Continuacion de: "Entonces...Trato?"


Nota: La historia le pertenece igualmente a Yamila Gularte, yo me encarge de la adaptacion (jeje OBVIO)

Nota1: Los personajes son propiedad de Eiichiro Oda, uno de los mejores mangakas de la historia.

Nota2: Pues despues de un tiempo no tan largo, aqui traigo la continuacion de la historia, espero disfruten de ella... empecemos.


-._._.- Capitulo 1 -._._.-


"Cinco meses despues..."


POV NAMI


¡KOALA! — Grité.

Intenté de nuevo pero nada, no podía pararme, dejé caer la cabeza en la cama otra vez, creo que hice unos diez abdominales tratando de levantarme. Baje la mirada y observe mi gran vientre. Esto del embarazo no me sienta nada bien, tengo los pies hinchados, nada me queda, paresco un panda en sus dos patas caminando y ni hablar de los vómitos, todo lo que como lo devuelvo. Según el "doctorsito sexy" como dice Koala, no es común que siga con náuseas y vomitos después del tercer mes de gestación pero no debo preocuparme ya que según él, a veces pasa, y claro a mi no me queda otra que andar por ahí tirandolo todo como la chica del exorsista.

— ¡KOALA! — Vuelvo a gritar. ¿Dónde demonios se ha metido?, escuché como unos pasos se acercaban corriendo. La puerta se abre de golpe y mi amiga entra agitada envuelta en una toalla.

— ¿Qué pasa?, ¿es el bebé?, ¿llamo a emergencias?, ¿ya es hora? — Dice apresuradamente.

Comenzé a reirme como una loca al verla allí toda mojada caminando de un lado a otro. Levanté los brazos y ella me miró como sin entender.

— No me puedo levantar. — Dije avergonzada. Ella comenzó a reirse, la verdad es que a mi no me hacía gracia, para nada, al contrario, me enfurecía no poder hacer algo tan simple como levantarme. Ella se acercó, tiró de mis brazos y me sentó en la cama. Suspiré alviada, me moría por ir al baño, ahhh otra cosa para añadir a lo horrible que es estar embarazada, las inevitables ganas de orinar, en un día bueno, voy unas veinte veces al baño. A Koala le parece gracioso verme salir corriendo a orinar, pero la verdad es que es una pesadilla, hay días en los que no me doy cuenta y me hago encima. En la última ecografía Koala le preguntó al doctor Trafalgar si era normal que me orinara encima, ese día quería que la tierra me tragara de la verguenza, el doctor soltó una carcajada y asintió diciendo que era normal. La verdad no me importaba si era o no era normal, me avergonzaba que mi amiga lo dijera, asi que ese día salí enojada de la consulta, le impuse la ley del hielo pero no le afecto en nada, ya que al salir me dijo que me compraría un helado, y yo como la buena persona que soy no me negué.

— Bueno. — Dijo y se acomodó la toalla. — Si ya no me necesitas voy a terminar de ducharme.

— Si, lo siento pero es que esta pansota no me deja hacer nada. — Digo señalando mi vientre.

— Si, lo se, pero solo aguanta dos meses y medio más y listo. Tendremos al bebé mas hermoso del mundo con nosotras.

— De aqui a dos meses directamente rodaré, pero vale la pena si a cambio tengo a mi bebé. — Me levanté y me puse la bata, la cual ya no me cerraba, ni siquiera sé porqué la sigo usando. Koala salió del cuarto riendose y haciendo sonidos de cerdito, la odio por eso. Algún dia le va a tocar y cuando eso pase, já, ahi voy a estar para reirme. Entré en el baño y aliviané mi vejiga, cuando terminé todo bajé a la cocina. Koala seguía duchandose asi que me puse a preparar algo para comer, abrí la nevera y vi que teníamos que ir a hacer la compra, saqué dos tomates, una lechuga, algo de palta y jamón, hoy el chiquitín tenía antojo de sandwitch.

Mientras los preparaba me puse a tararear, cuando estaba terminando escuche a Koala bajar las escaleras, mientras se acercaba ví que estaba hablando por el movil, asi que me fui un momento a la sala para que hablara tranquila. Encendí la tele y me senté muy cómodamente en el sofá, estaba en el canal de noticias, me daba pereza tomar el control remoto y cambiar asi que me resigne y miré las noticias. Me aburrí tremendamente, no decían nada interesante, hasta que se mencionó algo de un contrato en una empresa.

