Septiembre 12, 1980

Estaba sentado en aquel techo, que lo inundaba de recuerdos. Cada esquina, cada centímetro estaba impregnado con su imagen. Su esencia.

Sus ojos estaban rojos por el llanto. Una gran cortada, cubierta por una costra, surcaba su costado izquierdo. La noche, le brindaba una hermosa luna, y grandes estrellas alrededor. Pero no podía verlas. Su vista, estaba nublada por la ira.

Se encontraba sentado. Sus rodillas estaban flexionadas y ligeramente separadas. Sus codos, estaban apoyados sobre cada una, y la mano derecha estaba envuelta en el cuello de una botella de Whiskey de fuego. El líquido color ámbar, estaba casi hasta el fondo. El resto, dentro del sistema de hombre con lagrimas.

Solíamos robar el alcohol de tus padres

Y subir al techo

Hablábamos de nuestro futuro, como si tuviéramos una pista de el.

Nunca pensé, que un día te perdería

-Estábamos en este mismo lugar- su voz sonaba reprochadora y ronca, e influenciada por el alcohol. Su dedo índice de la mano izquierda apuntando tensamente a las tejas debajo de el- este mismo lugar cuando me lo prometiste ¿recuerdas?

Sus ojos se cerraron con fuerza y paso su mano izquierda en el cabello, antes de unir sus labios con la orilla del cristal. El liquido se balanceó dentro de su contenedor. Las lagrimas de Sirius, salían por debajo de los parpados. Su rostro estaba contorsionado en una mueca de agudo dolor. Arrugas en su frente, y alrededor de los ojos, mas hermosos del mundo, según Ella.

-¡Lo teníamos todo planeado! ¡juntos, hasta que la muerte nos separe! ¡por vejez, Mione! ¡vejez! ¡¿Por que me dejaste antes de tiempo, por que?!- exclamó desesperado extendiendo sus brazos a sus lados. Su mirada estaba direccionada al cielo, mostrando los dientes con rabia. Los parpados le temblaron debido a la embriaguez, al igual que sus brazos extendidos. Su rostro brillaba por la humedad que surcaba sus mejillas.

-Nuestra historia- tomó un trago mas de Whiskey- nuestra historia… ¡dicho aquí, en este mismo lugar!… cuando dijimos que lo mejor de nuestra historia, ¡y que irónico es!- tomó otro trago- es que después de una batalla, terminábamos unidos… ¡pero no! ¡no terminamos unidos! ¡No terminamos peleados! ¡terminaste muerta Hermione! ¡muerta!- pausó unos segundos en los que estaba temblando y apretó los labios en una fina línea antes de continuar- Y es que no entiendo… ¡Si me amabas, ¿por qué me dejaste?!

Comenzó a sollozar mientras dejaba caer la cabeza pesadamente entre sus rodillas. Su mano izquierda pasaba por entre su cabello, al ras de la nuca, de una manera lenta y calmada. Pero en cuestión de segundos, comenzó a moverla con violencia, como si intentara lastimarse. Se golpeó desesperado el lugar y exclamaba con frustración. Levantó el cuello y gritó con ira. Su alarido se extinguió, cuando los jadeos por el llanto, llegaron una vez mas.

Y en otra vida, yo seré tuya

Mantendré todas mis promesas

Ser nosotros contra el mundo

-Lo peor de todo…- dijo frunciendo los labios y negando con la cabeza con ímpetu. Su voz sonó ronca. Como si decirlo fuera una tortura.- es que siempre lo supe… siempre tuve este maldito presentimiento, aquí- indicó golpeándose repetidamente con violencia en el lugar donde anatómicamente estaba su corazón. La palma liberaba un sonido sordo y seco al contacto estruendoso con su pecho- ¡siempre lo supe! ¡yo nunca iba a ser feliz! ¿cómo? Soy un maldito Black… ¡y los finales felices no existen para nosotros!… ¿preguntarte, si creías en las otras vidas? ¿si crees que nos uniremos en el mas allá? Y toda esa palabrería… ridículo, ¿no es así?... estas muerta y ahí acaba la historia… no nos volveremos a ver, solo un estúpido lo creería…

Y en otra vida, haré que te quedes

Y así, no tendré que decir, que fuiste la que se fue

Sus sollozos escalaron las paredes de su garganta y comenzó a gemir de dolor, cubriendo su rostro con la mano izquierda. Sus ojos, se convirtieron en el origen de una cascada, que no conocía final. Su brazo derecho, envolvió sus piernas y las atrajo a su pecho como un niño pequeño. Se comenzó a mecer, hacia delante y hacia atrás, y el brebaje dentro de la botella, lo hacía con el. Sus gemidos, sus sollozos se escuchaban agonizantes. Un líquido escurría de su nariz, y partículas de saliva salían expulsadas de su boca, con cada exhalación agitada de aliento.

