N/A:
¡Hola! Hoy les traigo mi más reciente ship raro: KilixBilbo *-* No sé qué tan popular sea esta pareja, pero a mí me pareció muy linda y decidí escribirla. Eso sí, soy una gran fan del BAGGINSHIELD así que podrán esperar un triángulo amoroso por aquí. También me gusta el FilixKili… Como ven, aquí va a haber un crimen pasional(¿) Ok, no. Pero quien sabe.
Esta fic toma lugar justo antes de la Batalla de los 5 ejércitos. La mayor parte de eventos permanecen inalterados, a excepción de un par de escenas que ya iré introduciendo en la fic a manera de recuerdos para que no se queden con ninguna duda *-*
Sin más, espero que disfruten y me dejen sus comentarios.
En la oscuridad, solo se escuchaban sus pisadas.
"Master Baggins," una voz hizo que el Mediano se detuviera. "¿No es acaso un poco tarde para salir a caminar?"
El príncipe de cabello oscuro apareció detrás de Bilbo, acercándose a él con pasos lentos y deliberados, como si conociera algo que el otro no. Bilbo se sobresaltó; lo habían encontrado. Pero no sabían de su plan. Era imposible que supieran.
"Kili." Lo saludó amablemente. "Lo mismo podría decir de ti. Vaya sorpresa encontrarte aquí a las..." El hobbit miró hacia arriba, calculando el tiempo según la posición de las estrellas. "…tres de la mañana, quizás cuatro."
Se encontraban a las afueras de Erebor, no muy lejos de su entrada principal, esa que lucía como un gran fuerte hecho de rocas… porque era un gran fuerte hecho de rocas. A sus espaldas, la silueta de la Montaña Solitaria se recortaba contra el cielo nocturno. Frente a ellos, el pequeño pueblo abandonado de Dale se extendía silencioso e iluminado únicamente por la luna.
"Bueno, tenía la guardia nocturna de hoy." Kili respondió cuando lo hubo alcanzado.
"¡Cielos! tienes razón. En ese caso será mejor que no te interrumpa." Bilbo deslizó sus dedos por el interior de sus tirantes. "Sigue vigilando, haces un buen trabajo." Tras darle una palmada afectuosa empezó a marchar. Lo único que deseaba era alejarse de Kili antes de que este pudiera detenerlo o alertar a los demás. Ya era suficientemente malo que lo hubiera visto... Se suponía que Bilbo debía escabullirse en silencio mientras los demás dormían. Después de todo, una guerra dependía de él.
"No tan rápido." El enano le bloqueó el paso y entrecerró los ojos. "O tendré que acusarte de traición."
"Qué... ¿Qué?" Bilbo se quedó de piedra y sin pensarlo dirigió su mano hacia el bolsillo en donde desde hace días escondía la Piedra del Arca: aquella que le habían encomendado 'saquear' de un dragón, aquella que había encontrado pero jamás entregado, aquella que era la única salvación posible. "Yo no... Yo nunca..." Su voz empezaba a temblar.
Y entonces Kili echó a reír.
"¡Qué cara, Bilbo! Te hubieras visto... ¡Pálido como papel!" Sus carcajadas resonaron en el silencio de la noche, despertando a un par de pájaros y echando a volar a otros.
Bilbo, sin darlo a notar, suspiró aliviado. Realmente no sabían de su plan.
"¡Ustedes los enanos son imposibles!" Se quejó, alzando las manos en el aire en un gesto de desesperación.
De a poco, el príncipe dejó de reír, y se acercó a donde el Mediano continuaba de pie. Risas olvidadas, lo miró de forma seria. "Lo siento, Bilbo, pero en verdad necesito saber a dónde vas. Thorin despertara en un par de horas y no quiero tener que decirle que nuestro más querido saqueador se ha ido con rumbos desconocidos durante mi guardia. No sería lindo."
Bilbo no podía objetar a eso. "Yo, bueno, estaba, ya sabes. Nada importante, sólo… cosas de hobbit. Necesitaba respirar aire fresco, ver el bosque. Estar en esa montaña me hace sentir... claustrofóbico. Encerrado. No es ambiente para alguien como yo." Hizo una pequeña mueca. "Y, bueno, si eso era todo nos vemos después." Sonrió como si nada, le volvió a dar una palmada en el hombro y retomó la marcha.
