DISCLAIMER: Inuyasha, Sesshomaru, Kagome y todos los personajes de este fic no me pertenecen, cosa que ya saben, pero no está mal decirlo para evitar cualquier futuro problema…pertenecen a Rumiko Takahashi.

Hola, heme aquí nuevamente, esta vez con otro fic, esta vez de Kagome y Sesshomaru, olviden que habrá un InuxKag de por medio en este fic. Jejeje, igual me pone algo nerviosa pensar que es mi segundo fic, doy las gracias a las chicas que me apoyaron en el anterior y que juntas llegamos a los 114 Reviews. Ahora espero que les guste este fic que he estado haciendo con mucho cariño. Si les gusta me dicen, si no les gusta también me dicen :), Disfruten.

Alice Ryusaki

Comenzado el 02 de Diciembre de 2008

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Un Youkai También Puede Amar.

Capítulo Uno: El Adiós

-Kagome, lo siento mucho –

-No tienes por que disculparte, ya es algo que te supera, el amor por ella – dijo una azabache con la mirada hacia al suelo intentado no llorar.

-Pero…te he traicionado, juré que estaría por siempre junto a ti…y no lo hice, yo… -

-Tú, me hiciste ese juramento pensando que ella estaba muerta, pero como todos vemos, está más viva…bueno, no viva…es decir, que sigue en este mundo, y en tu corazón jamás habrá espacio para mi si ella sigue aquí…pero por mi está bien, así podré regresar a mi época y Kikyo se quedará recolectando los fragmentos junto a ti y los demás – la muchacha se esforzaba por dar su mejor sonrisa, pero era en vano, en el fondo se estaba muriendo…si, muriendo de amor por ese hanyou que con su testarudez, valentía, orgullo, ternura y tantas cualidades había robado su corazón. Pero siempre supo que había entregado su corazón a una persona que jamás la amaría, una persona que le pertenecía a su pasado…a Kikyo.

-No, no te vayas, sabes que no puedo luchar si ti Kagome – Y eso era cierto, por un extraño motivo, el ambarino no podía dar todo de sí en la lucha si aquella mujer no estaba cerca, tal vez era por sus poderes espirituales, por que llevaba consigo fragmentos de la perla o simplemente por que le daba valor a Inuyasha.

-Tendrás a Kikyo… - dijo ya casi estallando en lágrimas.

-No será lo mismo, tú…eres muy importante para mí –

-Inuyasha – dijo seria – Tú mismo aclaraste que nada podría existir entre nosotros, que el amor por ella era más fuerte que cualquier otra cosa, y que nada te haría cambiar de parecer, entonces no me hagas las cosas más difíciles de lo que son. Deja que me vaya de aquí, me hace mal, tú me haces mal – la mujer que había contenido toda su tristeza comenzaba a flaquear…traviesas lágrimas caían por sus pálidas mejillas – Además… - continuó – sé que ella te cuidará bien, en el cielo, la tierra o en el mismo infierno, ella te cuidará, porque así como tiene odio en su corazón, también tiene mucho amor que entregar…y ese amor está destinado a ti –

-Kagome, quédate…un tiempo solamente, luego, podrás irte…pero quiero permanecer a tu lado por un tiempo – la mujer lo miró sorprendida.

-Inuyasha, entiende, no puedes tener a Kikyo y a mí, o es ella o soy yo. No me quedaré a seguir soportando todo esto, a pesar de que quiera tu felicidad más que nada en el mundo, no soy tan fuerte como para permanecer a tu lado mientras estás junto a ella…lo siento – finalizó mirando hacia el suelo.

-No… -

-Adiós Inuyasha…lo mejor será olvidar todo y pensar que yo jamás vine hasta aquí…cuídate – la mujer lo observó y luego se dio media vuelta para internarse en el frondoso bosque rumbo al pozo que conecta ambas épocas…la feudal y la actual.

