Chapter 1: Extrema puntualidad
-¡Mama!- se quejó una chica de 17 años- ¡¿Qué demonios hacemos aquí?! ¡Falta mas de una hora!- la madre miró al reloj, luego a su hija, luego al baúl de su hija, al reloj de nuevo, y finalmente a su hija.
-Lo se. Pero tengo trabajo- concluyó- La vida de una diseñadora es… Estresante.
-¡Vale! Pero porque tu vida sea estresante mi vida no tiene porque ser tan aburrida… ¡Que me voy a pasar aquí hora y media sola!
-Lo siento Hanna- dijo la madre, dijo la madre alejándose de su hija con paso rápido.
-¡Encima! ¡Cámbiame el nombre! Si me pusiste Johanna ahora no me digas Hanna, ¡Odio los motes!
-Que si, que si- dijo su madre, volteándose animadamente y lanzándole un beso- ¡Mándame una carta cuando llegues! ¡Yo ya te mandaré mis nuevos diseños! ¡Te quiero!
-¡Mama!- chilló la chica- ¡Me iré de casa! ¡Me haré actriz porno! ¡Te meteré en una residencia de abuelos! ¡No me dejes aquí!- pero la mujer ya se había ido. La chica decidió que antes de coger el tren lo mejor era saborear un poco el aire veraniego que se podía respirar a fuera, para así intentar calmarse, ya que cuando llegaran al colegio, que estaba muy al Norte, seguramente encontrarían un clima bastante invernal.
La chica cruzó el andén 9 y ¾, media hora mas tarde, murmurando maldiciones en voz baja. ¡Genial! Había llegado tan temprano que no estaba ni el tren, ¡No se podía ser más puntual! Aún así, vio que no era la única que estaba allí esperando. Sentados en el suelo había dos chicos de su mismo curso que conocía demasiado bien. El que le quedaba mas cerca llevaba gafas y el pelo todo alborotado, no porque estuviera durmiendo encima del baúl, sino porque siempre lo llevaba así. El otro, que estaba a su lado miraba una revista muggle con sumo interés, era un chico muy guapo, de pelo negro y ojos grises.
-Hola Black, hola Potter- saludó Johanna Rhodes, sentándose a su lado. Johanna era de pelo y ojos castaños, labios rojos y mejillas sonrojadas cuando estaba enfadada, como en ese momento.
-¡Nanny!- gritó Sirius, lanzándole la revista, que la chica esquivó con facilidad- Veo que aún sigues con tus buenos reflejos… ¡Pero nunca conseguirás quitarle a James su puesto en el equipo de Quidditch!
-Ni ganas. Y no me pongas motes- murmuró ella, aún enfadada con su madre- ¿Qué hacéis aquí tan temprano? De normal siempre llegáis los últimos.
-Los padres de este- dijo quitándole las gafas a James, aún dormido, que se removió en sueños- Que tenían trabajo en el Ministerio y nos han abandonado aquí a las ocho y media. ¿Y tú? ¿A que se debe este exceso de puntualidad?
-Mi madre. Tenía una reunión- La madre de Johanna era una famosa diseñadora maga y siempre andaba muy atareada, eso sacaba de quicio a Johanna, pero a la madre no parecía importarle mucho y, para demostrarle su cariño y amor maternal, cada mes le mandaba una caja llena con sus últimos diseños en ropa para brujas y brujos.
-¿Y tu novio?- preguntó el chico- Le podrías haber dicho que viniera, para aprovechar el tiempo con él. Aunque mi simple compañía ya es tremendamente provechosa.
-Se fue con su tío a medianos de Julio a Finlandia a buscar no-se-cual bicho raro que tienen por ahí, por lo que está medio incomunicado- comentó ella, algo mosqueada por esto- También podrías haberle dicho tú a Kathy que viniera, así yo estaría entretenida mientras tú sigues leyendo la revista- La sonrisa de Sirius desapareció.
