Paroxismo.
No es la primera vez que Sharoran siente ese peligro mortal recorriéndole la espalda, lo ha padecido como un presentimiento que se arremolina en el centro de su pecho cuando la magia se torna ondulante frente a él, pidiendo combate, y ahora lo siente de nuevo, con ese par de esmeraldas cerradas, negándole todo un universo.
—Shaoran —susurra.
Él joven Li teme por su vida y por la de ella. Esa joven hermosa y valiente que colorea la vida a su paso y espanta la angustia con sólo una sonrisa, ahora luce tan vulnerable, débil e infinitamente humana frente a él, con las mejillas teñidas y el alma abandonando su cuerpo.
Coloca una mano sobre el pómulo de ella, tibio y suave, mientras su mente busca con desesperación las palabras para dedicarle en el último momento, porque Shaoran sabe que, después de eso ya nada será lo mismo. Siente vértigo y le inunda la fascinación, quiere saber lo que viene pero a la vez sufre tanto miedo, y se convence internamente de que no va a pasar nada, de que todo va a estar bien y que, como en otras ocasiones, los dos van a salir ilesos.
—Sakura —musita él con la voz ronca.
Esos labios a centímetros de los suyos significan tanto, porque le abren un nuevo mundo y le cierran otro. Shaoran es asaltado por el terror mientras siente explotar en su interior un invierno fúnebre, tratando de convertirse en algo cálido y pintoresco. Sus piernas y el cuerpo entero le tiemblan y algo resquebrajándose dentro de él, partiendo su alma en mil fragmentos, llevándole a un universo diferente.
—Te quiero —dice ella al tiempo que su aliento acaricia el rostro de él.
Y Shaoran no sabe bien lo que sucede hasta segundos más tarde, cuando ya ha recorrido metros de distancia. Una vez más le fallado a Sakura, porque ha conseguido escapar de nuevo del terrible y mágico primer beso.
Give me RR or your brain. *zombie attack