Todos estos pequeños contratiempos lo estaban retrasando de hacer lo que tenía que hacer. En teoría era fácil: sólo tenía que llegar donde Gandalf, hablar con Thranduil, entregarles la Piedra... Negociar. Era un plan arriesgado, y Thorin posiblemente lo odiaría -no sólo por robarle sino por traicionar su confianza- pero si Bilbo podía evitar que sangre inocente corriera, lo haría.
"Espera." Kili lo alcanzó de nuevo. "Sé que algo te traes entre manos. Lo sé." Miró a un lado y luego al otro, como queriendo asegurarse que no hubiera nadie cerca. "¿Tiene que ver... con Thorin? ¿Con el oro?" Susurró.
"No, no, no. Es decir, sí. Es decir... ¡No! ¿Es que uno no puede salir a caminar a mitad de la noche sin parecer inmediatamente sospecho de algo?" Bilbo se cruzó de brazos y resopló.
Kili lo miró como si fuera la cosa más estúpida del mundo. "Bilbo. Por favor."
El hobbit maldijo por lo bajo y torció la boca. Ya sabía que debía haberse puesto el anillo antes de salir. "¡De acuerdo, de acuerdo! Sí. Voy a Dale a hablar con Thranduil, quiero... negociar con él. Thorin está mal, está enfermo. No se puede razonar con él y seguro traerá guerra sino hacemos algo para evitarlo. No es su culpa, es... el oro, pero no dejaré que se mate a sí mismo y nos mate si puedo evitarlo."
"Lo entiendo." Kili murmuró, asintiendo levemente. "Todos estamos preocupados por él y por las decisiones que pueda tomar en ese estado, pero no sabemos qué hacer al respecto. Hasta ahora, sólo podemos obedecer sus órdenes y esperar que todo esté bien; no nos hemos atrevido a enfrentarlo... Pero tú... Tú eres diferente." El enano lo miró directo a los ojos. "Dime, ¿en verdad crees que tu plan, sea cual sea, puede acabar con esta locura?"
Bilbo cerró sus dedos alrededor de la Piedra en su bolsillo. "Sí. Lo creo."
Kili sonrió ampliamente. "Entonces voy a ayudarte."
"¿Qué?" El saqueador se sobresaltó. "No, no, no. ¡No puedes acompañarme! ¡Nadie puede saber que me he ido! Esto... es serio, Kili. ¿Qué crees que ocurra cuando Thorin descubra... descubra... que me he aliado con el enemigo? ¡Que lo he vendido!" El hobbit hizo una pausa. No quería ni pensar en eso... después de todo lo que Thorin había hecho por él. Después de... obsequiarle eso. "Ya es suficiente con que yo, un Mediano que no le debe nada, lo traicione. Pero tú... tú eres su familia."
El príncipe bajó la mirada. "¿No crees que a veces es necesario anteponer el bien mayor a los sentimientos personales?" Kili inhaló profundo antes de continuar. "Quiero ayudar. No me voy a quedar de brazos cruzados mientras veo la ruina que Thorin trae sobre nosotros. Lo quiero, al igual que tú y al igual que todos, y quiero su bienestar. No sé qué descabellada idea tengas, pero debe ser MUY descabellada si vas a arriesgarte a hablar con Thranduil, y, líbreme Dios, arriesgarte a la ira de Thorin." Apoyó una de sus manos sobre el hombro del Mediano. "Estoy de tu lado, Bilbo. Déjame ayudar." Era casi una súplica.
Bilbo negó ligeramente con la cabeza. Esto no podía acabar bien. "De acuerdo. De acuerdo. ¡Puedes venir, pero vámonos ya! El amanecer llegará pronto." Dijo, tras echar un vistazo al horizonte que empezaba a palidecer.
Kili sonrió emocionado. "Entonces no hay tiempo que perder. El camino más rápido es por los muelles, pero tendremos que encontrar otra ruta si no queremos que Balin nos encuentre."
"¿Balin? ¿Qué haría Balin por aquí a esta hora?"