-Cortamos hace un par de semanas- explicó el chico, algo cabizbajo. Kathy era una de las mejores amigas de Johanna, y también de Sirius, ya que se conocían desde muy pequeños, en Enero de ese año empezaron a salir juntos, y por lo visto, lo habían dejado. Johanna iba a investigar más sobre el tema, ya que Kathy no le había comentado nada, cuando unas risas llamaron su atención.
Tres chicas acababan de entrar hablando de algo gracioso. Una de ellas, Katherin Holmes, conocida por todo el mundo como Kathy, se quedó de piedra al encontrarse con Sirius, que tenía la misma expresión en la cara que ella. Era una chica de tez un poco morena, ojos miel y pelo castaño un tanto rojizo hasta los hombros, bastante alta y con buen tipo, era muy alegre y simpática con todo el mundo y le costaba bastante enfadarse.
A su lado estaba Caroline Ross una chica de pelo negro, ojos azules, muy delgada y de aspecto delicado, tenía un aire frío y distante pero en el fondo era muy cariñosa con sus amigos, y, cerrando el grupo, se encontraba Lily Evans, que era la que menos reía ya que arrastraba como podía su baúl. Era una chica pelirroja, alta y esbelta, de ojos verdes bastante, protectora y muy lista, hacía unos meses que había empezado a salir con James Potter.
-Mira, James, Evans en bikini- bromeó Sirius, haciendo que su amigo despertara y buscara con desespero a la pelirroja.
-¡Lil!- gritó corriendo hacia la chica y dándole un abrazo.
-Sentimentalismos, abrazos, besos y demás en otro lugar- dijo Caroline, sentándose encima de su baúl- ¿Por qué demonios hemos llegado todos tan temprano?
-Lo que tú quieres saber es dónde está Remus- corrigió Kathy. La chica le sacó la lengua. Caroline y Remus tenían una relación un tanto peculiar: los dos se gustaban, y se habían prometido fidelidad, pero ninguno de los dos consideraban al otro como su novio o novia. Todos empezaron ha hablar sobre las vacaciones de verano hasta que llegó el Hogwarts Express, momento que aprovecharon para subir al tren con los baúles y conseguir un compartimiento decente.
-Bueno, aquí nos quedamos las chicas- dijo Lily, y sin esperar respuesta de James o de Sirius, les cerró la puerta en las narices- Sino estaremos apretujadísimos- explicó a sus amigas y se sentó tranquilamente.
-Kathy- la llamó Johanna- quiero que me cuentes una cosa- la chica se la miró con curiosidad- ¿Por qué lo habéis dejado con Black?- Kathy bajó la mirada.
-Espera, espera- interrumpió Lily- ¿Habéis cortado?- Kathy asintió.
-Es que en todo el verano no parábamos de discutir por las cosas más estúpidas que puedan existir… y bueno… Ya sabéis que somos amigos desde pequeños, y llegamos a la conclusión de que… antes de que dejáramos de hablarnos o llegáramos a un punto irreversible, mejor volvíamos a ser amigos, por si aún lo podíamos arreglar- explicó la chica, visiblemente triste.
-Y por tu expresión, aún te gusta- dijo Caroline.
-¡No!... o si… pero decidimos ser amigos y…-dijo la chica, sin saber bien como terminar la frase- En fin, que es un tema que ya está cerrado y prefiero olvidar- Las tres chicas se miraron entre ellas.
-Bueno- empezó Johanna- Pues si lo habéis dejado, dejado está. Ahora os tengo que contar un cotilleo de nuestra querida señorita Bontes- Las caras de les iluminaron a las cuatro, si había alguien mas detestable que todos los Slytherins juntos, era Margot Bontes, y si algo les gustaba a ellas, mas que los chicos, mas que el chocolate y mas que ir de compras, era hablar, cotillear y dejar verde a Margot.
-¡¿Por qué me hace esto?!- se quejó James, sacando la cabeza por la ventana por si veía a Peter o a Remus llegar, ya que la mayoría de alumnos de Hogwarts empezaban a llegar, con sus padres, sus baúles, sus animales y su ruido.
