Boston, quien diría que al final el destino lo llevaría a la ciudad más antigua de Estados Unidos, no es que odie esta ciudad, no, todo lo contraria, ya la ha hecho más mía que en la que nací, solo que es extraño como después de un drama de un embarazo adolecente y la desaparición de la madre adoptiva y mi siempre ex novia Quinn en Yale para después no volver y solo tener de ella una postal al año diciéndole que esta bien, ,mi mejor amigo muerto y una decisión impulsiva por parte mía al querer honrar su memoria enlistándome en el ejercito, si Boston es mi nuevo hogar, adiós Lima.

Pero ahora mi vida estaba iniciando aquí en Boston. The Mather School me había recibido para impartir la clase de gimnasia al ser recomendado por al coronel a cargo de mi clase en la escuela militar en la que estuve por casi tres años antes de darme cuenta que ese lugar no tenia nada bueno preparado para mi. Ahora atormento niños como lo hacía en la escuela primaria, solo que mejor, todos le llaman "motivación dura" y me pagan por eso.

Pero la paga es lo único malo, no es tan mala, digo, si estuviera pensada en satisfacer las necesidades básicas como vivienda y alimentación y uno que otro gusto en el bar de Rudy's en la misma calle en la que esta mi departamento, pero no para reparar este estúpido coche!

En fin, hace dos años que vivo en esta ciudad, pero mis ahorros no bastan para poder solventar los gatos de un nuevo motor que el mecánico me dijo hace unas semanas después de que mi nena me dejara varado en medio de una tormenta de verano, sino fuera por una de las madres de una de mis alumnas tendía que haber caminados hasta mi departamento, claro que esa vez no termine en mi departamento precisamente, pues después de todo tenía que pagar el favor al recogerme, además tenía frío.

Así que desde ese momento trabajo por las noche en el bar, la paga es casi la misma que en la escuela, pero es en las propinas donde de verdad esta el paraíso, ya había oído hablar sobre el Laboratorio de Patología a unas calles del bar pues los científicos que trabajan en ese lugar vienen por las noches a tomar al salir, la mayoría de ellos son chicas, así que eso me dio la idea de usar mis encantos para poder ganar unas propinas extras.

Generalmente no es gran cosa, solo un "nena", "cariño", tomar su mano por encima de la barra o cerrarle un ojo, eso marca la diferencia entre 5 y 20 dólares. Ya me ha dicho mi compañero Larry sobre esto, pero que más da, de todos modos no quiero trabajar toda mi vida en un bar como el barman, solo quiero reunir los siete mil dólares para pagar el nuevo motor y no volver a prepararla a alguien algo de toma en mi vida.

O al meno eso fue lo que pensé cuando la vi.

Desde que salí de la academia militar no volví a ver a nadie del club glee, o al menos nadie en persona. Supe como Rachel fue destrozada por la critica en su papel en Funny Girl en Nueva York, pero se repuso en unas actuaciones para la televisión y hasta de una película hablaba, claro que no vio el estrellato hasta que el grupo que formo con Kurt, Santana y el chico que no recuerdo como se llama, Pamela algo ha estado triunfando en todo el país, claro no me encanta el estilo electro pop que manejan, pero me da gusto que ellos hallan logrado su sueño de vivir para cantar.

Hablando de sueño cumplido, el chico Blaine también le ha ido bien en la música, desde que él y Sam formaron un dueto han logrado meter una que otra canción en la radio y en mi iPod, y Artie quien es el único que mantengo contacto por Twitter, él es el director más solicitado por estos dos grupos además de Mercedes quien junto con su coreógrafo Mike ha logrado que la prensa la vea como la nueva Beyonce e incluso la comparen con Whitney Houston; pues sus videos han sido nominados por varias compañías de música como MTV.

Pero en fin, hablo de ella, Tina, recuerdo que en la secundaria no éramos precisamente los mejores amigos, o incluso amigos. Pues desde que nos conocimos vivimos una relación más de te arrojo un granizado en la cara y tu me guardas rencor el resto de tu vida, yo simplemente la conocía como la Morticia asiática, la única chica del coro a la cual nunca me tire, no es que no quisiera ya que el porno asiático se ve muy bien a mi parecer, solo que al final cada movimiento que trataba de hacer con ella me llevaba a un callejón sin salida.