El joven le restó importancia a su pregunta con un gesto de la mano. "Es su turno de guardia. Debe estar por el ala Norte, cuidando el perímetro."
El hobbit lo miró confundido. "Pensé que era TU turno de guardia."
El príncipe de cabello oscuro se encogió de hombros, claramente divertido. "Mentí. Así como tú me mentiste a mí."
Touché.
Bilbo rodó los ojos mientras murmuraba algo sobre los enanos y sus malditas malas costumbres. Finalmente, se llevó una mano a la sien y se tranquilizó. Aún había mucho que hacer y muy poco tiempo para ello.
"¿Entonces qué sugieres?" Le preguntó al menor de la Compañía.
"Bueno, no es que me guste presumir, pero conozco un camino. Ven." El de cabello oscuro lo tomó de la mano y empezó a correr mientras lo halaba... de vuelta a la montaña.
"¡Espera, espera! ¡¿Qué haces?! Dale está a nuestras espaldas, ¡nos estás conduciendo de regreso a Erebor!" Intentó frenar, haciendo uso de sus peculiares pies de hobbit -que no necesitaban calzado alguno- mientras forcejeaba con el enano. "¡Pensé que estabas de mi lado!" Se quejó como un niño al que le han prometido una galleta, sólo para ver como se la come alguien más. "¿No me estarás...llevando donde ellos?" Abrió los ojos grandes, de repente con miedo de haberle revelado su plan a la persona equivocada.
Kili lo miró, ligeramente fastidiado. "¡Claro que no! Te lo dije... conozco otro camino. Pero tienes que hacer silencio: Dori, Nori y Dwalin tienen el sueño bastante ligero. ¡Nos escucharán si sigues chillando como niña!"
"Bueno, yo no lo definiría de esa manera... Cierto es que mi timbre de voz puede llegar a ser un poco agudo pero—"
"Shh." El enano se llevó el índice a los labios, señal universal de 'cierra el pico'. Bilbo obedeció, aunque aún tenía un par de cosas que decir respecto a su masculinidad. Pero eso podía esperar. El príncipe caminaba con cautela, rodeando el lado de la montaña y escabulléndose más allá. Parecía que efectivamente no iban a entrar a la montaña, después de todo.
"Aquí es." Kili murmuró tras unos momentos de tantear el suelo con sus manos. "Tenemos que mover esta roca. Ayúdame." El Mediano se acercó y examinó la roca que lucía, bueno, como una roca. No tenía nada peculiar ni nada que la distinguiese de todas las demás rocas apiladas a los lados de la montaña.
"¿Puedo preguntar—"
"No. Sólo empújala." El enano empezaba a impacientarse. "¡No puedo solo!"
No muy convencido, Bilbo apoyó ambas de sus manos sobre un costado de la roca, imitando lo que Kili hacía. "A la cuenta de tres." Murmuró su acompañante. "Uno... Dos... ¡Tres!"
Empujaron con todas sus fuerzas. Parecía que la roca nunca iba a ceder, como si estuviera enraizada en la tierra misma, pero lo hizo. Al hobbit le estaba costando trabajo respirar por todo el esfuerzo que hacía, pero en pocos segundos la roca había sido desplazada de su lugar original.
"Cielos." Murmuró Bilbo, observando lo que había estado escondido.
"Descubrí esto el día en que llegué." Murmuró Kili, acercándose a un pequeño hoyo en la tierra, lo suficientemente grande para que entre una persona. "No estoy seguro de qué es, pero parece que algún humano intentó llegar a Erebor... Hizo un camino subterráneo desde Dale, cavando, pero no calculó bien el punto de salida, y lo hizo aquí." Sonrió, orgulloso de sus capacidades de reconstrucción de hechos. "Luego siguió cavando; pero no es tan fácil entrar a Erebor. La piedra que protege la ciudad es impenetrable. Murió. Aparentemente a causa de un derrumbe. Encontré su cadáver cuando exploraba aquí." Hizo un gesto amargo. "El punto es, que nadie más conoce de este pasaje. Apenas lo vi supe que podría ser útil pero si Thorin se enteraba de su existencia seguramente nos hubiera obligado a taparlo y sellarlo. Por eso le puse esta roca, para que no lo pudieran ver."
