ADVERTENCIAS:

Lenguaje vulgar y escenas de sexo explícitas.

Capítulo 1

Hinata entró a su salón de clases. El año escolar había iniciado nuevamente, y ella se sentía casi preparada para las torturas que vendrían a continuación como había sido desde que entró a ese colegio. A lo largo de su vida, se había forjado una reputación que luchaba por mantener a toda costa. Nadie la conocía realmente, todos pensaban que era la típica niña tranquila e inocente que siempre hacía lo correcto, y de cierto modo, lo era. Pero no siempre se comportaba de esa manera, no siempre era la niñita perfecta, y le gustaba que nadie conociera la verdad que se escondía detrás de su aspecto angelical.

Se sentó en el cuarto pupitre cerca de la ventana. Captó con la mirada a Naruto Uzumaki, el hombre de sus sueños, el estúpido que aún no se había dado cuenta que cada vez que ella lo veía, sus bragas se mojaban, que ella le abriría las piernas sin pensarlo dos veces, que le entregaría su virginidad con solo que se lo pidiera, pero Naruto no era tan listo como para notarlo, estaba demasiado ocupado tratando de impresionar a Sakura Haruno, todo le parecía un maldito triángulo amoroso.

El rubio venía acompañado de Sasuke Uchiha, el típico bastardo arrogante con complejo de dios que nunca faltaba en los colegios, y no lo culpaba por tener el ego tan inflado, era guapo y él lo sabía perfectamente, las mujeres babeaban el suelo que el pisaba, y se notaba que a Sasuke le gustaba eso.

Las clases iniciaron con normalidad, los hicieron presentarse, decir que hicieron en vacaciones y sus pasatiempos. Realmente no le importaba que estuvieran haciendo los demás, y tampoco quería hablar de las horribles vacaciones que había tenido, encerrada en una de las casas de campo de su papá, con su amada familia disfuncional, bueno, su padre era el problema, su hermana menor, estaba demasiado ocupada con su Smartphone como para prestarle atención a Hinata.

Durante la hora del almuerzo, miró junto con todas la chicas, el partido de futbol improvisado que siempre se realizaba en el gimnasio. Se removió incómoda al ver a Naruto sin camisa, totalmente sudado, con su pecho bajando y subiendo mientras buscaba llenar sus pulmones de oxígeno.

¡Dios Santo! Verlo así la ponía realmente caliente.

Sakura se sentó a su lado junto con Sasuke. Ella le hablaba sobre sus sorprendentes vacaciones en Suna mientras él parecía ignorarla. No pudo evitar rodar los ojos al oírla presumiendo, el lugar era un maldito horno, ¿Quién diablos disfrutaría de eso? Se estaba aburriendo con su cháchara, y, además estaba totalmente húmeda y necesitaba con urgencia aliviar el ardor entre sus piernas.

Tomó su bolso y se puso de pie para salir del gimnasio.

—¿Ya te vas?—preguntó Sakura. ¿Qué pregunta tan estúpida? No era más que obvio que planeaba irse, sino, ¿para qué más se levantaría?.

—Sí, Sakura. Iré por algo de comer—dijo con una vocecilla tierna, fue casi un susurro.

—¿Quieres que te acompañe?

—No, gracias—respondió—Quédate aquí y disfruta del partido.

Solo quedaban 20 minutos antes de entrar a clases, no tenía mucho tiempo, así que debía ponerse manos a la obra. Cuando entró al baño nadie estaba ahí, probablemente todas las chicas estarían en el gimnasio mirando a sus amores jugando.

Se metió a uno de los servicios, cerró la puerta con seguro para asegurarse de no correr ningún peligro de ser vista.

Se levantó la falda y dirigió su mano a su sexo palpitante que rogaba por atención, con un dedo recorrió la humedad, estaba muy mojada, trazó pequeños círculos sobre su clítoris, aplicando poca presión y moviéndolo con lentitud, para ir aumentando la presión y la velocidad poco a poco.

No pudo evitar gemir debido a las sensaciones que se iban formando en su centro, su ropa interior estaba bañado por sus jugos y sintió como las cosquillas que empezaban en su sexo le avisaban como se acercaba al deseado orgasmo.