Hace casi cinco años que no la había visto, hablado con ella o incluso intercambiar alguna señal de vida en redes sociales, pues al parecer después de salir de la secundaria Tina desapareció del mapa alejándose también de Lima sin dejar rastro solo a sus amigos más cercano, entre los cuales por supuesto no estaba yo.

Pero ahora esta aquí entrando al bar donde trabajo, aun con la bata del laboratorio donde supongo trabaja.

-Noah?- Hablo la chica con la que estaba platicando cuando Tina entro. –Qué dices? Aceptas?.

-Qué?- Respondí al percatarme nuevamente de su presencia, viendo como Tina tomaba asiento junco con un grupo al fondo de la habitación.

-Que si quieres ir conmigo a cenar- me dijo otra vez Sandy o Brandy no recuerdo como se llamaba.

-Lo siento nena, pero no puedo, tengo que trabajar- Respondí lo más tranquilo que pude.

-Pero no te he dicho cuando, además puedes pedir el día libre. Digo, desde que te conozco solo te he visto detrás de esta barra-

-Lo sé, pero ya te he dicho que quiero…-Me calle al ver por un costado como Tina caminaba hacía a mi con una sonrisa en su rostro, quizá me había reconocido y quería hablar conmigo o saludarme, pensé. Por alguna extraña razón sentí una calidez en el pecho.

-Disculpa- Dijo Tina tratando de leer la placa que tenia pegada en el saco del uniforme que nos hacían portar- Noah? Podrías traernos cuatro cervezas a aquella mesa.- Dijo apuntando a la mesa donde estaba sus amigas riendo.

-Claro, Tina- Respondí sin pensar.

-Cómo sabes mi nombre?- Pregunto sorprendida al escuchar su nombre.

-Porque te conozco-

-A sí? No te recuerdo.-

-Soy yo, Noah-

-Si eso ya lo sé, lo dice tu placa de presentación-

-Puckerman- Respondí un poco dolido al no reconocerme, pues mi apellido tampoco le decía nada- Puck.

-Puck? El único Puck que conozco es el del club glee y creo que huyo del país por un delito que cometió en Atlanta- Dijo convencida de ese chisme que desde luego ya conocía.

-Pues lamento decepcionarte, ese rumor es falso, desde ese delito hasta mi huida.-

-Enserio ere tú?- Me preguntó.

-Pues no lo comprobé esta mañana, pero mi ropa interior dice que sí-

-Noah?- Escuche la voz de la chica con la que hablaba antes- Me has dejado abandonada.

-Disculpa cariño, es que me rencontré con una vieja amistad-

-Esta bien, solo por ser tu te perdono- Me respondió ella mientras su nombre seguía perdido en mi cabeza- Pero si iras conmigo a cenar.

-No sabía que estabas saliendo juntos Puck- Dijo Tina saludando a la chica.

-Pues es algo que esto tratando de volver realidad, pero el hombre es tan difícil de sacar de este lugar-

-Vamos nena, no tienes que ponerte celosa, es solo una amiga- Respondí a Tina entregándole las cuatro cervezas que me había pedido-

-Ja ja ja, tu ego no a cambiado nada, bueno tengo que regresar con las chicas- Dijo tomando como pudo los cuatro tarros y guiñándome un ojo- Nos vemos mañana Stacy-

-Adiós Tina- Respondió la mencionada, claro que en unos minutos olvidaría su nombre otra vez.

-Se conocen?- Le pregunte a Stacy.

-A Tina, claro, ella trabaja desde hace unos meses en el departamento de investigación genética en el laboratorio, es una chica inteligente solo que no sale mucho, como se acaba de graduar de la Universidad y se mudo hasta aquí y no conoce a nadie apenas se esta adaptando a la ciudad. Y tú, de donde la conoces- Me dijo

-Crecimos en la misma ciudad, ella y yo somos de Lima en Ohio, además estudiamos juntos hasta terminar la secundaria e incluso estuvimos en el mismo coro de la escuela por tres años- Respondí sonriendo al recordad mi vida antes de mudarme, había buenos y malos momentos en los pasillos de McKenley, pero al final siempre recordare ese lugar con cariño.

