Capítulo 1.

Nota. He querido centrarme en las historias de Quinny y Rachel, pero no he podido olvidarme de la fabulosa pareja de Santana y Brittany. Por eso esta historia trata a ambas parejas, pero la página web solo me deja poner una pareja, por lo que me decanté por la de Quinn y Rachel.

Nota2. Tengo escritos 7 capítulos, aunque la historia no está todavía acabada. Intentaré ir subiendo los martes y los viernes.

Capítulo 1.

La odiaba, la odiaba con todas sus fuerzas. No podía creer lo que le había hecho pasar. Desde su llegada al instituto, Quinn no había hecho otra cosa que meterse con ella. No lo soportaba más, estaba desesperada. Tantas burlas e insultos la estaban volviendo loca. Para colmo, Quinn había conseguido que todo el equipo de animadoras se estuviera en contra de ella. ¿Y todo por qué? No lo sabía ¿Qué había hecho para merecer algo así? Ella era una buena persona, o al menos eso creía. Lo único que hacía era cantar, le gustaba sentir el sonido saliendo de sus cuerdas vocales, le gustaba ver como el público se emocionaba y sentirse admirada por todos. Ella estaba al corriente de que era buena cantante, qué digo buena, era la mejor. Nadie le llegaba a la suela de los zapatos y ella lo sabía. Además, había conseguido salir con Finn, el quaterback del equipo de fútbol, lo que le había dotado de cierta popularidad. Finn era el típico chico de instituto, el cual se esforzaba por encajar y ser aceptado, no era muy listo, cosa que compensaba con su físico. Eso era suficiente para Rachel, al menos de momento.

El asunto de Quinn había llegado demasiado lejos. El otro día montó un complot contra ella. Dos de sus compinches, Brittany y Santana, la habían acorralado en los aseos y le habían lanzado sendos granizados de distintos sabores, estropeando la ropa nueva que había adquirido para una representación musical esa misma tarde. Rachel se enfadó tanto que golpeó a Santana, haciendo que esta cayera al suelo y se manchara su uniforme con el granizado que se había derramado. Al ser derribada, de forma instintiva, Santana agarró a Brittany, con lo que esta también perdió el equilibrio, cayendo encima de la morena, quedando ambas en una posición de lo más sugerente. Santana se ruborizó al ver a Brittany en aquella posición, encima suyo, con una de sus piernas colocada entre las suyas y sus manos situadas a ambos lados de su cabeza. Sin saber muy bien porque, Santana sintió ganas de besarla. Brittany, por su parte, se había quedado totalmente paralizada, nunca había tenido el rostro de su amiga tan cerca. Rachel se dio cuenta enseguida de que esa situación era algo que no podía dejar pasar, sacó su móvil, el cual se había librado de milagro del granizado, y tomó una fotografía. El sonido que hizo el teléfono en el momento de la toma sacó a Santana de su fantasía, quitó a Brittany de encima con un pequeño empujón, y se puso de pie, intentado recobrar la compostura.

Que sepas que acabo de enviar está fotografía a mi ordenador personal – dijo Rachel con un tono amenazante, indicando así, que aunque le arrebatara el móvil de sus manos, tenía una copia.

¿Y qué? No hemos hecho nada – Inquirió Santana con un tono de suficiencia. Brittany las observaba aún en el suelo.

Eso no es lo que parece – dijo mostrándole la imagen - ¿Qué crees que pensara el instituto cuando se den cuenta de tu pequeño affair con tu gran amiga Brittany?

Pero… - se quedó pensativa, no sabía que responder ante aquellas amenazas. Ella sabía que lo único que tenía era su popularidad como animadora, y si la gente se enterara de un rumor como ese, todo su status social se vendría abajo - ¿Qué quieres, Berry? – preguntó finalmente –

Quiero que me dejéis tranquila, que dejéis de amenazarme…y… - miró el móvil de nuevo. Por un momento pensó en enviar esa foto a todos sus contactos, a riesgo de que Santana le pegara una paliza, pero entonces se dio cuenta de tres cosas: uno, sus dos padres eran gays y no le gustaría que nadie tratara mal a otra persona por su condición sexual. Dos, ella sabía que Brittany no era mala persona, solo se dejaba llevar por la mala influencia de las otras animadoras, es más, la raras veces que no iba acompañada por alguna de ellas, la saludaba. Y tres, podía usar eso como venganza contra Quinn, la artífice de todo - y… quiero que dejéis a Quinn a un lado. Si vuelvo a veros hablando con ella mandaré estas fotos a todo el instituto, las colgaré en un blog, haré una presentación en diapositivas y las subiré a youtube y se las mandaré por correo a vuestros padres.

No creo que podamos alejarnos de Quinn – respondió Brittany levantándose del suelo- Las tres estamos en el equipo de animadoras, nos vemos a diario.

Eso tiene dos posibles soluciones – dijo mirando con pena a Brittany – o dejais el equipo de animadoras o haceis que Fabrai lo abandone.

No puedes hacer eso – gritó Santana – es injusto.

No me digas – contestó en un tono burlón – a mi también me parece injusto estar cubierta de granizado en este momento, pero es lo que hay – dijo dándose la vuelta y saliendo por la puerta, dejando a las otras dos chicas estupefactas-

¿qué hacemos ahora? – preguntó con una dulce y melancólica voz Birttany.

Es obvio, tendremos que hacer que Quinn se vaya por las buenas o por las malas – respondió Santana mientras se limpiaba el granizado de su falda.

Rachel estaba segura de cual iba a ser la reacción de Santana, ya que le obsesionaba demasiado sentirse admirada y respetada como para abandonar el único medio que le otorgaba tanto poder. Además, Santana mataría dos pájaros con un mismo tiro, ya que siempre había querido ser la líder del club, pero con Fabrai en él, le resultaba imposible. Sólo le quedaba ver como la malévola cabeza de la latina elaboraba y llevaba a cabo su plan. Estaba deseando ver como Quinn sufría algún tipo de humillación y era expulsada del único lugar en el que siempre se había sentido aceptada. Ahora iba a saber quien era Rachel Berry, y que nadie podía meterse con ella y salirse con la suya. Era el momento de la venganza.