Si, comienzo una nueva historia. Se que no he avanzado recientemente mucho con las otras que tengo, pero sinceramente estoy estancada. Tengo algunas partes echas pero me falta desarrollar otras.

El punto, bueno, hubieron cosas que me inspiraron y me dieron ganas de escribir con otro estilo, esto es bastante diferente a mis otras historias y estaba ansiosa por escribirlo. Se enfoca más en temas familiares además de solo romance, y ojalá les guste :). En cuanto al nombre, fue algo que se me vino inmediatamente a la cabeza, no podria explicar muy bien por qué, pero asi quedó. Bye!

Pd: Si el nombre llega a salir como el del capitulo de destinos cruzados es por que borre el de ese documento y lo escribi alli, ya que tengo bloqueado el word y no me gusta el bloc de notas. Bye :D


Sin palabras ni emociones.

Capitulo 1.

Se encontraba sola en su cuarto. Acostada, miraba las hoscas y vacias cuatro paredes que la rodeaban, mientras escuchaba desde abajo los gritos provenientes de su hermano y su madre.

Jasper habia llegado borracho y tarde nuevamente. Al escuchar su llegada Esme se habia levantado chillando como loca, hasta el punto de probablemente quedar sin voz.

A veces se preguntaba: ¿Por que no puedo tener una vida normal, como la mayoria de la gente en el instituto?

Se dio vuelta en la cama, intranquila, ahora mirando fijamente el pálido verde sin diseños de la pared izquierda, dejando de prestarle atención a las otras 3. Los gritos ya no se escuchaban tan fuertes, sus pensamientos comenzaban a opacarlos.

La mayoria de sus amigos tenían la típica familia disney: Papá y mamá juntos en un lindo matrimonio, con sus problemas, pero los solucionaban. Y algunos con hermanos, con los que reian y discutian, daba igual, siempre terminaban felices comiendo perdicez, en cambio ella no.

No, su vida era totalmente diferente. Algunos chicos que decian conocer su historia la miraban raro en el instituto, pero a ella eso no le interesaba. Ninguno de aquellos la conocian, por lo que probablemente decían puras estupideces.

Respiró profundamente y cerró los ojos cuando escuchó un fuerte golpe en la pared. Seguramente Jasper se encontraba en su faceta agresiva. Odiaba cuando se ponia así, odiaba los gritos de su madre, odiaba escuchar peleas asi constantemente. En resumen, odiaba su vida familiar.

Volvió a revolverse en su cama y se arropó mejor. Era una noche fría, y probablemente afuera las calles estaban inundadas de neblina.

Solía sentir que no pertenecía a esa familia, y le gustaba pensar que era un sueño, o que ella lo vivia del exterior. Le daban ganas de irse de casa y no volver nunca. Soñaba con que algún dia, su trabajo de mesera le daria el dinero suficiente para arrendarse un pequeño pero lindo apartamento en otra ciudad, y se esforzaba en el colegio con intentos de conseguir una beca para sus estudios y poder independizarse totalmente de sus padres.

¿Que quería estudiar? Era algo que le preguntaban constantemente, y eso era muy simple.

Llevaba poco más de 4 años decidida en lo que quería hacer, y en ningún momento habia dudado de su decisión, sin importar lo que dijeran. Podía sonar como un estúpido tipico sueño de adolescente, pero ella era diferente. Ella no era como cualquier otra adolescente.

Queria ser actriz. Esa era su respuesta.

"¿Actriz?", podia escuchar las voces de su familia cuando entusiasmadamente les habia contado de sus planes, "No digas estupideces Isabella, se seria, ¿Si?". Y entonces, ocación que se les daba, se burlaban de ella.

Pero para ella era algo serio, amaba lo que la actuación le hacia sentir. Adoraba transporstarse a otro ambiente y convertirse en diferentes personas. Expresaba tantas emociones en cada personaje. Era como escapar de su vida y transformarse totalmente en otra persona, cada una con diferentes experiencias, deseos, fracasos y éxitos. Pero entonces volvía a casa y todo se desvanecia. La cruda realidad se hacia aplastantemente presente.

