Hola a todos/as, wouwouwou 8D
Pues os traigo aquí un Fic que estaba deseando escribir desde hace tiempo y que he intentado retener en mi mente hasta terminar el otro que tengo empezado, pero las ganas me pueden, así que os traigo aquí esta bazofia escrita. Entenderéis el título con el paso de la historia xD
La mayor parte de los títulos de los capítulos serán los títulos de canciones que vea que van acorde al tema del capítulo, o más bien del sentimiento o sucesos que quiera expresar en este. He de decir que esta idea la saqué de un FanFic muy recomendable que estoy leyendo ahora llamado "The Wretched" de la gran autora "Icimaru", así que nada, esa idea provine de ella, que pone nombre a los capítulos por canciones.
Muchas de las ideas que he tenido para escribir los capítulos los he sacado de canciones que he ido escuchando, así que creo que quedaría interesante...o algo así...poner alguna que otra parte de la canción en el capítulo a modo de complemento y separado por esto - [...] - para aquel que no quiera leerlo. Así que se podría decir que es un SongFic raro y pocho. Pero prefiero que me digáis que os parece la idea.
Y nada, no me enrollo más, espero que os guste este primer capítulo.
IMPORTANTE: Este capitulo contiene una escena violenta bastante fuerte asi que si eres sensible no leas entre [Y lo hizo. La violó.] hasta [Sus ojos estaban rojos a causa del reciente llanto...]. Yo te aviso, si no me haces caso...es cosa tuya.
Ni One Piece ni sus personajes me pertenecen, tan solo los personajes sacados de esta cabeza.
Capitulo 1: Réquiem de Obertura (Rayden).
Tras varios timbrazos, una mujer de tez morena con algún que otro moratón y hematoma, de cabello grisáceo, largo y ondulado, de ojos verdes, cuerpo delgado, quizás demasiado y bajita, con la mano temblorosa, abrió la puerta, resignada a volver a la rutina.
No quería, su mente se lo pedía, no abras la puerta, se decía a si misma, pero si no lo hacía ese cabrón la tiraría abajo.
Estaba harta, no quería más, no.
– ¿Se puede saber qué coño estabas haciendo? –Dijo un hombre alto, corpulento, de pelo moreno y casi rapado, con una barba descuidada desde hacía días, fuertes brazos y bastante más alto que ella, con un fuerte olor a tabaco y a alcohol- Llevo un buen rato llamando a la puerta, ¿con quién estabas?
–Con…Con nadie, cariño, ya sabes que apenas salgo.
–Como me entere que hay otro que folla cuando no estoy se la corto a él y a ti te coso.
Ese tío le daba asco, grima. Antes no era así, o eso quería recordar.
–Venga, tira para la habitación, que vengo calentito. –Ordenó él mientras caminaba hacia las escaleras que se encontraban al fondo del pasillo.
–Pero Tomoro…yo no…
– ¿Acaso te he preguntado? –Se paró y giró su cabeza para mirar de reojo a la mujer, la cual miraba hacia otro lado asustada y con la mano puesta sobre su otro brazo.
–No, pero…
Tomoro caminó con paso firme hacia ella y le agarró de la melena, atrayéndola hacia él. La mujer, por su parte, agarró la mano de él, chillando por el dolor en su cabeza, intentando que la soltase.
–Ni "peros" ni ostias, te lo he dicho por las buenas y no has querido, pues vamos a ir por las malas, puta.
Tirando de su pelo, la tiró al sofá del salón, el cual se encontraba a la derecha de la entrada, donde se encontraban anteriormente, se colocó sobre ella, poniendo cada mano alrededor de su cara.
–Tu única tarea como mujer es hacer lo que yo te pida y complacerme – Agarró su mentón y la acercó hacia ella –. Y si te quiero follar, te follo, ¿me oyes, Némesis?
Los ojos de la mujer comenzaron a humedecerse, sabía que lo iba a hacer y sin ningún reparo.
Y lo hizo. La violó.
Una vez se deshizo de los pantalones de ella, echó la ropa interior de ella hacia un lado, se desabrochó el cinturón y se bajó el pantalón y los bóxer lo suficiente como para mostrar su miembro, aun sin estar completamente erecto mientras que con la otra mano agarraba con fuerza las muñecas de ella para que se escapase.
Némesis intentaba cerrar las piernas como podía, pero el hombre que tenía encima era mucho más fuerte que ella así que no le supuso ningún problema. Acercó el glande a su entrada, pero antes de hacer nada se inclinó para poder susurrarle al oído:
–Ahora te vas a enterar de lo que es un hombre de verdad.
Y dicho esto introdujo su miembro de una sola embestida, haciendo que ella chillase de dolor mientras se le empezaban a saltar las lágrimas.
Cuando aquella bestia se dio por satisfecha, se quitó de encima de ella para agarrarla del cuello y alzarla.
– ¿Sabes qué es lo que te mereces por haberte negado a acostarte con tu marido? –Bufó soltándole todo ese mal aliento a alcohol.
–No lo hagas…por favor. –Respondió ella entre sollozos, pero de nada le sirvió.
Un fuerte puñetazo se ciñó sobre su vientre haciendo que la muchacha se retorciese de dolor.
Y ese mismo procedimiento se produjo repetidamente, tanto en su estomago como en su cara.
Cuando consideró que era suficiente la dejó tirada en el suelo, apoyada en el sofá y se fue directo al baño a darse una ducha para quitarse ese olor a sudor que llevaba encima desde que entró por la puerta.
Némesis estaba tirada, tal cual aquel ser la había dejado, con el vientre y los pechos cubiertos de semen y de golpes.
