Pues esta es la primera vez que escribo sobre Rachel y Puck, espero que les guste y sino me lo hagan saber. No soy bueno con las palabras, solo he de mencionar que lo único que me pertenece es la historia, algunas partes. Todo desde el punto de vista de Puck.


Era raro, es decir, ni en un millón de años me imagine estando en la habitación de la odiosa de Rachel Berry, tocando mi guitarra sentado en su cama mientras ella canta.

Después de un tiempo escuchar su voz puede resultar molesto y yo había llegado a mi limite.

—Mis oídos están comenzando a doler, ¿podríamos tomar un descanso? — digo tratando de evitar herir sus sentimientos. Ella se gira para mirarme ya que hasta ese momento estaba concentrada mirándose en el espejo mientras cantaba.

—De acuerdo — es lo único que dice y entonces descubro que es momento de actuar y no sé bien la razón. En realidad sí, es por culpa del sueño de anoche, ese donde Rachel entra por mi ventana y me hace replantearme la vida.

— ¿Quieres que nos besemos? — le pregunto con una dulce sonrisa a la cual ninguna chica se ha resistido.

—Seguro — ella titube al decir su respuesta, esta nerviosa así que dejo la guitarra a un lado.

Estiro mi mano y ella la coge, en un movimiento rápido la jalo hacia mí y la acomodo sobre la cama. ¡Que magnifica sensación! No puedo evitar sentir esa corriente eléctrica recorriendo todo mi cuerpo, cuando mis labios hacen contacto con los suyos, es inesperado pero no puedo dejar de besarla y ella me responde, eso es aún mejor. Gracias a ese sueño hice lo necesario para estar con ella en este momento.

—Flash Back—

Caminaba por los pasillos de escuela con un granizado en la mano, con la vista puesta en mi objetivo. Rachel Berry.

Rachel estaba junto a su casillero, y lo cerró justo en el momento en el que yo me detenía frente a ella. Al verme con el vaso en la mano pensó que se lo arrogaría en la cara porque cerró los ojos. Por un momento su reacción me hizo dudar sobre lo que estaba haciendo, pero decidí continuar.

—Lo tomé para ti cuando estaba comprando algo de comida — dije tratando de parecer casual — es de uva, sé que es tu favorito porque la última vez que te arrojé uno de uva a la cara te lamías tus labios antes de limpiarte.

Rachel me miraba sin entender porque estaba siendo amable con ella mientras cogía el granizado. Era hora de mi segundo movimiento.

—Me preguntaba si querías trabajar juntos en algunas ideas para la mezcla musical — ella sonrió y sus ojos se iluminaron ante tal propuesta.

—Fin del Flash Back—

Las cosas están pasando muy rápido desde ese momento, besarla está siendo más fácil de lo que pensé, aunque me parece algo desesperada. Pero sobre todo son besos sin prisa, tan lentos que comienzo a disfrutar. Todo mi cuerpo comienza a disfrutar gracias a la comodidad que ella proporciona al estar a horcajadas sobre mí, permitiéndome acariciar su trasero mientras su intimidad roza con mi miembro creando fricción, una muy placentera sensación.

—¿Estas bien, nena? — le pregunto mientras abro los ojos después de volver a la realidad al dejar de sentir sus labios sobre los míos.

—No puedo hacer esto — dice quitándose de encima y acomodándose a mi lado en la cama, lo que me permite enderezarme un poco.

—¿Por qué? — le pregunto tiernamente — Somos una pareja de guapos judíos, — nota mental: no volver a decir eso, suena muy pretencioso — es natural — le digo mientras me acerco para besarla de nuevo.

—No puedo entregarme a alguien que no es… — ella duda sobre cómo debe continuar la frase — suficientemente valiente para cantar un solo.

Eso me ha dejado demasiado desconcertado, tanto que solo logro mirarla a los ojos dándole la oportunidad para que continúe.

—¿Si no tienes el coraje para hacerlo entonces, cómo vas a tener el valor suficiente para lidiar con los altibajos del amor y reconocer el alto nivel de una chica como yo? — eso es hablar mucho, pero sobre todo me ha dado un fuerte golpe, en mi orgullo.

—¿Estas cuestionando mi maldad? — Le pregunto enderezándome para enfrentarla con una mirada seria — ¿Has visto mis armas? — pregunto mientras descubro mi brazo para mostrarle mis tatuajes.

—No, yo… perdona pero…— dice mientras ella misma intenta cubrir mi brazo nuevamente mientras titubea — tus brazos son adorables, pero… Sólo que no nos veo juntos — dice sinceramente sin dejar de mirarme a los ojos.

No puedo decir más, esta chica me ha dejado sin palabras ni razones suficientes para discutir. Por lo que tomo mi guitarra y salgo de su casa en silencio.

Mientras camino a casa mi mente comienza a idear una manera de demostrarle a Rachel que está equivocada, que podemos ser una pareja emblemática para el Glee Club y para el resto de la escuela.