-Por favor Mione…- rogó con los ojos fuertemente cerrados. No quería ver nunca mas. Sí veía a sus manos, solamente veía las manchas rojas, de la sangre que se impregnó en su piel. Sangre caliente que salió de su cuerpo, dejándola sin vida. Odiaba tener brazos, quería arrancárselos. En ellos, solamente sentía la ausencia de su cuerpo. El haberlo sentido pesado, cuando su corazón ya no latía, y después, este se le fue arrebatado. La alejaron de el. Remus y James, luchando con su fuerza, mientras Regulus tomaba el cuerpo inerte de SU esposa… no importó cuanto luchara, cuanto golpeara al aire, cuanto empujara a sus amigos, cuanto gritara y llorara, cuanto rogara… simplemente se la quitaron. Su vida, se fue con la de ella. No despegó su mirada de sus ojos cerrados. Regulus lloraba. James lloraba. Remus lloraba. Pero el moría. Lentamente. Dolorosamente. Su corazón explotó con un dolor inigualable, cuando Regulus giró en su eje, y unos segundos después, ya no estaban ahí. Gritó de dolor al cielo. Aulló con desesperación. Sufría, y padecía como ningún hombre lo había hecho nunca. Lo habían abandonado.

Nunca separados, hicimos un pacto

A veces cuando te extraño, pongo aquellos éxitos

Y en otra vida, yo seré tuya

Mantendré todas mis promesas

Ser nosotros contra el mundo

-Me mentiste, una y otra vez…- susurró. Sus labios, rozaban su brazo mientras hablaba, y su piel recibía el tibio contacto de su aliento, y la húmeda sensación de baba. Sus lagrimas, continuaban recorriendo sus mejillas y caían a su brazo. Su cabeza, estaba siendo aprisionada por el alcohol. Su cuerpo, tenso por el momento, pero a la vez lánguido por sus sentimientos.- siempre me aseguraste que estarías a mi lado… juntos por la eternidad, Mione, me lo prometiste… nunca dejarme solo… me mentiste… ¿y quieres saber que es lo peor?...- cuestionó rodando los ojos hacia arriba para ver el cielo. Los ojos grises, se veían mas claros que nunca, la luna se reflejaba en ellos- lo peor es que te perdono… por mas que quisiera no puedo odiarte… no fue tu culpa…

Frunció las cejas con pena y encogió los labios, apretándolos para que no salieran las aflicciones de sufrimiento y lamento. Le dolía como nada en el mundo. Mas que una maldición, mas que una cortada en el rostro, mas que nada. Y no había nada que pudiera hacer para solucionar esto. Cuando los lloriqueos comenzaron a escapar sus labios apretados, subió su mano izquierda y la formó en un puño, sus dientes en contacto con el. Como si quisiera meterlo. Intentando inútilmente parar sus lamentos. Le dolía. Estaba sufriendo.

-Y aun sueño… sueño que un día volverás a mi… que viviremos el resto de nuestras vidas juntos… pero hay sueños que no pueden ser, hay realidades que debemos de afrontar…

Y en otra vida, haré que te quedes

Y así, no tendré que decir, que fuiste la que se fue

Las convulsiones de su pecho, eran lastimeras de ver. Nadie nunca, había visto a un hombre morir en vida. Pero así se sentía el. El dolor de su pecho, era enfermizo. Le oprimía las costillas, le estrujaba los pulmones y no podía respirar. Le llenaba la garganta y se sentía ahogar. Pero no era así. Respiraba sin obstáculo. No había impedimenta en su garganta.

-Mi Hermione…- lloró mordiendo sus dedos, poniéndolos rojos. Sin poder mantener mas su mano en la boca, la sacó y golpeó el piso. Su puño se quedó ahí- hay Mione… ella tiene tus ojos….- sonrió con nostalgia en dirección al cielo. Su sonrisa se convirtió en una mueca. No podía descifrarse muy bien de que sentimiento. Su cuerpo era el mar de emociones encontradas- cada que los abre… y los veo, chocolates y llenos de emociones… como los tuyos… ¡no puedo no pensar en ti! ¡todo en esta maldita casa me recuerda a ti! ¡ver a James y a Lily y a Harry me recuerda a ti! ¡ver a Remus y a Regulus me recuerda a ti! ¡Helena me recuerda a ti! ¡A ti! ¡pero no eres tu!

