Advertencia: Otro fic que se me ha ocurrido en medio de mis sueños despierto y pensando en la eternidad cuando sólo estoy leyendo el periódico. Rozen Maiden no es de mi pertenencia, así que atentos por favor.

En busca de Suigintou

-¡Cuidado, Kun-kun! ¡Mira atrás de ti-nano!

-¡Van a atacarte por la espalda! ¡Voltea, Kun-kun!

-¡Se está escapando, Kun-kun! ¡Atrápalo-nano!

-Se toman demasiado enserio ese programa- dice fastidiado Jun a Hinaichigo y Shinku.

Era un fin de semana común y corriente para todos en la casa donde vivían los hermanos Sakurada. Shinku y la pequeña Hinaichigo montaban un tremendo drama mientras veían su programa favorito, las gemelas alemanas también veían el programa pero mucho más discretas, Nori descansaba de asear todos los platos y demás artilugios de la cocina usados para el desayuno, y Jun bebía un vaso con agua mientras miraba de pie la última parte del programa. El programa termina en un punto clave en que Kun-kun estaba a punto de descubrir la identidad secreta del criminal que había robado el museo, justo cuando Hinaichigo y Shinku estaban a que les daba un paro respiratorio por la emoción.

-Vaya, parece que será mañana que pasen el próximo capítulo- Jun termina de un sorbo el resto de su agua.

-Me pregunto quién será el villano en esta ocasión- la rubia mayor sudaba bastante por la tensión resultante.

-Kun-kun logró salvarse del malo. Kun-kun logrará derrotar al malo-nano.

-Qué infantiles son ustedes dos-desu.

La discusión que giraba alrededor del capítulo que acababa de terminar dura un par de minutos hasta que Shinku anuncia que ya era la hora para beberse su té, a lo que Nori se apresura y busca el té que había pedido. Jun se estira un momento y se dirige a su habitación para conectarse un momento (o un par de horas mejor dicho) a la computadora, no sin antes solicitar, algo pedante, que no lo fastidiaran mientras tanto.

Todo se veía completamente normal y no había sobresalto alguno dentro de aquella casa. Incluso Kanaria seguía espiando afuera en su intento 212 de infiltrarse para así tomar las Rosas Místicas de todas, pero como todos sus demás intentos acabó en fracaso. Sólo un punto en la discusión entre Hinaichigo y Suiseiseki rompería la normalidad en el mundo interno de Shinku.

-¡Yo no agarré tus tontas crayolas-desu! ¡Eres demasiado tonta, chibi-ichigo!

-Hina sabe que fuiste tú quien se robó la crayolas. Ni siquiera Suigintou es tan pesada-nano.

El nombre de Suigintou de pronto resuena en la cabeza de la muñeca inglesa, trayendo un recuerdo que había estado la mitad del día pasando por alto. Recordaba que anoche se había dado cuenta que Suigintou seguía viva cuando se apareció en su sueño anunciando su regreso. Definitivamente no se arrepentía de las cosas que le dijo en aquel sueño a pesar de que las había sentido algo cursis, y es que enserio le había alegrado saber que su hermana mayor no se había ido para siempre como tanto temía desde esa vez en que la derrotó en el mundo de los sueños de Jun. Sabía que lo que le dijo anoche por sí solo no sería suficiente para reconstruir la relación destruida entre ambas muñecas, así que decidió que en cuanto terminara la hora de su té se iría a buscarla para intentar disculparse de una manera más apropiada esta vez.


Hospital

-Hola, Tenshi-san- saluda Megu al ver que su única amiga se aparece otra vez en la ventana.

-Yo ya te dije que no soy ningún ángel para que me llames así- responde Suigintou fastidiada mientras se posa suave como una pluma en el alféizar de la ventana-. No te veo demasiado animada esta vez, Megu.

-Es que me dijeron que iba a recibir visitas esta tarde, y la verdad no me anima en absoluto algo así. La única visita que quiero es la tuya, Suigintou.

-Ya veo, pero igual no creo que tengas que perder el control otra vez, no es bueno para ti.

-Eso lo sé, pero cada vez que me visitan me da mucha rabia verle la cara a esas personas que sólo vienen a verme por mera conveniencia, después de todo la verdad es que afuera no hay nadie que se acuerde realmente de mí- a la muñeca le da un pinchazo en el pecho al sentirse algo identificada otra vez con la humana, pero prefirió no decir nada al respecto.