Llevaba cuatro años en el grupo de actuación, desde que se habia decidido no dudó en integrarse. En cada uno de los personajes que le habia tocado representar se habia metido profundamente y le era imposible no sentirse feliz. Era como su terapia personal. Habia representado personajes de realidades totalmente distintas; de huérfana, de niña rica, de Reina, de desamparada, de una mujer maltratada, etc, y cada uno tenia historias diferentes. Le gustaba comparar su vida con aquellos personajes, a veces aprendia cosas importantes, mal que mal las obras representan la vida de alguna persona, y vivia los hechos como si deverdad le hubieran sucedido.

Había visto un montón de personas pasar por el grupo de teatro, algunos se aburrian rápidamente, otros los tomaban como burla, y otros se retiraban excusándose con que el colegio los agobiaba demasiado. "Já", pensaba ella, " yo debo estudiar lo mismo que tu, y sin embargo tengo tiempo bastante para actuar. Si no te gusta, solo no lo hagas, pero no busque excusas". Sin embargo, se guardaba sus palabras y se dedicaba a mirar en otra dirección.

Abrió los ojos y suspiró. Los gritos amenazantes de su hermano y el llanto sufrido y desgarrador de su madre la habian devuelvo a la realidad y sacado de sus pensamientos.

Siempre era lo mismo; Jasper se cansaba de los gritos de su madre y comenzaba a amenazar con largarse de la casa, entonces mamá comenzaba a llorar nombrándole de mal hijo y haciéndose la víctima. Todo terminaba inconcluso, al dia siguiente Jasper no aparecía para el desayuno, Esme actuaba como si nada y para cuando Jasper volvia a casa de noche u otro dia parecía como si nada hubiese pasado.

Decidió levantarse, a pesar de que pasaba repetidas veces, igual le dolía escuchar asi a Esme. A fin de cuentas era su mamá, y la quería.

Al salir de su cama, se puso su polerón preferido de casa y se hundió en el al darse cuenta del frio que hacía. Miró la hora: 4.07 AM.

Suspiró nuevamente, acción que se le habia estado asiendo un hábito, y caminó a la puerta.

Dio unos cuantos pasos por el pasillo, que se encontraba asolado, camino a la escalera, cuando Jasper pasó a su lado a paso furioso aunque tambaleándose un poco. Entró a su pieza y cerró de un portazo.

Cambió de opinión y se dio la vuelta al cuarto de su hermano. Tocó la puerta dos veces suavemente con el nudillo de su mano mientras este sentía la fria y áspera madera.

-¿Que quieres?- Preguntó la voz bruscamente desde el interior del cuarto.

- Solo quiero hablar contigo.

- Anda a dormir, mañana tienes clases.

- Eso hacia, hasta que llegaste.- Le respondió con una voz suavemente paziva.

De respuesta solo obtuvo silencio.

Espero en el helado y vacío pasillo en silencio pacientemente, hasta que se escuchó el pestillo de la puerta abrirse.

Tomó de la manija y la giró. Entonces una congelada brisa llegó hasta ella erizándole la piel.

-¿Por que no cierras la ventana? Hace frio.- Preguntó al notar que las ventanas del cuarto estaban abiertas de par en par.

-Yo no tengo frio.- Respondió el sin darse vuelta a mirarla. Se encontraba de espaldas preparando un bolso.

- Se llenará de insectos.

- No importa, no pienso estar aqui mucho rato.

Isabella miró con mas atención el bolso que estaba armando su hermano, y vió que contenia unos pantalones, 3 poleras, 2 pares de calcetines y unos boxers.

- ¿Piensas irte de nuevo? - Preguntó entonces. El asintió con la cabeza.- ¿Cuando volverás?

- Nunca.

- Jasper...

- Dije que nunca.- Dijo entonces dándose vuelta a mirarla. Tenia la mirada oscura.

- ¿Y a donde piensas ir?

- Me quedaré con Emmett hasta conseguir un lugar propio- Se dio vuelta nuevamente y continuó con su bolso.