-Porque hace mucho que no ve a sus amigas y seguramente querrán cotillear un rato- contestó Sirius.
-¡También hace mucho que no me ve a mi!- James se sentó, enfadado, poniéndose la mano en el pecho en señal de ofensa.- Bueno, dejémoslo.
Alguien dio un golpe contra el cristal de la ventana y Sirius se asomó para ver quien era. Al comprobarlo no pudo dejar escapar una exclamación realmente grosera. James se sobresaltó y sacó la cabeza, su reacción fue similar, aunque mas suave.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó a un chico de pelo cortito y puntiagudo, de un marrón muy oscuro, de tez morena, de complexión algo atlética y ojos muy expresivos, que les sonreía con alegría. El chico se llamaba Matt Kelly y ambos, al igual que las chicas y Remus, le conocieron el año anterior en un intercambio que hicieron. Tenía su misma edad y, hasta lo que sabían, estudiaba en la versión irlandesa de Hogwarts, llamada Rozenblade. El chico subió a toda prisa al vagón y entro al compartimiento donde le esperaban James y Sirius.
-Repito, ¿Qué haces aquí?- preguntó de nuevo James.
-Mis padres se han divorciado, mi padre se ha ido a América del Norte, y mi madre ha venido aquí ha trabajar para el Ministerio, por lo que le pedí si podía matricularme a Hogwarts… y aquí estoy.
-¡Por eso nos dijiste que nos veríamos pronto!- exclamó Sirius.- Voy a buscar a las chicas y se lo cuento.
Minutos después estaban todos siete apretujados en el mismo compartimiento y Matt les contaba lo mismo que acababa de explicar a Sirius y a James. Este último miraba mosqueado a Lily, porque enseguida que supo que estaba Matt les dejó entrar con ellas, mientras la pelirroja le hacía pucheritos para que se le pasara el mosqueo.
-¿Qué hora es?- preguntó Johanna mientras abría la ventana, ya que el sitio empezaba a parecer una sauna.
-Las once menos cinco- contestó un chico que acababa de entrar. No era muy alto, aunque si algo delgado, de pelo larguito de color paja y ojos miel.
-¡Moony!- exclamó Sirius, pegándole un golpe cariñoso, aunque se pasó con la fuerza e hizo que Remus se pegara un golpe monumental contra la pared- ¡Perdón!- exclamó ante la mirada reprobatoria de las chicas.
-¡Bruto!- dijo Caroline, mirándolo con rabia, y acercándose a ayudar al chico. El último en llegar fue Peter, que no encontró a sus amigos y tuvo que quedarse con otros compañeros de séptimo de Ravenclaw. Remus se mostró tan sorprendido como los otros al ver a Matt sentado entre Johanna y Kathy, que le tocaban el pelo (vicio que acababan de coger, y que relajaba al chico, por lo que mostraba una gran sonrisa de felicidad). El tren se puso en marcha, mientras todos le contaban maravillas y pesadillas de Hogwarts a Matt, que los escuchaba fascinado.
-Lily- dijo Remus mirando el reloj- deberíamos ir al vagón de los Prefectos, ¿No?
-¡Cierto!- exclamó la pelirroja, levantándose de golpe y haciendo que James, que segundos antes se apoyaba contra ella, se diera de cabeza contra la pared- ¡Nos vemos!- y los dos salieron apresurados.
-Me va a matar- murmuró James, mientras se frotaba la cabeza-Voy al servicio.
-¿Hay lavabo en este tren?- preguntó Matt, emocionado por conocer cosas nuevas.
-¡Si! Ven que te hago visita turística por el tren- dijo James, haciendo que Matt se levantara emocionado.
-Bueno, yo voy a buscar a mi novio- dijo Johanna, algo mosqueada- que hace mucho que no se nada de él y esto me cabrea- se levantó y desapareció detrás de James y Matt.
