Jealous? Me?

Los Mugiwaras habían llegado a una nueva isla esa misma mañana. Ahora se encontraban, todos ellos, en el interior de aquella isla deshabitada, mientras el Sunny descansaba tranquilamente en la costa.

Luffy iba al frente, con una rama al hombro, cantando una absurda canción. Le seguían Nami, acosada por Sanji, Franky, Chopper, Brook, Usopp, y Robin. El grupo lo cerraba Zoro. Después de aproximadamente una hora, llegaron a un claro de la selva con un pequeño estanque.

Allí había un curioso grupo de animales.

Un toro y un caballo pastaban tranquilamente. Un pequeño pájaro, más concretamente un petirrojo, descansaba entre las astas de un reno. Un pato nadaba a sus anchas en el estanque. Un pequeño armadillo, al notar la presencia de los humanos, se hizo una bola, protegiéndose con su coraza. Un mono saltaba de rama en rama de aquellos árboles. Una gata descansaba en una rama de un árbol, y un tigre, con una curiosa cicatriz en el ojo izquierdo, tal cual como la tenía Zoro, descansaba echado a la sombra.

El senchou de los Mugiwara corrió hacia el centro del lugar, y, extrañamente, los animales no huyeron de allí. El resto de tripulantes se acercaron también, observando a su alrededor.

El mono, que seguía balanceándose, se posó en una rama cercana a Luffy. El mono se quedó observando fijamente al pelinegro, y, después de unos segundos de miradas desafiantes, ambos empezaron a colgarse por los árboles.

La gata que descansaba sobre una rama, bajó de un salto, y, acercándose sigilosamente a Nami, empezó a restregarse contra su pierna. La navegante se agachó, y empezó a acariciar el suave lomo de la gata.

El armadillo asoma ligeramente el hocico, husmeando la situación. Al no sentir peligro, vuelve a su posición original. Con pasos cortos pero seguros, se acerca a Usopp, el cual primero se asusta al notar algo contra su pie. Al ver que era el animal, se relaja notablemente, y sonríe.

El pato, saliendo del estanque y sacudiéndose las plumas de agua, alzó el vuelo y se posó sobre la cabeza de Sanji. El rubio apretó el cigarrillo con fuerza, y miró hacia arriba. Inmediatamente después, intentó, en vano, quitarse al ave de encima, puesto que esta siempre volvia al mismo lugar. Al final, el cocinero se dio por vencido.

El toro bufa por la nariz, y se acerca, amistoso, a Franky. El cyborg palmea fuertemente el cuello del enorme animal, y grita un ¡SÚUUPER!

El caballo, de un bonito color negro brillante, se aproxima a Brook trotando alegre. Cuando está al lado del esqueleto, relincha suavemente. El músico levanta su huesuda mano y acaricia la crin del équido.

El reno, con una cornamenta impresionante, se acerca, cauteloso, al pequeño Chopper en Brain Point. El reno acerca su nariz a la azul de Chopper, olisqueando. El usuario de la Hito Hito No Mi se transforma a su forma de reno completa, semejándose más al reno que tenía delante. Este, agacha la cabeza y pone por delante sus cuernos, desafiándole. Chopper imita la acción, y comienzan una serie de embestidas, sin intención de hacerse daño.

El petirrojo que antes descansaba entre las astas del reno, ahora se encontraba sobrevolando la zona. Planeando suavemente, dio una vuelta alrededor de Zoro, para después posarse sobre su hombro izquierdo. El peliverde observó al curioso pájaro, y le puso su mano derecha delante, para que el ave se posase sobre sus dedos. El petirrojo así lo hizo. El kenshi colocó su mano a la altura de su rostro, para observar el animal. Entonces, el pájaro se inclinó suavemente hacia delante, posando su pico sobre el labio superior de Zoro, en lo que podría llamarse beso. Él estaba bastante descolocado, pues no comprendía nada. Simplemente se encogió de hombros, y volvió a colocar al petirrojo sobre su hombro.

Robin observaba, en silencio, a todos sus nakamas, fijándose en uno en especial. Zoro. Después paseó su vista por los animales, y pudo ver al único que todavía no se había reencontrado con su 'pareja' humana. El tranquilo tigre seguía descansando a la sombra de un árbol. Entonces, decidió acercarse ella. Dirigió sus pasos hacia el enorme felino, sin temor. Se agachó a su lado, y le acarició el pelaje rayado. Pudo observar como una de las orejas se movía ante su contacto. Robin se sentó a su lado, apoyando la espalda en el costado del tigre. Llevó su mano a la cabeza, acariciando por detrás de las orejas. En el mismo momento, pudo notar como la cola del gran neko acariciaba suavemente sus piernas, a la altura del muslo. La morena solo sonrió.

