(♥) Entra En Mi Vida (♥)

Capitulo I

--(Rupturas)--


Precisamente hoy tenia que salir a escena, tan mal se sentía por todo lo que había pasado con El, todo lo que se habían gritado, lo peor de todo fue la forma en que terminaron, Dios, el dolor de verlo partir de esa forma, acaso eso había sido lo correcto, se dejo llevar por sus instintos y ahora estaba arrepentida.

Esta semana había sido un caos para ella, su nuevo trabajo en el "Cantar-Bar" el desastre de su mudanza y ahora esto, su ruptura con su amor de la infancia.

- Cariño¿estas bien¿necesitas algo? – pregunto su mejor amiga, lo único que necesitaba en este momento es estar metida bajo las sabanas de su cama meditando melancólicamente.

- Si, necesito que salgas tu a cantar por mi – decía mientras soltaba un poco de aquel aire que presionaba su pecho.

- Sabes que con mucho gusto lo haría, pero ambas conocemos muy bien a Kurogane y el no dejara que yo te remplace el día de hoy – comento al inclinarse y ver por el espejo a su mejor amiga.

- Sabes perfectamente que quisiera quitarte ese dolor que sientes en estos momentos, pero la mejor manera de sacarlo es cantando, eso tu me lo enseñaste, así que mejor prepárate por que en menos de media hora sales a escena. – dijo aquella joven mientras se encaminaba hacia la salida del camerino.

- Sango, gracias por ser como eres – le dijo a su mejor amiga, era verdad todo aquello que le dijo, ella siempre llevo esa filosofía por años, eso de desahogar cualquier sentimiento cantando era algo que le había enseñado su madre desde que ella era una niña.

- No tienes que agradecerme nada, nos conocemos desde niñas y se que ese tonto que tenias por novio recapacitara, - dijo Sango y se dio media vuelta, pero antes de cerrar la puerta le dijo – otra cosa Ahome, haz lo que tu corazón te dicte, de acuerdo -

- Si, lo hare – dijo Ahome mientras veía salir a su amiga.

Ahome se dispuso a cambiarse de ropa, la letra que cantaría esa noche es especial, la compuso esa misma tarde después de aquel rompimiento tan doloroso, solo espera poder calmar aquel dolor que siente por dentro.

Se apresura al escuchar a Kurogane anunciando su entrada.

-.-

Ya tenia una semana que no iba al Bar, pero esta noche lo necesitaba con urgencia, una ruptura con aquella mujer que crees la de toda tu vida no es fácil de aceptar, tal ves las razones no fueron las correctas pero lo hecho echo esta.

Se sentó como costumbre en la barra libre.

- Joven, que gusto volver a verlo¿le sirvo lo de siempre? – le pregunto el barman, hoy tomaría hasta perderse.

- Si, pero esta ves sírvelo doble – dijo viendo que de inmediato las luces se apagaron, ahora recuerda por que le gusta tanto ese lugar, era un "Canta-Bar", siempre había música en vivo.

- Aquí tiene su bebida joven – dijo el barman, dejando la bebida junto a El.

Al apagarse las luces todas aquellas voces y murmullos dejaron de escucharse en el lugar, esto lo intrigo, después escucho a dos hombre que se encontraban a su izquierda diciendo en susurro "Es la mejor, a pesar de que solo lleva aquí dos semanas ah cautivado a la mayoría de los hombres, no solo con su belleza si no con su voz también".

Pensó que aquellos tipos exageraban al describir a aquella mujer, pero aun así, aquellos comentarios lograron atrapar su atención.

Le dio un sorbo a su bebida, mientras observo que su amigo Kurogane, quien era el dueño del bar, hacia la presentación de la cantante.

- Para mi es un honor presentarles a la nueva integrante de nuestro Bar, ella es Ahome Jazmín, denle una muy fuerte bienvenida – decía Kurogane, mientras daba paso a aquella mujer de la que todos hablaban.

-.-

Salió a toda prisa del camerino, la letra se la había dado a los músicos para que en cuanto ella entrara empezaran a tocar la melodía, eso de componer lo heredo de su Padre y la voz de su Madre, eso es lo que le gustaba de su familia, la música los mueve.

Vio como las luces del Bar eran apagadas para encender otras que le daban al lugar un toque místico y elegante. Subió al escenario después de que "Kuro" la presento. En ese instante una melodía empezó a tocar y todos guardaron silencio, una luz algo tenue la iluminaba.

Sus ojos se hipnotizaron al ver a aquella mujer, llevaba puesto un vestido rojo largo, ajustado perfectamente a su escultural cuerpo, aquel vestido que de solo verlo le quito la respiración sostenido solo de dos pequeños hilos, se encontraba pasmado viendo aquellas formas femeninas, un buen proporcionado busto, unas curvas perfectas, aquel trasero de buen tamaño y firme, unas piernas de campeonato y por mas que no lo intente su mente divaga en como será sentir aquella piel, tan blanca y tersa, ganas de acaricias ese cabello largo de un color negro azabache.