En el compartimiento solo quedaron Caroline, Kathy y Sirius, y el ambiente parecía haberse vuelto mas tenso.
-Me voy y habláis de algo, porque tanto silencio me mosquea y creo que tenéis que terminar de arreglar las cosas- dijo la chica, levantándose ante la mirada perpleja de Sirius y la mirada de susto de Kathy. La puerta del compartimiento se cerró, creando aún más tensión, ya que desde el día que habían cortado no habían vuelto ha hablar y hasta ese momento se habían evitado las miradas.
-Esto…- empezó Sirius.
-Bonito día- siguió ella.
-Si.
-Exacto.
-Perfecto.
-…
-Me siento estúpido.
-Ya… ¿No vamos a poder tener una conversación normal?
-No se…
La puerta se abrió de golpe y entró, cual huracán, una chica rubia despampanante, que se plantó delante de Sirius, sin decirle nada a Kathy, que la miró con rabia.
-¡Sirius Black!- dijo la chica, apartándose el pelo de la cara, teatralmente- ¡Al fin vuelves!- y se acercó peligrosamente a su cara- te recuerdo que TÚ y YO tenemos muchas cosas pendientes.
-Margot, me acuerdo perfectamente- dijo Sirius, con una sonrisa lasciva, que se le borró al ver como Kathy salía pitando del compartimiento- Pero ahora no es momento de centrarnos en ellas- intentó levantarse para ir ha hablar con la chica, pero Margot se puso entre él y la puerta.
-No poco- Margot cerró la puerta y la hechizó para que no pudiera volver ha abrirse hasta que ella quisiera, eso sacaba de quicio a Sirius, ya que ni en el tren ni en el colegio se podía aparecer por lo que estaba totalmente atrapado.
-Y aquí es donde está la locomotora- explicó James- Esto es todo.
-Escucha- preguntó Matt- ¿Quién es esa chica que nos viene siguiendo desde hace un rato?- preguntó, señalando descaradamente a una chica que se escondió en un pequeño armario que había para guardar los objetos de limpieza.
-Lisa Bosworth- explicó James, poniendo los ojos en blanco en señal de fastidio- una ex… Lo dejamos hace mucho, pero es muy posesiva y no me la puedo quitar de encima- la chica salió del armario llena de polvo pero muy altiva, y se acercó a James con paso provocativo. Era una chica de su mismo curso, de pelo negro, largo y ondulado, con una sonrisa demasiado parecida a la de Sirius.
-Hola, Potter- dijo, con un tono interesante- ¡Al fin te dignas ha aparecer! ¿Y este amigo tuyo quien es?- preguntó señalando a Matt- nunca lo había visto.
-Es nuevo… ¡Y perdóname pero no voy a dejar que caiga en tus redes, arañita!- dijo poniéndose detrás de Matt y empujándolo para que se largarán del radio de captura de Lisa.
-Perdonado, ya que tu amigo no me interesa- Lisa se hizo sitio entre Matt y James, y hizo que este fuera retrocediendo hasta la pared- Me debes un beso- le soltó.
-Yo no lo recuerdo- se defendió el chico.
-Me da igual.
-Estoy saliendo con Evans.
-¡Ah! ¿Qué bien, no? Tampoco me importa.
-Resulta que a mí si- contestó James, con una sonrisa inocente- O sea, que…- No pudo terminar la frase ya que Lisa le besó.
-Deuda saldada…- dijo ella y se largó con el mismo paso con el que había llegado-…De momento.
-Me da miedo- murmuró James, sentándose en el suelo, con aire desquiciado.
-No está mal- comentó Matt, inclinando un poco la cabeza para tener mejor perspectiva de Lisa yéndose vagón abajo.
-No le digas nada de esto a Lily- pidió James- Has visto claramente como me he resistido, pero ella no me creería- Matt asintió.
