Titulo; Kowareta Jikan (Tiempo Roto).
Pareja: SasuHina.
Genero; Incesto/UA/Viaje en el tiempo/
Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.
– Diálogos –
– "Pensamientos"
Recuerdos
"Narración de parte de un personaje"
(...) cambio de tiempo, lugar o escena.
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Capitulo Uno: ¿Temblor?
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Nuevamente estaba ahí parado cara a cara a esa vieja y desgastada puerta. No estaba en ese lugar por decisión propia, quería retirarse de ese lugar. Más no podía, tenia que permanecer en esa vieja casa con "esa" persona.
Sentía un gran y profundo desagrado, maldecía estar emparentado con esa persona. Repulsión. Es lo que sentía de solo pensar que su misma sangre corría por sus venas.
El en definitiva odiaba a su progenitora.
Decidió de una vez por todas entrar a ese lugar, el cual se veía tan senil y deteriorado a como era en sus recuerdos. Se adentro en ese lugar tan lúgubre, y mientras mas se adentraba pudo apreciar al final del pasillo una habitación muy iluminada.
Sus negruzcos ojos se cegaron por una décima de segundo. Al adaptarse a tal luminosidad lo primero que observo en una pequeña lejanía fue esa detestable silueta muy familiar para él. Lo cual le molesto que fuera lo primero que sus orbes captaran.
Carraspeo su garganta para llamar la atención de ese individuo, la observo con una dura y tenaz mirada cargada de odio. Porque quería dejar bien claro el único sentimiento que tenia por ella.
Por Hinata Hyuga.
Y se alegrara que usara su apellido de soltera, no podría soportar compartir también el mismo apellido. Tan siquiera eso podría mantenerla lejos de su vida, sin embargo esta vez no se lo permitieron.
Hecha un manojo de nervios se acerco hasta su invitado. Tenia su corto cabello azabache totalmente revuelto, su flequillo cubría por completo sus ojos y su ropa era un completo asco, estaba embarrada de pintura de varios colores, unas que otras manchas se encontraban secas y otras aun frescas.
— B-Bienvenido, Sasuke. — lo recibió con un tímido saludo.
Y en obvia respuesta recibió una mirada llena de odio. Se sintió un poco intimidada, aunque ya estaba acostumbrada a que su hijo la mirara de esa manera. Sin embargo esa fría mirada provoco un notorio sonrojo en sus manchadas mejillas.
Una rabia lo lleno al ver como esa despreciable persona se sonrojaba y lo saludaba tan amigablemente. El hace tiempo atrás que había marcado un alto, y ese fue en el momento en el que decidió abandonarlo a él y a su padre. Dejo de pensar en cosas tan mundanas y se alejo de esa esa habitación. El crujir de los viejos tatamis sonaba con cada pisada que daba hacia su aposento y lograr descansar hasta que sea la hora de la cena.
...
Desde que se entero que su hijo iría a visitarla esas vacaciones, su corazón no podría dejar de latir. Estaba más que enterada de que él la odiaba, sin embargo con el lento pasar de los años se podría decir que se acostumbro.
Para tratar de relajarse y no pensar en ello se dedico por completo a terminar de pintar uno de sus cuadros, pues ella era un artista. No muy reconocida, pero no le importaba siempre y cuando pudiera seguir dibujando y pintando lo que ella quisiera. Tanta era su pasión por el arte que por días se le olvidaba comer o tomar un baño. Ser una mujer estaba lejos de sus capacidades.
No se sentía capacitada para ello y ni para ser madre.
Se absorto tanto en su trabajo que olvido la llegada de su hijo. Si no fuera por el carraspeo de garganta del menor seguiría absorta por completo en lo que estaba haciendo. Le dio un pequeño y tímido saludo de bienvenida, sin embargo solo recibió una apera y aterradora mirada de parte de él, a la cual se acostumbro hace muchos años.
Levanto su vista, para apreciar el rostro del menor a través de su largo flequillo logrando que ambas miradas se encontraran la una con la otra. en ese momento se dio cuenta de lo descuidada que estaba su imagen y se avergonzó, provocando que la sangre se juntara en sus mejillas manchadas por pintura y se sonrojara por completo.
Obviamente él la ignoro por completo y se retiro a la habitación que le pertenecía, dejándola nuevamente sola. Observo momentáneamente el reloj que colgaba de la pared y opto por terminar de pintar por ese día y arreglar un poco el lugar.
...
Después de descansar un buen rato, se coloco los audífonos de su celular y escucho su música favorita. Tenia planeado no salir de su habitación y evitar ver el rostro de su progenitora más de lo necesario. Sin embargo un fuerte gruñido proveniente de su estomago arruino sus planes.
Para su suerte ya era demasiado tarde como para encontrase con ella. Con el crujir de sus pasos llego hasta la cocina, donde se encontraba un plato de comida emplayado. Comió lo suficiente para saciar su hambre y regresar a su cuarto nuevamente.
