Tú y yo volvemos al amor.

Este fic fue escrito a partes iguales por Lily de Wakabayashi y Samael Bene Elohim/Liesl Von Kaulitz/Izzy Meadows, en el periodo comprendido entre los años 2005 a 2007. Este fic fue eliminado de la cuenta de Lily de Wakabayashi y tras un acuerdo verbal con Izzy se volverá a publicar tal y como fue escrito en aquella época, realizando algunas modificaciones pertinentes y conservando la mayoría de los comentarios originales escritos por sus autoras al momento de ser publicado por primera vez. Publicado con el título original de "Tal vez: Tú y yo volvemos al amor", se decidió reducir el nombre a simplemente "Tú y yo volvemos al amor", por considerar que el original está demasiado largo.

Capítulo primero. Triste comienzo.- por Lily de Wakabayashi.

Tokio, Japón.

Mañana clara y soleada en el bello Tokio. Jun Misugi despierta en su lujosa mansión y suspira. Otro día más, el cual promete ser maravilloso como todos. Desde que se curó de su problema del corazón, Jun siente que cada día en que tiene la oportunidad de vivir es un milagro.

Ese día la Selección Japonesa se reuniría, como parte de una preparación que tendrían para el Mundial que se aproximaba. Jun se levantó de la cama y después de darse un largo baño, salió de mansión y se enfiló rumbo al campo de entrenamiento. Allí se encontró con los compañeros de siempre: Taro Misaki que acaba de regresar de Francia, Genzo Wakabayashi quien había volado directamente desde Alemania (bueno, no fue él quien voló, sino el avión en el que se vino), Tsubasa Ozhora que había llegado desde Brasil, Hikaru Matsuyama quien no había tenido que atravesar medio planeta sino nada más medio Japón, Kojiro Hyuga, Ken Wakashimazu y el resto. Jun los saludó a todos con la cordialidad de siempre.

- Buenos días a todos.- saludó Misugi.- Gusto en verlos.

- Igualmente, Misugi.- contestó Genzo, cortésmente.

- Tanto tiempo.- saludó Misaki.

- ¿Y qué tal vas con tu operación? ¿Ya no tienes molestias?.- inquirió Tsubasa, algo preocupado.

- Muy bien, muchas gracias, Tsubasa.- Misugi sonrió.- Ya estoy completamente recuperado.

Misugi rió para sus adentros. A pesar de que ya habían pasado varios años desde la operación que le salvó la vida y que le permitió el volver a jugar fútbol, Tsubasa siempre seguía preguntando por la salud de Jun cada vez que se veían. Éste no sabía si se debía a que Tsubasa era más que despistado o porque se preocupada demasiado por sus compañeros. El entrenamiento, como siempre, transcurrió sin grandes novedades. Al final del día varios de los integrantes de la selección querían reunirse para ponerse al tanto de lo ocurrido en sus vidas.

- Vamos, que tenemos años de no vernos.- decía Teppei Kisugi.- Será divertido el ponernos al corriente.

- Lo siento, pero yo ya tengo planes.- respondió Genzo, muy serio.

- ¿En serio? ¡Pero si acabas de llegar a Japón! ¿Cómo es que ya hiciste planes tan pronto?.- inquirió Mamoru Izawa, sorprendido.

- Le prometí a mi novia que la llevaría al acuario de Tokio.- contestó Genzo, como si nada.

- ¡¿TU NOVIA?!.- gritaron todos, muy asombrados. Nadie se esperaba eso.

- Sí, mi novia.- reafirmó Genzo, quien esbozó una sonrisa de picardía.- Y como verán, no puedo dejarla plantada o me la cobrará...

- ¡A ver, a ver, explica eso!.- exigió Misaki.

- No hay nada que explicar, es solo que Lily es muy temperamental a veces y si la dejo colgada pues luego no querrá hacer menos frías mis noches... .- Genzo soltó la carcajada.