Caminó rápidamente mientras ya las lágrimas, antes luchando por no salir, comenzaron un camino por las mejillas de la azabache. Estaba dolida, ¿Pero que podría hacer?, ya había luchado todo lo que podía por aquel hanyou…había hablado con Kikyo, con Inuyasha, había intentando pedir ayuda a Naraku…hasta había intentado seducir al hanyou una noche en la que estaba solos…

**Flash Back**

-Señorita Kagome, yo acompañaré a Sango para que pueda arreglar su arma…el pequeño Shippo nos acompañará, avísele a Inuyasha cuando vuelva de…bueno, avísele – dijo el monje Miroku que se subía a Kirara junto a Sango y a un pequeño zorrito.

-Sí, cuida al monje, Sango…- comentó la azabache sonriente a la mujer que respondía al nombre de Sango.

Lo vio alejarse en Kirara…quizás cuánto estuvo observando hacia el cielo, y aquel hanyou aún no volvía.

Esa tarde Kagome había sentido la presencia de las serpientes casa almas de Kikyo, mas no dijo nada, pero el aroma de la no muerta no pasó desapercibido para el fino olfato de Inuyasha, por lo que salió rápidamente con la excusa de que quería un poco de aire. Ya era de noche, y aún no regresaba.

Kagome volvió resignada a la aldea…y vio un kimono que le habían regalado en una aldea por cuidar a unos niños enfermos con sus poderes espirituales. El kimono era de color celeste cielo con pequeñas flores blancas…las mangas tenían bordador del mismo color de las flores, era un kimono que se le vería hermoso. No dudo, y ya que estaba sola, se puso aquel kimono…y no le desagradó para nada, al contrario, pareció gustarle su apariencia.

Luego de unas horas, Inuyasha volvió como siempre, algo distraído, quizás que había hecho con la mujer. Kagome se acercó a él y se sentó a su lado observándolo, tenía ese rostro de querer estar más tiempo con Kikyo, pero ella se encargaría de sacar ese rostro, aunque solo fuera por unos instantes.

Abrió un poco el kimono dejando ver el nacimiento de sus pechos y se acercó gateando a Inuyasha, quién salió de sus pensamientos y se encontró con la mirada lujuriosa de Kagome y sus…pechos.

-Ka…Kagome – dijo apenas.

-Shh – le dijo ella poniendo su dedo índice en sus labios.

La muchacha puso sus manos en el fuerte pecho del hombre mitad bestia y se sentó en sus piernas. Sus respiraciones comenzaron a agitarse. Kagome terminó de abrir el kimono dejando ver sus pechos semi desnudos ante Inuyasha…semi desnudos ya que portaba aquella extraña prenda, llamada sujetador. El hanyou la observó impactado.

Lentamente comenzaron a acercarse, a punto de besarse, sus respiraciones chocaban con la del otro…pero nada sucedió.

-No…no puedo – dijo el hanyou apartándose de la mujer, la cual sólo sonrió triste.

-Kikyo… - susurró ella dándose respuesta a su pregunta mental ¿Por qué?

**End of Flash Back**

-Tonta… - se dijo a si misma.

Finalizó su trayectoria cuando por fin llegó hasta el pozo. Pero tuvo una extraña sensación…como si no hubiese terminado todo en aquella época.

Se sentó en el borde del pozo y cerrando bien los ojos, saltó en el interior, pero para su sorpresa nada pasó, aún seguía en la época feudal, podía sentir el cantar de las aves junto con el compás del viento chocar contra los grandes árboles.

¿Qué pasaba?...

No tuvo más remedio que subir nuevamente por el pozo…y nuevamente lo intentó, se lanzó en el interior, pero aún nada pasaba, no importaba cuantas veces lo intentará, seguía sin volver a su época.

-No entiendo… ¿No podré volver?..¿Y mi familia? – La muchacha comenzaba a desesperarse – Debo volver… - decía frustrada.

-No podrás volver – dijo una voz saliendo de las profundidades del bosque.

