En parte, todos conocen ya lo que sucedió.
En parte...
Algo dentro de mí se agitó y endureció como hacía mucho tiempo no había sentido apenas supe que Sisifo se encontraba prisionero y la posibilidad de perderlo se volvía inminente.
Por supuesto, ambos como caballeros y sabemos que el peligro de muerte es parte de nuestro día a día. Mi meta nunca fue que ambos sobreviviésemos ya que él nunca quiso desistir como me hubiese gustado, su corazón heroico jamás lo dejaría y eso es parte de su grandeza.
Mi meta real, era jamás tener que verlo morir y que mi turno, llegase primero que el suyo...
Por esa razón. Ni mi mente ni mi espada dudaron nunca en que ésta sería la más importante de mis misiones y no volverá sin regresar, con el caballero de Sagitario.
Al enterarme de la realidad de tener que luchar contra 4 Dioses del sueño, dos realidades se tornaron seguras:
- Yo no saldría vivo de esto.
Pero la segunda, era la más importante.
- Sisifo... tú vivirás...
Perder mi brazo...
Mi sangre...
Mi espada entrenada...
Al parecer, todo fue necesario para lograr el que me había propuesto como el más grande logro que tendría como caballero. Yo convertiría mi cuerpo y mi cosmos en la espada más fuerte del mundo: EXCALIBUR.
Incontables y diversos entrenamientos prácticos y teóricos ayudaron a pulir mi brazo, mejor que una espada, torneo en Catalunia, dolorosos entrenamientos y enfrentamientos, pérdidas y victorias... pero nunca ninguna como ésta, ya que no pude encontrar eso que me faltaba para despertar a Excalibur dentro de mí.
Y eso, que hizo despertarla, fuiste tú Sisifo.
La verdad, ahora que lo pienso, solo tú podías lograr semejante milagro en mí.
Tuve la espada más sagrada del mundo por muy poco tiempo. Pero un gran hombre sabe que su legado queda a los caballeros que vendrán...
Y mi más importante legado, no fue haber logrado destruir a los enemigos...
Si no que cumplí mi sueño...
Sisifo, amigo... espero que haya valido la pena para que sintieses, que todo este tiempo has sido mucho más que eso para mí.
Dedico mi último aliento a que regreses a la vida y deseo desde el fondo del tosco corazón de este capricorniano, que así como yo cumplí mi objetivo de vida en salvarte, tú, encuentres tu camino.
Adiós... camarada...