Esa palabra, esa sola palabra lograba deprimirme totalmente, yo le prometí a Luffy que cumpliría con mi parte del trato, asi que cuando terminó el año, el abogadó que contraté se encargo de los trámites de divorcio. Esas semanas las pasé horrible, estaba todo el día en cama llorando, o vomitando, a veces ambas cosas. Recuerdo las incontables veces que quise llamarlo pero Koala me dijo que lo mejor sería que lo dejara solo asi que al final terminé aceptando y en todo el tiempo que duró el divorcio no hablé ni una vez con él. Me dolió en el alma firmar esos papeles, pero no había de otra. Cuando todo terminó recibí un chequé con el dinero que se acordó en el contrato. Yo quería ese dinero para salvar a mi madre, pero de nada me sirvió, pensé en devolvérselo pero recordé que el médico me prohibió trabajar asi que lo necesitaba para mi bebé, al fin y al cabo me lo gané ¿no?, de una manera u otra lo hice. Creo.

— Nami. — Llamó Koala.

Me desperté de mi ensoñación y la mire.

— ¿Si?

— Acabo de hablar con mi madre, al parecer hubo un problemilla con mi papá asi que me iré unos dos días.

— Esa bien, espero que no sea nada grave. — Ella asintió.

— ¿Estás segura de que estarás bien? — Giré los ojos.

— Siiii mamá, estaré bien. — Dije con voz de niña. Ella rió.

— Solo me preocupo por mi princesa. — Dijo siguiendo el juego.

— Pues esta princesa está perfectamente.

— Esta bien. Voy a empacar unas cosas y me voy, trataré de arreglar todo lo más rápido posible para volver cuanto antés. — Le tapé la boca.

— Estaremos bien Koala, puedes quedarte el tiempo que quieras, no quiero que te preocupes por nosotros, además están Zoro y Robin.

— Si lo se, pero ellos no saben nada de bebés y...

— Shhh, todo va a estar bien, si pasa algo prometo que te llamaré.

— Bueno, en ese caso no te olvides que por la tarde tienes cita con el "doctor sexy" y luego de eso tienes una clase preparto. — Asentí. — Me entristece no poder acompañarte a la ecografía.

— Descuida, además mira el lado bueno. — Ella me mira sin entender. — No podrás avergonzarme frente al doctor Trafalgar.

Ambas reimos, ella me da un beso en la cabeza y se marcha a hacer la maleta. Bueno, al menos tendré un poco de tiempo a solas, me gusta la soledad, tal vez baje a la playa por la tarde o salga a comprar algo por ahi. Ya veremos.

Por la tarde me preparé para la consulta y clase prenatal, en un bolso puse una colchoneta enrollada, una botella de agua, una campera por si hacía algo de frio y unas barritas de cereales y frutas, además obviamente de él movil y dinero.

Como el hospital no quedaba lejos decidí ir a pie, me puse musica y caminé las cinco cuadras de distancia. Cuando llegué estaba cansada, el bebé me cansaba bastante pero no quería tomar un taxi por unas cinco manzanas, además la tarde estaba fabulosa, no hacía mucho calor asi que estaba perfecto. Entré al hospital y una señora mayor en recepción me dijo que aguardara en la sala de espera mientras el doctor terminaba con su paciente. Asentí y me senté en uno de los sofás, el hospitál no era muy grande, bueno era de esperarse al ser de un pueblo local, tenía un buen tamaño pero no se comparaba con los de la ciudad, esté como mucho tenía unos tres pisos en cambio el hospital donde estaba mi mamá tenía unos seis o siete. Para no aburrirme tomé una revista pero inmediatamente la dejé de nuevo en la mesa, eran noticias viejas. Frente a mi había una pared de folletos sobre el embarazo y los bebés, me levanté y tomé uno que me llamó la atención. Tenía de título una frase que me quebró el corazón…

"Evita los celos y has participar a papá", me senté y comencé a leer algunos consejos que habían escrito.

"El apoyo emocional y la comprensión de tu pareja es fundamental en estos momentos."