Bilbo estaba maravillado. Nunca hubiera imaginado lo astuto que podía ser el enano. "Esto es... realmente fantástico. De verdad." Se lamió el labio inferior, un gesto que solía hacer cuando estaba pensativo. "¿Seguro que nadie más sabe que existe?"
Kili lo miró con cierta culpabilidad. "Sólo Fili. No podía mover esta roca yo solo, como viste. Le pedí ayuda pero no creo que haya notado la entrada, y si lo hizo, me hizo preguntas tampoco."
El hobbit arqueó una ceja. "Bueno, de ser así habrá que arriesgarnos." Se sentó en el borde de dicho túnel. "¿Y es seguro? Digo, el pasaje. No quisiera morir aún y peor vestido en estas fachas." Señalo la ropa que usaba, aquella que no había sido lavado en quien sabe cuánto.
Kili no pudo evitar soltar una risita ante el comentario. Bilbo, a pesar de todo el tiempo que había pasado con la Compañía y todas las cosas que había tenido que enfrentar -orcos, más que nada- nunca dejaba de ser el mismo hobbit que reticente salió de la Comarca... Preocupado de sus libros, su jardín y su pipa. "Tranquilo, Master Baggins, que no va a ser aquí dónde encontremos nuestro final."
El príncipe se lanzó dentro del agujero con un solo movimiento grácil y seguro. Bilbo, escuchando a su compañero aterrizar, supo que la caída no era larga. Retrocedió un par de pasos, regresó, observó la entrada al pasaje e inhaló. "Ahí voy." Murmuró para sí mismo, al tiempo que se dejaba caer en la oscuridad del túnel.
Abajo, fue recibido por la más completa oscuridad.
/-/-/
"¡Kili, resiste! Por favor… ¡resiste!"
Muchas voces, muchos ruidos... El príncipe enano no lograba comprender lo que esas voces le decían, ni tampoco reconocía a quien las pronunciaba. Podía haber sido una persona, o varias, pero simplemente no lo sabía. Todo se reducía a sonidos... sonidos que en su cerebro carecían de significado alguno; sabía que eran palabras y que debería poder comprenderlas, pero una y otra vez se le escapaban. Tampoco recordaba cómo hablar, como formar oraciones... Era horrible.
Pero eso no era lo peor.
Lo peor era el dolor, punzante y agudo en su pierna, un dolor que no dejaba espacio para ningún otro pensamiento que no fuera la muerte. Porque Kili quería morir. Con cada segundo que pasaba sentía que ese sería el segundo en que al fin moriría, pero no lo hacía, y su agonía solo conseguía extenderse. Deseaba... lo único que deseaba era cerrar los ojos y no sentir más. Eso sería perfecto. Así no seguiría escuchando las voces que le brindaban apoyo, que le decían que aún podía salir adelante cuando no era verdad. Si pudiera… cerrar los ojos y no sentir más, dejaría de ver esas luces, tan incandescentes que le impedían distinguir lo que había después de ellas. Y lo mejor, es que dejaría de doler... Todo dejaría de doler. Cerró los ojos y esperó el final que se acercaba.
A su alrededor, la gente empezaba a perder esperanzas. Kili yacía tendido sobre la mesa de comedor de Bardo, el arquero, mientras respiraba con dificultad y de forma agitada. La fiebre hace horas que lo consumía y los enanos ya no sabían qué hacer. Todos cerca de él hacían lo que podían para ayudarlo, pero un par de trapos fríos sobre su frente no iban a ser de ayuda contra el veneno que se iba extendiendo a velocidad desde su pierna malherida.
"Creo que... que no... " Las palabras quedaron ahogadas en la garganta de Bofur. No quería ser él quien diera la sentencia, quien tuviera que anunciar lo que parecía inevitable. Y entonces apareció Bilbo. Entró a la habitación sin mirar a nadie, empapado de pies a cabeza y tambaleándose, como una aparición del más allá.
"¿Dónde está?" Antes de que hubiera obtenido una respuesta, el hobbit vislumbró al enano de oscuro cabello y corrió hacia él. "Kili." El nombre ajeno escapó de sus labios como un susurro. Miró a la conglomeración de gente reunida. "¿Cómo está?"