Usopp contemplaba a los animales y a sus respectivas parejas, y llegó a una conclusión.

-Oi, ¿No os parece que cada animal nos representa?

A lo que Luffy, observando a su peliverde nakama y al petirrojo que estaba sobre su hombro, dice:

-Entonces Zoro, ¿A ti te representa un pajarito?

El susodicho mira de reojo al ave que tenía sobre su hombro.

-Yo no lo creo así. –Robin intervino en la conversación- Más bien he deducido que este gran felino, más concretamente un tigre, es el animal que representa a Kenshi-san, y que el pequeño pájaro que él tiene sobre su hombro, un petirrojo, es el animal que me representa a mi misma. – Una sonrisa enigmática surcaba sus labios.

-Entonces… - Nami le daba vueltas al tema. – ¿Por qué entonces los animales se han ido con quien no tocaba? – La pelirroja observaba a Robin, para después pasar su vista a Zoro, y viceversa.

- Será algo… Instintivo. – Esa última palabra dicha por la morena mandó un escalofrío por la espalda a Zoro, y le erizó el vello de la nuca.

-¿Instintivo?- Caviló Nami. -¿Te refieres a que se sienten más atraídos a otra persona que a sus representantes humanos?

-Así es. – Corroboró Robin- El hecho de que… - La morena no pudo continuar, ya que el gran felino sobre el que estaba apoyada empezó a incorporarse ligeramente.

Ella se quedó sentada en el lugar, mientras observaba como el tigre se desperezaba. Después de bostezar mostrando su afilada dentadura a los Mugiwara, volvió a acercarse a Robin. El felino, sumiso, empezó a restregar su cabeza contra el brazo de la arqueóloga, mientras ronroneaba suavemente. La ojiazul empezó a acariciarle detrás de las orejas, para después pasar a su cuello, donde el tigre se inclinó y se echó sobre la hierba. Robin siguió por su lomo, notando el suave pelaje naranja del tigre entre sus dedos.

Zoro miraba la escena con ¿Celos? en sus ojos. Apretaba con fuerza los puños, conteniéndose. Nami notó esto, y decidió pinchar un poco al peliverde.

-¿Qué pasa, Zoro? ¿Estás celoso? – Una sonrisa socarrona cruzaba los labios de la navegante.

-Tsk. – Un gruñido fue la única contestación del kenshi.

Robin acabó tumbada completamente en el césped, al lado del cariñoso tigre, mientras este la abrazaba con una de sus patas delanteras. De la garganta de la fría arqueóloga salían suaves risas.

Zoro estaba en sus límites. Sentía que iba a explotar de celos, de envidia. ¡Y todo por un maldito gato! La gota que colmó el vaso del autocontrol del kenshi fue cuando el –estúpido, según Zoro- tigre empezó a restregar, 'inocentemente', su cabeza contra los pechos de Robin. En ese mismo instante Zoro estalló.

Caminó hacia donde se encontraba la morena y el tigre. Sin dudar un solo instante, el peliverde cogió a Robin y se la subió al hombro, tal cual saco de patatas. Después, puso rumbo al barco, dejando a todos los demás con dos palmos de narices. Zoro sonreía de medio lado.

Esta mujer va a saber lo que es un verdadero tigre.

¿Continuará…? Tal vez ;D

¡Asdfkahdfakjd! Este fic lleva medio escrito sin acabar… ¿Semanas? ¿Un mes? Ni idea. Mucho tiempo XD

He intentado plasmar ligeramente los caracteres de cada tripulante en su respectivo animal, aunque no sé si lo he conseguido… Bueno, al menos se ha intentado XD

Y este va dedicado especialmente a Cata. Siempre está ahí, pinchándome un ojo con un tenedor para que escriba, amenazándome con sacarme el corazón y comérselo, y diversas cosas más XD ¡Muchas gracias! A pesar de haberme pinchado no sé cuántos ojos, te debo muchísimo. Asi que este es para ti, Cata ^-^

A los demás lectores, gracias también por llegar hasta aqui, y vuestra opinión es siempre muy buena para mejorar. ¡Dejadme reviews!

Lasayo!