-¿Qué quieres decir? – preguntó la mujer a aquel intruso ya conocido.

-La otra mujer…que se parece a ti, selló el pozo pensando que tú estabas en tu hogar…jamás podrás volver – aquel Youkai parecía disfrutar su desesperación.

-No…imposible – se decía a si misma - ¿Y tú cómo lo sabes Sesshomaru? –

-No oses llamarme así humana tonta, no eres quién para llamarme por mi nombre…y no tengo por qué decirte – Sesshomaru se dio media vuelta para marcharse pero la azabache lo detuvo lanzando una flecha purificadora la cual impactó en brazo.

-¿Cómo lo sabes? – volvió a preguntar la mujer.

-Te arrepentirás por haber hecho eso humana inútil…- dijo sacando su espada, Toukijin, pero se arrepintió ¿Por qué no la había matado? – No mereces morir bajo mi gran espada…eres un escoria que nada merece, pero ten seguro que pronto será tu fin, nadie hiere al Gran Sesshomaru…nadie, y menos una humana débil cómo tú – sentenció retirándose definitivamente del lugar. Kagome quedó confundida… ¿Cómo volvería y por qué Sesshomaru no había acabado con su vida?

-¿Y ahora que haré? – se preguntó a si misma cuando el Youkai se fue. Pero sus lamentaciones fueron interrumpidas cuando escuchó que no muy lejos de allí se estaba librando una batalla.

Corrió lo más rápido que le concedieron sus piernas y se encontró con su grupo de amigos luchando contra Naraku, quién llevaba la ventaja…

-¡Kagome aléjate!... – dijo Sango al ver a la azabache, pero no pudo finalizar su oración ya que uno de los tentáculos de Naraku atravesó a la joven.

-¡SANGO! – gritó desesperado un monje…quién estaba casi inconciente en el suelo producto de los insectos venenosos.

Kagome estaba aturdida, no podía moverse…de pronto la silueta de una mujer apareció en el horizonte, Inuyasha sonrió al verla, mas no Kagome quién detestaba su presencia.

-Kagome…eres sacerdotisa, una no muy fuerte, pero pelea junto a mi para derrotar a este maldito – dijo Kikyo quien llegaba la lado de Kagome, ésta sólo asentía enfadada.

Ambas sacaron una flecha y concentraron su máximo poder en ellas…dispuestas a lanzar justo cuando Inuyasha enviará su ataque al demonio. Pero Naraku fue más rápido y atravesó a Inuyasha con una de sus extremidades. El rostro de ambas mujeres se contrajo llenándose de ira.

Con sus últimas fuerzas, el hanyou lanzó un de sus más poderosos ataques y junto con las flechas de las sacerdotisas, Naraku fue destruído dejando caer la Perla en el césped ensangrentado.

Pero ya era demasiado tarde…todos habían muerto, todos menos ella. Kagome dio un grito desgarrado y desesperado mientras Kikyo estaba pasmada con la Perla en sus manos.

-Sal de ahí, de que estás escondido – dijo la mujer entre lágrimas junto al cuerpo muerto de Inuyasha. El hombre salió del lugar observando el lugar de la batalla.

-Con que lograron derrotar a esa escoria – dijo Sesshomaru tan frío cómo siempre.

-Revívelos, a todos, se que puedes – dijo la mujer yendo hacia Sesshomaru.

-¿Y piensas que lo haré por ti humana estúpida? – dijo el Youkai observando sus ojos que producían una extraña sensación en él.

-Te daré lo que quieras, la Pera si así lo deseas, pero revive…a mis amigos ¡Hazlo! – gritó lo último a Seshomaru la muchacha que contenía sus lágrimas. El Youkai la observó, parecía estar recapacitando la propuesta.

-No necesito nada de ti…y no reviviré al inútil de Inuyasha sólo porque me lo pides – Respondió Sesshomaru molesto.

