¿Quién secará mis lágrimas?
Y todo se volvió negro. Negro como el carbón. Como mis esperanzas en aquel momento. El sentimiento de la impotencia crecía a medida que veía como toda mi vida se sumía en un agujero sin final. Sumido en mi trance, sin ser capaz de escapar de aquella pesadilla que estaba viviendo. Parecía como si mi fuerza de voluntad se estuviera oscureciendo como mis ganas de continuar viviendo. Pero esto, no se acaba aquí. Los espíritus de las personas a las que más quería danzaban un vaivén de movimientos que hacían competencia para llegar primeros a aquella dulce luz blanca. Yo sufría y hacía rato que ya no sentía mis lágrimas que se habían mezclado con la tranquila lluvia. Una mezcla de sufrimiento y paz, la lluvia, ¿qué ironía, no? Acabo de ser espectador del asesinato de mis padres y estoy pensando en la lluvia….
Descendiendo de las nubes con un color transparente que, al llegar al suelo, se transforma en un color carmesí. Este carmesí que la gente dice que representa el amor, las rosas, un color intenso y enigmático del cual la gente cae en su influjo pero, para mí… Para mí no es nada de eso. Para mí representa el dolor, el sufrimiento, la guerra y la sangre… La sangre que solía fluir por los cuerpos de mis padres.
Empiezo a escuchar un ruido, sí, parece una sirena, de la policía si no me equivoco. Una sirena, acompañada de otra. Me da igual ahora mismo. Yo sigo paralizado. Sigo contemplando aquella tétrica escena. A aquellos cadáveres a los que solía llamar padres. A los que quería con tanto júbilo. A los que veía como dioses con respuesta a todos mis problemas y a los que adoraba. Con quien reía en momentos de felicidad y con quien lloraba en momentos de desesperación.
Sin darme cuenta acabo de empezar a llorar. Ahora, ¿quién calmará mis lágrimas? ¿Quién las secará con dulces besos con sabor a caramelo? Ahora ya no tengo a nadie. Estoy solo en este mundo cruel. Un mundo lleno de demencia y violencia. De maldad y ningún tipo de piedad. Un mundo donde te tienes que buscar la vida para sobrevivir. Un mundo donde se prefiere la guerra al amor de las familias y la paz. Donde la falsedad y la traición abundan como las lágrimas que se forman en mis ojos. Lo acepto, ahora estoy solo…
Solo en este cruel y falso mundo de miseria.
Ahora tendré que sobrevivir sea como sea porque, ahora, ¿quién secará mis lágrimas?