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Nuevo día, horas de clase que pasan rápido hasta el momento de estar en el Glee Club. El animó del Sr. Schue es admirable en cada clase y supongo que hoy no puede ser la excepción.

—Y bien, ¿alguna idea para las mezclas? — Pregunta a la clase que se queda callada mirándose unos a otros — ¿alguno? — Vuelve a insistir — ¡Vamos, chicos! — Intenta animarnos — parece que me están retando a que comience a bailar — mis compañeros lanzan un "no" general y sé que ha llegado el momento.

—Yo lo haré… — me giro sonriendo al escucharlos mientras afino mi guitarra — estuve trabajando en algo.

—¿Si? — El Sr. Schue parece sorprendido, y veo en mis compañeros la misma cara de sorpresa.

—Es mi tributo personal a un icono musical judío — no puedo evitar mirar a Rachel, quien hace lo mismo como si entendiera lo que va a pasar.

—Fantástico, escuchémoslo — dice el profesor sentándose entre mis compañeros del Glee Club.

Comienzo a tocar los primeros acordes de la canción con mi guitarra, acompañado de los músicos oficiales para esta materia. Puedo ver claramente como Rachel se acomoda en su asiento prestándome atención. Y eso es lo que justamente busco de ella.

Where it began… I can't begin to knowing. — Observo a Rachel por intervalos de tiempo para intentar transmitirle el mensaje correcto — But then I know it's growing strong.

Entonces la noto sonreír mientras me mira, sé que está comenzando a entender el porqué de todo esto.

Was in the Spring, and Spring became the Summer — el resto de mis compañeros parecen complacidos con la canción — Who'd believe you'd come along? — Tina se mueve lentamente al ritmo de las notas y Artie baila, o al menos lo intenta.

La sonrisa de Rachel se acrecienta sin dejar de mirarme, Finn esta celoso, lo veo claramente porque en su rostro no hay nada que demuestre lo contrario, pero no importa porque él tuvo su oportunidad y la desaprovecho.

Hands, touching hands, — canto mirándola fijamente, pero de reojo veo las expresiones del resto de mis compañero, Kurt y Mercedes acompañan por lo bajo la melodía y por momentos actúan en base a ella. Mike y Brittany también hacen lo propio.

Reaching out. Touching me, touching you — no puedo evitar mirar a Rachel y sonreír sin dejar de cantar.

Santana esta desconcertada, lo sé por el gesto despreciable que acaba de hacer, mientras vuelvo a concentrarme en la canción.

Oh, sweet Caroline — mis compañeros acompañan la canción cantándola conmigo, bueno, menos Finn, Santana, Quinn y Rachel — good times never seem so good.

Pero ella sonríe, le está gustando la canción y por el momento está mirándome, lo hace de una manera muy diferente a la noche anterior.

I've been inclined to believe it never would — sigo sin dejar de mirarla, aun cuando sé que los demás están presentes, solo existe ella frente a mí — Oh, sweet Caroline.

Mis compañeros siguen cantando, y veo a Quinn por un momento, no canta pero me mira diferente, como esperando algo más de mí.

Good times never seem so good. I've been inclined — entonces lo hace, Rachel comienza a cantar y sonreír aún más, luce feliz y baila en su asiento al ritmo de la canción — to believe it never would oooh oh no.

He terminado de cantar y mis compañeros aplauden satisfechos al igual que el Sr. Schue, pero a mí solo me interesa ella y ese asentimiento de cabeza es lo único que necesito. No puedo evitarlo pero estoy satisfecho con lo que he logrado por ahora.

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—... Convirtiendo a Tommy Tune en el primer ganador del Tony de oro en cuatro categorías — he de admitir que de todo lo que ha dicho Rachel he escuchado solo la menor parte, pero no importa si no deja de hablar, caminar por la escuela con ella a mi lado hace que cualquier cosa valga la pena.

—Que interesante — le digo gentilmente — Nunca me dijiste qué te pareció mi mezcla de solista — le pregunto mirándola mientras seguimos caminando.

—Aún te falta alcanzar el "Sí" alto — dice siendo la Rachel imponente que piensa que todos debemos hacer lo mismo que ella para ser perfectos — eso es el broche de oro para un barítono. Tuve que ayudar a Finn durante semanas para que lo alcanzara.

¿Es en serio?, pienso y no puedo creer que sea capaz de arruinar el momento mencionando a mi ex mejor amigo.

—Eres un gran interprete Noah — ella se detiene al ver la molestia que causa en mi la mención de Finn en este momento.

Y sí, escucharon bien, esta chica es la única en toda la escuela con el derecho de llamarme por mi nombre, un derecho que no recuerdo haberle dado y que sin embargo está allí.

—Sólo quiero decirte lo orgullosa que estoy de caminar a tu lado enfrente de toda la escuela.

Caminamos nuevamente y luego de dos pasos algo frío golpea en mi cara, cierro los ojos pero es algo tarde mientras siento que resbala por mi rostro mojando mi camisa. Rachel ahoga un quejido y no dice nada.

