COMPLICIDADES
Capítulo 1 - Amigos cómplices
La triste realidad de haber perdido a su profesor, aunque bien nunca le llegó a enseñar nada, no le ayudaba en nada a Harry. Sentía un tremendo vacío dejado por Alastor Moody y ese vacío se llenaba con culpabilidad y temor. Harry ya había sufrido muchas perdidas a lo largo de su vida, parecía que todas las personas que el amaba lo dejaban para siempre, y ya no quería que sucediera más. Si no fuera por él, Ojoloco jamás habría muerto. Siempre que tenia un tiempo libre, ya que la señora Weasley les pedía a el y a sus amigos Ron y Hermione que ayudaran con los preparativos para la boda de Bill y Fleur, pensaba en ello, en ello y en lo que el futuro le deparaba.
- ¿Harry te encuentras bien? - Preguntó la tierna voz de Hermione a través de la puerta de la habitación de Ron.
- Sí, Herms, no pasa nada - mintió Harry
Últimamente Harry había empezado a sentir algo diferente hacia Hermione, ya no era la niña molesta que solo le importaba estudiar, sino que se había convertido en toda una mujer, comprensiva, aconsejadora. Ella y Ron se habían portado muy bien con el, más de lo que él pensaba que se merecía. Y era por su gran sentimiento de amistad (¿era amistad?) que sentía ese gran miedo. ¿Qué pasaría si llegara a perder a Hermione? ¿O que pasaría si llegara a perder a Ron? No se lo quería ni imaginar. El los quería muchísimo, los consideraba su familia, habían vivido tantos momentos juntos. La sola idea lo atemorizaba terriblemente y, aunque no se los dijera abiertamente, el pensaba que ellos sabían cuanto Harry los quería.
De repente la puerta se abre y Hermione entra en la habitación
- Discúlpame Harry, pero me pareció sentir un poco falsa tu voz ¿En serio te sientes bien? Vamos Harry, sabes que puedes contar conmigo.
- Pues ya que lo dices, no, no me siento bien Herms. Tengo mucho miedo. Cada vez que pienso en los peligros a los que estaremos expuestos cuando vayamos en busca de los Horrocruxes, me hacen pensar en lo que pasaría si algo les llegara a suceder a ustedes, yo los quie…
Harry enmudeció y Hermione se quedo impresionada, aunque mantuvo el silencio durante un momento.
- Yo también lo he pensado mucho, Harry. Sé que esto es muy peligroso, pero tú eres nuestro amigo y jamás te dejaríamos solo en esto. Yo te quiero muchísimo - Se detuvo al ver que Harry se detenía para mirarla fijo a los ojos, sorprendido - Quiero decir que nosotros te queremos mucho y vamos a estar siempre que lo necesites.
- Gracias Herms, no sabes lo bien que me hace hablar contigo, siento mucha confianza cuando tu estas cerca.
Hubo un pequeño sonrojamiento en las mejillas de Hermione
- Sabes Harry que no me gusta verte mal - Y se le acerco y le seco una lágrima que Harry había dejado escapar sin darse cuenta antes de que llegara Hermione. Luego se le acerco un poco más y le dio un pequeño beso en el cachete. Pero algo extraño sucedió en ese momento. Harry agarro la cara de Hermione y la corrió para quedar nariz con nariz y en ese preciso momento empezó a besarla en los labios, en los carnosos labios de Hermione. Primero el beso era tierno, suave, ya que la chica se había quedado muy sorprendida aunque para nada disgustada, luego ella empezó a disfrutar y empezaron a luchar con sus lenguas hasta que se transformo en un beso salvaje y pasional. La temperatura aumentaba a medida que los brazos de Harry iban recorriendo la espalda de Herms y empezaban a sacarle su blusa de color azul eléctrico. Herms profirió un pequeño gemido que logro apagar al seguir besando a Harry. Harry se sentía en los cielos cuando vio esos pechos bien firmes, de buen tamaño. No eran para nada chicos pero tampoco eran demasiado grandes, simplemente eran perfectos. No pudo aguantar más y le desabrochó el corpiño. Los pezones eran de un marrón chocolate y estaban bien duros a causa del placer que este le estaba dando. Los empezó a masajear como si nunca hubiera tocado nada, pero lo hacia con tanta sabiduría que parecía haberlo hecho miles de veces. Y se dio cuenta que lo estaba haciendo de maravillas cuando Hermione le empezó a meter las manos por dentro de la camisa y empezó a jugar con sus pezones. Hermione le desabrocho, mas bien le arranco la camisa a Harry para que quedara a la vista el gran torso que tenía. Era bien formado, musculoso pero no tanto, un poco de bello debajo del ombligo. Hermione se lanzo a comerle esos pezones rosaditos a Harry, lo cual él disfruto un montón, Nunca había experimentado algo así, no sabia que a los hombres también le podría llegar a gustar esa clase de cosas. Las manos de Harry bajaron a la mini que llevaba puesta Hermione en ese entonces y deshizo de ella casi al instante dejando ver una tanga roja y unas redondas y firmes nalgas.