-¿Kathy?- preguntó Johanna, cuando se encontró con la chica acurrucada en un rincón de uno de los vagones, con la cara entre las manos. Johanna iba acompañada de su novio, un chico alto, moreno, de ojos verdes, de pelo marrón oscuro algo larguito y de aspecto amable y simpático, llamado Erik Bonner. Kathy no contestó a la llamada de Johanna, por lo que la parejita se miró preocupa y se sentaron uno a cada lado de la chica.
-¿Sabes, Erik? Hoy me he encontrado una chica triste sentada en el suelo- comentó Johanna mirando hacia el chico.
-¿Y que has hecho?- preguntó él, escondiendo una sonrisa.
-¡Un ataque de cosquillas!- gritó Johanna, haciéndole cosquillas a Kathy, que estalló en carcajadas.
-¡BASTA! ¡BASTA!- gritaba la chica, que se levantó de golpe para salir del alcance de las manos de sus amigos y, sin querer, le dio un golpe a una chica de Slytherin que pasaba por ahí. Se llamaba Crystal Sparks, y era algo rarita, ya que iba toda pintada de negro (los labios y el contorno de los ojos), estaba blanca como el papel y llevaba el pelo rubio recogido en un moño extraño. Todo esto, sumándole que era extremadamente bajita y no muy delgada la daba un aire raro, parecía como un bicho aplastado al lado de Kathy, que se disculpaba como podía. Crystal la miraba con los ojos muy abiertos, pero sin decir nada.
-¡Lo siento mucho!- dijo la chica- no quería darte un golpe, ha sido sin querer.
-¿Qué ocurre?- preguntó una voz grabe apareciendo detrás de Kathy. La cara de Crystal se iluminó en una sonrisa maliciosa, mientras Johanna y Erik se levantaban a toda prisa. Habían aparecido ni mas ni menos que todos los chicos de Slytherin de último curso, encabezados por Severus Snape, que los miraba a todos tres con una mueca de asco, y un chico alto y delgado, de pelo negro un poco peinado hacía atrás, y maquillado igual que Crystal (ha excepción de los labios). Este chico se llamaba Ian Sniders y era el novio de Crystal.
-Me ha empujado- declaró Crystal, con una voz de pito muy aguda. Kathy la miró sorprendida.
-¡Ha sido sin querer! ¡Y te he pedido perdón!
-¡No toques mas a Crystal con tus sucias manos!- gritó Ian, empujando a Kathy, que cayó al suelo. Erik dio un paso hacía adelante- Vosotros- señaló a los tres Gryffindor- preparaos este año. Este año ganarán las serpientes… ÉL nos ayudará- dijo, mirando al cielo. Johanna, Kathy y Erik miraron también, pero solo vieron una lámpara que se movía con el movimiento del tren al avanzar por la vía. Miraron de nuevo a Ian, que reía como un loco y se largaba junto a sus amigos de Slytherin.- ¡La maldición del ahorcado!
-Les habrá tocado el sol este verano- comentó Erik, mientras los tres volvían al compartimiento- ¿Estás bien?- preguntó a Kathy, que asintió. Los tres estaba ya delante de la puerta, y Kathy la miraba con temor, ¿Estaría aún Margot? ¿Qué descubrirían cuando abrieran la puerta? Johanna probó de abrirla pero no pudo. Los tres se miraron intrigados.
-¡Ya va!- gritó una voz aguda desde dentro. Oyeron un "clic" y la puerta se abrió. Margot Bontes salió airosa de dentro, un poco mas despeinada que cuando entró, pasándose la mano por el pelo al pasar por al lado de Erik, que quedó embelesado mirándola hasta que Johanna le arreó un golpe en las costillas. En el suelo del compartimiento estaba Sirius, en un principio muy pálido, hasta que vio que Kathy lo observaba con un aire triste y se sonrojó un poco. Llevaba la camiseta muy mal puesta, estaba aún más despeinado que James y el cinturón de sus tejanos estaba desabrochado.
-Esto, parezca lo que parezca, no es nada- dijo él mas que nada mirando a Kathy, defendiéndose, aunque no parecía muy convincente.