Sus ojos estaban rojos a causa del reciente llanto pero ahora miraban, miraban a la nada, estaban vacíos, sin expresar ningún tipo de emoción o sentimiento. Era incapaz de hacerlo.
Solo cuando escuchó la puerta del baño cerrarse despertó del shock, si es que así se le podía llamar. Sin pensárselo dos veces fue al fregadero de la cocina y con un trapo en la mano comenzó a limpiarse de los restos de aquel monstruo. Miró hacia abajo, comprobando que tenía restos de sangre en sus ingles dándose cuenta que desde hacía rato todo su cuerpo, en especial su vagina a causa de aquel acto tan depravado, le dolía, mucho. Pero con tal de no volver a ver a ese tipo estaba dispuesta a aguantarlo.
[Llegados a este punto, ¿qué más da lo que opinen de mí si demostrar es para el fan o el que quiere seguir y tiene un claro fin?]
Una vez estuvo limpia del todo subió tan rápido como sus piernas le permitieron, hasta su habitación, se vistió con lo primero que pilló: una camisa verde de mangas largas y unos pantalones vaqueros largos para tapar sus heridas y hematomas, se puso unas zapatillas lo suficientemente cómodas para el largo viaje que iba a hacer, preparó una mochila con lo básico (dinero y algo de ropa, junto con un anillo y un brazalete que puesto ocupaba toda la muñeca*1 que había heredado en secreto de su abuelo) y salió de la casa.
Sabía que eso provocaría habladurías entre los vecinos, ¿cuándo se ha visto a una esposa abandonar a su marido? Pero con aquella tortura ya no física, si no que también psicológica, aquello le importaba lo mismo que ella a su marido. Siempre con celos y menosprecios. "Puta, gilipollas, zorra, perra, inútil…".
[Todo tiene un final y una despedida más sincera, siento haberos hecho tan larga la espera pero esto termina aquí…]
Cuando echó a correr se dio cuenta de que el cuerpo se estaba resintiendo, le dolía a mil demonios y las piernas le flaqueaban cada vez más. Fue apoyándose por las paredes, los barriles, todo aquello que le ayudase a caminar, pero los ojos se le abrieron como platos cuando escuchó de nuevo esa voz.
– ¡¿Dónde coño te has metido, zorra?!
[No, no es por ti ni por cualquiera. Es porque ya no tengo na' que soltar fuera.]
Entonces recordó cuando le conoció, las primeras semanas de recién casados. Él era cariñoso, dulce, amable… Era feliz, fue feliz, tenía un motivo por el que sonreír. Pero ya no lo era.
[Ni más ideas buenas, ni lemas que llevar a temas. El problema será que esto me quema o quizás que no me llena como cuando empecé en aquella época.]
Aunque las piernas le dolían, todo el cuerpo lo hacía, la verdad, echó a correr a trompicones, chocándose con algún que otro vecino y con gente que no conocía.
Se dirigía al puerto allí ya pensaría que hacer pero tenía que pensar rápido, Tomoro le estaba pisando los talones.
[Dejé por el camino amigos y otras tantas parejas, como enemigos sintiendo que así me alejaba. Dejaba mi piel en hojas, mi alma en letras, mi mente en otras palabras, romper techos y metas.]
Algún que otro vecino intentó pararla, pero los esquivó. Tiró puestos para dificultarle el paso, empujó gente…lloró.
[Entre sonrisas y caricias intenté tocar la fibra y casi rozo el fondo por rabietas y envidias de un idiota con sus prontos y criticas destructivas. Fui el blanquito de su punto de mira, ¡pero ya no!]
Cuando por fin llegó al puerto, miró hacia todos lados, jadeante.
El cuerpo ya no le respondía y calló de rodillas al suelo.
Un hombre alto, con un gorro blanco en su cabeza en su cabeza y una especie de gabardina negra abierta, se acercó a ella agachándose a su lado.
[¡Porque para mí…esto acaba aquí!]
– ¿Estás bien, chica? –Preguntó el con un ligero tono preocupado al ver como los ojos se le humedecían.
–Ayúdame…por favor… –Dijo entre sollozos con la voz rota.
– ¡Te he dicho que vengas! –Volvió a gritar Tomoro a lo lejos.
El chico parecía entender parte de la situación así que al ver que la chica no podía caminar por si sola, la cargó en brazos sin pensárselo dos veces y entró con ella a un submarino amarillo.
Tomoro miró incrédulo como aquella mujer se marchaba con un desconocido hacia el mar, apretando los dientes y los puños. Había quedado en ridículo delante de todo el pueblo.
Dentro del submarino, un grupo de jóvenes vestidos con un uniforme negro con un Jolly Roger en el pecho y un oso vestido con el mismo traje que los demás pero naranja, se quedaron mirando a la chica.
[Fui…a regalar sonrisas, y encontré mil enfados…]
– ¿Quién es, capitán? – Preguntó un chico con un sombrero en el que ponía "Penguin".
[Quise transmitir, sí, pero me trataron a palos…]
– ¿Un nuevo ligue? –Preguntó otro con una gorra de color azulado y de visera roja.
[Fui el sinónimo de falso, de malo y avaro, mediocre, así me llamaron.]
-Callaos. Voy a estar en la enfermería atendiéndola así que no me molestéis a no ser que sea estrictamente necesario.
[Pero ya no. Pero ya no… Pero ya no.]
Cada vez que no comentas, un perro muere de SIDA.
Fuera coñas, comentad que ayuda mucho :3
Actualizaré lo más pronto que pueda, bye~
Guerrera Incapaz.