-Te lo ruego... – suplicó Kagome al ver la negativa de Sesshomaru – Si quieres mátame en venganza de lo que te hice en el pozo… ¡Mátame!...pero revívelos a ellos –

-Bien…no quiero esa tonta Perla, no la necesito, quiero que seas mi esclava, humana, como pago por lo de esta tarde, vivirás el infierno en la tierra, sabandija, no pienses que serás tratada decentemente, dentro de lo poco que merece alguien como tú… sólo prepárate, serás la escoria dentro de mis sirvientes, prepárate humana…– Sesshomaru parecía disfrutar haciendo sufrir a la muchacha.

-Está bien – no lo pensó dos veces y aceptó. Kagome estalló en lágrimas, nunca supo si eran de alegría por saber que sus amigos vivirían o de tristeza al saber que perdería su amada libertad.

Luego de la respuesta de Kagome, el Rey de la tierra del Este, sacó su "inservible" espada, herencia de su poderoso padre, y eliminó a los "devoradotes de almas" que venían del otro mundo para llevarse definitivamente a los tres jóvenes muertos. Luego de un instante tres pares de ojos se abrieron confusos, primero unos café…luego unos azules y finalmente unos bellos ámbares.

-No reviví a esa humana…porque está muerta desde hace mucho y sólo es un alma en pena que no puede regresar al mundo de los vivos por completo – dijo refiriéndose a Kikyo - Ahora me perteneces humana inútil. Vamos - dijo con esa frialdad que lo caracterizaba. Kagome lo observó con los ojos llorosos…ahora debería dejar a su familia, jamás podría volver a verlos, dejaría a su mejor amiga Sango, a Miroku, al pequeño Shippo, que gracias a Kami que no estaba presente en la batalla…y dejaría a Inuyasha, el amor de su vida…lo dejaría para siempre. Pero bueno, él no se interesaba en ella en lo más mínimo, al menos no como ella lo deseaba. Pero en el fondo estaba feliz…sí, muy feliz, sus amigos, las personas que amaba sobre todas las cosas, estaban sanos y salvos y podrían continuar con sus vidas cómo si nunca hubiesen luchado hasta la muerte con Naraku…podrían ser felices.

-Kikyo…cuida de ellos, de Inuyasha…por favor – suplico a la mujer que la miraba sorprendida… - si no…yo misma te mataré – la muchacha le guiñó un ojo y se fue siguiendo a su "nuevo amo", el Gran Sesshomaru.

¿Por qué lo hice?... ¿Por qué le dije que debía ser mi esclava?

Esa pregunta comenzó a rondar en la cabeza del Youkai más poderoso… ¿por qué su condición fue esa si perfectamente se pudo negar a hacer algo así?, ¿Un momento de debilidad, quizás?, ¿Curiosidad?, ¿lástima?, ¿Compasión?...No…había algo más que lo impulsó a hacer aquello, pero no descubría que era.

Kikyo se quedó observando como se marchaba esa mujer…estaba ausente, nunca pensó que ella, por más bondadosa que fuera, sacrificaría su libertad, su vida por salvar a sus amigos…hasta había dejado la Perla en sus manos, tendría el camino libre para ser feliz con Inuyasha…de un cierto modo admiraba su forma de ser. Lo menos que podía hacer por revivir a Inuyasha sería contar los hechos tal cual fueron…desde que gritó a Sesshomaru hasta que la amenazó de muerte si no velaba por Inuyasha y su grupo.

Sonrió…y se dirigió a los jóvenes que no comprendían nada de lo sucedido y relató la historia…

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Caminó tras Sesshomaru mirando al suelo en todo momento…tenía claro que caminarían días sin descansar, él era un Youkai y el viaje a quizás donde no era nada para él, pero ella era una humana y necesitaba comer, hidratarse, dormir…descansar.

Perfectamente podría haber llamado a Ah-Un y ahorrarse todos esos días viajando, pero quería hacer sufrir a la humana y nada mejor para empezar que hacerla viajar mínimo tres días hasta llegar a su castillo.