"Déjale que te ayude, se sentirá importante"

"Respeta los celos y déjalo hacer a su manera"

"A medida que crezca el bebé, verás como disfrutarás más con él y no te sentirás tan presionada"

Me puse a llorar, malditas hormonas, me levanté y dejé el folleto en su lugar, sollocé bajito para que nadie me viera, todo esto estaba mal, mi bebé no tenía papá, ¿que pasaría cuando un día me preguntara donde estaba su padre? ¿o porqué los demás niños tenían un padre y el no? ¿qué se supone que le iba a decir?. Me dí la vuelta para tomar mis cosas e irme, me sentía horrible, no quería que nadie me viera asi. Cuando estaba tomando el bolso me llamaron.

— Señora Harrison. — Dijo la mujer mayor. Me sequé las lágrimas antes de volverme, ella miró mi rostro pero no dijo nada, solo me acompaño al consultorio.

— Gracias. — Le dije.

— No es nada. — Ella me miró con lástima y se fue.

Tomé una respiración profunda y entré, el doctor estaba escribiendo algo pero cuando me oyó entrar levanto la cabeza y me dio una sonrisa.

— Nami, toma asiento por favor. — Me acerqué y me senté obediente, dejé mi bolso en la silla junto a mi. — ¿Y como has estado?, no te ves muy bien.

Puse mi sonrisa más falsa y moví la mano como si no fuera nada importante.

— ¿Esto? — Dije señalando mi cara roja por las lágrimas. — No es nada, ya sabe, las hormonas.

Él me observó, junto sus manos sobre el escritorio y se me quedó viendo.

— Las hormonas. — Repitió. Asentí. — Si no quieres contarme solo dilo. — Me puse colorada.

— Lo siento. — Dije avergonzada.

— No pasa nada, no es de mi incumbencia. Ahora dime ¿porqué tu guardaespaldas no está aqui? — Solté una carcajada, él tenía razón, Koala se ponía como un perro celoso cuando veníamos a verlo. — Esa es la Nami que me gusta ver, la alegre. — Me sonrojé.

— Bueno doctor, verá, mi guardaespaldas tuvo un asunto que resolver y se tuvo que marchar, pero es como si estuviera aqui, se ha empeñado en llamarme cada dos horas.

— Llámame Law, y no me sorprende que lo haga. — Ambos reímos. — Bueno ya conoce la rutina. — Asentí y caminé hasta la camilla, me acosté y bajé mi calza hasta mi pelvis, subí mi camiseta para dejar mi vientre a la vista. — Ha crecido mucho este pequeñín. — Dijo Law mirando mi vientre.

— Ni me lo recuerde, casi no puedo hacer nada. — Él se rio y comenzó a tantearme la panza. Antes no me molestaba que lo hiciera porque estaba Koala, pero ahora me daba algo de vergüenza ver como me tocaba, además de que cada vez que el bebé pateaba se reía.

— Bueno parece que será futbolista. — Yo reí.

— Si, eso parece, pero eso no es nada, ni se imagina lo que me hace, el muy sinvergüenza duerme durante el día y cuando llega la tarde comienza a moverse, hasta ahí no me molesta, pero es llegar la hora de acostarme y el señor empieza a hacer karate dento de mi, prácticamente no duermo.

— Jajajaja. — El bajó la cabeza y le hablo a mi panza. — Tiene que dejar dormir a mamá, no la queremos gruñendo todo el dia. — En ese momento dejé de respirar. Él le estaba hablando a mi bebé, ohh, era la imagen más tierna, si estuviera mirando la escena desde fuera pensaría qué es un padre más hablando con su bebé. Pero no lo era, ni siquiera su verdadero padre sabía que existía. Me puse a llorar, Law se acercó.

— ¿Qué pasa? — Dijo preocupado.

— Nada. — Dije moqueando.

— ¿Cómo que nada?, estas llorando. — Bajó sus manos a mi rostro y me miró fijamente. — Te molestó que le hablara. – El Afirmo. Yo lo Negué.

— No, no, al contrario, me gusta que escuché otras voces aparte de la mía y la de su loca tía. Es que... — Me callé.

— Es que ¿qué?

— Olvidelo, es una estupidéz. — El nego y se sento junto a mi.

— Nada de lo que digas me parecerá una estupidez. Vamos dime.

