Su primera clase de Transformaciones ¡por fin! Había leído tanto sobre aquella materia... siempre había querido saber cambiar la forma de cualquier cosa (ya fuera una persona, un animal, o un objeto), y, gracias a las clases, podría aprenderlo.

Ya habían tomado todos los apuntes necesarios y era la hora de la práctica, que consistía en "una sencilla tranformación atómica" de volver a una simple cerilla, una puntiaguda aguja. Ya les habían dicho que no sería fácil, que tendrían que aplicarse mucho, y que lo más probable es que hoy no consiguieran nada.

Fijó su vista en el fósforo; luego, en la varita que llevaba en la mano; después, en los apuntes; finalmente, al resto de sus compañeros, que ya habían comenzado a exclamar conjuros y hacer exagerados movimientos de varita. Había que pasar por encima del fósforo la punta de ésta y luego darle un golpe seco, mientras uno se concentraba intensamente en pensar que lo que tenía frente a sí ya era una aguja. Respiró hondo y lo hizo.

Frente a sus ojos la pequeña cerilla se convirtió en aguja... o casi. Sólo había conseguido darle un ligero tono plateado y volverla puntiaguda. Frunció el cejo frustrada ¡No debía ser tan difícil!

Preguntándose si debía intentar volverlo a su forma original o concentrarse en completar la transformación, blandió la varita, decidida a convertir ese estúpido fósoforo en una puntiaguda aguja.

Sin embargo, una mano se posó en su cabeza. Alzó soprendida la mirada, y se encontró con su sonrisa.

Albus Dumbledore, su profesor de Transformaciones, sonreía de forma tranquilizadora mientras un extraño brillo chisporroteaba en sus intensos ojos azules a través de las gafas de media luna.

- Felicidades, señorita McGonnagall. Ha sido usted la primera en hacer algún cambio.- y, leyéndole los pensamientos, añadió.- Ya conseguirá la transformación completa otro día. Cinco puntos para Gryffindor

En ese mismo instante, sonó el tiembre, y rápidamente el profesor les instó a dejar el aula y marcharse a comer No hay nada como recuperar fuerzas charlando y comiendo con los compañeros>> , dijo sabiamente justo antes de desaparecer.

Desde entonces Transformaciones se convirtió en la asignatura preferida de Minerva.


NA: (Ejem) Sí, ya sé que por el summary parecía otra cosa, pero ahí está la gracia :P Siempre me ha parecido que Hermione y Minerva tenían bastante en común... y un día, ojeando La Piedra Filosofal, se me ocurrió la idea.

Toda crítica constructiva será bienvenida. Chao!

Silvy