Sacude un poco su cabeza, se supone que esta de "luto" por así decirlo, acaba de terminar con la mujer de su vida y de repente se encuentra teniendo esa clase de pensamientos con una desconocida.

En todo el Bar puede oírse un silencio extremo, que es opacado por la entrada de un piano que da comienzo a una melodía.

Llueve y es de noche en la ciudad, ya no puedo mas quiero escapar, no dejo de pensarte siempre, y la verdad se que llego el momento de cambiar, de salir a buscarte y decirte que me Equivoque, que pedirte mas tiempo fue un error y fue una estupidez.

Que no quise perderte y dejarte, solo escúchame, si pedirte mas tiempo fue un error y una estupidez.

Y no se estar un día sin ti, solo tengo ganas de salir, de salir a buscarte y decirte que me equivoque, Perdóname.

Duele y es difícil confesar, se que llego el momento lento de aceptar, de llamar y decirte "fui una tonta amor Perdóname", de correr a pedirte que me abraces una y otra vez.

Que no quise perder y dejarte, solo escúchame, si pedirte mas tiempo fue un error y fue una estupidez.

Y no se estar un día sin ti, solo tengo ganas de salir, de salir a buscarte y decirte que me equivoque, Perdóname.

Si solo no pudiera recordar, las noches que sentimos sin hablar, tal vez seria más fácil olvidar, de salir a buscarte y decirte que me equivoque, que pedirte más tiempo fue un error y fue una estupidez,

Que no quise perderte y dejarte, solo escúchame, que pedirte mas tiempo fue un error y fue una estupidez.

Y no se estar un día sin ti, solo tengo ganas de salir, de salir a buscarte y decirte que me equivoque, Perdóname.

Después de que termina la melodía, el Bar se queda en completo silencio, pero después de unos pocos segundos, ese silencio es invadido por aplausos y ovaciones hacia la intérprete y la banda.

El no lo puede creer, sigue pasmado por aquella melodía, la letra de esa canción le ha quedado justo a su medida. Pero es imposible, como puede haber alguien que sienta su mismo dolor, no esto debe de ser solo una coincidencia.

-.-

Ahome bajo del escenario, directo al camerino, las lagrimas no dejaban de salir, si tan solo pudiera arrancarse el corazón, pero como siempre, el cantar la ayudo a desahogarse.

Después de llorar por unos minutos más, sintió un alivio, sintió como aquella presión en su pecho iba desapareciendo. Se cambio de ropa, se quito el vestido rojo y se coloco un vestido más sencillo.

Sango entro de repente y la felicito por aquella canción, definitivamente Ahome era una compositora excelente, eso lo sabia perfectamente.

- Hoy es nuestra noche Ahome, así que no te resistas a mis encantos y divirtámonos – decía Sango mientras se cambiaba de ropa, se quitaba el uniforme de mesera y se ponía unos cómodos jeans y una blusa sencilla.

- Mi turno a terminado y Kurogane nos dios permiso de divertirnos esta noche – decía, mientras arrastraba a Ahome hacia al Bar.

Ambas trabajaban en el "Canta-Bar", ahí, todas las meseras cantaban una vez por semana, bueno solo aquellas que quisieran y que les gustara cantar. Sango y Ahome eran algunas de ellas.

Como era viernes, fue el turno de Ahome para cantar, ella cantaba los días lunes y viernes y a Sango le tocaba los días martes y jueves, solo a veces por pedidos especiales y por que a Kurogane el dueño del Bar se le ocurría, había días en los que Ahome y Sango cantaban juntas.

Sango y ella escogieron una mesa cerca de la barra, como se estaba haciendo costumbre, después de cantar y salir al Bar, la pelinegra era abordada por un sin de hombres, unos apuestos y otros no, pero como costumbre los rechazaba a todos. Era tiempo de que se empezara a acostumbrar.

-.-

Por el momento se encontraba en su tercera ronda de tragos, y aun no sentía que le hicieran efecto alguno, todavía sentía el dolor en su pecho, la opresión y el vacio de haber perdido algo importante en su vida.

- Amigo, que gusto verte por aquí – escucho que le decían mientras se acercaban a el, como de suponerse, era Kurogane, su amigo desde que estudiaron juntos en la facultad de medicina.

- Ya tenia tiempo de no verte¿Dónde te habías metido? – lo cuestionaba mientras se sentaba a su lado.

- Pues había estado un poco ocupado, tu sabes, el Hospital me absorbe tiempo – le comentaba a su amigo mientras pedía la cuarta ronda.

