Desafío: Escribir una historia de 250 palabras o menos, cualquier tema.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, estos son propiedad de Akira Amano~

Siempre es lo mismo en las clases, ser el centro de atención y que la mayoría me hable sin importar la situación. El único problema es que no es una atención positiva. Todos los días siendo menospreciado por mis compañeros, llamándome inútil o abusando de mí. Trato de ignorarlo, trato de salir de esta inmensa obscuridad que me envuelve poco a poco apagando todos los destellos de luz que quedaban.

Pero por la llegada de una persona, o mejor dicho un bebé, he podido conseguir adaptarme a este lugar. Entre entrenamientos espartanos y peleas con poderosos enemigos, en mi inmensa obscuridad han surgido unas hermosas y destellantes llamas. Cada una de estas representan a esas personas que siempre están cuando los necesito y viceversa.

Sin embargo algunas se están extinguiendo, veo con desesperación como algunas simplemente desaparecen sin previo aviso dejando simplemente un vacio en alguna parte de mí. Necesito recuperarlas, quiero recuperarlas, sé que es imposible pero…

Encendí mi llama de última voluntad y fui alimentando cada una de estas, para que sean más grandes y luminosas. La obscuridad estaba desapareciendo, dejando ver poco a poco un paisaje manchado de rojo. Cerré mis ojos llenos de lágrimas y sentí como todas las llamas de mis amigos se apagaron. Ahora solo queda mi pobre llama entre mis manos cubiertas de sangre. Nunca se puede terminar con un final feliz siendo parte de este cruel bajo mundo; espera, quizás si se puede, pero no en uno en el cual yo participe.