Cierto albino se encontraba de regreso a la cueva de Akatsuki, tras completar una misión en solitario, por órdenes del líder.

Aunque se sentía un poco extraño, como mas cansado de lo usual.

-¿Será por el brazalete que me puso esa perra? – se cuestiona a si mismo, se siente muy cansado y eso es raro en él, quien es muy energético.

Flash Back

-¿Con que quieres jugar, he? – el albino ya esta listo para atacar, hace girar su guadaña varias veces como si esta no pesara nada.

-Vamos, albinito, ataca – un cazador especial AMBU se burlaba de él, tenía la katana desenvainada.

-Venga – corre donde el AMBU y un ataque directo con su guadaña hace que el ninja retroceda para evitar daños a su persona.

-Vamos, ¿Eso es todo lo que tienes? – un par de kunais hicieron el trabajo de quitar la mascara que ocultaba su identidad, revelando a una joven, castaña y ojos marrones.

-¿Una mujer me vino a derrotar por este pergamino? – Muestra el pequeño rollo.- Se ve que en las aldeas ya no saben a quien contratar.

-Cállate Akatsuki – corre donde el albino y le atraviesa el corazón con una estocada limpia.- Eso debería bastar.

-Itte, ¿Sabes lo que duele eso? – Para mayor precaución, la joven se retiro inmediatamente.- Creo que no te vendría mal entender el dolor de tus semejantes…si, eso es lo que Jashin Sama quiere.

-No me interesa saber quien es ese tal Jashin, pero estas equivocado si crees que me podrás vencer – la guadaña rosa con la mejilla de la joven y un hilillo de sangre baja de esta.

-Claro, solo mírame…La sangre es el medio – lame la sangre y dibuja a sus pies un circulo con un triangulo adentro, su piel toma el color y diseño que dan el vago aspecto de un esqueleto.

-La sangre es el medio…y tu has caído para ser una ofrenda.

-¿De que demonios estas hablando?

-Para no hacerte el cuento largo, significa que te acabo de joder estupida perra – la castaña trata de lanzar una shuriken pero un terrible dolor en su abdomen le impide realizar la acción.

-Desgraciado – lanza un pequeño brazalete de plata que se aferra como alimaña a la muñeca del inmortal.

-¿Y esta mierda? – El jashinista mira el brazalete.- Pero que considerada, un regalo para tu asesino – termina todo clavándose una barra de metal en el corazón.- Vete al infierno, perra.

Fin Flash Back

-Tch, ya me lo quitare después de dormir un rato – sigue caminando hasta que se harta y desaparece en una bola de humo. Los akatsuki están acostumbrados a caminar, pero cuando están en una situación de riesgo para ellos, o el líder los convoca, pueden desaparecer usando ese medio.

-Joder, por fin llegue – camina a la sala de estar, donde se encuentra con Sasori, Deidara, Kakuzu y Konan.- ¿Y el líder?

-Tubo que irse, asuntos de la organización – respondió la peliazul.

-Joder, ¿Fui a arriesgar mi inmortal trasero para nada? Mentado líder, toma – le arroja el pergamino.- Nos vemos, estoy hecho polvo.

-Eso es raro en ti, Hidan… ¿Y ese brazalete?

-¿Eh, este? Me lo arrojo una puta que asesine y se me pego como sanguijuela, estoy muy cansado por su culpa.

-¿Te absorberá el chacra? Si es así, mejor quítatelo, necesitamos tu chacra.

-A ver – se lo intenta quitar de un jalón, pero no sale de su muñeca.- Joder, estupida porquería, no puedo.

-Ven aquí, voy a ver si te lo puedo quitar – camina donde el tesorero y le extiende el brazo. El moreno aplica fuerza para abrir el pequeño cerrojo pero pareciera que esta soldado para no soltarse.

-Joder – murmuro por lo bajo, no podía abrirlo y eso que él tiene una fuerza sobrehumana.

-¿No puedes Kakuzu, uhn? – pregunto sorprendido el artista rubio, Kakuzu es el segundo con mas fuerza en Akatsuki, después de Kisame, claro.

-No, es como si estuviera soldado.

-Eres un viejo débil… Kakuzu – el inmortal menor retiro la mano y se quedo dormido, recostado en el sofá. Ni molestia se dio de quitarse la capa y los zapatos, con todo y todo se quedo dormido.