¿Debería hablarle?, No, claro que no, esa raza inferior no merecía sus palabras.

De algún motivo, se sentía nervioso de estar con esa mujer, ella era distinta al resto de los humanos…sería su forma de ser, su aroma, su ropa…no lo entendía, pero causaba en el cierto…respeto, no como los otros humanos corrientes que sólo desean apoderarse de sus tierras sabiendo que todo ataque es inútil. Sentía que ella era diferente, pero estaba claro, no demostraría ninguna actitud que favoreciera a esa mujer, ella se merecía lo peor, nadie…exceptuando a su hermano, le había hecho ver su sangre Youkai en muchos años…y debía pagar por esa insolencia.

¿Tanta importancia tenía un poco de sangre correr por el brazo?, se preguntaba Kagome…simplemente por eso ahora estaba caminando tras ese poderoso Youkai rumbo a…no tenía idea, tal vez si no lo hubiese herido, él sólo habría pedido la Perla u otra cosa…pero el venganza, pidió lo más preciado para ella, su libertad.

- Lindo día ¿No crees Sesshomaru? – Error…no debía llamarlo por su nombre, aunque quisiera romper el hielo, jamás debería llamarlo por su nombre.

Sesshomaru al escuchar su nombre en los labios de la mujer, sintió una extraña emoción…mas no le dio importancia y enseguida la tomó por el cuello con una de sus fuertes manos.

-Suel..Suéltame – dijo Kagome ahogada.

-Humana tonta…nunca me llames por mi nombre. Para ti soy "Señor"…pero cómo estoy algo…benévolo, puedes decirme "Amo" – dijo con arrogancia.

Kagome lo observó enfadada y no halló nada mejor que morder su brazo. Sesshomaru enseguida la soltó y la miró con despreció…definitivamente, esa humana era diferente.

Pasó un día y caminaban si descansar, Kagome ya estaba agotada. Pero sabía que no podía decir nada. Sin embargo no entendía que ese hombre odiaba escucharla hablar.

-Descansemos…estoy muy cansada…Amo – dijo la última palabra con algo de desprecio, cosa que no pasó desapercibida para Sesshomaru., quien no respondió a su petición.

-Vamos, tú serás un Youkai, pero yo sólo soy una humana y no puedo seguir sin agua y descansar un poco – dijo algo fastidiada.

-Humana…no nos detendremos – fue la única respuesta hacia Kagome, cosa que para él fue desperdiciar muchas palabras en ella.

-Escuche…punto uno, necesito descansar, punto dos, si no nos detenemos, no llegare viva a donde quiera que vamos y punto tres, no me llamo "Humana", me llamo Kagome y no pierde nada con decirme así si pasaré el resto de mi existencia junto a usted…Amo – E igual que la última vez…la palabra "Amo" fue dicha con desprecio.

-Hu-ma-na – dijo con más arrogancia de lo habitual. Kagome lo observó más que molesta…furiosa.

De algún motivo, le gustaba ver la cara de molestia a esa mujer, le hacia sentir que ella sería una excelente hembra si fuera una Youkai, no una humana… ¿Pero que diablos estaba pensando?... ¿En ella cómo hembra?, estaba loco y esa locura lo llevaría a la perdición.

"Se que moriré de amor decadente, lúgubres besos, quémate en mí"

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Bien ahí está el primer capítulo del Fic "Un Youkai también puede amar"… ¿qué les pareció?, me dicen…ajajja, la últiam oración…"Se que moriré de amor decandente…", es de una canción llamada Diabulus in Música…de Mägo de Oz, y no sé, pero la encontré ideal para esta parte…tal vez sea Sesshomaru quien deba someterse al extraño sentimiento del amor.

Bien, me dejan un rieview y me hacen feliz!!! Jejejeje…:D!! bien, nos veremos en el próximo capítulo.

Alice Ryusaki