-No sabía que estabas en un coro, seguro canta hermoso-

-Aunque no lo creas nene- Respondí limpiando con una franela las gotas que había quedado de los tarros se había llevado Tina quien reía junto con sus amigas.

-Me gustaría que me cantaras en el odio solo a mi- Respondió Stacy jugando con su cabello rubio tratando se sonar lo más sensual posible, que aunque su intento so fue malo ya mi mente estaba ocupada con alguien más-

-Ja j aja, lo siento nena, pero mi respuesta sigue siendo no- Respondí. Después de eso ella solo resoplo, tomo su bebida y camino en dirección a la mesa donde ella estaba, toda la noche fue un intercambio de sonrisas y guiños, después de que dejaron el lugar descubrí en la mesa las propinas junto con una nota que decía:

Si quieres tomar un café o algo para hablar solo llámame – T.

Tome la nota y la guarde en el bolsillo, para cerca de las 12 de la noche, cuando termino mi turno le respondí un claro con mi celular.

.-.

Fue extraño como sucedió todo, habían pasado dos meses desde que nos reencontramos, me platico de cómo al final decidió no ira a NYADA junto con Blaine su mejor amigo y como este dejo de contestar sus llamadas después de que él y Sam se unieran en esa banda y se cazara con Kurt, evento al cual no fue requerida y que solo se entero cuando Rachel y Santana le llamaron para insultarla por no ir a la boda de su mejor amigo, desde luego ella les dijo que no sabía que se cazarían y Kurt solo dijo que fue Blaine quien dijo que ella no quería ir a la boda, cosa que resulto falsa, desde ese momento dejo de intentar estar en contacto con él, solo Rachel, Santana, Sam y Kurt siguen en contacto con Tina, más no volvió a cruzar palabra con Blaine, al igual que yo ella sigue muy cercana a Artie, quien fue el primero en enterarse de que Tina entraría a la escuela de ciencias en Stanford con una beca que la misma escuela le había otorgado por su excelencia académica. Al graduarse la mayoría de su clase corrió hasta la costa del pacífico en California donde las operaciones estéticas estaban en su mejor momento y eso prometía mucho a alguien como ellos.

Pero Tina quería usar su capacidad para la investigación en ayudar personas, por eso ahora esta en el proyecto de la Universidad Boston en investigación genética y así poder conocer mejor el comportamiento del cáncer en mujeres y así poder crear algún tratamiento, por eso llego hasta Boston.

El día que la cito en un café de la cuidad y comenzaron hablar ambos habían perdido la esperanza de encontrarse con viejos amigos, por eso no perdieron tiempo para volver a verse el próximo viernes por la mañana, Tina tendría el día libre y yo solo iría a la escuela una hora. Después se vieron en el bar donde Tina llego con la bata colgada de su brazo y se sentó cerca de mí toda la noche hasta que termine mi tuno, después la acompañe a su departamento, nos despedimos con un abrazo y me fui al mío.

Desde ese momento vi como mis propinas disminuyeron, claro deje de darle atención marca Puckerman a mis clientas por estar cerca de Tina, pero eso no me molesto.

Fue una noche cuando me decidí a dar un paso más cerca de ella, ella había salido de trabajar como cada día lo hace, entro al bar y se sentó en el banquillo que siempre esta libre para ella, dejo su bata en la barra y se soltó el cabello, como le gusta tenerlo y que en el laboratorio es obligatorio tenerlo sujeto.

-Oye, me preguntaba- me acerque sobándome la nuca en un movimiento involuntario- quieres ir a cenar algo después de que termine mi turno aquí- Dije marcándome como vitoria personal no tartamudear- Mañana no tengo que ir a la escuela y eso me permite desvelarme.

-Oh, lo siento Puck- respondió, solo sentí como un puñetazo en el estomago al escuchar el rechazo- Pero mañana tengo una reunión importante con los directivos del proyecto por la mañana y no puedo salir hoy.

-Oh, no importa- Respondí tratando de recupera todo el orgullo que me quedaba.