Unos pasos empiezan a sonar afuera de la habitación, a lo que la prusiana da un salto hacia atrás y se esconde detrás de la ventana, mientras que Megu, con una terrible sensación de mala suerte por no esconderse también, se queda a aceptar de mala gana la llegada de la enfermera que le iba a renovar el suero y tomarle nuevamente la evolución de sus signos vitales. Suigintou tampoco se siente del todo bien por tener que escuchar nuevamente a Megu peleando y gritando como una posesa que la enfermera la deje sola y que no necesitaba de la ayuda de nadie del hospital, pero por consideración a ella se quedó para acompañarla en cuanto tenga la oportunidad.


Casa de los Sakurada

La hora del té finalmente termina y Shinku se va directamente a la habitación de Jun para tomar varias cosas, pero antes de subir las escaleras ve algo que jamás había notado antes. Vio un cuadro en el que aparecía un hombre adulto abrazando a dos niños bastante pequeños que Shinku identificó como Nori y Jun años atrás. Debajo de cuadro se leía una leyenda que estaba escrita en tinta negra que a pesar del tiempo que debía tener, Shinku logró leerlo con claridad.

Otro aniversario de tu ida, querido tío

Ojalá hubieses logrado tu sueño de ser un gran doctor, siempre nos cuidaste bien cuando nuestros padres no estaban

La muñeca de la rosa carmesí se queda en su lugar un momento. Tal vez no se había detenido a ver tan bien como esperaba la casa, o tal vez Nori lo colgó por alguna razón especial, pero el caso es que tuvo un sentimiento nostálgico al ver ese cuadro. Nori, Jun y aquel hombre se veían bastante sonrientes, Shinku supuso que el tío de los dos chicos debió ser alguien bondadoso con ellos. Tal vez no haría ningún daño si se atrevía a preguntarle a Jun.


Habitación de Jun

-Jun.

-¿Ocurre algo, Shinku?- el muchacho deja por un tiempo breve la PC.

-¿De qué murió tu tío?- Jun de pronto baja la vista y su gesto se torna algo triste.

-Oh, ya viste el único cuadro que aún conservamos de él- el muchacho vuelve su vista a la pantalla pero igual responde a la pregunta de la inglesa-. Él se suicidó. A pesar de que era alguien bondadoso y genial con mi hermana y conmigo, en el fondo no era feliz. Mi tío se desvivía por la medicina, pero de joven nunca tuvo el atrevimiento como para intentar estudiarlo- Shinku nota que la tristeza de Jun se acrecienta a medida que seguía su explicación-. Mi padre era constantemente blanco de las burlas de los demás en la escuela, y debido a eso mí tío sacrificó mucho por su bien cuando conoció a mi madre. Renunció a su propio futuro y acabó siendo un simple vendedor el resto de su vida mientras mis padres se casaron y de así surgimos Nori y yo. Según mi tío, él quería estar ahí cuando Nori y yo nacimos, pero su trabajo jamás le permitió algo como eso.

-Entonces eso era. Lo lamento mucho, Jun- el chico sonríe levemente por el apoyo de Shinku porque sentía que se lo decía con sinceridad-. Hay algo que tengo que hacer, nos vemos después. Diviértete.

-Espero que no te vayas a meter en un problema, Shinku.

Shinku toma algunas cosas para llevarlas con ella por si acaso las fuese a necesitar, entre ellas el peluche de Kun-kun, su maleta, su taza de té, un par de libros por si se aburría y una foto en que aparecían los dos humanos y las cuatro muñecas por si llegaba a prolongarse su ausencia. Se fue en silencio, antes de que Jun se diera cuenta, a la habitación del espejo con el objeto de encontrar pronto a Suigintou y hablar con ella, pero los preparativos eran porque no estaba del todo segura que las cosas puedan ocurrir rápido y pudiese regresar en cuestión de minutos, o incluso horas. La historia de hostilidades entre ella y Suigintou le había enseñado que cuando ambas se encuentran es mejor tener todo listo en caso de emergencia, además que no sabía dónde se encontraba y no podía pensar que sería coser y cantar encontrarla.

Atraviesa el espejo y se dirige al campo N para empezar la larga búsqueda de su hermana mayor, esperando que Suiseiseki, Hinaichigo y Souseiseki no se fuesen a darse cuenta y la persigan.


Campo N

El viaje tiene un comienzo ligeramente trepidante para Shinku, por un momento llegó a ver a lo lejos a Barasuishou y tiene que esconderse para prevenir una pelea. Si iba a encontrarse con Suigintou, más le valía estar al tope de sus fuerzas por si era inevitable una pelea con ella, por lo que no podía darse el lujo de tomar esa distracción que representaba la muñeca amatista. Logra sortearla con éxito, y eso la hacía sentir aliviada mientras continuaba su larga búsqueda por la prusiana.

