Capítulo 1

Seiya estaba feliz, feliz porque una vez más había hecho el amor con su bella y hermosa novia. Esa peli negra que era exactamente igual a su mejor amiga, sorprendentemente era todo lo opuesto a ella. Serena, era una economista, al igual que él, pero ella era rubia, de ojos azules claros, usaba lentes antiguos y feos. Era alta, de contextura delgada pero, se vestía muy mal. Serena no era como Selena, (la novia de Seiya). Su hermana, es decir, Selena, en cambio era alta, delgada, peli negra tinturada, ojos azules claros y muy, muy sexy y llamativa... Serena nunca le había querido hacer caso a su hermana en los consejos que le daba de belleza y por eso a pesar de eran gemelas, eran muy diferentes.

—Seiya, mi amor...despierta. Serena llamó y dijo que necesita hablar contigo, nene.

—Selena... —dijo Seiya desperezándose—ahora la llamo. Mejor ven y me das un beso antes de que te vayas, ¿sí?

— No te voy a dar un beso, —dijo posando sus rodillas sobre la cama en un bello vestido rojo ajustado—te voy a dar muchos, Seiya. Te amo.

— Y yo a ti belleza, y yo a ti...

Después de que ella lo besó, tomó su bolsa y se fue. Al verse despierto y solo en la casa, fue a darse un baño. Cuando estuvo listo después de haberse bañado y desayunado, llamó a su amiga y escuchó que ella le dijo como siempre...

— ¿Qué hubo Seiya? ¿Ya consiguió trabajo o no?

— Qué hubo Sere, —dijo muy sonriente—no, nada que consigo. La verdad estoy preocupado porque Selena está corriendo con todos los gastos y no me gusta que...

— Bueno, ¿ya se bañó? ¿Está listo?

— Pues sí y pensaba salir a llevar unas hojas de vida. ¿Por qué?

— Vea, necesito que se venga para mi casa pero ya porque tengo un trabajo para usted.

— ¿De verdad Sere?—Le preguntó muy alegre— ¿En serio?

— Sí, sí, pero mejor venga y aquí le cuento.

La vida que llevaba Seiya en este mudo, no era ni medio parecida a la que tenía en Tokio de Cristal. En este mundo, él solo era un pobre chico delgado, con lentes, recién graduado que no tenía ni para una gaseosa que estaba muy, muy enamorado... A pesar de su pobreza y su mal vestir, Selena lo amaba como a nadie en el mundo. Fue por eso que aunque su papá no quería, (el papá de Selena) ella al primer año de haberse graduado como abogada y de estar trabajando, se fue de la casa. La hermana de Serena era muy temperamental, terca, obstinada y grosera si la hacían enojar. Quería su independencia, su libertad y su papá, era muy estricto; por eso se peleó con él y se fue de su casa. Aunque ella quería mucho a sus padres y a su hermana, era muy feliz viviendo con su amor. Era extremadamente feliz desde que vivía con Seiya...

Un rato después y en la casa de Serena...

— Qué hubo mijo, ¿cómo está la niña?

— Buenos días, doña Ikuko. —Dijo Seiya entrando a la casa— Bien, bien, trabajando mucho. ¿Y don Kenji?

— Bien mijo, se fue para la empresa a ver si le pagan la liquidación. Usted ya sabe cómo es él. ¿Viene a ver a Sere, cierto?

— Sí señora, ¿está en su habitación?

— Sí mijo, ¿quiere que les lleve juguito?

— Bueno doña Ikuko, pero con una arepita o un buñuelito por favor.

Le contestó tocándose la barriga.

— Es que el viaje hasta acá me dio hambre.

— Bueno mijo, vaya subiendo que Sere lo está esperando.

Seiya subió y tocó a la puerta de su amiga, ella se levantó y le abrió. Ahí en esa habitación igual a la de una niña de quince años, llena de peluches y libros, miró a Seiya y le dijo...

— Casi no llega, ¿no? ¿Cómo está mi hermana? Mi mamá mantiene muy preocupada por ella.

— Bien, bien Sere. —Le respondió mientras se sentaba sobre su cama—Lo que si es que tenemos muchos problemas de plata y por eso necesito trabajo Sere. ¿Cuál es el trabajo?

— Bueno Seiya...

Dijo ella sentándose frente a su computador y usando sus grandes lentes y antiguos...

— Mi jefe me dio cien mil dólares para crear una empresa. Necesito que me ayude a saber cómo lo puedo invertir y en qué. Mi trabajo es muy demandante y yo no podría estar al pendiente de esa empresa completamente, por eso...

— Vea, vea Sere, —se levantó y prendiendo el computador... —le tengo el negocio. Estuve averiguando y podría invertir en la bolsa.

— ¿Sí? ¿Y eso no es muy arriesgado?

— No que va, es un muy buen negocio.

— Bueno, pues si usted lo dice... entonces hágale. ¿Qué necesita para empezar a trabajar?

— Un computador y conexión a internet Sere, no más. Le aseguro que nos va a ir muy bien pero oiga, ¿su jefe no enoja?