- ¿Y como piensas conseguir un lugar?

- ¿Como crees, genio? Trabajando obviamente. ¿Terminaste o seguirás con el questionario?

Isabella se quedó en silencio, ignorando el último comentario y pensando en lo que su hermano acababa de decir.

Jasper tenia 21 años, 4 más que ella, y casi nunca se encontraba en casa. Se encontraba en su trabajo la mayoría del dia, y si no, entonces estaba de fiesta con alguna chica que conocia.

Trabajaba en una bencinera, era algo sencillo, y no tenia mucha paga. Sin embargo, a veces lo habia visto llegar con enormes fajos de dinero, y eso le daba sus sospechas. El nunca le habia dicho de donde provenian exactamente, pero ella sabía que el estaba algo metido en las drogas y no le sorprendia que a veces vendiera un poco para ganar algo.

- Si sigues en esa bencinera, demorarás años en juntar plata suficiente para un lugar. - Le comentó.

- Tengo otros trabajos.

- ¿Si? ¿Cuales?

- Trabajos, no te interesa.

- ¿Sigues vendiendo drogas?.- Le preguntó directamente. El se dio vuelta bruscamente y la miró a los ojos.

- Cállate, eso no es de tu incumbencia.- Le espetó en la cara. No se habia negado.- Y que te importa, es mi vida. Tu anda a actuar de niña feliz a tu colegio, ¿No es eso lo que tanto te gusta?

- Como quieras.- Dijo sin ánimos de discutir.- Solo preguntaba.

- Bueno, pues no preguntes y vete.

- Entonces, ¿No te veré más?

- No.

-Hmm.- Pensó en sus palabras. De repente, pasó por su cabeza la perspectiva de nunca volver a verlo, y no iba a negar que le dio como algo al corazón y como un nudo en la garganta.- Bueno, entonces... Adiós.

- Adiós.- Respondió el cortante.

Se quedo parada en la puerta un momento. Solo observando las acciones de su hermano.

Dirigió la mirada ala ventana abierta. La noche se veía oscura y no se escuchaba sonido alguno de vehículo. Solo se podian distinigir las potentes luces de una disco que se encontraba a unos cuantos kilómetros de allí.

Al darse cuenta que no tenía nada más que hacer ahí, dio media vuelta y salió cerrando la puerta tras de sí. Entonces escuchó nuevamente el sonido del pestillo.

Se subió el cierre del polerón al máximo y resguardó sus congeladas manos en sus bolsillos. Avanzó hacia las escaleras e intentó bajar los escalones en silencio, pero esos pequeños bloques de madera resonaban de todas formas.

Mientras más pasos daba a la cocina, más fuerte se escuchaban los llantos de su madre, que se habia encontrado todo ese rato sollozando en ella.

Cuando finalmente llegó, y sus ojos lograron acostumbrarse a la clara luz de las ampolletas, pudo ver con claridad el estado de su madre.

Esme se encontraba sentada sobre un pequeño banquito de madera frente a la mesa, con su cabeza apoyada en su mano tapándose el rostro. Estaba con su pijama en forma de vestido de un celeste opaco, que le daban una visión de vulnerable.

-¿Que?.- le preguntó ella con su voz ahogada en llanto.- ¿Vienes a burlarte de esta vieja?

- ¿Estás bien?.- preguntó ella ignorando su comentario.

-¿Que crees tu?.- Dijo sacando la mano de su rostro y dirigiendo su mirada a ella. Entonces Isabella pudo observarla mejor.

Tenia un aspecto demacrado. Todo su maquillaje se encontraba corrido, y las lágrimas negras por el rimel rodaban por sus hundidas mejillas. Su piel se encontraba más pálida y arrugada por la edad y por su calidad de vida. Tenia mal pintados los labios a un rojo demasiado fuerte y su pelo se encontraba totalmente enredado y despeinado.

- ¿No te quitas el maquillaje antes de dormir?- Pregunto.

Esme le dedicó una mirada poco agradable seguido de mostrarle su dedo del medio.