A pesar de todo debía estar lista. En el fondo sabía que lo último que deseaba era pelear con Suigintou, pero tampoco podía quedarse de brazos cruzados si Suigintou se decidía a cobrar venganza por el último combate que habían tenido.


Iglesia abandonada

Suigintou decidió regresar a su lúgubre dormitorio porque Megu había sido sedada y por lo tanto no sería capaz de escucharla cantar por el momento, así que decidió dejar esa oportunidad para la noche. Estaba la mar de aburrida sin nada que hacer ni la oportunidad de escuchar todas esas tontas divagaciones de su médium sobre cómo se sentiría morir y demás cosas relacionadas. No tenía idea de cuánto tiempo llevaba allí, tal vez había llegado hace unos minutos que se le hicieron eternos, o tal vez llevaba horas que se fueron volando y ella no lo notó, pero esta oscura y silenciosa soledad que rodeaba a la aburrida muñeca es rota por un pequeño ruido que provenía de afuera.

-¿Quién está ahí?- pregunta con autoridad y dispuesta a pelear si se trataba de alguien hostil.

Nadie le responde, por lo que la prusiana alza vuelo y se dirige a la fuente de aquel raro sonido hasta que acaba saliendo de la iglesia. Una vez fuera del edificio se le hace algo difícil distinguir el ruido que le llamó la atención a causa de los numerosos ruidos de la ciudad y a que al estar fuera no había eco, por lo que casi tuvo que buscar a ciegas a quien sea que estuviese molestando.

-¡Muéstrate, quien quiera que seas!- saca su espada lista para atacar si seguía el intruso sin responder.

-Oh, eres tú, Tenshi-san- Suigintou queda perpleja al ver que todo ese tiempo se trataba de Megu quien se paseaba a los alrededores de la iglesia y causaba aquellos ruidos- ¿Quieres ver lo que estaba haciendo?

-¿No estabas en el hospital descansando?

-Eso fue hace casi tres horas, y además estoy aburrida de estar allá acostada, así que vine a atender este pequeño juguete que vengo reparando desde que tenía nueve años.

Suigintou no entendía qué quería decir Megu con "juguete", pero por anticipado supuso que seguramente se trataba de algo que no serviría sino para alimentar su locura por abandonar la vida. Megu guió a la muñeca hasta la parte trasera de la iglesia y le mostró un automóvil algo viejo, pero que mostraba que Megu realmente llevaba tiempo dedicándole esfuerzo para repararlo con excepción de la pintura. Suigintou no comprendía en qué podía eso llamar el interés de Megu por repararlo.

-¿Qué es eso?

-Eso, Suigintou, es un automóvil del tipo Delorian- Suigintou seguía sin comprender-. Es un auto que fue abandonado aquí hace años, y lo único que tenía era el armazón y la cubierta. Supongo que este auto fue desmantelado por ladrones hace mucho tiempo, o tal vez su antiguo dueño se aburrió de tenerlo y le sacó las piezas para hacer algo más, el caso es que he estado viendo este auto casi desde que aprendí a caminar. Cuando finalmente pude hacer algo más que gatear solía escaparme y esconderme aquí, y con el tiempo conocí cada recodo de esta iglesia, incluyendo aquí.

-¿Pero de dónde sacaste las piezas de eso si dijiste que lo encontraste totalmente vacío?

-No muy lejos de aquí hay un depósito de chatarra al que también suelo ir cuando me aburro. Para serte sincera, la mecánica automovilística es una de las pocas cosas que me han gustado desde siempre, y eso seguramente es lo que le diría a toda la clase de la escuela a la que fuera si no hubiese nacido enferma- Suigintou miraba algo extrañada a Megu, aún con algunas dudas sobre porqué le importaba arreglar un armazón viejo, pero Megu parecía leerle la mente-. Los autos no son como los seres vivos. Si un auto se avería o se le sale algo, la solución es simplemente incluirle otra pieza o limpiarlo. Ahí está la belleza de las máquinas que las personas no saben ver, la belleza de tener el potencial de no extinguirse, siempre y cuando le dediquemos algo de nuestro esfuerzo. No importa qué tan grave sea el problema de estos autos, siempre hay algo que se pueda arreglar y vuelven a estar en condiciones óptimas.