-Pero hoy en la tarde cocine pasta, y quedo algo que guarde en el refrigerador, si quieres podemos cenar en mi casa, así me ahorro el problema de regresar- Dijo – Solo que tu tienes que conseguir algo de beber- Termino apuntando uno de los vinos que había en el estante detrás de mi.- Ante eso no pude contestar nada, solo asentí rápido con la cabeza con la boca algo abierta como sonreía dulcemente.

Ya había probado la concina de Tina antes, la primera fue unos pastelillos que horneo para un evento de caridad en la escuela, claro que esos dos los robe sin que ella se diera cuenta, pero eran tan deliciosos que no me resistí a comprar otros cinco. Después ella trajo unas galletas que ella había hecho para el cumpleaños de Mercedes, lastima que entre Mike, Finn y yo nos comimos más de de dos terceras partes y la festejada no tubo tiempo de guardar alguna para ella.

Y esta vez no fue la excepción, claro que el platillo podría estar mejor si estuviera fresco, pero el refrigerador le dejo un sabor que el microondas solo intensifico, la cena fue agradable, no fue lo más romántico, pero el vino fue un buen toque aunque perdió toda clase cuando le propuse una competencia de eructos.

Pero fue cuando la botella de vino estaba casi por terminar cuando paso lo más memorable en esta ciudad desde que lanzaron el te a la bahía, tome su mano sobre la mesa sin pensarlo mucho y e acerque para besarla, no tardo mucho en responderme, al principio fue lento, solo nuestros labios juntos con movimientos tímidos y sin coordinación. Pero entonces ella abrió un poco su boca, en seguida capte la invitación para dejare entrar mi lengua en su boca, fue entonces cuando todo tomo intensidad, no supo en que momento de levanto de la silla para tomarla de la cintura y hacer que ella también se pusiera de pie con su brazo alrededor de mi cuello sin despegar nuestras bocas, aún sentía el sabor a cebolla y ajo de la salsa d la pasta, pero por extraño que parezca solo le dio más autenticidad al momento.

Después todo se volvió en cámara lenta, la caminata lenta y caliente hasta llegar a la cama de la chica asiática, nuestras manos buscando el mayor contacto con la piel para pasara arrancar nuestras ropas y después el resto del show mientras mis manos se entrelazaban con las de ellas sobre las sabanas azules y mis ojos sobre los de ella mientras mi sonrisa se unía en la de ella con un beso.

Después sentí miedo, no sabía como reaccionaria Tina conmigo, trate de no pensar mientras la veía como buscaba entre el piso algo.

-Bueno no planeaba esto- Dijo ella mientras se ponía una camisa algo más grande que la que traía antes seguido de la parte inferíos a la ropa interior.

-Perdón, no quería presionarte a hacer esto- Dije sentándome aun desnudo en su cama.

Ella solo se volteo con mi camisa puesta y una sonrisa mientras me veía – Lo sé, por eso no siento que halla sido un error- Respondió colocando su mano sobre la mía- ahora por más que me gustaría hablar de esto necesito dormir por lo de mañana- Dijo palmeando el lugar al lado de ella. Yo solo asentí para recostarme mientras jugueteaba con uno de sus mechones que escapaba de su almohada.

-Tina, y ahora que somos- Le pregunte mientras le rodeaba con mis brazos.

-No sé, ahora somos amigos con derecho, creo?- Respondió con un tajo de tristeza mientras se giraba para esconder su cara en mi pecho.

-No quiero se amigos con derecho Tina- Dije algo molesto por la etiqueta.

-No?- dijo en voz baja y me veía con una pisca de tristeza en sus ojos.

-Tina, quieres se mi novia?- Le solté, ella solo sonrió.

-Mañana hablaremos de esto Puck- Dijo acariciando mi mejilla con una de sus palmas- Pero por lo pronto, sí. Sí quiero ser tu novia- Respondió para después besarme y tratar de dormir, yo solo sonreí y bese su cabeza y tratar de dormir sabiendo que despertaría con alguien que no era solo una noche por primera vez desde que llegue a Boston.

Amaba esta ciudad que me daba la oportunidad de volver a comenzar otra vez, solo que no vine aquí en busca del amor. Me sentía feliz de estar aquí trabajando en algo que me gustaba, me sentía feliz de tener mi propio lugar para vivir, pero me sentía solo después de todo, ahora podía sentí que ya tenía alguien con quien compartir todo esto.