Hola.
Bien, esto responde a un conjunto de viñetas que tenía ganas de escribir hace tiempo, y como no me decidía sobre qué escribir, elegí como motivo, varias leyes de Murphy. Todas las viñetas tendrán una ley.
Disclaimer: Nada es mío.
Aclaración: Todo tipo de rating y todo tipo de personajes. Las viñetas están desligadas entre sí.
Momentos
Es más fácil obtener perdón que permiso
Bella está sola en casa y es una tarde relativamente soleada. Desde adentro de la casa, con las cortinas cerradas y el edredón enredado entre su pelo, Bella imagina que la tarde está relativamente soleada, pero no lo sabe. El caso es que no, se equivoca y los nubarrones se aglomeran y ocupan todo el cielo.
Como sea, el caso es que no importa, porque con lluvia o sol, ella está allí, luchando por encontrar las sábanas con los pies, en una habitación que está tan sola como suele estarlo cuando Edward no está allí. Porque se fue de caza.
"Cuidado con la luna" había bromeado en un intento de ser sutil y evitar decirle con su mejor sonrisa "Aléjate del chucho, que muerde" y antes de que ella replicara lo obvio, con una sonrisa de suficiencia, él añadiría "pero yo no tengo garras".
Lo difícil de los domingos sin Edward, es que ya ha hecho todo lo que tenía que hacer -y lo que no también- el sábado sin Edward.
Todo no, qué va.
Hay algo que no hizo. Algo que no hace aproximadamente desde hace dos semanas y que la lleva a tropezar con el edredón en un precipitado intento de triunfar en la lucha contra la ropa de cama y dirigirse al baño, porque no puede dirigirse a La Push con el cabello así, ni con su pijama, ese short gris gastado y esa remera ancha llena de agujeros.
Y se marcha: desayuna ligero, se viste y no pierde tiempo en el espejo, porque jamás se verá ni la mitad de bonita que Alice.
Jake se alegra de verla, la arrastra hasta la playa, le propone excursiones atrevidas, andar en moto y hasta practicar salto de acantilado. Y ella ríe, como sólo se permite reír con él, cuando pierde la cabeza y todo es sumamente irresponsable, casi hasta írsele de las manos.
Entonces, bajo la sombra de su árbol, con la espalda de Jacob contra la suya propia, lo oye preguntar:
– ¿Acaso tu querido zombi dejó de temer que te contagiara mis pulgas?
Ella ignora la amargura y la ironía en su voz.
–Supongo. –responde con desgano.
Él arquea una ceja y ríe al comprender la situación.
–Me perdonará. –asegura. –Siempre puedo decirle que me secuestraste.
–Por supuesto, y ser la Helena de Troya de La Push. –bromea.
Ella hace una mueca y definitivamente no se siente como Helena de Troya, ni pretende que la furia de Edward haga hervir La Push. Por otra parte, no puede dejar de agradecer que la eternidad dure tanto, pues algún día, Edward deberá perdonarle su escapada.
...
Dejen un review y Bella no volverá a escapar :)
