Skip Beat no me pertenece.
Palabras mudas.
Es más cómodo engañarse y cada uno lo sabemos.
No podemos evitar nuestras miradas cómplices.
Se que tu y yo trabajamos de pintar un mundo de fantasía.
Pero en nuestros propio mundo de fantasía solamente existimos dos.
Tu y yo.
No quiero ser solo una flor resignada a decorar el brazo del señor importante.
No quiero ser el objeto de un niño mimado.
Quiero que el hombre que ame me aprecie y jamás me haga daño.
Quiero a ese hombre en mi vida.
Quiero que estés en mi vida.
No quiero perder ante la razón.
No quiero el amor absurda-mente romántico.
Te quiero a ti, con virtudes y defectos,
con pasado y fantasmas,
con sueños e ilusiones,
con hechos y no simples palabras,
con la experiencia que tienes que que te hace ser quien eres.
Jamás te cambiaría nada, ni esa veta de celos que algunas veces en ti veo
y que tratas de ocultar con sonrisas elegante e indiferencia.
Quiero de ti todo lo que estés dispuestos a darme.
Procuro acallar los latidos erráticos de mi corazón.
Te quiero más de lo que algunas veces demuestro.
No quiero ser presa de una ilusión.
Estoy pensando mucho y cuando lo hago,
las palabras que quisiera poder decir,
solo son palabras mudas.
Nada ni nadie sabrá lo que quiero y no te puedo decir.
Se que me he quedado observándote más de lo prudente, más de lo necesario, no quiero que pienses nada raro sobre mi... Y tu puedes notarlo, temo que puedas ver a través de mi, me aterra la posibilidad.
—¿Te sucede algo, Mogami-san?
Solamente puedo negar en silencio, sonriendo con todas esas palabras mudas que jamás te podré decir.
