¡Hola! Este es mi primer fic rinharu, originalmente sería un one-shot, pero decidí dividirlo en un mini fic de tres partes. Esta basado en el cuento de Hans Christian Andersen y un poco en el de disney
Tenía mucho tiempo con ganas de escribir algo así, pero tenía otros fics y no estaba muy segura, pero hoy me anime para hacerlo y más con las imágenes de princesos que he visto últimamente. xD
Capitulo 1
Hace mucho tiempo,- cuando los hombres se deslizaban en la tierra sobre sus carruajes tirados por bestias y movidos por ruedas gigantes de madera- existió una pequeña criatura del mar parecido a los humanos, pero en lugar de un par de piernas firmes, tenía una larga cola de pez al igual que todo los de su especie. Tenía unos ojos azules como el mar, y un cabello de color oscuro.
Nadie amaba el agua más que él, se sentía bendecido por ese regalo de los dioses, su amada y limpia agua. Solía nadar solitariamente largas distancias sin preocuparse por nada a su alrededor, poco le importaban sus hermanos o su padre el rey de mar.
La única persona a quien escuchaba atentamente era a su abuela quien estaba a su cuidado, pero ella no tuvo la culpa de lo que sería su destino, ella solo le dijo un día cuando era tan solo un niño:
-Haruka, cuando cumplas 16 podrás ver la tierra firme
-¿Cómo es? –preguntó sorprendido
- Es aburrida - dijeron sus hermanos Makoto y Nagisa- Ignorala Haru.
-No debe ser tan divertido como parece- Agregó Nagisa.
-A mí me asusta un poco- confesó Makoto- Debe ser peligroso
Aunque siguieron insistiendo que no se perdería de nada, el bicho de la curiosidad le picó y siguió preguntando a su abuela por aquello que llamaban "humanos" quienes eran los seres que habitaban la tierra firme, una obsesión creció en el infante. Pero sintió también lastima por ellos, ¿Cómo podrían vivir sin siquiera conocer la intensidad el mar? ¿O estar separados del agua tanto tiempo? Deberían llevar una vida muy monotana y aburrida en la tierra firme si no podrían nadar
Muchos años pasaron después desde aquella promesa, y de sus hermanos Haru, por ser el mayor sería el primero con tener la oportunidad de ver la superficie. Su abuela hizo de ese día de su cumpleaños muy especial hasta que llego ese momento, el cual el moreno esperaba con ansias.
-¿Listo? –le dijeron su abuela y sus hermanos
-Si –respondió sincero
Nado arriba de la superficie, no necesito de mucho tiempo pues su nado era rápido, así que en segundos llegó. Lo primero que vio fue un mar oscuro sobre él, recordó entonces que se llamaba cielo y pero lo creía más azul, mientras estaba en sus meditaciones se sorprendió al notar que el agua brotaba del cielo...¡La superficie no era tan mala! Cada vez aumentaban esas gotas siendo más y más intensas
Entonces vio aquella bestia gigante de madera, ondeandose torpemente de un lado a otro, escuchó gritos y sonidos apuntando hacia el cielo y después a aquellas líneas de luz que salían de él.
-Tsk, Tranquilos- escuchó decir una voz una vez que se acercó, se oía enojado- Yo les dije que era mejor volver.
Haru quiso escuchar al dueño de esa voz, le cautivo aquella melodía y se movió un poco para ver su rostro, solo para ver a la criatura más hermosa que había visto en su vida: Alto, musculoso con una melena pelirroja rebelde cayendo en sus hombros y su cara blanca como perla, adornada por dos ojos color rubí. Su corazón latió muy fuerte, y trato de disfrutar lo más que pudo de esa vista maravillosa.
Aunque podría haber estado mirandolo todo la noche, el destino tuvo pensado otra cosa para aquel barco, un gran rayo lo partio a la mitad, haciendo que el barco empezara a huir lo más rápido que podía.
Pero el joven pelirrojo se quedó en el barco, una tabla cayó sobre el dejándolo inconsciente, y al merced del mar quien empezaba a atraerlo a su interior. Haru sabía bien que los seres de la tierra no podían sobrevivir allí abajo y de inmediato acudió al rescate de aquel humano que lo cautivo. No estaba muy pesado, pero tardo un poco logró sacarlo a la superficie, el agua cayendo del cielo y las olas no ayudaban mucho
Pero finalmente pudo hacerlo usando todas sus fuerzas. Entonces lo dejo en la arena, a lo lejos pudo ver también a inconscientes y fallecidos compañeros de él tirados a su lado, por suerte ninguno de ellos lo vio.
Tuvo más tiempo para apreciar el rostro del hombre...nunca había visto a alguien tan bello a sus ojos, tan preocupado estaba que no se fijó que ya estaba en la extraña tierra firme
- Es mejor que regrese -pensó- Él ya está bien.
Presionó sus labios contra su mejilla, y por un instante el joven abrió sus ojos y los ojos de ellos se miraron el uno al otro sellando su destino, aunque el de tierra firme los volvió a cerrar. Notó también que tenía unos curiosos dientes que recordaban a un tiburón, que era uno de los animales más feroces del mar, le parecieron algo extraño
-¡Principe Rin!-gritó una voz a lo lejos y el aludido se sacudió despertando- ¿Dónde está?
Supo entonces Haru que ese era su nombre, y que era hijo del rey al igual que él ¡Era una buena señal! Sin embargo tuvo que volver a casa, había tardado demasiado y su familia debería realmente preocupados, por lo que tuvo que dejar al príncipe con el recuerdo de unos azules como el mar mirándole.
Al llegar de nuevo a casa, de inmediato platicó a sus hermanos lo ocurrido. Y como supo no le comprendieron, su abuela incluso le advirtió que no era buena idea. Tal vez por eso sintió necesidad de hacerlo, tenía que ir con los humanos y ver como estaba el príncipe a quien salvo de morir en las profundidades. Para eso necesitaba conseguir ayuda.
No le importaba lo que tuviera que hacer, buscó desesperado en todo el mar quien le ayudará, hasta que escuchó hablar acerca de una bruja llamada Ursula.
Muchas gracias por leer!
Disfrute mucho escribir Rinharu *-* y espero sus comentarios, quiero subir la continuación lo más pronto posible. Y justamente veo las sirenitas xD
bye
