El amor es la droga mas adictiva. Te destruye sin que lo notes. Es peligrosa y difícil de resistir, rechazar o renunciar.
Dada en altas dosis diariamente durante una década, para luego suspender el suministro de la noche a la mañana... solo te puede llevar a la muerte. No hay otro camino, no hay desintoxicación o rehabilitación que te pueda ayudar. Estas enganchada de por vida. Sin ella...mueres.
Prólogo
La opresión en el pecho la estaba matando.
Tenia el corazón roto.
La persona que mas amaba en la vida, la despreciaba por lo que se había convertido, por lo que el la había convertido.
Renesmee lloraba inconsolablemente hecha un ovillo, en el suelo del baño de su nuevo departamento en Seattle, Washington.
Ya no te reconozco. Ya no se quien eres, Renesmee. Esta diva insoportable en la cual te has convertido, no es la chica de la cual me enamoré. Eres manipuladora, egoísta, caprichosa... Yo no quiero a esa Renesmee. Me das asco, yo no te quiero así. Ya no te amo, Renesmee.
Renesmee dio un alarido de dolor al recordar las hirientes palabras de Jacob Black. Llorando recordó el día en que vio a Jacob por primera vez, al salir de clases su primer día en la preparatoria de Forks; su primer beso en la playa de La Push bajo la luz de la luna; su declaración de amor bajo la lluvia después de haber cantado en el karaoke de Sarah's, el restaurante del padre de Jacob. Recordó cuando Jacob le pidió que cantara sus canciones; su primera vez en la antigua casa de Jacob; las discusiones por el primer nombre de la agrupación: The Renesmees; el increíble regalo de cumpleaños que le hizo Jacob: Scarlett, su guitarra roja, a quien ella había asesinado días atrás. Recordó su primera presentación en vivo y con publico: el festival navideño; el baile de Sadie Hawkings y el fin de semana que pasaron en aquel hotel de Port Angeles; los detalles románticos que siempre había tenido Jacob con ella, la manera en que solía mirarla y el nuevo sobrenombre que Jacob le decía antes y después de cada presentación: mi diamante. Brillaste como un hermoso diamante en el cielo...
Ahogada en lagrimas y en Jack Daniels, maldijo el día en que firmó el contrato con Vulturi Records. El día en que se dejó embaucar por Eleazar Camargo, su agente y representante y ahora marido de Carmen, su amiga de la adolescencia.
Por que, Jacob? Por que? Por que me odias? Por que me dejaste? Yo siempre hice lo que tu me dijiste, siempre seguí tus palabras, tus consejos, tu guía...
Donde estaba ese chico ahora? Donde estaba ese chico que la consentía, mimaba y dejaba que ella hiciera lo que quisiera? El Jacob que la había convertido en una diva consentida y caprichosa y ahora la odiaba.
Un estremecimiento le bajó por la espalda al recordar la fría mirada de Jacob el día en que terminó con ella. Hablan terminado una entrevista en el programa de moda de Alemania, Renesmee había reído, bromeado con el rubio y apuesto conductor, interrumpió a sus compañeros cuando ellos querían responder a las preguntas, se había reído y burlado de ellos en unas cuantas ocasiones; el conductor del programa le había dado su entera atención a ella como si estuvieran solos y el resto de la agrupación se hubiera desaparecido. Después de la entrevista tocaron el nuevo tema: Madness. Ella lo había escrito con su relación con Jacob como inspiración y estaba muy orgullosa del tema, y se había emocionado mucho al saber que era el tema numero uno en al menos veinte países.
Todos adoraban los solos de Renesmee, y esa noche no fue la excepción y su solo siguió y siguió hasta que Embry la interrumpió comenzando a cantar, siendo que el solamente hacia los coros en esa canción. Cuando por fin salieron del escenario y se dirigieron a los camerinos, Renesmee estalló.
La discusión duró varios minutos, discutió con Jacob y Embry, mientras Quil y Seth guardaban silencio y observaban todo desde una esquina segura.