-Es raro que Hidan se quede dormido así – el castaño carga al otro para dejarlo en su habitación.

-Recuerda que cuando te succionan el chacra es difícil hacer otra cosa que descansar y recuperar la energía perdida – interrumpió el Akasuna.

-Dejen de hablar… quiero dormir, joder – el albino habla con la voz afectada por el cansancio y el sueño, se acomoda mas en los brazos ajenos.

-¿No que estabas dormido? – encara una ceja al escucharlo hablar.

-Con tanto ruido no puedo – sigue con los ojos cerrados, el cansancio es mucho.- ¿A dónde me llevas? – murmuro despacio.

-A tu cuarto, la sala no es para las siestas.

-Vete a la mierda, Kakuzu – al llegar al cuarto del albino, este ya estaba dormido de nueva cuenta, el moreno solo lo recostó y le cubrió con una ligera sabana.

-Que raro esta Hidan – el de cinco corazones esta en la sala de estar, platica con Kisame, aunque los artistas y la joven peliazul no le quitan la mirada.

-¿Mas raro de lo normal? – sonríe el azulado, dejando entre ver sus filosos dientes.

-Esque llego cansado y con un brazalete de plata prácticamente soldado, no lo pude quitar – deja caer su cabeza contra el respaldo del sofá.

-Luego veo si se lo puedo quitar yo – se ofreció el de tez azul.

-Gracias, pero… no creo que se le pueda quitar. Digo, tiene que haber una manera de quitárselo, solo tenemos que buscar la forma.

Pasadas unas pocas horas, el albino despertó un poco más fresco, como más despierto, sintiéndose incluso más joven.

-Waaah – bostezo.- Que raro, ¿Por que mi cama esta tan alta? – miraba curiosamente como le colgaban los pies de la cama, antes bajaba toda la pierna.

-Ya que – no le dio importancia y bajo de un salto, ahora sus pantalones le quedaban grandes, se le caían junto con su ropa interior.- Joder, ¿Y ahora que paso? – le hace un nudo a sus boxers para caminar, estos le llegan a poco arriba de los tobillos.

Trata de verse en el espejo, pero es muy alto así que corre al de cuerpo entero que esta en el baño, al verse se sorprendió… no podía ser él.. ¿O si? Movió la mano y el niño albino reflejado en el espejo también.

-Jashin – retrocedió unos pasos y salió corriendo, como pudo abrió la puerta de su cuarto y siguió corriendo para llegar a la sala.

-¡Kakuzu! ¡Joder, joder, joder! – llega agitado a la sala, donde esta casi todo el Akatsuki reunido

-¿Qué? – mira el pasillo que conecta la sala con las habitaciones, esperando ver a su joven compañero, pero él nunca apareció. Eso dejo perplejo a Kakuzu.

-¡Joder, aquí, abajo! – dirigió su mirada abajo y vio a un niñito de apenas cinco o seis años, albino y de ojos lila, vestido únicamente con lo que reconoció como unos boxers negros.

-¿Hidan? – todos estaban perplejos, ver a ese niño que reconocieron como un mini Hidan, corriendo en ropa interior que no era de su talla. Bueno, dicen que en Akatsuki, todo puede pasar.

-Joder – el inmortal mayor lo cargo para verificar que si era su latoso y grosero compañero.- ¡Bájame, joder Kakuzu!

-Si, es Hidan – reconoció inmediatamente al escuchar el lindo apodo con que siempre lo llamaba.

-¿Pero…que le paso? – cuestiono el Uchiha.

-Esto es nuevo, a ver pásamelo Kakuzu – pidió la maestra del origami, el ojiverde le paso al niño y Konan lo miró fijamente con sus orbes azules.

-¿Será por el brazalete? – todos miraron la muñeca izquierda del pequeño, ahí estaba el brazalete, reducido para que le quedara a la medida.

-¡Jodida mierda! Debí quitármelo desde el principio – lloriqueo el albinito. Intento sacárselo, pero solo término haciéndose daño.- Mierda – frunció el ceño, miro la pequeña cortada que se había hecho jaloneando el brazalete.

-Quédate quieto de una vez. – lo reprendió la peliazul.

-Tch – se quedo quieto sobre el regazo de Konan y dejo pensar a los demás, por ellos no tenían muchos problemas con eso.

