Bueno como les prometí aquí les traigo mi nuevo fic, espero que les guste, como ya saben los primeros capitulos siempre son algo aburridos porque es una especie de introducción pero en este fic en el segundo capi ya hay algo de acción. Que lo disfruten y se diviertan.

~Nuevo Inicio.~

Hacía un calor infernal ese día, una hermosa joven de largo cabello azul claro anudado en una coleta de caballo alta caminaba por las calles de la ciudad de Mushillori. Buscaba un instituto privado, había aprobado el complicado examen y al mudarse a esta ciudad había podido coger plaza en ese instituto. Las plazas eran muy difíciles de conseguir pues era un instituto muy exigente. La joven recogió su cabello dentro de una gorra roja y lo dejó ahí dentro para poder mantener la nuca un poco más fresca, definitivamente ese día hacía demasiado calor.

Por fin lo había encontrado, al estar en una ciudad prácticamente desconocida había tardado muchísimo más en encontrarlo de lo que pensaba. La joven entró y fue a secretaría a hacer su inscripción. Llevaba unos pantalones cortos, anchos de gimnasia azul oscuro, una camiseta roja con el escudo de su antiguo colegio y unas zapatillas blancas. Esos colores resaltaban muy bien su blanca piel, no era muy alta, más bien de metro cincuenta y siete o cincuenta y ocho.

La joven se llamaba Botan, era muy alegre y despistada y siempre ayudaba y daba todo por sus amigos. ¡Oh, sus amigos! ¡Cómo extrañaría a sus amigos! Rellenó los últimos apartados de la solicitud de inscripción y le dieron un uniforme, después salió del recinto para dirigirse a buscar trabajo y así no hacer que sus padres pagaran tanto.

Encontró una cafetería no muy lejos de su nuevo instituto, entró y preguntó por el dueño del local, le dio su currículum. Si no estaba equivocada esa cafetería era la de un amigo de su padre, donde buscaban una camarera enérgica para ayudar con la tienda. Después de terminar su entrevista de trabajo le dieron su uniforme y su horario. Había sido aceptada en los dos sitios que le interesaban, esperaba con ansias que llegara mañana para poder ponerse manos a la obra y demostrarles a los señores Yukimura que no habían hecho una mala elección y de paso a lo mejor hacia algún amigo.

Al día siguiente la joven se levantó temprano, estaba ansiosa, quería empezar a trabajar. Se probó su uniforme que consistía en un vestidito rosa hasta las rodillas y un delantal morado, le quedaba muy bien, resaltaba su esbelta figura ya que aunque no fuera muy alta o no tuviera un cuerpo de infarto, no era fea, era normal.

Después de ello, salió del vestuario y empezó a trabajar, allí conoció a la hija de los Yukimura, Keyko. Era una chica muy guapa, alta de cabellos castaños, lisos y largos, cuerpo esbelto, tez blanca pero ligeramente más bronceada que la suya, cosa no muy difícil pues ella era tan blanca como la cal. Por último, Keyko tenía una figura envidiable y no solo eso sino que era amable y muy simpática. Enseguida ambas congeniaron y empezaron a hablar de sus cosas.

Oye, te llamas Botan ¿no? La hija de los Yakimitsu.

Sí, tú debes de ser Keyko la hija de los señores Yukimura.

Sí, encantada de conocerte.- dijo con una sonrisa amable.

Igualmente aunque se supone que ya nos conocíamos así que más bien es como un reencuentro ¿no? - dijo Botan con su característica sonrisa.

Sí, se podría decir así.

Después de ello ambas empezaron a reír y siguieron hablando mientras Keyko le enseñaba el funcionamiento de los aparatos y a hacer varios platos distintos.

Oye Botan, me dijo mi padre que entrarás en nuestro instituto.

Sí, me costó pasar la prueba debe de ser muy exigente, espero que no se pasen conmigo.

No creas, está muy bien. ¿Cuántos años tienes?

Voy a cumplir diecisiete dentro de poco.

Entonces eres de mi edad, ¡Iremos a la misma clase!

¡¿En serio?

Sí, como es muy difícil entrar en el instituto solo tenemos una clase de cada curso.

¡Genial! Ya tengo una amiga. Tenía un poco de miedo por si en realidad no hacía ningún amigo.

No seas tonta, seguro que con lo simpática que eres nada más entrar te harás de las chicas más populares y con tu belleza también de las más codiciadas.

Que va mi belleza no se compara con la tuya yo soy más bien normalita.