-Voy a buscar a Remus y a Lily para contarles lo de las serpientes- dijo Kathy, refiriéndose a lo que acababa de ocurrir con los Slytherin, saliendo del campo de visión de Sirius. Johanna y Erik entraron al compartimiento cerrando la puerta tras de ellos.
-Seré breve y directa- avisó Johanna- ¿Aún sientes algo por Kathy o actúas así porque no quieres hacerle daño?
Sirius meditó un rato la respuesta; para luego mentir diciendo que era porque no quería hacerle daño, cuando en realidad aún sentía algo por la chica, pero… No quería volver a pelearse con ella y sobretodo no quería estropear más su amistad. Luego cambió de tema pidiendo que le contaran a él también lo de las serpientes.
-¡Ooooh!- exclamó Matt, mirando a todos los sitios habidos y por haber del vestíbulo del castillo. Todos se reían de lo lindo ante su reacción con todo, y le contaban todo de curiosidades sobre los sitios. Entraron al Gran Salón y Erik se despidió de Johanna con un beso para ir hacia la mesa de Ravenclaw.
-¿Ha que mesa tienes que ir Matt?- preguntó Remus, mientras el chico hacía una competición con Sirius y Caroline para ver quien contaba mas cirios. El chico se lo miró sin entender nada.
-No se- dijo, con una sonrisa de felicidad ya que Kathy y Johanna volvían a estar tocándole el pelo. Remus fue hacia la mesa de profesores y vio a la profesora McGonagall.
-¡Profesora!- gritó el chico, dando saltitos ya que la mesa de los profesores estaba más elevada, para llamar su atención. La mujer se lo miró levantando las cejas de la sorpresa, y con la mano le indicó que hablara- Esto… Hay un alumno de séptimo nuevo… ¿En que mesa tiene que ir?- La profesora no supo que contestar así que se lo pidió a Dumbledore.
-De momento que esté con ustedes- dijo él- después del banquete ya le haremos la selección, aunque con menos ceremonias- dijo el vejete con una sonrisa. Remus se la devolvió y se fue hasta los otros.
-Mira como nos miran- comentó James con malicia, apuntando una cuchara llena de sopa hacia la mesa de Slytherin, donde todos los alumnos de séptimo los miraban con una media sonrisa. Sirius sacó la varita y apuntó a la cuchara de James, que salió volando hasta Snape, que la esquivó por los pelos.
-¿No os lleváis bien?- preguntó Matt, llenándose la boca de comida, todos los Gryffindor negaron con la cabeza.
-Hay mucho pique- explicó Remus- Desde siempre… Nunca se han llevado bien los de Slytherin y los de Gryffindor.
-Espero que no me toque ir allí- comentó Matt tragando saliva.
-No te preocupes… Para ir allí tienes que ser un guarro como Snivellus y tú te ves limpio- comentó despectivamente Sirius, señalando a Snape, que los fulminaba a distancia con la mirada
-¿Y la tonta ha venido al compartimiento estando tú?- preguntó Lily en voz baja. Johanna y Kathy les estaban contando lo que habían visto cuando Margot se fue del compartimiento.
-Esa tía es una puta- comentó Caroline, mientras pinchaba distraídamente una patata que tenía en el plato- Y siempre ha sido enseñando cosas delante de Sirius, digo, que es normal que después de seis meses sin "disfrutar" de su presencia haya echo esto- Kathy pareció deprimirse y las otras dos chicas la miraron con reprobación- Pero no te preocupes, vamos a encontrarte un chico mucho mejor que Black- intento arreglar, aunque no pareció que la otra se animara mucho.
Terminaron de cenar y fueron hasta la torre de Gryffindor, mientras los chicos acompañaban a Matt para que lo seleccionaran. Lily tubo que acompañar a los de primero por su papel como delegada por lo que entró la última en la habitación, esperando encontrar una habitación mas o menos como las de cada año.
-¡Cielos!- exclamó al verla.