—No, tranquilo, no se preocupe por eso. Él me dijo que podía invertir esa plata en lo que yo quisiera y lo único que me pidió es que tiene que ser una empresa con todas las de la ley Seiya. Tiene que tener registros, documentos, balances en fin... Todo dentro de lo legal, lo que tiene que tener una empresa. El doctor Darien fue muy claro en eso.

— ¿Y ese tipo qué? ¿Siguió explotándola y gritándola? Vea que su papá estaba muy bravo por eso el otro día.

— Usted no se preocupe por mi papá y mejor dígame, ¿Cómo va a ser? Yo creo que lo mejor es que mi papá le ayude; él es contador y le puede ayudar con lo que usted necesite, y por eso lo mejor es que trabaje aquí en la casa.

— Ay Sere no, que pereza aguantarse a su papá todo el día alegando. Además a Selena no le va gustar mucho que yo viaje todos los días.

— ¿Perdón?—Preguntó la señora Ikuko después de tocar la puerta— Les traje juguito con pan mija.

— Gracias mamá, déjela ahí y ahora bajamos. ¿Ya llegó mi papá?

— No mija, todavía no ha llegado y lo más seguro es que ese carro se le varó otra vez.

— ¿Hasta cuándo va a seguir don Kenji con esa carcacha, doña Ikuko?— Preguntó Seiya riendo junto a ellas— ¿Quién le estará ayudando ahora a empujar ese tiesto? No, no, definitivamente...

La señora Ikuko se fue, no sin antes decirle a Seiya que le mandaba muchos saludos a su hija con él; ella las quería mucho a ambas y le dolía que ella (Selena) y su esposo, estuvieran tan distanciados.

Antes de que Seiya se fuera para su casa, que estaba algo lejos, Serena lo detuvo diciéndole...

— Seiya...necesito decirle algo.

— Cuente. ¿Qué pasó?

— Es que mis amigas, las de la oficina, me estuvieron molestando mucho preguntándome si yo tenía novio hace tiempo. Entonces yo por salir del paso les dije que sí tenía y que se llamaba Seiya.

— ¡¿Qué?! Ah, no, jefa, ¿Cómo así? ¿Ahora trabajo como su novio o qué?

— Tranquilo. —Se reía Serena—Solo era para quitármelas de encima, no va a tener que hacer nada. Además como ellas no conocen a mi hermana y a usted tampoco, no pasa nada, fresco.

— Bueno, eso espero porque usted sabe cómo es Selena, Sere; con esa fiera es mejor evitar. Nos vemos mañana Sere, Descanse.

— Listo, nos vemos. Chao y saludos a Selena.

De esa forma Seiya se fue de la casa de su mejor amiga (y de sus suegros) y se iba feliz porque al parecer ya tenía trabajo. Pero aunque estaba contento porque por fin después de tanto tiempo podría darle una buena noticia de trabajo a la mujer que amaba, a su compañera, desconfiaba de las intenciones del jefe de Serena...

En otro lado en uno de los mejores bares de la ciudad...

— Ay Darien, —dijo una hermosa morena que ya estaba bastante tomada— ¿y dónde dejaste a Rei? Dicen por ahí que tu prometida, es muy brava.

— No, tú tranquila. —Dijo él muy seductor—No va a pasar nada. ¿Cierto, Furuhata?

— ¡Claro! —Respondió muy alegre y rodeado de hermosos modelos— ¡Que siga la fiesta!

En un bar muy contento estaba Darien Chiba con su mejor amigo Andrew Furuhata. Darien era el jefe de Serena y era el presidente de una importante empresa de confecciones y todo lo relacionado con el mundo de la belleza. Él, un hombre de buena familia, alto, de pelo negro corto, ojos azules oscuros y muy atractivo, era todo un mujeriego. Había ganado la presidencia de la empresa de sus padres, así como también se había comprometido en matrimonio con una de las dueñas de la empresa... Una que era una verdadera fiera, le tenía terror...

— ¿Alo? ¿Rei? ¡Hola mi amor! Sí, sí, muy ocupado aquí con Furuhata trabajando. Aja... apenas termine voy para tu apartamento mi amor, sí, sí. Bueno, ahora nos vemos.

— ¿Qué ya le llegó la hora de dormir, mi estimado presidente?

— No moleste y camine más bien. — Se levantó de la mesa Darien y dijo mientras sacaba dinero para pagar la cuenta... —acuérdese que mañana temprano tenemos la reunión con Sere. Tenemos que sacar los costos de la próxima colección y si no nos recuperamos, no me quiero ni imaginar lo que...

— Fresco hermano, fresco que todo va a salir bien; ese monstrete es muy inteligente. Tranquilo.

— ¿Usted si es mucha porquería, no Furuhata? Sere nos ha ayudado mucho, no debería expresarse así de ella. Acuérdese cuando corrigió el plan de negocios que usted y yo hicimos mal. ¿No se acuerda, cretino?

— Pues sí, sí, sí, pero la verdad es la verdad hermano y esa vieja es muy fea, yo creo que no se la come ni el tiempo.

