Ranma ½ no me pertenece, hago esto con el fin de entretenerme y si es posible entretener a otras personas. Esto es un UA, así que quizás estén un poco diferentes las personalidades de los personajes, intentaré mantenerlas lo más apegadas posibles a lo original.

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Black and Blue

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Llevaba corriendo varias horas, sabía que su pequeña acompañante estaba a su limite pero debían huir lo más pronto posible, los seguían de cerca, podrían encontrar espías contratados por doquier, emboscadas esperaban a la vuelta de la esquina.

-Resiste un poco más, ya casi llegamos.- animó a la pequeña de melena oscura.

Si no estuviera lloviendo tanto todo sería más fácil, el cansancio también estaba alcanzando su cuerpo, pero no podía desfallecer, a unas cuadras estaba la estación de trenes y su salvación. Enceguecidos por la brillante esperanza, no notaron el automóvil que se dirigía hacia ellos a toda velocidad. Apenas reaccionando la tomó en brazos como pudo, esquivando el coche en un salto magistral, imposible de lograr de no ser por sus habilidades.

Dejando a su compañera en el suelo volvió a emprender la fuga, si no alcanzaba ese tren tendría que esperar toda una noche y en las actuales condiciones eso era imposible, los matarían si los alcanzaban, esas personas no tenían escrúpulos o moral ahora. El pequeño niño que alojaba en sus brazos había despertado con el incidente del carro y ahora se removía en sus brazos haciendo un berrinche asustado por el griterío, la torrencial lluvia que los tenía ya empapados y claro, por la angustia que destilaba quien lo tuviera cogido. Todo eso no importaba ahora, ya tendrían tiempo de calmar al pequeño, ahora tenía que enfocarse en correr, no pudo evitar un suspiro de alivio al llegar a las escaleras que los acercarían a su libertad.

Una pequeña zapatilla callo del pie del menor, no había tiempo de cogerla y llegar al tren, pero hacer entender a un niño aquello era ilógico, no quería hacerlo sufrir más. Retrocediendo sus pasos se acercó a donde había caído el objeto, sería una travesía intentar coger el objeto, un brazo sujetando al pequeño y su otra mano enlazada con la de la muchachita, no iba a soltar a ninguno, el miedo de perderlos fluía por su cuerpo a la par que su sangre, iba a pedir a la pequeña mujercita que cogiera el objeto cuando un joven igual de mojado que ellos le tendió la prenda. El muchacho no esperó las "gracias" que pensaba darle y corrió tal como estaban haciendo ellos hace un par de minutos, ¿huiría de alguien más como ellos? No había tiempo que perder con preguntas así, mientras intentaba recuperar la zapatilla había oído el tren arribar y la marea de gente proveniente de él no le dejaba bajar las escaleras corriendo como pretendía hacerlo, intentaba esquivar a la multitud pero no era posible, ya llegando a los últimos escalones se vio de frente con una anciana que al igual que ellos tenia trabajo al intentar cruzar ese portal, si no la esquivaba se la iba a llevar por delante, saltó al barandal de las escaleras ejerciendo fuerza en su brazo izquierdo para llevar consigo a la muchacha, con eso logró no chocar con la anciana, pero no esperaba que gracias a la humedad no podría mantener el equilibrio sobre la pequeña superficie y terminaría en el suelo de la estación. Había puesto a salvo a sus protegidos al caer de espaldas, pero no estaban a seguros aun, oía el tren partir y con ello la salvación de los tres.

¡Dios! Quería llorar, tanto esfuerzo por nada, todo estaba perdido, ellos llegarían en cualquier momento y le arrebatarían a quienes amaba, no podía permitirse el mostrar debilidad, se trago la angustia y tristeza como tantas otras veces, caminó hacia un banquillo alejado de la entrada, tendrían que pasar la noche ahí.

Sentó al pequeño en el banco para ponerle la zapatilla que sostenía a medias en su mano izquierda. Su acompañante lloraba en silencio, comprendía la situación en la que se encontraban, sin poder aguantar más toda aquella carga abrazó a sus tesoros y lloró en silencio también, mientras no vieran su debilidad todo estaría bien, sólo necesitaba mostrarles en ese abrazo todo el amor que les tenía, nunca los iba a dejar.

Alguien se acercaba y necesitaba volver al papel frío de quien esta al mando y completo control de la situación. Su aura le indicaba que no era enemigo, así que para no levantar sospechas intentó actuar de manera natural, soltó el abrazo para buscar dentro de su mochila de viaje algo con que secar al niño, lo que menos quería ahora era que se enfermara.

La estación no estaba vacía, pero tampoco estaba tan llena, ¿por qué tenía que sentarse ese sujeto justo ahí? ¿Podía ser un nuevo matón de ellos? Su aura era similar a la suya, no sentía la necesidad de ponerse en guardia, aun así vería su rostro para tenerlo presente en caso de convertirlo en enemigo. Dejó la tarea de secar al niño y giró su rostro hacia el desconocido. Era él, era el chico que le había ayudado a recuperar la zapatilla. ¿No había tomado el tren? Pero si se veía igual de angustiado que ellos por alcanzarlo.

- Hola - le saludo él.

- Ho... hola- ¿tenía que tartamudear? Se supone que era quien estaba en completo control de la situación. Carraspeó la garganta para darse seguridad. - ¿No alcanzaste el tren?.

