Disparé... Dejé vacío el cargador, accioné el gatillo varias veces para asegurarme que ya no quedaba ni una bala. Era una mentira que el silenciador omite todo ruido. Escuche claras las detonaciones.

La música estaba muy alta, en medio de mi conmoción pude ver vibrar los vidrios de las ventanas. Tenía que actuar rápido, me había asegurado de que nadie me había visto entrar, Pese haber una multitud, puedo ser fácilmente reconocible. La sangre manaba, hacía chorros que fluían rápidamente, su hermoso vestido color mostaza se atenuaba de carmesí. Tuve que salir del cuarto. ¡Me había atrevido! ¡la maté!

Al parecer, el destino (¡o lo que fuese!) me permitió irme sin ninguna complicación. Salí por la ventana, y la dejé abierta. Quizás pensarían que por ahí entre y, de igual forma me fui. Tomé su bolso, así pensarían que fue un intento de robo. Pero...¿tanta saña por unos cuantos billetes? ¿por qué no llevarse también su joyería? Usaba un rolex de última edición...¡pero que pienso!¡yo sólo me estoy inculpando! Tenía que ser realista. En una verdadera investigación criminal, serían las preguntas obligadas en el caso a examinar...¡Que más daba!(se lo quite por si las cochinas dudas)

El aire fresco me golpeó la cara, me dio ánimos para huir. Salté, Pese estar en una tercera planta, no hubo problemas. Estaba preparado para todo. Volteé hacia todos lados, ni un alma. Ottakring... Un barrio obrero en Viena... A veces me pregunto si hay algo realmente feo en Viena. Dicen que este distrito tiene mala fama... ¿Que hacia aquí una secretaria de la Cancillería de Grand Red Line? Si me pongo a pensar como ellos, dirán que ella se lo buscó. Después de todo, provenía de un país donde los homosexuales y trasvestis viven como cualquier persona normal. Afuera llaman a nuestro país "Sodoma y Gomorra", un lugar odiado por Dios, enemigos de la decencia y el pudor...

¡Cosa curiosa! Fue un vienes quien dijo que la homosexualidad no era una enfermedad: Sigmund Freud...¡estoy desvariando! Me muevo tan rápido como puedo. Esas meditaciones se las encargo a otro. Miré el reloj: 1:47 a.m. Hace unos minutos que acabo de cometer un crimen. La rabia me había cegado. Pero, siendo sincero, debí hacerlo desde que se atrevió a pararse enfrente de mi.

Si, la odiaba, fueron 22 años, en los que respiré rencor, en la que elucubre planes de revancha, tanto factibles como descabellados. Hace 22 años derrame las lágrimas más amargas de mi existencia,nunca me sentí tan desdichado, tan desilusionado y fue entonces que supe que era tener el corazón roto, despedazado, fragmentado en miles de pedazos. Intenté matarme, mis seres queridos me lo impidieron. Después de todo, había sido llamado a regresar del frente contra Italia, para atender una misión más riesgosa, no para cortarme las venas. La venganza por lo de O'hara no estaba reservada para mi...En aquellos momentos, sólo pensaba que estaba posponiendo lo inevitable. O era ella o era yo...uno de los dos sobraba,y yo no iba a irme sin dar pelea. Iba a encajar uñas y dientes, pero ilesa no iba a salir. Yo no sé la iba a poner tan fácil. Puede que navegue con bandera de idiota, lunático y estrambótico...¡me estaba acalorando! Tal vez, por la adrenalina, mi enojo y demás emociones encontradas. Abrí la boca para refrescarme, dejar salir mi aliento caliente me confortó. Entonces, me di cuenta que no sabía donde demonios estaba. Viena había cambiado enormidades desde la reconstrucción de los bombardeos...y, a decir verdad, nunca había puesto un pie allí. Me había guiado por referencias, además, que seguí a la hoy occisa sin darle un momento al panorama. En cuanto me enteré cual era su actual paradero, me lancé a su cacería. No tarde ni un día, siempre fue una mujer que le gustaba darse a notar. Le gustaba rodearse de personas de gran abolengo,de cuentas de más de 6 ceros o que fuesen las más famosas en esos momentos. Posaba en las fotografías rodeándolas con su brazo, luciendo su blanca y brillante sonrisa. Falsa, como toda ella, yo aún la recuerdo plana, desgarbada y de dientes encimados. Usando enormes gafas, ya que era miope desde el nacimiento. ¡Y se atrevió a llamarme raro! ¡Carajo! ¡aun muerta la sigo odiando!

Así como buscaba desesperadamente el glamour y la comodidad, también le gustaba la basura. Era una mosca infecta que se relamia en los desperdicios. Por eso fue fácil masacrarla, cuestión de tiempo para dejar el mármol donde se resguardaba, y bajar al lodo para darse a probar en arrabales de mala muerte. Le exitaba sentir la envidia de los menos afortunados, vestía lo mejor que tenía para lucirse ante gente que solo sueña ( o suspira) con lograr algo: " ¡nunca tendrás algo a si de bueno!" Les decía."Dios quiso ser bueno contigo, y te envío este bombón" ¡Que asco! ¡que asco! Las tripas se me revolvieron pensando que por eso había sido sustituido... Lejos de haber cometido un crimen, le he hecho un favor al mundo.

No debió ser un gran favor...estaba perdido. Maldije a mi este país no tenia ni un conocido, y la única que conocía se estaba enfriando ( cortesía mía). Igual, no me amedentre, si tenía que pelear por mi integridad, lo haría. Tengo muchas cosas por las cuales seguiré viviendo, de eso ni lo duden.

Dejando mi ofuscación, volví a caminar. Me daba igual el rumbo, me acordé que traía el bolso de la desdichada. En su interior había un lápiz labial ( rojo fuego ¡como no!), Un pañuelo de seda (de marca famosa, idéntico a uno que lucía Sofia Loren) una considerable cantidad de dinero en papel, traverl checks y un cheque a canjearse al portador; una botella del afamado Chanel No.5, un anillo con un brillante Rosa, la foto de una muchacha joven... Se parecía a ella ¡Por Dios! ¿seria acaso ella el bebe? Me paré en seco... Me acerqué a un farol para mirar mejor. ¡Efectivamente! ¡Tenían un endemoniado parecido! Desesperadamente busque los rasgos que a toda costa quería olvidar... Dicen que las hijas se parecen a los padres... No los vi...o era que me autoengañaba... Sin embargo, mi corazón no me dolía... Seña de que aún tenía esperanzas.

Tiré el contenido por la calle, me quedé solo con el efectivo, la foto la desgarre en pedazos. Y seguí, sin nada concreto en mente. En eso escuche un ruido. Al mirar hacia donde se emitía, una luz me dio de frente.

-¡Yohohoho! ¡me asustaste! ¡tus ojos se reflejan!

Una motocicleta... Una motocicleta que se puso a mi lado rápidamente, era un sujeto enjunto en carnes, completamente vestido de negro. Y para colmo de mis males, al quitarse el casco, dejo ver un impresionante cabello afro que empezó a menearse con el viento gélido de finales de octubre... ¿podría interpretarlo como una señal?