Levantó la botella, y la llevó a sus labios. Se detuvo por un momento, sin inclinarla, como dudando sus acciones. Pero después de unos segundos meditando, la subió y dio un gran trago. Ya casi no quedaba liquido. Solo un par de tragos mas.

Todo este dinero no puede comprar una maquina del tiempo

No puedo suplirte con un millón de anillos

Se quedó como ido. Las lagrimas no paraban de caer por su rostro. Pero no pestañeaba. Sus labios estaban ligeramente separados. Sus manos, pesadamente a sus costados. Las piernas, desparramadas, no sabía ni como, no le importaba. El llanto mudo se extendía por su cuello, mojándolo todo a su paso. Una tormenta. No entendía como es que su cuerpo no se había secado. Había llorado noche tras noche tras noche. Incluso se preguntaba si algún día iba a dejar de llorar. Sabía que iba a pasar. En un lejano futuro. Pero lo haría. Al menos físicamente. Su corazón no dejaría de llorar jamás. Cada litro de sangre que recorra su cuerpo, será las lagrimas de su órgano. Llorando la pérdida de su complemento.

-Fuiste mía… por tan poco tiempo- su voz, áspera y profunda, destilaba pérdida. Parecía ser, que cubría sus palabras, como si no las dejaran salir con fluidez y libertad.- nuestro corto infinito, se vio interrumpido… y…. Y me dejaste… con una bebe, una hermosa bebe… que no hace nada mas que recordarme a ti… ¡y no se como hacerle! ¡no se como cuidarla! Cada vez que llora… se que lo hace, no pidiendo para que yo la cargue, lo hace para que la cargues ¡tu! … y no se calla, no….- cerró su puño y lo levantó con fuerza. Comenzó a golpear suavemente sus labios recientemente cerrados, como si tocara una puerta. Cerró los ojos y continuó hablando- no se calla, por que no quiere mis brazos duros, quiere los suaves y cariñosos de su madre, ¿por qué me hiciste esto?... Mione, ¿no te bastó con dejarme en una vida sin ti, ahora también debo enfrentar la realidad de que Helena necesita mas a su madre que a su padre, y no puedo darle lo que requiere? ¿huh? ¿no fue suficiente, con matarme con tu partida?...

Dejó la botella de Whiskey de fuego a un lado, y puso la palma de sus manos en sus parpados. Comenzó a quitar violentamente las lagrimas, pero detrás de ellas, venían otra. Sus manos, dejaron de ser suaves y comenzó a hacerlo con violencia. En una de esas, su mano arrancó un pedazo de su costra, causando que una ligera gota de rojo, cayera junto a las transparentes. Dejó caer las manos a su lado.

Debí de haberte dicho

Lo mucho que significabas para mi

Por que ahora, estoy pagando el precio

Colocó sus manos en el suelo a cada lado de su cadera, para poder impulsarse hacia arriba. Cuando estuvo de pie, se meció ligeramente hacia los lados, debido a la ligereza de sus rodillas. Sintió su visión temblar y su cabeza ser acosada por una punzada. Una vez que estuvo de pie, y algo como estable, el pánico lo atacó de nuevo. Subió sus manos y las puso al costado de su cabeza con fuerza, encorvó la espalda hacia delante, escondió su cabeza al pecho y flexionó las rodillas mientras gritaba.

-¡Aaaaahhhh!-Gritaba con furia, con soledad y con rendición. No había nada que hacer. Solo aceptar la verdad. Su lamento, pudo perforar los oídos de todos los que habitaban en esa gran casa. Pero no le importaba. Quería que todos supieran su dolor. Su desmoronamiento. Su quiebre.

Jadeó cuando su voz paró. Se quedó con los brazos colgando a sus costados y dejó de llorar. Vio la luna con espontaneo interés. Brillaba como sus ojos lo hicieron una vez.

Contorsionó su cara en una mueca de enojo, estiró su mano, y tomó la botella de Whiskey. Terminó por consumir el liquido, sin importarle haberse acabado la botella en esa noche. Despegó sus labios y lanzó la botella lo mas lejos que pudo. Jadeó por el esfuerzo. El cristal se rompió en algún lugar de la obscuridad.

-¡¿Por qué… tuviste que decir que el ultimo enemigo a vencer, es la muerte?! ¡¿POR QUÉ?!