La franquicia de Silent Hill pertenece a Konami
¿Quién iba a pensar que las bromas del colegio terminarían en esto?
Recuerdo que estábamos en el salón de clases y el profesor salió un momento, de pronto todos estaban alrededor de Alessa gritándole bruja. Su mirada era de desdicha total, sus ojos comenzaron a buscar ayuda y cuando se toparon con los míos bajé la mirada. Una de las chicas del salón me apuntó.
-La bruja tiene una amiga, tal vez deberíamos quemarlas juntas – De pronto, todas las chicas del salón me miraban curiosas.
Mierda, el cabeza de pirámide nuevamente hace girar el carrusel, y con ello el dolor y la tortura vuelven.
-Quemen a la bruja – Mi voz sonó como un chillido, tras decir estas palabras la atención volvió a ella. Me había salvado pero ¿a qué costo?.
En el receso fui al baño, mientras estaba ahí la escuché llorar, también escuché cuando llegó su madre a consolarla. Se me apretó el pecho, de inmediato quise disculparme, pero la vergüenza que sentía me dejó encerrada en el baño.
No merezco esto, no soy como las otras, la agonía me está volviendo loca.
Otro día de escuela comenzaba, y nuevamente hostigaban a Alessa en el pasillo. De verdad quería ayudarla, pero a los siete años piensas primero en hacer amigos, y defenderla no me traería nada más que problemas. Pasé rápido y fui al salón, en dónde vi cómo tallaban su banco, me pasaron el cincel para que hiciera mi parte pero no pude. Cuando la niña entró estaba con el utensilio en mi mano, ella simplemente se sentó. Le devolví la herramienta a la chica que me la había pasado y me fui a sentar, más avergonzada que el día anterior.
Por favor, alguien haga que el dolor desaparezca, las piernas agarrotadas y la boca seca me van a matar.
Me habría gustado pedir ayuda a alguien, pero n podía contarle a mi madre lo ocurrido, éramos parte de la Secta de Valtiel y me tenía prohibido acercarme a la chica, charlar con Alessa no era una posibilidad.
Dicen que la tercera es la vencida, lamentablemente ella no llegó a clases. Faltó durante un largo periodo, por lo que cuando regreso yo ya había olvidado mi disculpa…ella jamás olvidó.
Una chica está parada al lado mío, luce tan similar a Alessa que me asusta. Nuestros ojos se encuentran y trato de decirle que lo siento mucho, que siempre quise disculparme, que nunca quise hacerla sufrir, pero un sonido gutural sale de mi boca, similar a un grito de desesperación haciendo que ella se aleje aterrorizada…tiene miedo de mí, del monstruo que me he convertido, de la abominación que Alessa ha hecho de mi…porque no pude disculparme a tiempo.
El fuego alrededor hace que la piel blanquecina que ahora recubre mi cuerpo comience a arder, pronto estoy envuelta en llamas, esperando la muerte que nunca llega, como la disculpa que jamás pude hacer.