— Usted si definitivamente no va a cambiar nunca... Camine a ver que no me quiero meter en problemas con Rei.

Mientras Darien subía a su lujoso auto rumbo al apartamento de su bella pero temperamental novia, ella estaba...

— Ay Darien Chiba, como te descubra en otra de tus andadas vas a ver quién es Rei Hino. ¡Vas a ver!

Ella estaba muy enojada pensando que él estaba en una de sus salidas de conquista, sabía que él era un enamorado de tiempo completo ya que lo había descubierto muchas veces... Últimamente era más difícil para ella descubrirlo porque Sere, se había convertido en su celestina. Por tanto Rei, la odiaba y lo único que quería era sacarla de la empresa. No solo le desagradaba su presentación personal, sino que también fuera tan cómplice de su siempre infiel novio.

Un rato después y como si no pasara nada...

— Hola mi amor, ¿ya comiste?

— Sí mi amor, —le contestó Darien después de darle un beso—mientras trabajamos en la reunión de mañana con Andrew pedimos comida. ¿Y tú? ¿Ya comiste?

— Sí, fui con Galaxia a comer algo. Ya sabes cómo es, siempre está sin un peso.

— Pero no entiendo, ¿cómo así? ¿Por qué? Ella gana mucho más que Sere. ¿Cómo es que no le alcanza?

— Ay mi amor, de verdad no me gustaría hablar de esa mujer ahora y mejor dime, —dijo muy seductora— ¿estás muy cansado?

— Para nada mi amor, ¿Por qué? —La tomó por la cintura— ¿Qué tienes en mente?

Ella lo tomó de la mano y llevándolo a su habitación, lo tiró en la cama y empezó a desnudarlo. A pesar de que ella sabía que él le mentía descaradamente, ella lo amaba y cuando le hacía el amor lo sentía suyo, muy suyo...

En otra parte lejos de la desbordada "pasión" de este par...

Serena, ya muy tarde de la noche, tomó su diario y empezó a escribir. Ella, a pesar de ser una mujer hecha y derecha, era muy sensible y tenía como confidente más íntimo un diario. Por eso lo tomó y en él escribió esa noche...

"Hoy fue un día agotador de trabajo pero todo vale la pena si puedo estar cerca él... Él un hombre tan guapo, tan culto y tan decente, me defiende por encima de su prometida y de todos. A pesar de que muchos en esa empresa me odian, el me ascendió y me he convertido en su mano derecha pero tengo miedo, miedo por todos los riesgos que está tomando con la empresa por cumplir sus metas. Miedo por sus planes con la empresa que me pidió que creara a escondidas de todos. Mucho miedo por lo que pueda pasar pero sobre todo, por lo que siento por él. Es definitivo, lo amo. Amo, al doctor Darien Chiba, que sin importar su singular genio, ha cautivado mi corazón..."

Mientras la dulce y noble Serena escribía muy enamorada de su amor platónico, Seiya estaba...

—...y saludos te mandó tu mamá mi amor, dice que le gustaría que fueras a verla.

— Ay nene, ya sabes que cada que voy a la casa peleo con mi papá y no, que pereza. Mejor dime, ¿cómo está mi hermana? ¿Para qué te necesitaba?

— ¿Ella? Lo mismo de siempre, trabajando casi dieciocho horas al día para ese salvaje pero por otro lado, —dijo muy sonriente—voy a trabajar con Sere. Lo único es que voy a tener que viajar todos los días belleza. ¿No te molesta, cierto que no?

— Pues...no. Sé que has estado buscando trabajo hace mucho y he visto tu preocupación. Me alegra mucho que sea con Sere, me gusta que estés a su lado. Ella es muy ingenua y no quiero que pase lo que le pasó la otra vez.

— Sí, tienes razón mi amor. —Dijo levantándose y abrazándola—Me alegra al fin haber encontrado trabajo, no me gusta que trabajes tanto.

—Pero si lo hago con el mayor de los gustos.

Le sonrió con dulzura.

— Además, no ha sido gratis. ¿Entiendes lo que quiero decir?

— Selena... —inhaló el perfume de su pecho— Eres tan bella y tan sensual. ¿Cómo es que puedo ser tan de buenas?

— Lo eres mi amor, lo eres y lo soy yo también. Ummm, eres tan inteligente mi vida, como me gusta escucharte hablar. Anda dime, dime más.

— ¿Qué quieres que te diga belleza?—Se quitó los lentes— ¿Quieres que te diga que eres la mujer más hermosa, atractiva y peligrosa de toda esta ciudad? Pues lo eres y me vuelves loco, loco...

— Oh, sí... —dijo halándole el corto y negro cabello con fuerza— Vamos, vamos a la habitación y has eso, eso que solo tú puedes hacerme.

— Con mucho gusto mi apasionada y hermosa mujer, con todo gusto mi amor...

Seiya la cargó y mientras acariciaba su bello y delicado trasero sobre el vestido, entraba en la habitación para hacerle el amor...