Todos salieron enfadados de la televisora, y la cereza del pastel: Renesmee ignoró a los cientos de fans que habían estado esperándola afuera, bajo la nieve. Cuando comenzaron a abuchearla ella salió por la ventanilla de la camioneta y les gritó groserías y les mostró el dedo medio.
Al llegar a la suite que secretamente compartía con Jacob, ella trató de arreglar las cosas con sexo. Esta vez no funciono. Jacob miró con desprecio aquel cuerpo semi desnudo que parecía hecho de alabastro y terminó con ella, dejándola de rodillas y llorando.
Por que firmé ese contrato? - se preguntó Renesmee en el suelo de su baño, deseando poder regresar el tiempo, algo que le era imposible.
Tranquila, el dolor se ira pronto. Tu sabes como. Hazlo. Será como tomar una larga siesta. Todo estará bien, no habrá dolor. Tu sabes como hacer que el dolor desaparezca - su cabeza giró hacia el botiquín que estaba escondido tras el espejo sobre el lavamanos.
Claro!
Ella sabia perfectamente que las pastillas que le habían recetado años otras, para el dolor del tobillo que se fisuró al tropezar con sus altos zapatos de tacón en el sound check del concierto de Manchester, servirían. El dolor en su corazón roto la dejaba aturdida y no podía hacer nada mas que pensar en el dolor. Así que había decidido tomar una de esas lindas pastillitas color durazno y todo estaba bien. Sabia que esas pastillas la dejaban un poco bobalicona, pero la prensa y sus fans amaban cuando ella era toda linda y amorosa; pensaban que la vieja Renesmee había regresado y todos estaban contentos. En especial ella, el dolor en su corazón se había ido...
Durante un mes las cosas estuvieron bien. Para evitar llorar por la ausencia de Jacob y soportar a sus fastidiosos fanáticos y los reporteros, paparazzi y programas estúpidos en los cuales le hacían las mismas entrevistas de siempre, Renesmee tomaba una pastillita color durazno en cuanto se levantaba de la cama y todo era color de rosa. Estaba lista para seguir con la promoción del nuevo disco de Red Riding Hood, llamado Madness; su enorme sonrisa estaba instalada, su voz era perfecta, su vestuario y maquillaje era impecable y ella y Scarlett eran el mejor dueto de la historia. Todo estaba bien, siempre y cuando se tomara una pastillita cada día en la mañana, luego una en la mañana y una en la noche, después una cada doce horas, continuó con una cada ocho horas y sin darse cuenta ya era adicta a las pastillas para el dolor. Muy fuertes pastillas para el dolor.
Pero para Renesmee todo estaba bien, hasta hace un mes, a dos meses de su rompimiento con Jacob Black. Estaban en una fiesta en Nueva York, Renesmee paseaba por el lugar ya un poco pasada de copas, todos le sonreían, todos la adoraban, todos querían estar con ella... todos menos Jacob Black quien tenia en su regazo a la socialitte de moda. Era evidente que se conocían muy a fondo, tan a fondo como ellos dos solían conocerse.
El mundo de Renesmee colapsó frente a ella y su corazón terminó por romperse en un millón de pedazos.
Después de ese día todo se fue al caño, las pastillas ya no eran suficiente y era muy cobarde como para meterse de nuevo en las drogas fuertes; solo una vez había inhalado cocaína, y después de los conciertos solía compartir un cigarro de mariguana con Jacob, Quil, Embry y Seth, bueno no desde la vez que había despertado todos juntos en una cama desnudos y con recuerdos vergonzosos.
Hazlo, el dolor se ira. Ya no recuerdes eso, solo te haces daño, Renesmee. Confía en mi, toma las pastillas el dolor se irá.
El dolor se irá.
El dolor se irá.
El dolor se irá.
El dolor se irá.
El dolor se irá.
Eso era la único que tenia en mente, que el dolor se fuera. No había forma de que olvidara o al menos superara a Jacob Black, el se había encargado de que le fuera indispensable para vivir. Jacob era la droga a la cual Renesmee era mas adicta, el le había dado altas dosis durante diez años y ahora que la droga se había ido, estaba perdida, sola, la oscuridad la rodeaba no había luz. Su luz ahora la odiaba.