- Nah, lo alcancé pero te vi caer y quería saber si estabas bien.

- No debiste, ¿estabas apurado no?- ese tipo era raro, preocuparse por alguien que no conoce, no se había topado a nadie así nunca.

- Fue un impulso, sentí que debía preguntarte si estabas bien, y cuando me di cuenta ya había bajado del tren y caminaba hacia ti.- la vio como si quisiera descubrir todos sus secretos con esa simple mirada.- Es raro ver una chica en esas pintas corriendo como si el mundo fuera a acabar, cargando un niño por delante, una mochila de viaje tan grande en la espalda y tirando de una pequeña niña. ¿No serás secuestradora no?.

- ¡Claro que no!... ¡Y no soy chica!- contestó intentando agravar su voz, el muy estúpido se había dado cuenta que era chica y encima se largaba a reír luego de que le dijera enérgicamente que no era un ella, fallando al parecer masculino.

- Que no lo parezcas no quiere decir que no lo seas- le tendió la mano a forma de presentación.- Soy Saotome, Saotome Ranma ¿y tu?.

¿Debía decirle su nombre? Tenia dudas, y si realmente lo habían contratado esos bastardos... no le dio tiempo a responder, vio como se ponía en guardia.

- ¡Mierda! Sígueme.- tomó la gran mochila de viaje y la niña en brazos dispuesto a correr. ¿Seguirlo? El bastardo se estaba llevando sus cosas y a la niña, no preguntó siquiera. ¿Y si era una trampa? Podría estar dirigiéndose a la boca del lobo, sin embargo seguía al sujeto entre callejones con el niño a cuestas, la lluvia ahora como aliada despistaba a quien quisiera perseguirlos, paraguas de distintos colores y tamaños dificultaban la visión de los matones que los seguían.

Llegaron a una concurrida zona de departamentos residenciales, caminando lentamente esta vez él seguía conduciendo la marcha. Deambularon otro trecho hasta llegar a un edificio algo viejo, subieron un par de pisos sin decir nada. Los niños que cargaban, ahora dormían ajenos al peligro que los asechaba hace no mucho tiempo atrás. Con mucho cuidado de no despertar a la niña Ranma sacó una llave de su bolsillo para abrir una de las puertas.

- Vamos, entra, si te quedas ahí podrían encontrarte aquellos hombres.

Algo le decía que podía confiar en él, de todos modos, si no era así usaría su fuerza bruta y escaparía como en otras ocasiones. Con un gesto él le indicó que entrará primero y así lo hizo, estaba todo oscuro por lo que caminó con sigilo. Lo oyó cerrar la puerta tras de si y todo se iluminó al segundo que él prendiera las luces del apartamento.

El lugar era sencillo, por el pasillo podía ver una salita con un kotatsu en medio, sin pensarlo se descalzó y caminó por el pequeño pasillo llevada por la curiosidad, dos puertas a la izquierda de la sala y una a la derecha, en el pasillo había visto una puerta estilo occidental, el golpe de la bolsa al tocar el suelo la hizo regresar a su realidad, ¿cómo había terminado en la casa de aquel desconocido? Lo vio abrir una de las puertas de la izquierda y adentrarse en ella aun con la niña en brazos, dentro descansaba un futon en el suelo, con cuidado la deposito en él.

- Deberías dejarlo a él dormir aquí también.- salió de la habitación esperando que ella entrara con el pequeño pero seguía ida, tomó al niño de sus brazos e igual de cuidadoso lo acostó al lado de la pequeña. Cuando volvió a verla ella seguía ahí, perdida en sus pensamientos, su rostro era una mezcla de sentimientos confusos y contradictorios. - Ven, vamos a hablar al salón para que no despierten.

Prácticamente la arrastró con él a sentarse y aun así ella seguía ausente. Pensó que le iba a costar más trabajo llevarla hasta ahí, que opondría resistencia o lo golpearía, pero ahí estaba ella, esa mujer misteriosa, luciendo como una niña asustada a punto de llorar. Vestía como chico, ocultaba su cabello bajo una gorra y aun así, si la observaban con detenimiento lo único que transmitía era la imagen de una jovencita delicada que podía romperse en cualquier momento.

- ¿No me dirás tu nombre?- alcanzó su mano mientras hacia esa pregunta. Con eso ella pareció volver.

- Tendo, Tendo Akane-


Fin Black & Blue


Aquí vuelvo con otro proyecto... sin siquiera terminar mis anteriores *vergüenza*. Me vino todo en un sueño, espero poder desarrollar bien la historia. De alguna manera siento que esta será distinta a mis otras historias, tiene un toque de misterio que se ira revelando poco a poco conforme avance la historia.

Pretendía no dar a conocer que quien huía era una mujer hasta ultimo momento y crear algo de confusión. ¿Será Akane realmente?, ¿Y esos niños que serán de ella?, ¿Akane secuestradora?, ¿Por qué corría Ranma también?.

Espero les guste este nuevo proyecto :).

Gracias Akiko-chan por escoger el nombre del fic para mi, poniendo títulos soy un desastre total. De hecho, el titulo de este capitulo no es más que una canción de Mika Nakashima que me hizo pensar en Ranma y Akane.