Disclaimer: Esta maravillosa historia manga/animé le pertenece a Hajime Isayama y su horrenda forma de dibujar XD
Summary: Pero Mikasa sabía que era invisible para él y que ante la menor oportunidad Eren intentaría deshacerse de ella, como con aquella bufanda roja —fue de él una vez— que se quitó y le entregó, convirtiéndola en suya. Pero esa bufanda ya no era de su propiedad, y tampoco lo era Mikasa.
«I'll go wherever you will go».
—o—
Mikasa la odiaba.
Y era extraño, pues Mikasa no era una muchacha que acostumbrara odiar a las personas. Armin siempre decía que su mirada era intimidante y eso bastaba para mantener a sus enemigos lejos de ella. Pero de verdad —y esta vez era en serio— Mikasa odiaba a Annie Leonhardt.
No había una razón específica. Desde el primer día jamás pudieron congeniar, Annie le desagradaba de sobremanera. Tal vez por su mirada amargada y sin gracia, como si todo le diera igual; o la forma arrogante en la que observaba a los que la rodeaban, como si fueran hormigas miserables a las que podía aplastar con solo elevar su pie del suelo.
Pero había una razón más, una razón —secreta— que nadie conocía. Quemaba todo a su paso y derretía sus intestinos como hierro ardiente:
Eren prefería pasar su tarde entrenando con Annie que con ella, su hermana.
Cuando se ofrecía ayudarle en alguna rutina cuerpo a cuerpo Eren se negaba y fruncía el ceño, haciendo evidente su mal humor. Sabía que jamás ganaría ninguna pelea contra Mikasa porque ella le dejaba ganar, como si se tratara de un niño de cinco años. Además, nunca lo golpeaba con la suficiente fuerza y constantemente estaba corrigiendo sus movimientos.
Pero con Annie era diferente, Mikasa lo sabía. Él observaba sus movimientos con presunta atención, imitándolos, y aunque Annie le ganaba la mayoría de las veces Eren no parecía molestarse, reía, entusiasmado, y Mikasa podía jurar ver en Annie ensanchar sus labios, formando una sonrisa de costado. Nunca la había visto sonreír con nadie, excepto con Eren.
Su Eren.
—Hoy Annie me ha enseñado unos movimientos muy buenos —comentaba Eren, hablando con Connie y Reiner—. Aun me sorprende lo bien que lucha, seguramente ha tenido que entrenar durante años para pelear así.
Entonces Mikasa suspira, mordiéndose la mejilla interna con tanta fuerza que la siente sangrar y se marcha del comedor con los nudillos apretados, intentando normalizar su acelerada respiración. Como es usual, Eren no parece notar su ausencia, tampoco le importa demasiado.
La situación era realmente injusta. Era Mikasa quien había acompañado a Eren durante todos estos años, no Annie. Debería ser Mikasa quien estuviera entrenando a su lado, y podría enseñarle tácticas nuevas, tácticas que Annie no conocía. Pero Mikasa sabía que era invisible para él y que ante la menor oportunidad Eren intentaría deshacerse de ella, como con aquella bufanda roja —fue de él una vez— que se quitó y le entregó, convirtiéndola en suya.
Pero esa bufanda ya no era de su propiedad, y tampoco lo era Mikasa.
Ya no.
No me malinterpreten, soy una GRAN Armin/Annie shipper. Pero siempre tuve la impresión de que Eren sentía algo por Annie. Ya sea amor, o cariño, o respeto/admiración, o lo que sea... siempre hubo una gran química entre ambos, y en el manga me quede whaaat cuando Annie se ofreció a ayudarlo a entrenar, y le sonrió (creo que fue la primera vez que la vi sonreír). So, quería reflejar un poco de esa impotencia que siente la pobre friendzonada aka Mikasa Ackerman con respecto a todo eso.
Diosmio, quiero más escenas Eremika al estilo Capítulo 50 en el mangaaaaaaaa D: Isayama, come on!
¿Reviews? :)
—Mel.
