ABCDrabbles prodigiosos.

Summary: Momentos y viñetas de nuestros héroes favoritos y la bella ciudad en la que viven. Motas y garras. Todos los personajes, varias parejas.

Disclaimer: Los personajes y los fragmentos correspondientes a: Miraculous: Las aventuras de Ladybug no me pertenecen, estos son propiedad de Thomas Astruc, Zagtoon, Toei Animation, Method Animation y SAMG Animation.

Les traigo una idea poco original, pero muy divertida, que seguro han visto por ahí. Aquí va mi versión del abecedario en el universo de Miraculous. Acepto sugerencias sobre letras.


A de Agreste

Muy pocas personas en el mundo podían comprender, lo que significa ser un Agreste. A lo que él respecta sólo tres, bueno, dos personas lo entendían por completo. Extrañaba a su madre, porque ella era lo menos Agreste que alguna vez pisó la gigantesca mansión en la que vivía. Extrañaba también a su padre, sin embargo la distancia entre ellos siempre existió, así que estaba más acostumbrado.

Su madre era dulce, cálida e imaginativa. No importaba lo lúgubre que fuera el ambiente, si ella estaba cerca el mundo entero se iluminaba. Juntos sobrepasaron las dificultades que iban de la mano de su apellido. El último año había sido, por lo tanto, devastador, nunca estuvo tan solo y aterrado como en aquellos momentos. Recordaba el extraño sentimiento que se apoderó de él, aquel día, en el que la mujer no bajó a desayunar, su padre lo miró fijamente con algo roto dentro y simplemente lo supo; ella no volvería. Las conversaciones que siguieron fueron frías y las preguntas respondidas de manera escasa.

Desde entonces la vida se tornó menos Adrien y muchísimo más Agreste. Ni siquiera había forma de explicar el hastío que le provocaba escuchar su apellido en los eventos de Gabriels. Porque siempre, sin importar cuan fuerte lo intentara, la parte Agreste se apoderaba, la parte Agreste lo dejaba reducido a nada, la parte Agreste lo aplastaba con lecciones de mandarín, tutores particulares y luces de pasarela.

Adrien no podía dejar de ser Agreste ni siquiera en la escuela, donde los chicos de otros salones cuchicheaban al notar su presencia. Lo juzgaban porque aunque Adrien no supiera, así es la escuela, un lugar raro donde creces por la fuerza.

Adrien no podía dejar de ser Agreste ni siquiera entre sus miles de fanáticas, pues ellas veían solo el exterior y la envidia que provocarían si lograran tener un momento a solas con él. Fingían conocerlo sin saber otra cosa que no estuviera en los artículos de las revistas del corazón.

Adrien no podía dejar de ser Agreste ni siquiera con Nino, que a veces quería escuchar música tumbado en su habitación sin hacer nada, cuando el tiene dos sesiones de fotos y una clase de esgrima para antes del almuerzo. Su amigo lo apoyaba pero el rubio realmente deseaba que eso no fuera necesario, deseaba que fueran amigos con más bromas ligeras y menos drama.

Adrien no podía dejar ser Agreste ni siquiera con Chloe, quién lo conocía de siempre y lo obligaba a mantener su papel en todas las ocasiones que no era estrictamente necesario. Agradecía el acompañamiento de alguien de su edad, durante esas cenas elegantes e interminables, pero resultaba incluso más cansado que poner mala cara y pasar como engreído.

Adrien no podía dejar de ser Agreste ni siquiera con Marinette, una de las personas más dulces que conocía. La chica se ponía a temblar apenas cruzaban palabras y aunque era muy amable para admitirlo, sabía que la intimidaba, no su actitud pero si quién era. Marinette le recordaba a la creatividad con la que su madre resolvía las situaciones del día a día y aun así no podía acercarse a ella.

Adrien no podía dejar de ser Agreste ni siquiera en su casa, pues ahí estaban el eterno recordatorio de todo lo bueno y todo lo malo. Nathalie lo seguía y le prohibía deambular entre esas habitaciones que, según su papá, le pertenecían. No había comodidad y tampoco se sentía como un hogar.

Adrien no podía dejar de ser Agreste ni siquiera frente a su padre, ya que este último no veía más allá de las obligaciones básicas que tenía para con su hijo, su estirpe. Si había algún otro matiz en dicha relación era el de jefe y empleado, pero incluso entonces era el apellido, antes que la persona, lo que le había conseguido la variante.

Irónicamente el único momento en el que Adrien era más Adrien y menos Agreste, era cuando se ponía una máscara y se transformaba en Chat Noir. Los impulsos felinos y la adrenalina lo ayudaban a ser más grande, a ocupar el espacio que merecía dentro de su propia vida.


Quedo algo angsty, mi pobrecito bebé. Hacía mucho que no escribía drabbles, creo que quedó larguito pero no tiene trama así que no clasifica como one shot, supongo que... ¿viñeta?

Amo los reviews (8 no sean tímidos. May the odds ever be in your favor.