Pero Pein… Todos palidecieron al pensar lo que diría Pein cuando llegara y viera en ese estado al albino, después de todo, él es necesario para las extracciones de los bijuu.

Todos estaban sumergidos en sus pensamientos, Hidan aprovecho para bajarse del regazo de la chica e ir como si nada y sentarse en el regazo de su compañero inmortal.

-Eh, Kakuzu – jaloneo un poco su ropa.

-¿Qué quieres Hidan?

-Necesito ropa de mi medida, ahora.

-Joder contigo – el moreno suspira, sabe que es cierto y no lo puede negar. Deja al pequeño en su lugar en la sala y sale de la estancia.

-¿A dónde vas? – el ojivioleta corre donde su compañero.

-Pues a que más. A comprarte algo de ropa.

-¿En serio lo aras? ¿Dime, quien eres y que le hiciste a Kakuzu?

-No me haces ni pizca de gracia, Hidan. Vuelvo en unas horas – Tal cual se fue de la cueva.

-¿Y ahora que se supone que haga? – volvió a la sala, todos habían salido del trance, ahora miraban fijamente al pequeño niño albino que caminaba como si nada.

-¿Qué mierda miran?

-Es increíble que algo tan pequeño pueda maldecir así uhn – el rubio toma en brazos al ahora pequeño albino y lo examina bien. Este solo se deja hacer, pero maldiciendo al rubio.

-Joder rubia, bájame ya que no soy muñeca – se sacude y al no obtener resultados, mordió fuerte el brazo del joven artista.

-Joder – lo suelta rápidamente, mira la marca de los dientitos del albino, el cual aterrizo con el trasero al suelo y ahora le duele.

-¡Fíjate como me cargas, rubia sin pechos! – Se levanta y corre para evitar a la fiera de Deidara, ya que comenzó a perseguirle.- ¡Ah! – se esconde detrás de la única mujer en Akatsuki.

-Deidara, déjalo, solo es un niño – el "niñito" sonríe victorioso y le saca la lengua al rubio.- Y tu, Hidan, no molestes a Deidara – ahora le toca reír al rubio.

-Tsk. – siente como lo cargan en brazos y lo sientan de nuevo en el sofá, prenden la televisión y lo dejan ahí, solo se queda viendo caricaturas feliz de la vida.

Mientras, los "adultos" discutían entre sí, como darle la noticia a Pein.

-Yo digo que dejemos que lo vea – sugirió el pelinegro.

-No seria una opción descartada pero…recuerden que es del líder de quien hablamos.

-Bueno, si la idea de Itachi fuera la que se diera, ¿Le contamos nosotros o dejamos que lo haga Hidan?

-Eso ya sería voluntad del líder.

-Entonces quedamos en eso, que el líder vea a Hidan y que después inicie el interrogatorio – acordó la peliazul.

-De acuerdo – todos dijeron lo mismo al mismo tiempo. Después de su "junta" fueron donde el transformado albino seguía viendo televisión. Aunque más que verla, se entretenía con una pelota que encontró por ahí, la lanzaba al aire y la atrapaba al caer.

-A ver enano, dame eso – el rubio de la organización le quito su pelota.

-¡Oye, dame mi pelota! – comienza a saltar tratando de alcanzarla, pero la diferencia de alturas es mucha. Detiene sus intentos de agarrar su juguete y su labio inferior comienza a temblar, los ojos se le hacen acuosos.- ¡Konan, Deidara no me quiere dar mi pelota!

-¡Deidara, dale su pelota!

-Uhn, buena técnica – le da su juguete y se va.

-Oye Hidan – llega Kisame junto con Sasori.- ¿En donde esta Kakuzu?

-No se como, pero lo convencí de que me fuera a comprar ropa de mi talla – se talla un ojo, tiene sueño todavía y ya son las nueve.

-Eso si es nuevo – mira al pequeño irse del sillón a su cuarto.- ¿Te vas a dormir tan temprano?

-Tengo sueño – se encoje de hombros y sigue su recorrido.- No se si lo que me paso sea bueno o malo… Tsk, ya veré – cierra la puerta de su cuarto y se sube, a base de saltitos, a su cama, en cuestión de minutos se duerme.

Etto…pues se me ocurrió ayer, por que tenia insomnio a las 12 y solo Jashin sabe que mas fume, tengo mi arsenal por ahí XD.

Hasta la conti =3