Imagino que era Naruto quien jugueteaba con su sexo, quien la estaba llevando al límite, quien la haría romperse en pedacitos mientras se retorcía en un delicioso orgasmo. Deslizo su ropa interior por sus piernas para abrirlas y así, intensificar las sensaciones, cuando la molesta prenda ya no estaba, apoyo una de sus piernas en el retrete, y siguió tocándose.

Sasuke no supo porque, pero se vio siguiendo a Hinata, la había notado más incómoda y sonrosada de lo normal. Hinata entró al baño de las chicas, se aseguró que nadie estaba alrededor para entrar también, apenas puso un pie dentro del lugar, cuando escuchó un leve gemido proviniendo de uno de los cubículos, su mejor amigo y compañero reaccionó endureciéndose dentro de sus pantalones.

Hinata se asustó al escuchar que alguien tocaba la puerta.

—Está ocupado—dijo tratando de normalizar su voz, había otros tres baños más así que no podía explicarse por qué carajos llamaban precisamente en el que ella estaba metida.

—Lo sé—escuchó la voz profunda de Sasuke.

—S-sasuke… ¿Qué-e haces aquí? Este es el baño de mujeres.

—También se eso. —dijo algo molesto. —Ahora abre esa maldita puerta para poder verte.

—No. —¿Qué mierda le pasaba a ese tipo por la cabeza? ¿Estaba jodido o qué?

—Hinata, se lo que haces ahí.

—Todos venimos al baño a hacer eso— dijo con un deje de burla, que luego la hizo sentir bastante estúpida.

—Sé que te estas masturbando. —el corazón de Hinata empezó a latir con fuerza en su pecho, ¿tan obvio era? Si él se había dado cuenta, ¿cuánta gente más lo sabría? —Ahora déjame entrar y hacerlo por ti.

No se dio cuenta cuando abrió la puerta ni siquiera entendía porque lo había hecho, le había dado acceso a Sasuke, y este, ahora la miraba con lava ardiendo detrás de sus ojos oscuros, él le agarró la barbilla con fuerza, haciéndola verlo a la cara, sus mejillas sonrosadas se encendieron más, pero estaba vez era por vergüenza, Sasuke se inclinó para besarla, atrapando sus labios en un besó feroz, él iba directo, devorándola, sus lenguas se encontraron y danzaron unidas.

Sasuke metió una mano entre las piernas de Hinata, y sonrió sobre los labios de esta, ella estaba húmeda, jodida y malditamente húmeda. Acarició perezosamente su sexo, trazando con dos de sus dedos toda su carne suave.

—Mmm, que delicia— ronroneo en su oído de Hinata, antes de mordisquear la parte sensible detrás de esta. Introdujo un dedo largo, lo curveo un poco sacándole un jadeo a la chica. —Eres muy estrecha… me gustaría estar dentro de ti.

Hinata gimió cuando Sasuke empezó a mover su dedo, entrando y saliendo, despacio, le acariciaba el clítoris con la palma de la mano, ella no podía evitar mirarlo a la cara y gemir sonoramente, él la beso, acallándola, y enloqueciéndola. Estaba perdida en un mundo de placer del cual no quería alejarse, su cuerpo estallo en olas de placer que recorrieron cada una de sus terminaciones nerviosas elevándola y llevándola a la cumbre para luego dejarla caer y romperse en cientos de miles de pedacitos, cerró los ojos y se dejó llevar por la corriente de lujuria clavando las uñas en los pectorales de Sasuke.

Sasuke la sostuvo en sus brazos mientras se recuperaba de los vestigios de su orgasmo, él le besó la frente antes de soltarla, luego le llevó las manos a la boca frente a la atenta mirada de Hinata, lamió sus dedos bañados de sus fluidos, gimió al chuparlos, disfrutó el sabor salado y luego se inclinó a darle un beso para que ella se saboreara en su boca

Hinata nunca había visto nada tan jodidamente sensual en su vida.

—Me debes una mamada— le dijo antes de salir del baño y dejarla ahí, totalmente perdida y extasiada.

Sasuke caminó al baño de hombres, se había venido en sus pantalones, y se sentía jodidamente estúpido por haber perdido el control de esa manera.