POV BELLA

Agarre mi celular y llame a mi mama, a quien no veía hace 2 meses.

Al tercer timbrazo atendió pero no contesto.

-¿Mama? – dije yo.

Silencio.

-¿Mama? ¿Reneé?

-Hija, perdón, estaba firmando unos papeles.

Suspire, siempre lo mismo.

-Mama, hoy salgo con Alice y Rosalie.

-Está bien hija.

-Y voy a quedarme a dormir, Esme y Carlisle…-me interrumpió

-Si hija, como quieras, ahora estoy ocupada después hablamos- dijo, aunque yo sabía que no volveríamos a hablar.

-Chau –dije tristemente y corto

Eso me enojo muchísimo, ¿Qué le costaba decir un simple "chau"? Pero no, mi mama, o Reneé como había decidido decirle a partir de ahora, jamás estaba. Ella trabajaba en Paris en su revista, una revista muy prestigiosa de moda. Y hace dos meses que no la veía. Pero eso no importaba. Yo siempre me mostraba fuerte ante los demás y lo voy a seguir haciendo.

Hoy tenía una fiesta en casa de los Clearwater, los mellizos Leah y Seth festejaban sus 18 años. Ahora estaba preparando el vestido y metiendo en un bolso mi maquillaje. Salí de mi casa y me subí a mi Mini Cooper plateado.

En 10 minutos aparque al lado de otro auto plateado, al lado de un estúpido volvo. En realidad el estúpido era su dueño pero no importaba.

Toque timbre y me abrió el dueño del volvo.

-Hola muñeca- me dijo apoyado en el marco de la puerta.

-Edward, no soy muñeca- le respondí besando su mejilla sensualmente, amaba provocarlo.

-Muñeca- me guiño el ojo y me sonrió.

-Idiota – le devolví la sonrisa y pase a la sala.

Cuando estaba por subir las escaleras hacia el cuarto de mi mejor amiga, su mama me llamo.

-Bella, cielo ¿Cómo estás? – me dijo Esme, mi segunda mama. Si es que tengo una.

-Muy bien Esme-le respondí abrazándola- ¿y vos?

-Bien, bueno tesoro, te espera Alice arriba.

-Ahora subo- y así lo hice.

Conocía esta casa como si fuera mía. Subí las escaleras y gire hacia la derecha. Y en la segunda puerta entre. Una habitación rosa, muy bien decorada y un duende sentado en el piso.

-Alice.

Ella era hermosa, no solo por fuera, sino también por dentro. Era chiquitita, flaquita y tenía el pelo corto con todas sus puntas disparadas hacia todos lados. Tenía unos hermosos ojos verdes, que heredo de Esme, igual que Edward. Además de una cara angelical a la que nadie en este mundo se podía negar.

-Bells – canto – empecemos con el makeovers para la fiesta.

-Si Alice-dije cortante, odiaba sus makeovers- ¿Rosalie cuando llega?

-Hace 15 minutos dijo que estaba acá en 5 minutos- dijo rodando los ojos. Rose siempre era impuntual.- por otro lado, quizá venga Jasper-dijo con una inmensa sonrisa.

Últimamente, Alice empezó con una especie de obsesión hacia Jasper. Cosa que Rose, hermana melliza de Jasper, no sabía. Alice todavía no se lo había confesado a nuestra amiga por miedo a su enojo.

Yo no entendía la razón, Emmett, hermano de Alice estaba de novio con Rose. Y eso no le molestaba a nadie. Pero a Alice le preocupaba su amistad con Rose. Primero había que averiguar si a Jasper le gustaba Alice, aunque para mí era obvio que sí.

Y en ese momento entro Rosalie.

-Chicas, perdón por llegar tarde- dijo con una sonrisa. Rosalie era el ser más bello del planeta. Su pelo era rubio dorado y tenía unos ojos celestes, mismo pelo y ojos que su hermano. Y ni hablar del cuerpo que toda modelo envidia- ¿Emmett está en la casa?- pregunto.

-No Rose, salió a comprar cosas para mi mama-dijo Alice- ¿tu hermano vino contigo?

Yo reí por lo disimulada que era mi amiga.

-Sí, esta con Edward- y vi una sonrisa en el rostro de Alice.

- Bueno chicas, empecemos con el make up- dijo el duende.

Y luego de una hora estábamos todas perfectamente maquilladas y peinadas, y antes de ponernos nuestros vestidos escuche la voz del queridísimo hermano de Alice.

-Rose, mi hermano está en su cuarto-dijo Edward.

-Chicas, ya vengo-respondió ella.

-Rose no te quiero ver despeinada ¿ok?- le dijo Alice. Ella odiaba que arruináramos su trabajo.

-No te preocupes, lo dejo para después- dijo Rose guiñándonos un ojo antes de ir al cuarto de Emmett. Nosotras reímos. Ellos eran sin dudas las personas más apasionadas de todas.

-¿Y muñeca?-dijo Edward que seguía en el cuarto-¿Qué vestido te vas a poner?

-Edward Cullen, hace años te vengo diciendo lo mismo NO ME GUSTA QUE ME DIGAS MUÑECA-grite

-Bueno, muñeca-dijo y yo rodé los ojos-¿y cómo quieres que te diga? ¿preciosa? ¿bebe? ¿linda?

-Ni siquiera me trates-le conteste-vete que tu hermana y yo seguimos arreglándonos.

Cuando se fue, Alice habló.

-Prácticamente, se criaron juntos. Tendrían que ser hermanos y se pelean tanto.

-Obviamente lo quiero, es mi infancia. Pero no puedo ser buena con él como él tampoco lo puede ser conmigo. Es engreído y la gente así me molesta muchísimo.

-Algún día van a estar juntos-la mire incrédula, ella sabía que había roto con dos engreídos y me prometí que no habría un tercero-los que se pelean se aman, o eso dicen ¿no?-concluyo.