Al parecer había olvidado que las habitaciones de séptimo eran diferentes; al ser el último año eran mucho mejores. Las camas eran algo más grandes y se veían mucho mas cómodas, una gran y peluda alfombra roja cubría el suelo de la habitación, había cuatro grandes armarios para cada una, también había una gran estufa que producía calor y… lo mejor de todo, aparte de que era el doble de grande que las demás, era que tenían baño propio. Johanna estaba tumbada encima de su nueva cama, dando vueltas emocionada, Caroline estaba tirada por el suelo acariciando la alfombra y Kathy salió del baño gritando de emoción.
-¡Es enorme! ¡Hay una bañera gigante!- exclamó alegre- ¡Me la pido primera!- y cerró la puerta.
Las tres chicas se pusieron el pijama mientras Kathy seguía en la bañera. Lily ya llevaba su camisón favorito cuando se oyeron ruidos abajo.
-¿Quién será? ¿James o Sirius? ¡Se aceptan apuestas!- exclamó Johanna mientras Lily bajaba dispuesta ha hacerles callar. Johanna y Caroline se quedaron expectantes de la bronca que les echaría Lily, cuando la pelirroja subió corriendo.
-¡Rápido bajad!- dijo y volvió a irse. Las dos chicas se miraron un momento y luego salieron por patas de la habitación.
Abajo había un lío de gente impresionante que observaban, preocupados, una soga que colgaba del techo en el punto más alto de la sala común.
-¿Quién lo ha colgado?- preguntó severamente Lily. Todas las cabezas se giraron hacía ella para encogerse de hombros.
-Ha aparecido de golpe- explicó una niña de primero muy asustada- También ha aparecido esto- y le entregó un sobre sin destinatario ni nada escrito. Lily lo cogió y, sin más, lo abrió. Dentro había una tarjeta que ponía "El ahorcado". Le pareció una broma de mal gusto, así que la lanzo al fuego de la chimenea.
-¿Qué ocurre Lil?- preguntó Johanna, observando a la pelirroja.
-Algún bromista… ¿No andarán por ahí James y los demás, verdad?- Caroline negó con la cabeza.- ¡Accio cuerda!- dijo la pelirroja apuntando la soga, que se soltó del techo donde estaba pegada. Lily la arrojó al fuego también, y luego miró a todos los alumnos que la observaban.
-¡Venga! ¡Se acabó el espectáculo! ¡Todos a dormir!- ordenó a caras que pedían mas información de lo ocurrido.
-¿Ya has acabado el espectáculo?- preguntó James, que había entrado seguido de sus amigos y Matt.
-Yo no he montado ningún espectáculo, Jimmy- dijo ella, poniendo un énfasis malicioso en el "Jimmy"- Creo que os ha salido algún competidor con las bromas de mal gusto.
-¿Competidor?- preguntó Sirius, asombrado- dirás… aprendiz de pacotilla.
-Si, Sirius, si- contestó la pelirroja- Ahora todos a dormir- Y tras Caroline despedirse de Remus volvieron a sus habitaciones.
-¿Lo ves?- se quejó James- ¡Mira como me trata!- Sirius le dio un empujón.
-No seas crío- dijo el moreno.- ¿Vamos a dormir? Estoy reventado- pero Remus, Peter y Matt estaban mirando otra cosa. Del mismo sitio de donde hacía un par de minutos Lily había despegado una soga, bajaba otra, lentamente, como si el nudo fuera una araña y la cuerda su hilo.
-¿Qué coño es eso?- preguntó preocupado James, con una mueca de susto.
-¿La maldición del ahoraco?- preguntaron Sirius y Remus, ya que esto les hizo recordar lo que Ian Sniders les había dicho a Johanna, Kathy y Erik.
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Tachan! Aquí la continuación de High School :D Solo espero que los que leíais el otro fic leáis este porque va ha estar aún mejor :D y esperar que otras personas empiecen a leerlo… después de eso nada… :D muchísimas gracias a todos los que han llegado hasta aquí!
Eri