- ¡No hablo de eso!.- Misaki también rió, al igual que el resto del equipo.- Aunque... ¿Con que te hace más calientes tus noches, eh? En fin... ¿Cómo es que te conseguiste una novia tan pronto?
- Bueno, ya tengo más de 5 meses con ella. Se vino conmigo desde Hamburgo.- Genzo se agarró la visera de su gorra roja al tiempo que cerraba un ojo.- La conocí en Alemania. Ella estaba de vacaciones visitando a una prima y la conocí casualmente en una fiesta de una de las amigas de Schneider. Debo reconocer que lo nuestro fue algo instantáneo. Y lo que son las cosas, ella viene de intercambio a la Universidad de Tokio y el día que tenía planeado llegar a Japón coincidía con mi regreso. Hasta pensé que el destino tuvo que ver en esto...

- ¡Jajaja, no lo puedo creer!.- Ishizaki rió cual mono con banana.- ¡El gran Genzo Wakabayashi ha caído finalmente!

- Quizás.- Genzo volvió a sonreír levemente.

- Muy buenas tardes a todos.- saludó en esos momentos una chica latina de largo cabello castaño oscuro que le llegaba hasta las caderas y unos profundos ojos negros.- Espero no interrumpir...

- Precisamente hablábamos de ti, princesa.- Genzo sonrió y le tendió una mano a la chica. Ésta la tomó y se acercó al portero para darle un beso en la mejilla, muy cerca de la boca.- Muchachos, ella es Lily Del Valle, mi novia.

- Es un placer.- Lily hizo una graciosa reverencia al estilo japonés.- Mucho gusto.

- Igualmente, señorita.- los japoneses correspondieron con otra reverencia.

- Genzo nos dijo que estudiarás en la Universidad de Tokio.- dijo Tsubasa.- ¿Qué estudiarás?

- Medicina.- respondió Lily, sonriente.- Quiero ser especialista en Medicina Deportiva.

- Para que sea mi doctora particular.- Genzo sonrió.

- ¿Y no nos darás consultas gratis?.- preguntaron Urabe e Ishizaki.- Con una doctora como tú bien podríamos lastimarnos más seguido...

- ¡Ey! ¡Cuidado con lo que dicen a mi novia!.- gruñó Wakabayashi.- ¡Ni siquiera se esperan a que yo no esté presente!

Todos volvieron a reír. Lily y Genzo no tardaron en despedirse y marcharse, ya que después del acuario la pareja iría al cine y a cenar.

- Bueno, uno menos.- suspiró Kisugi.- ¿Alguien viene o no?

- Yo quisiera ir, pero también estaré ocupado.- comentó Matsuyama.- Le prometí a Samael que la ayudaría a componer su teclado.

- Uh, no sabía que la Señorita Excéntrica ya había regresado de a donde quiera que se hubiese ido.- murmuró alguien, sin que Hikaru pudiese identificar de quién se trataba.

- No la llamen así.- gruñó Matsuyama.- Ella no es excéntrica, solo diferente. Y muchos de ustedes ya quisieran tener su individualidad y su valentía para atreverse a ser ella misma aun cuando desafíe a todas las normas.

- Ya, no te enojes.- pidió Jun.- No hagas caso.

Todos sabían que Matsuyama siempre se ponía muy sensible cuando alguien hablaba mal de la chica llamada Samael Nieminen, una joven a quien él había conocido un par de años atrás.

- Bueno, ya son dos los caídos en batalla.- comentó Kisugi, más decaído.- ¿Alguien más tiene cita con algún látigo?

- Yo ni a cinturón de cuero llego.- suspiró Ishizaki.- Así que yo voy contigo.

- ¿Y a mí qué me va a interesar el saber de tu vida? ¡Te veo casi todos los días!.- exclamó Kisugi.