- Ay Harry, que bien lo haces, sigue por favor
- Tu tampoco te detengas Herms, me estas haciendo volar por las nubes
Y se fundieron en otro apasionado beso. Se recostaron sobre la cama en la que solía dormir Harry y Hermione le empezó a bajar los pantalones y los boxers. Harry ya estaba duro a causa de la estimulación por parte de la chica. Hermione no se perdió detalle en admirar el pene de Harry, largo y cabezón y se lo introdujo de lleno en la boca.
- Ay Merlín, siiii siiii chupamela toda, ¡Sácame toda la leche perra!
Harry se sorprendió a si mismo por las palabras que acababa de decir, es que estaba tan caliente y excitado. Por el contrario a Hermione no le molesto en absoluto sino que empezó a lamerle el pene erecto de Harry con más presión y lujuria.
- Ay ay me vengo Herms, ay sí, qué lindo mmm mmmm, ahhhhhhhhh.
Y así como lo había previsto Harry se vino dentro de la boca de Hermione. Ella degusto de hasta la ultima gota de semen de Harry.
- Ay Harry qué rico, mmm
- Ahora te toca a ti sentir placer
Harry le dio un beso y sintió su propio sabor en él, pero no le desagrado mucho. Luego llevó a Hermione a la cama de Ron y la recostó ahí, empezando a lamer su vagina. Hermione empezó a gritar como loca de tanto placer por lo que Harry tuvo que actuar enseguida.
- ¡Muffliato! - Gritó apuntando a la puerta con su varita. Ahora nadie escucharía nada de lo que pasara dentro de la habitación y volvió a las profundidades de Hermione.
Mientras Harry jugaba con sus labios inferiores, Hermione gemía y se acariciaba los senos con tanta brutalidad como le era posible. Harry llego a su clítoris y empezó a estimularlo de una forma tan salvaje como se lo sugería su calentura. Hermione estaba a punto de llegar al orgasmo.
- Ay AYYY Harry sí. Yeahhhh, oh yeahhh, me vengo Harry, me vengo, ah, ahhhhhhhhh.
Harry recibió de lleno los jugos de Hermione en la boca. Se relamió los labios y la abrazó, pero al cabo de un minuto más o menos se separó de ella rápidamente.
- ¿Qué sucede Harry, acaso no te gustó? - Pregunto Hermione mientras sacaba su varita y empezaba a limpiar las manchas que habían ocasionado - ¡Fregotego!
- Lo siento muchísimo Herms, estoy muy apenado, estoy muy confundido y mira lo que pasó. No te voy a negar que no me gustara, para nada, al contrario, me encantó, pero estoy muy confundido respecto a ti, a Ron, a mi vida. Yo lo lamento tanto, lo que menos quiero es perder tu amistad. Además pienso en Ron, el siente algo por ti y yo acá contigo cogiendo como locos.
Hermione se acerco a él y le puso un dedo en la boca para que se callase.
- Harry, yo también estoy muy confundida aunque no lo creas. Pero yo hace tiempo que me vengo cuestionando qué es lo que siento por ti y qué es lo que siento por Ron. A los dos los quiero muchísimo. Y creo que estoy enamorada de…- los dos, iba a decir Hermione, pero se contuvo, no quería meter la pata. Se quedó en silencio por unos segundos y luego continuó.
- Mi punto es que si bien me deje llevar por la calentura del momento, no me arrepiento en absoluto de lo que paso esta tarde. Estuviste excelente Harry, así como tú piensas que te aprovechaste de mí, yo pienso que me aproveché de ti, y peor es en mi caso porque tú estabas mal y yo en vez de aconsejarte te chupo la pi…
- No es tu culpa, yo fui quien te corrió la cara para besarte.
- Pero yo no me opuse.
Ambos quedaron en silencio.
- Hermione - Harry rompió el hielo - yo no sé lo que siento por ti ni tú sabes lo que sientes por mí así que no sé en qué quedara esto. No quiero ni pensar en lo que sucederá cuando Ron se entere.
- No tiene por qué enterarse Harry - lo miró una Hermione picarona
- ¿Cómo es eso? ¿Tú propones que sea nuestro secreto? - A Harry se le dibujo una sonrisa de complicidad en la cara
- Creo que sería una buena idea y sabes qué, espero que lo de esta tarde se repita muchas veces más. Y con una mirada cómplice Hermione salio de la habitación dejando a Harry confuso en sus pensamientos.
- ¡Finite Incantatem! - susurró apuntando a la puerta para terminar con el encantamiento Muffliato.
Harry no daba en sí. Había pasado una de las mejores tardes de su vida junto con su mejor amiga, a la cual quería por demás, a la cual no sabía si amaba. Pero había alguien mas, alguien que también estuvo siempre con él. No, no quería pensar en ello, luego pensaría en como iba a tratar el tema. Lejanamente escucho que la señora Weasley lo llamaba a cenar, a la mañana siguiente llegaba la familia de Fleur y tenía que comportarse como era debido. Sin más, bajo la estrecha escalera que dirigía hacia la pequeña pero acogedora sala de la familia Weasley.