"Nada bien." Respondió Fili, quien rápidamente le informó del estado de su hermano.
Bilbo frunció el ceño y se sentó al lado de Kili. Apartó el trapo con un movimiento de la mano. "Esto no va a servir. Necesito hierbas." Con determinación miró a la Compañía, al menos a los que se habían quedado con Kili en vez de ir con Thorin a la montaña. "Athelas. Hojas de Reyes."
Oin se levantó de inmediato. "Sé dónde conseguirlas. Voy por ellas."
"Rápido." Bilbo lo observó partir. Dirigió su vista al príncipe enano y lentamente tomó su mano, la apretó. Kili no reaccionó al toque, sólo continuó murmurando incoherencias y luchando por respirar. El veneno de la flecha ya casi lo había consumido. Casi.
Bofur rompió el silencio. "Master Baggins, no es que me queje pero todos lo vimos zarpar de aquí con Thorin y compañía hacía la montaña. No pensamos, bueno, no pensamos verlo otra vez."
El hobbit alzó la mirada. "Así fue, pero… no podía dejar a uno de los nuestros al borde la muerte; no soy como Thorin. Yo conozco de medicina, no mucho, pero sí, un poco. Los hobbits en general no sabemos nada al respecto, somos campesinos no guerreros, pero cuando estuve en el Reino de Mirkwood tuve mucho tiempo libre antes de que se presentara la oportunidad de rescatarlos. Pasé mucho tiempo en las vastas bibliotecas élficas, leyendo diversos libros de medicina y otras ciencias Pensé que nos sería útil." Hizo un leve gesto con la cabeza. "Por eso regresé. Me lancé al agua y vine nadando hasta acá."
Oin regresó en cuestión de minutos con las hierbas prometidas. Sin detenerse a tomar aliento, se las ofreció a Bilbo. "Tenga usted, Master Baggins."
El Mediano tomó las hierbas, hizo los preparativos necesarios, cerró los ojos y empezó a cantar.
"Cuando sople el hálito negro,
y crezca la sombra de la muerte,
y todas las luces se extingan,
¡ven, Athelas; ven, Athelas!
¡En la mano del rey
Da vida al moribundo!"
Kili empezó a reaccionar. El dolor ya no era tanto y la fiebre empezaba a ceder; el mundo volvía a ser entendible. Abrió los ojos, lentamente, y allí estaba: esa luz incandescente; pero ahora empezaba a extinguirse y ya conseguía ver más allá. Lo primero que distinguió, envuelto en un halo, fueron cabellos castaños y una silueta que -aun en su semi inconsciencia- conocía muy bien: era el hobbit. Su hobbit. Sonrió sin pensarlo y, aunque todavía no lograba comprender lo que ocurría ni por qué estaba ahí, recordó cómo hablar.
"Bilbo… Eres tú. Pero no puede ser… Él está lejos, muy lejos de aquí..." su voz era un murmuro ronco, casi inaudible; respiraba con dificultad. "Debes de ser un sueño..." Hizo una pausa y el hobbit volvió a tomar su mano, muy delicadamente esta vez.
"No hables, estás enfermo." Susurró. Pero el príncipe lo ignoró.
"¿Crees que él… podría amarme?" Bilbo contuvo la respiración. Seguro había escuchado mal, seguro era el veneno hablando… Seguro eran las incoherencias de la fiebre. "Si... si tan sólo…"
"Shh." El Mediano lo calló, posando un beso sobre su frente. "Estarás bien."
Y Kili le creyó, y cerró los ojos, sin saber cuando había sido que había empezado a sentirse así por el hobbit. Tal vez fue cuando demostró su valor en las cuevas, o tal vez fue, bueno… desde la primera vez que posó sus ojos en él, allá en Bolsón Cerrado, hace tanto tiempo que ya parecían siglos. Suspiró de manera tranquila y dejó que un pesado sueño lo envolviera.
Bilbo.
Ese nombre no lo abandonaba ni en sueños.
/-/-/
Y aquí está el primer capítulo de esta cosa rara que se me ha ocurrido. Por favor dejen sus reviews, todos los comentarios y sugerencias son bienvenidos :3