Antes ella no era así. Hubo un tiempo cuando Isabella tuvo una verdadera madre.

Esme solía tener una vida saludable y alegre. Siempre de un ánimo positivo y constante sonrisa, pero todo comenzó a arruinarse cuando su matrimonio con Charlie decayó en la rutina.

Charlie nunca se encontraba en casa, trabajaba en el departamento de policia. Salia a las 6.00 AM al trabajo y llegaba mínimo a las 10.30 PM o más tarde, si es que llegaba. Y cuando se encontraba en casa, comia y luego se dedicaba a dormir. A fin de cuentas, era como si no estuviera.

Fue un dia cuando Esme lo encontró con otra mujer, que todo comenzó a irse a la mierda. Lo perdonó, pero volvió a suceder, 2, 3, 4 veces hasta que su padre terminó convirtiendose en un eterno infiel, y Esme continuaba perdonándolo como si nada.

Sinceramente, Isabella no entendia esa actitud de su madre, aun que tampoco esperaba hacerlo, ya que ella nunca había sabido lo que era el amor verdaderamente. Tenía Jake, pero no era lo mismo.

Desde que todo eso había comenzado, Esme había comenzado a descuidarse. Ya no comia, se quedaba todo el dia en casa sin hacer nada, se hizo adicta al cigarro y de vez en cuando salia con algún hombre para distraerse. Así fue que comenzo a tener un aspecto más anciano de lo que debería tener, y su vida se torno amargada. Y vez que veía a Isabella y a su hermano, volvían los pensamientos del fiasco de su matrimonio y descargaba su odio con ellos.

- ¿Quieres algo? No sé, ¿Un vaso de agua? - Le preguntó sin saber bien que hacer. Nunca habia sido muy cercana a su madre.

- Si, ¿Sabes que quiero? Una familia que aprecie lo que hago por ellos. Lo hago todo, TODO, por ustedes - comenzó a hablar entre sollozos.- ¿Y que recibo yo? Un hijo que me odia y que me abandona cuando se le da la puta gana, como si no le importara. Claro, yo solo soy una vieja estupida, un estorbo en su vida.

- Jasper volverá.- Dije intentando consolarla.

- No, no lo hará. No volverá.

Me quedé ahí quieta, pensando incomodamente en que podria hacer. Entonces me acerqué a ella.

- Aléjate.- Me dijo agresivamente. Y yo me quedé estática en mi lugar.- tu tampoco me quieres, tu también me abandonaras. Eres una egoista, solo piensas en ti y tu estúpido teatro, no piensas en tu madré, que será lo unico que tengas cuando fracases. No seas tonta Isabella, no llegarás a ningún lado con eso, deberias quedarte conmigo. Ser buena hija, conseguir trabajo, y ayudarme en la casa. Eso deberias hacer, pero no. Eres una maldita egoista, y cuando veas que tu estúpido teatro es una pérdida de tiempo vendrás a rogarme perdón, verás que tengo razón.

Entonces volvió al llanto.

Isabella no dijo nada, ya estaba más que acostumbrada a esas palabras. Antes solían apenarla, solía irse a su cuarto a llorar y deprimirse, pero ya no. Habia cambiado, ahora era más fuerte, y sus palabras le resbalaban.

En vez de responder, se levantó, tomó un vaso, lo llenón de agua y lo dejó a su lado.

- Buenas noches.- Le dijo antes de retirarse a su cuarto.

Y mientras subia nuevamente los ruidosos escalones, volvian a resonar los llantos de su madre por la casa.

Entró a su cuarto yvolvió a acurrucarse en su cama, sintiendo el reconfortante calor de sus sábanas. Miró la hora nuevamente: 4.57 AM.

Cerró los ojos, y el único pensamiento que le venía a la cabeza, era que pudiera descanzar tranquila las dos horas que le quedaban de sueño para estar con ánimos para el siguiente día.


Y eso es como el principio de la idea, ojalá les haya gustado :D Es más largo que lo que suelo escribir, ya que le agregé más descripción. Si pudieran dejarme un review para recibir opiniones seria bonito, gracias por leer :)!