El dolor se irá.
Con este ultimo pensamiento, Renesmee se levantó del suelo helado que había sido su cama durante las ultimas veinticuatro horas. Tambaleándose, abrió el botiquín sin siquiera mirarse en el espejo, tomo el nuevo potesito amarillo que le había dado Edward al resurtir su receta; ella le había mentido todo este tiempo diciéndole que el dolor en el tobillo no la dejaba ni caminar, al haberse lastimado con la nueva coreografía del midley de la próxima gira mundial que ya era sold out.
Con una sonrisa torcida -la marca registrada de los Cullen- abrió el potesito y lo vació en su palma izquierda. Se dejó caer de nuevo en el suelo de mármol del baño de la habitación principal y se metió a la boca las pastillas color durazno y las paso por su garganta gracias a un largo trago de Jack Daniels.
El dolor se irá.
Reposó la cabeza en la pared y esperó que las pastillas le hicieran el efecto deseado. Por fin el dolor se iba a ir.
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Bella y Edward entraron en el departamento de su única hija, ella no había contestado el teléfono del departamento ni su celular.
-Renesmee? Cielo, donde estas? - gritó Bella al ver la revuelta habitación vacía.
Ya nadie le decía Nessie. Era demasiado doloroso.
-Renesmee estas aquí? - Edward tocó a la puerta del baño antes de abrirla.
El corazón de los padres de la estrella de rock se paralizaron al ver la escena que tenían frente a ellos.
Renesmee yacía en el suelo con la botella de whiskey cerca de ella y el frasco de pastillas completamente vació.
-No! Renesmee, no! - Edward se dejó caer de rodillas a su lado buscando el pulso de su hija.
Bella se quedó congelada, Renesmee estaba mas pálida de lo usual y su rostro estaba bañado en lagrimas frescas. La chica había perdido el conocimiento no hacia mas de cinco minutos. Su bebé estaba muerta?
Renesmee que has hecho?
Bella salió de su trance hasta que escuchó hablar a su marido.
-Esta viva, mi niña aun esta viva - el doctor susurró una y otra vez.
Saco su celular del bolsillo de sus pantalones y le habló a alguien en voz baja.
-Que estas haciendo, Edward? La prensa, Eleazar, Demetri... No quiero que se enteren de esto!
-Ya di instrucciones, lo importante es que esta viva. Llegamos a tiempo - al menos eso creía.
La ambulancia llegó al lujoso edificio, los paramédicos estaban advertidos de que les esperaría: una sobredosis. Pero se les había informado por medio de un mensaje no por la frecuencia radial, ordenes de Edward. La joven paramédico reconoció a Renesmee con tan solo ver los rizos cobrizos esparcidos en el suelo, ella y su compañero hicieron lo necesario para estabilizarla mientras llegaban al hospital.
Edward y Bella subieron a la ambulancia con su hija, pidiéndole a Dios por ella, por que no se las arrebatara. Pero sus suplicas fueron ignoradas, Renesmee entró en shock y sus signos vitales desaparecieron segundos después.
Los doctores y enfermeras del hospital se movieron con rapidez en cuanto bajaron a la chica de la ambulancia. La trasladaron en la camilla hasta una de las salas de Trauma del área de urgencias y cerraron la puerta para que nadie viera como Renesmee Cullen, vocalista de Red Riding Hood, llamada la niña mala de pop, era resucitada sin éxito alguno.
Renesmee estaba muerta y los doctores trataban en vano traerla de nuevo a la vida. Sus padres veían impotentes, llorosos y destrozados los esfuerzos de los doctores que cada unos segundos gritaban: despejen y el cuerpo inerte de Renesmee era sacudido por las descargas eléctricas.
Después de mas de cinco minutos tratando de resucitarla, el doctor de guardia se dio por vencido.
-Hora de muerte? - masculló en voz baja.
Bella gritó desconsolada, lanzándose sobre su hija, mientras Edward contestaba:
-11:25 pm.
