REVIVIR EL PASADO
Por Sabrina Zaldívar y Haruko Sakuragi
CAPÍTULO 1—¡Kaasan! ¡Ya llegué!
Es Tomoya. Mi pequeño Tomoya-kun. Sin darme cuenta, ya se ha convertido en un adolescente de dieciséis años. Es como verlo joven nuevamente... Verlo a él a diario.
—¡Kaasan! ¡Saldré con mis amigos a los videojuegos del centro comercial! ¡Llegaré antes de la cena!
—Cuídate, hijo.
No puedo más que desearle bienestar cuando sale solo. Tiene amigos que lo quieren mucho, y conozco a una muchachita que le gusta. La he visto, y parece que también a ella le gusta mi niño.
—Haruko, volveré más tarde.
—Sí, hermano. Cuídate.
Ahora mi hermano también ha salido de casa. Seguro fue a arreglar los últimos asuntos que tenía pendientes en la oficina.
Mi hermano mayor sigue amando profundamente el básquetbol, pero ahora se dedica a las finanzas; eso estudió. Cuando se tiene una hermana menor embarazada que aún no se ha graduado, se necesita buscar un empleo para poder sobrevivir. Nunca me perdonaré por haberlo alejado del deporte que tanto amamos ambos... Y el deporte que tanto aman ellos también...
Me comporté de la peor manera posible.
Hanamichi Sakuragi y yo éramos pareja, los más felices. Estudiábamos la universidad en Tokio los dos; él en la carrera de Actuación y yo en Diseño Gráfico.
Una noche del sexto semestre, se organizó una reunión de ex–alumnos de la preparatoria Shohoku, y asistimos sabiendo que nos toparíamos con Kaede Rukawa, mi primer amor.
Esa noche yo estaba ebria. Bebí mucho sake del que nos ofrecieron los organizadores; reñí con Hanamichi y lo obligué a marcharse sin mí, y en los vestidores del gimnasio... Bueno, Rukawa y yo dormimos juntos. El resultado, nueve meses después, fue el nacimiento de Tomoya-kun, sin que Rukawa lo supiera, y ambos alejados de Hanamichi.
¿Qué le dije? Que no lo amaba, que nunca había podido olvidar a Rukawa. Eso lo destrozó, pero también lo obligó a olvidarse de mi.
Y pareciera que el destino se empeña en hacerme pagar mi traición, mi traición a mi misma, a Hanamichi y hasta al mismo Rukawa.
El nombre de la chica a quien mi hijo quiere es Hitomi Sakuragi-Rukawa.
Sí, ellos son pareja y adoptaron a una niña hace diez años, una niña que desde entonces ha traído felicidad a sus vidas, y compañía a la de mi hijo, que, sin saberlo, es hijo también de Rukawa.
¿Qué hacer ahora? Después de tantos años... Mi hijo lleva mi apellido y el de mi hermano, no el de su padre. ¿Cómo reaccionarán ambos cuando sepan quién es el chico de quien se ha enamorado su hija? Me odiarán. Ambos lo harán, y sin darse cuenta también acabarán con la felicidad de nuestros hijos.
Es el precio por mi traición, pero... ¿también ellos tienen que pagar un pecado que nunca cometieron? Mi hijo y su hija no tienen la culpa, y sin embargo, también sufrirán...
¿Es justa la vida? Yo no lo creo...
Ahora es tarde para arrepentirme, y mi dolor será heredado por estos dos niños que no tienen idea de los errores de sus padres.
CONTINUARÁ...
