Ok, veanme aqui con mi primera (y creo que es la ultima) incursion en este fandom... pero tenia que sacarme la espinita con estos dos... espero no este tan mal...
Disclaimer: Nada es mio, solo la historia, lo demas... es de Homero (y no el Simpson)
Vivan los Sly!
Enjoy!
LA PROMESA
Beso sus ojos por última vez, ojos azules como el ancho mar, como el cielo diurno, ojos que lo habían mirado con adoración, con orgullo, con amor. Los labios pálidos y muertos, otrora rojos como cerezas maduras, no exhalaban más aliento. Termino de quitar la sangre del joven cuerpo, lavándolo con delicadeza, ese que antes con calidez lo había acunado en su interior. Mientras lo preparaba, las plegarias salían de sus labios como agónicos murmullos, el dolor en su pecho azotándolo con fuerza, manteniéndose de pie por pura fuerza de voluntad.
Le cubrió el cuello con un paño blanco, la infame herida por donde se le había ido escapando la vida gritando como una segunda boca, el orificio en su pecho taponado de manera similar. Con manos temblorosas lo deposito sobre la pira, durante un momento se miró las manos, el pulso en ellas nunca le había fallado, pero en ese momento, sentía que cualquier cosa que tuviera entre ellas caería al suelo estallando en mil pedazos.
Le cubrió con un manto de seda, acomodando los rubios cabellos alrededor de su cabeza, justo como un halo. A su alrededor, cientos de hombres lo miraban fijamente, siendo testigos del amor y el dolor que le profesaba a Patroclo.
Su Patroclo, tan fuerte, tan valiente, tan idiota.
Maldijo a los dioses por haberle hecho tan arrojado como imprudente, pero se mordió la lengua al pensar que era precisamente eso lo que lo había llevado a sus brazos. El cazador termino siendo cazado.
Puso las monedas para el barquero sobre sus ojos, mordiéndose los labios con fuerza reteniendo el grito de agonía que se le atascaba en la garganta. Se juró una y mil veces que haría pagar al troyano por haber tomado la preciada vida de su amante. Lo destrozaría, se dijo, del mismo modo que en esos momentos se sentía destrozado por dentro. Deposito un último beso sobre los fríos labios, deteniéndose unos segundos más de los esperados, deseando tatuar su amor en el cuerpo helado, pálido en su mortaja, del que fuera el amor de su vida.
No supo quién le paso la antorcha encendida, pero mientras las ramas debajo de la pira comenzaban lentamente a arder, se juró por su vida que se vengaría, que le haría pagar al príncipe Héctor el error de pensar que podría matar al gran Aquiles.
Lo juro por su vida, así fuera lo último que hiciera, se dijo.
Se quedó mirando el cuerpo de su amado arder hasta que sus huesos se convirtieron en cenizas que el viento se llevó, viajando hacia su tierra, despidiéndose de él lanzándole un beso que lo acompañaría a su destino.
-Nos veremos muy pronto-Prometió.
Siempre tuvo razón…
Cortito pero era para sacarme la espina... creo que lo logre... finito a esto...
Gracias mil por leer...
