Clyde y Token se encontraban en la habitación de este último, jugando videojuegos. Se había vuelto casi una rutina desde que sus otros dos amigos habían empezado a salir en secreto, excusándose de que tenían mucha tarea y debían hacerla en grupo de a dos. Por supuesto, la excusa esa no duró mucho, ya que era MUY sospechoso que todo lo tuvieran que hacer juntos.
Un momento incomodo se había formado en la habitación. Lo único que se escuchaba era la molesta y pegajosa musiquita del juego. Harto de ese ambiente, Clyde empezó a hacer preguntas.
-Hey.- dijo sonriendo alegremente. -Dime, ¿Te parezco bonito?-
-No.- le contestó.
Clyde abrió los ojos de sobremanera, tragó saliva y siguió preguntando.
-¿E-Estoy gordo?- preguntó horrorizado.
-Por supuesto.- le volvió a responder, sin despegar la mirada de la pantalla. Clyde estaba desesperado.
-¿Te gustaría estar conmigo para siempre?- preguntó con un hilo en la voz.
-¡De ninguna manera!- exclamó Token haciendo una mueca de asco.
-¿Entonces… no llorarías si yo me fuera?- preguntó al borde de las lagrimas.
-No.- le respondió indiferentemente.
Clyde no necesito hacerle más preguntas. Con unas lagrimas sobre su cara, estaba dispuesto a irse cuando algo lo detuvo. Se dio vuelta y miró sorprendido. Black le estaba sonriendo de la forma más dulce que él haya visto.
-No eres bonito, eres lo más HERMOSO que he visto en mi vida. Lo único gordo o grande que tienes es tu corazón, el que siempre sueño que mi nombre tenga escrito y yo sea su único dueño. Yo no quiero que estés conmigo para siempre, yo NECESITO que este conmigo para siempre. Y no, no lloraría si te fueras, yo moriría.– Le terminó de responder con una lagrima corria por su mejilla.
Clyde que no había parado de llorar, ahora solamente derramaba esas lagrimas, pero de felicidad. A medida que Token decia esas bellas palabras, un rubor y una sonrisa iban apareciendo en el rosto del castaño. Era más de lo que quería escuchar.
Cuando finalmente Clyde pudo reaccionar, se abalanzó sobre Token, quien seguía sentado en el piso, dandole un dulce y apasionado beso pasando sus brazos por su cuello, mientras este le pasaba los brazos por su cintura.
Clyde descubrió que solo hicieron falta 5 preguntas para volverse la persona más feliz.
No se porque pero me dieron ganas de escribir sobre esos dos :3