— Me da una pena horrible decirtelo. — Ví que bajaba sus manos a mi cuello, no sabía que hacía hasta que me dio un ataqué de risas, ¡Me estaba haciendo cosquillas!

— ¡BASTA! — Dije riendo, el siguió haciendolo. — Por favor, si no quieres que me orine encima, para. — Dije riendo, el asintió y me dejó.

— Ahora dime que pasó. — Asentí.

— Es que, me dio ternura que le hablaras, mi bebé no...no tiene papá y... — Law se levantó algo enojado.

— ¿Él te embarazó y se fue?, maldito. — Dijo molesto.

— No. No es lo que crees.

— ¿Entonces que és?

No le iba a contar toda la historia.

— Solo decidímos separarnos, cuando supe que estaba embarazada lo llamé para contarle, pero no salió como quería, no pude decírselo, su papá no sabe nada de él.

— Ohh, lo siento, creía... — Se intentó disculpar.

— Descuida, no pasa nada.

— Lo siento. — Estaba apenado, levante la mano y tomé la suya.

— No es nada, enserio. — El se quedó mirando nuestras manos y asintió.

— Bueno, mejor veamos a ese lindo bebé.

— Si, me muero de ganas por verlo.

— Yo tambien, te haré una ecografía en 3D, asi podemos observarlo muy bien, verás su carita y las muequitas que hace.

— Estupendo. — Dije emocionada, que bueno que el tema de Luffy quedara olvidado.

Law acercó la maquina junto a mi, apretó unos botones y la pantalla se encendió, tomó un potecito y me echó el gel, temblé al sentir el frio, él me sonrio. Luego tomó el transductor, lo colocó encima de mi pansa y lo empezó a mover, en la pantalla apareció una imagen amarilla y luego una manito, abrí los ojos como platos.

— Ohhh, esa...esa ¿es su manito? — Law asintió.

— Si, lo bueno de esta ecografía es que puedes ver todo claramente. — La manito de mi bebé se movía, luego apareció su traserito, solté una risita, luego ví su pancita y por último su carita. Tenía algo en la boca. — Se está chupando la manito. — Dijo Law.

Unas lagrimitas de felicidad bajaban por mis ojos, ví como se chupaba la mano y se reía, luego bajó su manito y bostezó.

— Es precioso. — Dije emocionada.

— ¿Quieres saber el sexo?, la consulta anterior tu guardaespaldas se la paso hablando y no pude preguntarte.

— Sii, dime dime. — Aplaudí emocionada.

El movió el aparato un poco, no supe distinguir muy bien si era nena o varón, la verdad es que no veía nada claro. Law lo movió un poco más y luego me sacó el transductor. Sacó unas toallitas de una caja y me limpió el gel, me subí la calza y me bajé la blusa, como no podía pararme él me ayudo.

— ¿Y?, ¿Qué es? — Estaba inquieta, habíamos comprado con Koala un montón de cosas en colores neutros pero quería saberlo, si era varón compraríamos pantaloncitos azules y ropita de niño y se era nena, le compraría vestiditos rosados y cositas violetas. — Dime, me muero de la curiosidad.

— Es una niña. — Dijo sonriendo. Grité emocionada.

— ¡UNA NIÑA!, ¡UNA NIÑAAAA!, Ohh le tengo que decir a Koala, va a enloquecer, una niña, una princesita, mi princesita. — Me acaricie la pansa. Law me pidió que me sentara y asi lo hice. — ¿Estas seguro que es niña verdad?, no quiero comprar las cosas rosadas y luego me salga niño. — El rio y nego.

— Estoy cien por ciento seguro de que es niña. — No cabía en mi misma de la emoción.

— Una niña, mi niña, mi bebé. — ¡UNA NIÑA!, Koala hiperventilaría cuando supiera. Ella quería que fuera niña, según ella le iba a enseñar todo sobre moda y chicos. Me reí. — En este momento me desborda la felicidad.

— Eso es bueno, si tú estas feliz el bebé también. Pero me preocupa el fibroma. — Dijo, mi cara cambió completamente.

— ¿Pasa algo malo?

— No es malo, pero me preocupa. — Llevé las manos a mi vientre.

— ¿Le puede hacer daño a mi bebé?

