Disclaimer: Ouran no es mío. Los temas vienen de la actividad "Tu host favorito" en fflandia.
1. -Vestimenta
No, contrario a la opinión popular, no le molestaba en lo más mínimo usar trajes. Para alguien de la familia Ohtori, era completamente normal este tipo de vestimenta. La manera en la que uno se viste, dice mucho del tipo de persona. Los trajes de la familia Ohtori reflejaban justamente lo que eran: la Elite de la sociedad.
Claro que bajo las circunstancias actuales, hubiera preferido haber escogido algo diferente. Cuando había invitado a Haruhi a cenar estaba planeando una velada algo sencilla en uno de los restaurantes altos de la ciudad. No debía ser demasiado lujoso para no atormentar a Haruhi, pero sí quería que fuera algo especial.
Cuando llegó en su limosina a recogerla y ella y su padre salieron en ropas cotidianas, supo que algo andaba mal. En el momento en que ambos le llevaron al albergue para cenar con los niños huérfanos, definitivamente se dio cuenta de su mala elección de ropa.
Ahora que su traje de marca estaba lleno de papilla, yogurt, jugo y demás cosas extrañas que los niños mandaban volando en su guerra de comida, casi se daba de golpes contra la mesa.
Las cosas cuando salia con la familia Fujioka nunca salían como él lo planeaba y definitivamente no eran para usar traje.
– Las niñas dicen que pareces un príncipe Kyouya-sempai –le dijo Haruhi mientras se sentaba a su lado y quitaba restos de papa de su traje.
– No sabía que los príncipes estuvieran cubiertos de comida –le contestó algo enojado mientras se dedicaba a limpiar sus gafas de lo que parecían restos del pastel de chocolate.
– Claro que sí, –le contestó ella mientras quitaba más caramelo de su traje. –Con tanto postre encima, eres como un príncipe de dulce.
Kyouya miró escéptico a Haruhi durante unos instantes. Tenía que estar tomándole el pelo, pero no, ella sencillamente estaba comiendo el caramelo que quitaba de su traje.
– Claro que les dije que eras mi príncipe y que no pensaba compartirte. Pero que podía traerte a cenar una vez a la semana. ¿Qué opinas? –los ojos chocolate de Haruhi le miraban divertida mientras se levantaba de la mesa y se dirigía a jugar con los niños y con su padre.
Kyouya se quedó pensando que Haruhi ni siquiera había esperado una respuesta. Por supuesto que no, sabía que Kyouya no podía negarle nada. Aún si tenía que mandar hacer más trajes para poder desperdiciar cada semana en la guerra de comida del albergue.
