Ayer tuve otra vez esa pesadilla: En el calor de la batalla Sasuke mataba al amor de mi infancia… Sakura. No, no fue una pesadilla, desde el fin de la cuarta guerra ninja hace un año sueño eso todos los días pero ayer fue diferente, ayer en mi sueño vi un ángel.
—Lo… lo siento —oí después de un golpe en mi pecho —. Con… con permiso.
Ella, esa delicada paloma siempre había estado a mi lado y no la vi, siempre echándome porras en silencio oculta bajo su tímida capa.
— ¡Hinata! —
Volteó a verme con su par de perlas, su rostro adornado con un sonrojo y sus labios ocultos por su delicada mano. Si, ella era el ángel de mí sueño, ella que cuidó de mis pasos desde que nos conocimos, ella que me consoló cuando perdí a mi mejor amigo y a Sakura en batalla.
Tomé su suave mano dejando al descubierto sus delgados labios, sin preguntarle me aproximé a ellos hasta fundirnos en un beso. Hinata, el ángel de mis sueños y mi verdadero amor.
