una litera para Alice y Bella.
Nos lavamos las manos y bajamos a cenar. Nos sentamos en la mesa después de ayudar a Esme a poner la mesa. Qué extraño que el tío y la prima no hubiesen llegado ya. Supongo que les faltaría poco.
-Bueno Edward, ¿y quién es Rose? - dijo Bella con un extraño tono de voz. Todos los chicos pusieron atención a mi respuesta. Yo creía que habían entendido que era mi prima, pero por lo visto no se habían enterado.
-Pues ella es mi…
-Hola Edward - grito una voz dulce y Rose me dio un abrazo.