La luz de la habitación donde la encontró en la mañana seguía encendida. Podía apreciar escapar los pequeños rayos de luz por una pequeña abertura de la puerta. Con gran sigilo se acerco lentamente, y conforme la distancia se reducía pequeños quejidos se escuchaban. Se asomo con sumo cuidado por el rabillo de la puerta y seria mentira confesar que no le sorprendió lo que vio.
La mujer que tanto despreciaba se encontraba masturbándose. Quería apartar sus ojos al observar tal escena, pero no podía. Por alguna razón sus ojos no se apartaban de dicha imagen. Solo podía ver como incrustaba sus delgados dedos dentro de ella y se empapaban en cada envestida que se daba con ellos, los quejidos y gemidos en voz baja que luchaban por no salir de los rojizos labios de tanto morderse ella misma.
Como con su mano libre pellizcaba uno de sus rosados pezones y su respiración se encontraba tan agitada que sus grandes y redondos pechos subían y bajaban por dicha agitación. Un cosquilleo se formo en su parte baja, lo cual le hijo entrar en razón nuevamente, así como llego a ese lugar se retiro. Llego a su habitación y golpeo con gran fuerza la pared una y otra vez.
Quería liberar su furia y excitación de esa manera. No quería aceptar que ver tal deshonrosa escena lo había excitado, trato de convencerse que era por no haberse liberado sexualmente hace tiempo. Soltó un fuerte suspiro al terminar de calmarse y recostarse nuevamente en su cama.
— Maldición. — murmuro al momento de cerrar sus ojos.
...
Un nuevo día comenzaba, y era un día menos a su condena. Solo tenia que mantenerse ahí dos semanas, las cuales esperaba que terminaran rápidamente. Al abrir la puerta del baño no se imagino encontrase con ella, provocando que ambos chocaran. Bajo su vista y ambas miradas se encontraron.
Ella lucia completamente diferente a como la vio el otro día. Su corto cabello se encontraba cepillado y brilloso, su rostro completamente limpio, mostrando su blanca piel de porcelana, sus enormes ojos opalinos llenos de pestañas y por ultimo sus rojizos labios.
Sus mejillas se sonrojaron al tener tal contacto visual, apartando al mismo tiempo su rostro y saliendo del baño. El azabache se quedo estupefacto por unos segundos, con los cuales se sintió extremadamente furioso. Porque él debía ser el que retirara el rostro al verla, no ella.
El desayuno paso un poco incomodo y silencioso entre los dos. Pues ambos evitaban mirarse el uno al otro. Ella se encerró nuevamente en aquella habitación y él salio al patio a tomar un poco de aire. El recuerdo de la noche pasada regreso a su mente. Sacudió fuertemente su cabeza y saco su celular de su bolsillo. Por su pequeña rabieta su celular callo de sus manos sonando fuertemente su caída en el suelo.
Maldijo internamente de solo pensar que el aparato de haya roto. Se inclino levemente para recogerlo pero un aplastante temblor sacudió el lugar provocando que perdiera el equilibrio y cayera fuertemente al suelo. Al creer que el sismo paso se incorporo rápidamente volteando hacia la casa para verificar si hubo algún derrumbe de la vieja construcción, sin embargo todo estaba en su lugar.
No se escuchaban gritos, ni sirenas de alguna ambulancia o policía. Todo estaba extremadamente normal como para no haber sentido la magnitud del sismo que sintió hace unos momentos. Ingreso nuevamente a la casa en busca de alguna anomalía pero todo estaba tranquilo.
Aunque no quisiera fue a la habitación donde se encontraba su progenitora pero al abrir la puerta se encontró con una niña de largos cabellos azabaches con tonos azulinos hasta la cintura, con una apariencia de una niña de quince años.
— ¿Q-Quien e-eres? — pregunto atropelladamente la pequeña.
No entendía de donde rayos había salido esa pequeña mocosa. Se suponía que en ese lugar se encontraría su madre, pero se encontraba una mocosa en su lugar, la cual inmediatamente al verlo entro en pánico.
— Quien diablos eres tu. — exigió en vez de pregunta.
La joven tembló en el lugar en el que se encontraba sentada en Seiza*. Se encontraba terriblemente confundida y asustada. Pues de la nada un extraño entro a su casa y le exijio su identidad e ignorando la pregunta de ella, pero por el miedo y por el estremecedor rostro del morocho decidió responder a su exigencia.
— M-Mi nombre e-es Hinata Hyuga. —
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Continuara.
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Y llego con este mini-fic ~
En Wattpad anuncie este mini-fin y también que ya esta listo el vídeo de "Hipnotizando al presidente" por Yerebay Escobar.
El cual esta muy lindo, me encanto mucho !
Espero y les haya llamado la atención este mini-fic y lo sigan hasta que haya terminado uwu
Contendrá alrededor de dos capítulos más.
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Seiza; Seiza es generalmente hecho en suelo tatami (estera tejida de paja), pero mucha gente se sienta al estilo seiza en alfombras o aún en pisos de madera dura. Dependiendo de la formalidad de la ocasión, el momento, el estatus relativo de la persona, a veces es aceptable sentarse en un cojín (o almohadón) especial llamado zabuton (座布団? lit. un "futón para sentarse").
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By; Akira Fullbuster.