- Pero ¿te encuentras bien?, mira que para tomar de esta forma solo debes padecer de una sola enfermedad, y esa enfermedad es llamada "Desamor" – Kurogane observaba a su amigo, era un hombre admirable, fuerte, de convicción, y verlo de esta forma lo preocupaba.

- Pues algo así, pero ahora no quiero hablar de eso, la verdad es que mi único propósito es olvidar, no acordarme de nada – eso es lo que había ido a hacer y eso es lo que hará.

- Esta bien amigo, no te preocupes sabes que aquí estaremos al pendiente – decía Kuro, mientras le hacia señas a dos guardias de seguridad para que estuvieran al pendiente de su amigo, si deseaba perderse en el alcohol por lo menos lo cuidaría de que nadie se aproveche de el en ese estado.

- Tengo que resolver algunos asuntos pendientes, pero regreso para ver si necesitas algo, no abuses del alcohol – El lo entendía perfectamente, si era por desamor, tal ves el alcohol seria solo un disfraz para el dolor.

Kurogane sabia que no debía dejarlo solo, pero era viernes y necesitaba atender los últimos pendientes del Bar. Antes de irse, sintió la necesidad de decirle algo a su amigo.

- Sesshoumaru, sea lo que sea, no vale la pena, el alcohol solo alargara mas tu dolor, piénsalo amigo, tu mismo me diste ese consejo, son tus palabras. – Kurogane lo dejo solo, meditando en aquellas palabras.

Era cierto, el le había dicho aquellas palabras, se las dijo cuando lo había encontrado hundido en alcohol el día en que su hermano murió. Sera mejor regresar a su departamento y pensar en que hará ahora, pensar en irla a buscarla o dejarla ir. Sera que lo que hizo fue lo correcto.

-.-

- Ahome, por el amor de Dios, quita esa cara – decía Sango mientras servía otro trago.

- Lo siento Sango, pero me es imposible, la verdad después de haber llorado tanto, lo único que tengo ahora es sueño, podemos irnos por favor – decía suplicante Ahome, y era la verdad, después de su desahogo ahora lo que quería era dormir y ya mañana sabría que haría.

- Esta bien, pero que quede claro que me voy bajo protesta – accedió la pelicafé, - yo voy por las cosas tu espérame en el estacionamiento.- le dijo Sango mientras pedía la cuenta.

- Gracias, Gracias, Gracias, por eso eres mi mejor amiga- decía una pelinegra agradecida con su amiga, por ser tan considerada con ella. Sabía que Sango solo quería animarla, pero ahora no estaba de humor.

-.-

Se dirigió hacia el ascensor que conducía al estacionamiento, iba algo absorto en sus pensamientos y con ligero mareo por la cantidad de bebidas que ingirió. No estaba "borracho" como dirían, solo un poco mareado. Entro en el ascensor y presiono el botón verde que llevaba hacia el piso de abajo en donde estaba el estacionamiento.

Ahome vio como las puertas del elevador se estaban cerrando y corrió para detenerlo, al abrirse de nuevo las puertas se encontró con un hombre apuesto, vestía un traje elegante color azul, de verdad era un hombre muy guapo, aun con el traje puesto podía distinguirse su bien trabajado cuerpo, capaz de atraer hasta las moscas, con un porte de modelo, aunque se podía notar que era una persona seria, "fría" por así decirlo.

Ahome entro nerviosa al elevador, solo la presencia de aquel hombre la hacia temblar, aquella aura de misterio y de hombre sexi taladraba su mente, sacudió la cabeza y se sonrojó por los miles de pensamientos y fantasías que pasaron en esos momentos en su mente.

Sesshoumaru se quedo paralizado al ver de nuevo a aquella mujer, aquellos pensamientos acerca de ella disfrutando de sus caricias y placeres volvieron a si mente.

Ninguno de los dos sabia el por que reaccionaban de aquella manera, estaban tan dolidos y destrozados, pero por un momento olvidaron ese sufrimiento.

El escalofrió que recorrió a cada uno hizo que ambos voltearan a verse a los ojos. Sesshoumaru quedo pasmado por aquellas orbes achocolatadas y Ahome se hundió en aquellos ojos color ámbar.

Las puertas del elevador se abrieron, esto deshizo aquella atmosfera que se había formado, liberándolos a ambos.

Cada uno tomo por su lado, ese día había sido muy intenso para ambos, consideraron que aquella sensación fue solo producto de su imaginación, del dolor y el cansancio. Decidieron olvidar aquel incidente y continuar con sus vidas, tratar de decidir si volver o no con aquellas personas a las que supuestamente aman.


Hola Tomodachis, estoy emosionada por publicarles esta nueva historia, nuevamente esperando que sea de su agrado. Para aquellos que les interese, la cancion se llama: "Me equivoque" y la canta Maria Jose.

Nos vemos en el proximo capitulo, dejen sus comentarios para saber si les gusto.