— No, me temo que podría ser al revés, a medida que el bebé crece, el fibroma se presiona más contra la pared del útero, espero que no sea nada, pero por las dudas te voy a pedir que vengas cada dos semanas y media a hacerte un control. Y trata de no esforzarte mucho, si te bañas hazlo sentada, y cuando duermas hazlo del lado derecho. ¿De acuerdo?

— Si, esta bien.

— Nami. — Levante la vista y lo miré. — No quiero que te estreses por esto, es solo una precaución. No creo que pase nada.

— Trataré de no hacerlo. Bueno gracias por todo doc...Law. — Le tendí la mano, el la ignoró y vino a abrazarme.

Mientras me ponía mi chaqueta ví que Law se sacaba su bata, se ponia una cazadora encima y guardaba sus pertenencias en su maletín.

— ¿No tienes más pacientes? — Pregunté.

— No, tú eras la última. — Dijo mientras terminaba de guardar.

Ambos salimos juntos de la consulta, él le dejó unos papeles a la señora mayor y corrió a mi lado.

— ¿Tienes alguna cita? — Me preguntó.

— No, ¿porqué lo dices?

— Pues, me ha parecido que tenías apuro.

— No, bueno si, tengo una clase para embarazadas en quince minutos. — Dije mirando la hora, el asintió.

— Te llevo. — Dijo convencido.

— No es necesario, enserio.

— No me molesta. Vamos. — Me llevó al estacionamiento. Sacó las llaves y apretó un boton, las luces de una 4x4 parpadearon, wow la camioneta era enorme. Él me abrió la puerta y me ayudo a subir ya que estaba muy alto para mi. Cerró mi puerta y rodeó la camioneta, se subio y prendió el motor. — Abróchate el cinturón. — Me dijo serio.

Lo hice. Salimos de estacionamiento y comenzó a conducir.

— Es una linda camioneta. — Dije para poner tema de conversación.

— Es mi bebé. — Dijo guiñándome un ojo. Me reí. — Amo los vehículos grandes.

— Es bonita, aunque un poco alta. — El asintió.

— Si, aunque es buena para la carretera.

El resto del viaje fue en silencio, veo como aparca frente al salón de Lami y apaga el coche. Un momento no recuerdo haberle dicho la dirección.

— ¿Como sabías que era aqui? — Pregunte con el ceño fruncido. El sonrió.

— El club premamá de Lami es el único en el pueblo, asi que supuse que sería este. — Asentí, tenía razón, que tonta soy, me siento como si fuera una psicótica. — Ademas Lami es mi hermana.

Lo miré sorprendida.

— ¿Es tu hermana? ¿es enserio? — Pregunté.

— Si, es mi hermana pequeña. Espera aqui. — Dijo y se bajo, rodeó nuevamente la camioneta, abrió mi puerta y me ayudó a bajar.

Cruzamos la calle y entramos al salón, ya habían varias parejas, Lami vino a saludarme, o eso creí hasta que corrió a los brazos de Law.

— ¡Law! — Ella saltó y se prendió de él, Law rio y la giró, al parecer se querían mucho. Cuando la bajó Lami vino a saludarme. — Nami, que bueno verte. — Miró detrás de mi y junto las cejas. — ¿Y Koala? — Pregunto.

— No pudo venir. — Dije

— Ohh es una pena, hoy iba a hacer ejercicios de pareja. — Mierda, ¿justo hoy tenía que ser? — Pero puedes hacer la rutina de la clase pasada.

— Me parece bien. — Dije, aunque estaba algo decepcionada. Law carraspeó y ambas lo miramos.

— Yo te puedo acompañar. — Lami abrió la boca.

— No es necesario. — Dije, no quería que se sintiera incómodo.

— Vamos, insisto. — Miré a Lami que asintió sin problema, aunque se notaba que estaba sorprendida.

— Bueno en ese caso colóquense junto a las otras parejas. — Dijo Lami.

Iba a decir algo cuando Law puso su mano en mi cintura y me dio un empujoncito para que caminara. Esto era incómodo, enserio, por Dios ¡Es mi doctór!, bueno ¡Mi lindo doctor!. Tal vez esto no sea tan malo después de todo.

Continuara…


Pues por hoy eso es todo, ya nos veremos despue... aun asi, esten atentos a mi pagina de perfil, estoy pensando poner un horario para actualizar mis fics. :) ;)