Our blood (Vali Lucifer x Issei Hyoudo)

Porque después de mucho tiempo había recibido el amor que anhelaba, aún si sabía que eso era efímero.

ONE


Trata de no hacer ningún ruido y en definitiva prefiere no moverse, así duele menos la intrusión en su ser. Esta asustado, muy asustado, pero se mantiene fuerte porque hasta ahora su captor demuestra ser una buena persona. El dolor se detiene y solo siente la húmeda lengua del vampiro recorrer su cuello.

—Delicioso.

El omega suelta un pesado suspiro, al menos no lo mataría. No se mueve, tiene la esperanza de que así no vuelva a tratarlo de forma violenta, aún guarda la esperanza de que ahora lo deje ir. Escucha al vampiro reírse y recorre por última vez el cuello del chico.

—Seria un desperdicio matarte, vive para mí —esta vez si suelta un gemido de terror, siente las manos heladas recorrer todo su cuerpo, no con lujuria, sino con admiración, hace que gire para quedar cara a cara, pero sigue recorriendo su cuerpo, poco después nota que va delineando tranquilamente aquellos lugares donde sus vasos sanguíneos se marcan más—. Vive para mí, por favor.

Nota como las lágrimas recorren las mejillas en extremo pálidas del chico y quiere tomarlo entre sus manos y brindarle caricias reconfortantes, sin embargo tiene miedo. El vampiro rodea la cadera del chico y lo alza con la misma facilidad que él levantaría una almohada de plumas y le sienta en su regazo. Tímidamente lleva su mano izquierda —por que aún le punza la derecha debido a la mordedura— a los plateados cabellos del vampiro y comienza a peinarlos con delicadeza, él alza la mirada. Ahora que al parecer ya saciado su hambre sus ojos pasaron de ser terroríficamente rojos a un bonito azul hielo.

—Por siglos he estado tan solo —sisea acurrucándose en el pecho del omega humano, el desea responder, sin embargo siente su garganta desgarrarse tan solo con tratar saliva, no quiere imaginar que sentiría al hablar, al parecer el vampiro lo sabe por eso no pide que le conteste, y sigue recorriendo tranquilamente su columna con sus pulgares.

El instinto de su animal interno le pedía tomar entre sus brazos al vampiro y reconfortarlo, pero siente miedo, sin embargo el vampiro desea tener más contacto con él, tal vez por el delicioso sabor de su sangre, tal vez porque ha sido el único ser que después de hacia mucho tiempo le mostraba algo de cariño, él ronronea feliz cuando el humano pasa sus brazos por su cuello y lo atrae hasta su pecho de manera protectora, escucha embelesado el repiquetear de su corazón y se permite cerrar los ojos a la vez quede recuesta nuevamente en la cama.


"Que bonito" pensó mirando el patio, a penas y abrió un poco las pesadas cortinas, imaginaba estaba en una especie de castillo. Escuchó el gruñir del vampiro y cerró de nuevo las cortinas para después con pasos gráciles volver a la cama junto a él y abrazarle de nuevo.

—Se que te encantaría salir —pasó su nariz por el cuello del chico, quien se estremeció—. Ve a la cocina y dile a Le Fay que te prepare el desayuno —los ojos se le iluminaron al chico y el vampiro sonrió—. Sal al jardín si gustas, pero no te acerques al cedro, por lo demás no te preocupes —con timidez señaló su cuerpo, que hasta ahora estaba desprovisto de cualquier vestimenta, sonrió y tocó una campanilla, inmediatamente una mujer tan pálida como él apareció en la puerta—. Grayfia, prepara ropa para el señorito —la mujer asintió y tan rápido como llegó se fue.


Agradecía que sus sentidos estuviera mucho más desarrollados que los de un humano, así podía deleitarse mirando al omega que había mordido.

—Amo Vali, ¿Esta seguro de no querer marcar al omega?

Tomó la copa de vino y la saboreó tranquilamente, sí, ciertamente quería marcar al omega, su alfa ronroneaba nada más sentirlo darle mimos y las encías alrededor de sus colmillos le hormigueaban cada vez que se acercaba para beber su sangre y no para marcarle, pero el deleite que le daba su sangre estaba seguro jamás podría satisfacer su hambre marcándolo como suyo —y convirtiéndolo en vampiro de paso—, sabía que jamás encontraría otro manjar como aquel y prefería dejar que el tiempo hiciera mella en el omega antes de agotar su exquisita fuente de alimento.

—Si, asegúrate de que se mantenga sano, Le Fay —la maga no pudo más que hacer una reverencia y se retiró del lugar.

Una vez solo en la habitación Vali sonrió de manera cruel y sagaz mientras le veía jugar alegremente con el cachorro de lobo siberiano que tenía, planeando como seducirle esa noche para que le diera su sangre.


Notas del autor: Se supone que cuando la inspiración llegó yo leía algo hetero, y terminó siendo gay, there's no logic on my head.

Se despde Queso. Paz. 🖖