Ambas empezaron a reír y siguieron trabajando. Por la puerta del establecimiento entraron dos jóvenes. Uno era muy alto, excesivamente alto, de pelo naranja, ojos pequeños y negros, facciones duras y muy musculoso, el otro era un poco más bajo, de cabello azabache, ojos grandes y marrones oscuros y facciones más finas que el otro, también era muy musculoso aunque no tanto como el de pelo naranja. Ambos tenían la piel bronceada del sol y vestían unos vaqueros rotos y una camiseta azul y blanca respectivamente. Se sentaron en una mesa mientras todo el establecimiento estaba en silencio y les observaba, parecía que acababan de participar en alguna pelea.

Keyko se acercó a ellos y empezó a reñir al chico de cabello azabache quien en un descuido de ésta le había levantado la falda para observar sus bragas y se reía. Keyko le dio un manotazo en la cara y escribió sus pedidos, luego se fue donde estaba Botan para preparar dos bocadillos y dos cafés.

¿Conoces a esos chicos?

¡AH! Sí ellos van a nuestra clase también.

¡En serio!- Botan abrió mucho los ojos lo que causó mucha gracia a Keyko.

Me estás tomando el pelo ¿no?

No, ellos también vienen.

Pero ¿cómo…?

¿Cómo han entrado? Muy simple, aunque sean un poco vagos y siempre se metan en líos son muy inteligentes.

Aaamm. Y conoces al chico de cabello azabache ¿no? Por lo que he podido ver os lleváis muy bien.

Sí se llama Yusuke Urameshi. Los conozco a ambos desde pequeños, siempre he ido con ellos desde pequeña. Con Yusuke llevo toda la vida, al otro lo conocí en primaria. Se llama Kasuma Kuwabara, soy muy amiga de su hermana, ya te la presentaré.

Vale, el tal Yusuke es muy guapo ehh.- tras decir esto Keyko se tensó y aunque intento disimularlo Botan se dio cuenta.

Que dices si es un idiota y un pervertido.

Ya pero te gusta.

¿eh? A mí no me gusta.

Sí claro y yo soy Miss mundo.

No me gusta. Reconozco que es muy guapo, divertido, agradable, fuerte y algo payaso. Pero también es un guarro, hace bromas que no son divertidas, se pelea constantemente con todos y es un poco vago.

Ya pero aún así le quieres.

Sí, digo NO.

Jajajaja a mí no me engañas. Tranquila no le diré a nadie. Te ayudaré.

Gracias. Anda llévaselo tú y así los conoces un poco, ya verás que son muy majos.

Botan cogió las bandejas con los bocadillos y los cafés. Les llevó todo y cuando llegó a la mesa intentó entablar una conversación para comprobar si lo que le había dicho Keyko era cierto.

Tú eres nueva ¿no?

Sí me llamo Botan Yakimitsu, encantada de conoceros. Aquí os traigo vuestros pedidos.

¿Hace mucho que estás por aquí? ¿eres amiga de Keyko?-le preguntó Kuwabara.

Tranquilo Kuwabara, no la atosigues.

No importa.-dijo mostrando su carácter alegre y amable- Hace dos días que llegué a la ciudad, me he inscrito en un instituto y me han dado trabajo aquí. Conozco a Keyko desde antes pero no nos acordamos así que se podría decir que nos acabamos de conocer.

¿Y qué te parece?

Pues es muy amable y gentil. Es un buen partido y como amiga me cae genial.- dijo Botan con alegría a lo que Yusuke sonrió.

Entonces si eres amiga de Keyko, ¿Puedo hacerte una pregunta?

Ya lo has hecho.- dijo riendo.- Adelante.

¿Cuáles son tus medidas? Empezando por arriba.- dijo Yusuke.

¡EH!- Botan se sonrojó al instante y justo cuando le iba a gritar un par de verdades Kuwabara la defendió.

Urameshi, no seas pervertido. Perdónalo preciosa dama.- dijo cogiéndole las manos.

No importa.

¿Te gustaría salir conmigo?

¿Qué? Oye, no crees que vas un poco rápido.

Es posible pero tu belleza es impactante.

Después de ese comentario Botan rió, esos chicos le habían caído fenomenal aunque a veces eran un poco raros, quizá solo eran cosas de chicos, total ella nunca lograría entenderlos eso lo tenía muy claro. Estuvieron conversando de vez en cuando un rato más y luego los chicos se marcharon. Desde ese día no habían vuelto a aparecer por la cafetería, mientras tanto la relación entre Botan y Keyko se fortaleció. Se hicieron grandes amigas en poco tiempo.

La semana pasó rápido, era por la noche y Botan se encontraba dando vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño, estaba muy emocionada y nerviosa, mañana sería el primer día de clase, lo que no sabía era que tendría que enfrentarse a unos pequeños contratiempos.