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—Eres bastante buena haciendo esto — le digo con los ojos cerrados y sintiendo sus caricias en mi cabello, mientras lo lava. Tengo mi cabeza echada hacia atrás sobre uno de los lavamanos del baño.

—He tenido mucha práctica — eso que acaba de decir me hace sentir mal — tienes más suerte que Quinn y yo — dice y la imagino con una dulce sonrisa en sus labios — tienes el pelo corto — abro los ojos un momento mientras ella detiene el masaje y coge una toalla.

—Lamento haberte hecho esto antes — lo digo sinceramente, arrepentido de esos actos que cometí anteriormente.

—Está bien — dice sentándose sobre mis piernas, tomo la toalla y suspiro.

—No, no lo está. Nadie merece este sentimiento — respondo enderezándome para verla directamente — ¿Sabes cuál es la peor parte de esto? — Rachel me mira fijamente — no es que te ardan los ojos o que el granizado gotee lentamente hasta tu ropa interior.

No puedo evitar darle una mirada al cuerpo de Rachel, pero sin alargar el momento para no incomodarla.

—Es la humillación — es el momento de ser sincero y sensible con ella — siento como si fuera a estallar en llanto en cualquier momento — necesito fuerzas para decir lo siguiente sin saber cómo lo tomará — Rachel lo siento muchísimo pero hoy cuando el timbre suene a las 3:30 — hago una pausa para responder.

—Irás a la práctica de fútbol americano — ella termina la frase sin mirarme a los ojos pero a pesar de ello noto su decepción — lo que significa que ya no podremos estar juntos.

—Sí — respondo sin ganas — ¡Rayos!, me siento como un mal judío — mis palabras salen despacio y ella se inclina un poco dejando un beso en mi frente, lo que me hace sentir aun más miserable.

Rachel se levanta y coge sus cosas, sale del baño dejándome solo y jodido, pero esta vez es diferente.

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Lo medite mucho, pero fue lo mejor, no importa nada al menos no en este momento mientras camino a paso lento pero decidido para llegar a donde debo. Veo a dos de mis compañeros de fútbol entrar primero y eso me ayuda para hacer lo mismo.

Entro despacio y cabizbajo con las manos en los bolsillos del pantalón, sin embargo la veo, sonríe acercándose a mí, quizá feliz por verme aquí.

—¿Estás seguro de esto, Noah? — Pregunta despacio pero con la suficiente determinación para que todos la escuchen — elegirnos a nosotros por encima del equipo significa que puedes recibir un granizado en tu cara todos los días — y eso lo sé, pero de no estar seguro estaría en el campo entrenando. La miro a ella y luego al resto del Club antes de responder.

—Tráelo — le digo antes de abrazarla y ella sin dudarlo me corresponde, escucho que alguien se pregunta por Finn pero lo ignoro, quiero disfrutar del momento con Rachel.

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Mientras estoy sentado en las gradas, observando al equipo de fútbol puedo notar unos pasos aproximándose. No me es difícil saber quién es, la conozco perfectamente.

—¿Lo extrañas? — me giro para verla y sonrió ampliamente. Me pongo de pie y camino hacia ella.

—No, no puedo extrañar aquello que me haría perderte de haberlo elegido — respondo con sinceridad mientras toma sus manos entre las mías.

Ella sonríe complacida con mi respuesta y sin dejar de mirarla a los ojos beso sus manos dulcemente, sé que mi sonrisa es aún más grande que la de ella.

—Te quiero, Rachel Berry — estoy sonriendo mientras la miro a los ojos sintiendo al fin que estoy en el lugar correcto — te quiero — vuelvo a repetir mientras colocó mis manos a ambos lados de su rostro — y sé que no será fácil todo esto, puedo ver en tus ojos la existencia de las dudas — pauso un poco mi discurso y suelto un suspiro — pero seré paciente y te enamorare cada día.

—Te quiero, Noah — vuelvo a sonreír al escucharla llamarme así, acorto la distancia que nos separa uniendo su frente con la mía — y no te preocupes, no tendrás que esperar mucho tiempo, te lo aseguro — sonríe, no lo dudo y la beso lentamente y sin prisas, disfrutando de la sensación que el beso trasmite.

—Rachel — sonrió contra sus labios — no soy perfecto y he cometido un sin fin de errores, pero quiero que estés segura de algo — me mira atenta — te haré feliz siempre, sin importar la hora o el clima, siempre estaré para ti. Porque sé que los mejores tiempos nunca se vieron tan bien como ahora — ella sonríe recordando la canción y me besa castamente.

—Noah, gracias por ser solo como tú sabes serlo — acaricia mi mejilla mientras le abrazo por la cintura aun mirándonos fijamente — no quiero que cambies, solo se tú mismo porque así has comenzado a enamorarme — sonrió y la vuelvo a besar despacio, como si el tiempo fuese inexistente y no necesitara de nada más. Porque en realidad no lo necesito.

Porque ella era Rachel y yo no volvería a ser Puck, porque a partir de ese momento sería Noah, el Noah de Rachel; mientras nos duré.


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