Misugi se distrajo, ya que en esos momentos se dirigían hacia ellos un grupo de chicas ya bastante conocidas por todos ellos: Sanae Nakazawa, Kumi Sugimoto, Yukari Nishimoto y... Yayoi Aoba...

Yayoi. Misugi siempre se sentía mal cada vez que la veía... Durante mucho tiempo ella fue su fuente de inspiración, su remanso de ternura, su luz de esperanza... Pero él no había sabido decírselo... Ni tampoco dárselo a entender... Yayoi siempre había estado con él, apoyándolo, desde que ambos eran unos niños. Ella lo cuidaba y lo protegía con tanto amor que Jun no pudo evitar enamorarse de su tierna manera de ser. Lo acompañó durante los preparativos para la cirugía, estuvo esperando pacientemente en la sala reservada para los familiares de los pacientes, lo apoyó durante la larga convalecencia... ¿Y él como le había pagado? Con la más fría indiferencia...

Jun se sentía muy mal por haber sido tan idiota, pero fueron demasiadas cosas para él. La cirugía que lo curó fue algo muy grande y fuerte y Misugi no pudo afrontarlo todo de una vez. O bueno, sí pudo hacerlo pero eso le impidió el que pudiera concentrarse en algo más, incluyendo a Yayoi Aoba. Y por supuesto, esa indiferencia tendría sus consecuencias... Con el tiempo, Yayoi se cansó de esperar. Dejó de desear que Jun se fijara en ella y comenzó a frecuentar a otras personas. Claro, Jun siempre tendría un sitio especial en su corazón pero ella ya no esperaba que él buscara algo más de ella...

Una radio cercana comenzó a tocar una canción. Cada vez que Jun la escuchaba inevitablemente pensaba en Yayoi. Se trataba de "Tal vez", una canción interpretada por Ricky Martin.

No importó cuántas veces Misugi lo intentó, Yayoi no volvió a ser la misma de antes...

- Muchachos, lo hicieron muy bien.- dijo Sanae.- Si siguen así ganaremos el Mundial.
- ¿Acaso lo dudabas?.- comentó Ishizaki.- ¡Si somos los mejores!
- De los demás no lo dudo, pero de ti... .- Kumi elevó sus ojos al cielo.
- ¡Oye!.- gruñó Ishizaki. Todos rieron pero Yukari le lanzó una mirada muy poco agradable a Kumi.
- Jugaste bien, Misugi-san.- comentó Yayoi, tan dulce y sonriente.
- Gracias, Yayoi.- murmuró Misugi.- ¿Cómo has estado tú?
- Bien, como siempre, gracias.- Yayoi se encogió de hombros.
- Me da gusto. Estaba pensando... ¿No quieres ir a tomar un helado o algo similar?.- preguntó Misugi, un tanto esperanzado.
- Gracias, pero estaré ocupada.- respondió ella.- Tengo pendientes por hacer, de la universidad.
- Claro... Bueno, será en otra ocasión... .- Misugi trató de restarle importancia al asunto.

Yayoi siempre ponía de excusa la universidad. Ella estaba estudiando enfermería y cada vez que no quería salir con alguien ponía de pretexto sus miles de labores, sobre todo cuando se trataba de Jun Misugi. Aunque la verdad era que ella tenía miedo de volver a sentirse rechazada por él... Lo más raro del caso era que Yayoi se sentía culpable de la reacción de Misugi... Ella siempre creyó que no le había dado suficiente apoyo a Jun cuando más lo necesitaba... Y que debido a eso él la rechazó...

Yayoi se disculpó con todos, diciendo que tenía que marcharse para hacer sus prácticas de enfermería en el hospital. Jun la miró irse, con mucha tristeza en su corazón. Pero justo cuando él desvió la mirada, ella volteó a verlo y le dirigió la misma mirada de melancolía...

Fin del capítulo.

Notas:

Lily Del Valle es un personaje creado por Lily de Wakabayashi.

Samael Nieminen es un personaje creado por Samael Bene Elohim.