-Entonces lo que quieres ser no es mecánico, sino auto- la chica ríe divertida por el comentario de la muñeca, y luego de eso ambas revisan juntas el Delorian.

-Como te dije antes, desde que tenía nueve años he estado buscando piezas y he estado armando el Delorian por mi cuenta, y precisamente ahora quería darle los últimos toques para que pueda sentir pronto lo que se siente conducir.

-Todo esto se ve bastante complicado ¿Cómo le has hecho para saber armarlo?- Suigintou expresa su duda mientras miraba curiosa la maquinaria interna del auto.

-Aprendí yo sola a hacer eso, es algo que me ha gustado siempre según recuerdo haber dicho. Además quise incluirle algunos toques propios para hacer que el auto sea mucho mejor, podrías llamarlo la "tecnología Megu", Tenshi-san.

-Ya veo. Supongo que a esto te quieres dedicar mientras aún te queda algo de aliento, ¿verdad?

-Así es, quiero este sea mi recuerdo final antes de partir de este mundo y volar libre- la humana toca con delicadeza el auto y lo miraba como si fuese un hijo suyo-. Se dice que aunque el cuerpo muere sus recuerdos y obras permanecen, así que quiero que esta sea la obra que en cierta forma me dé la inmortalidad que no disfruto en este cuerpo. Una inmortalidad que me permita estar contigo, Suigintou.

Era algo conmovedora esa manera de ver las cosas de Megu, o al menos eso opinaba la muñeca en ese momento. De pronto se acordaba cuando Shinku y ella vivían en la casa de Sarah y le enseñaba a caminar y hacer té. Hizo una mueca al pensar en ello, no veía ninguna relación entre todas aquellas mentiras que le dijo Shinku esa vez y el deseo que albergaba de salvar a la niña de una muerte temprana, todo eso sobre Shinku no era más que tonterías.

-Con que inmortalidad...

-Así es. Una existencia totalmente libre de todos los defectos y limitaciones, totalmente opuesto a lo que yo he pasado- Megu mira un momento al cielo para luego voltear a ver a su muñeca-. Yo ni siquiera he vivido de verdad en ningún momento, o al menos no puedo llamar vida a esta supervivencia en la que he estado desde que existo. Las personas viven porque pueden aprovechar las oportunidades y el mundo mismo para crecer y aprender por sí mismos, disfrutar de la belleza del mundo exterior y se esfuerzan por conseguir a alguien que les pueda querer de verdad, o al menos una excelente conveniencia, pero yo nunca tuve tal oportunidad, sólo he estado confinada en la habitación de un hospital mientras esperaba por un milagro que me otorgase la libertad que siempre he deseado, y a partir de allí acabé decidiendo que quiero morir, Suigintou.

Un mundo de desesperanzas era realmente algo demasiado deprimente para imaginarlo fácilmente, aún cuando Suigintou tuvo una experiencia bastante cercana según ella. Cuando veía a Megu comprendía el sentido de que fuera precisamente ella su médium, pues sabía cada vez más que el gran problema que tenía el corazón de esa niña no era su enfermedad, sino su dolor y desesperanza, la misma que una vez ella sintió cuando Shinku le dijo que nunca podría ver a Rozen por el hecho de no ser completa. Sólo un dolor compartido era lo que necesitaban para tener una conexión, aún si el contrato no hubiese sido firmado esa vez que se encontraron por primera vez.

-¿A dónde piensas ir una vez que ese auto este terminado?

-No lo sé, sólo quiero salir de aquí e ir a donde quiera y conocer todo lo siempre quise ver mientras me pudría en esa habitación- Megu se queda unos segundos en silencio y luego toma ambas manos de la muñeca- ¿Quieres ir conmigo a este viaje, Tenshi-san?

Suigintou: ¿Lo dices en serio?

CONTINUARÁ...


Aquí termina el primer capítulo de mi fic número 92, y que seguramente les recordará la trilogía. Dentro de algunos capítulos voy a tener que introducir algunos OC, les voy a decir a qué va:

Utilizaré tres personajes que estarían emparentados con Jun y Nori, es decir los padres y un tío. A modo de emular un poco (¡PLAGIO!) a Nanis4816 por lo entretenido que es consultar nombres, les preguntaré ¿cómo se llamarán los padres y el tío de los hermanos Sakurada? Sin duda esto será en sus días de adolescencia, y les adelanto que curiosamente el tío de Nori y Jun será quien tenga mayor relevancia en el primer viaje de Shinku y Suigintou.

Hasta otra