Los personajes no me pertenecen, son total y completamente propiedad de Masashi Kishimoto, yo solo utilizo sus nombres y personalidades para crear esta historia sacada de un rincón excéntrico de mi cabeza.

SasuNaruNeji

Yaoi en su máxima expresión.


Primer encuentro


—¿Un chico? —Enarcó una ceja sin apartar la mirada de la pantalla encendida del celular que iluminaba su rostro tenuemente.

—Sí, es primo de mi mejor amiga —contestó sentándose a su lado y provocando que los cojines del sillón se levantaran por su peso.

El de cabellos rubios despegó por fin la vista de los mensajes de texto que recibía para prestarle atención a su amigo.

—¿Y conoces a ese tipo?

—No... —Se encogió de hombros para restarle importancia, como si aquello fuera el menor de los problemas.

—¿Y si es homofóbico? —Tenía una muy buena razón para preocuparse por la respuesta.

—No lo sé... Pero en estos tiempos la gente se ha vuelto más tolerante —intentó tranquilizarlo con un argumento muy pobre.

—Serás idiota, Kiba —profirió Sasuke a su espalda. Justo entraba a la sala y había escuchado la conversación—: No pretendo fingir ser un amigo de Naruto solo para no incomodar a su nuevo compañero.

—Nadie te pidió que fingieras —murmuró con fastidio.

Estaba realmente agotado como para ponerse a discutir sobre la tolerancia de un tipo del que ni siquiera recordaba su nombre.

—Como sea, no lo sabremos hasta conocerlo —interrumpió con prudencia el rubio—. ¿Cuándo llega? —dijo lo último con auténtico interés.

Kiba ladeó la cabeza y su rostro reflejó concentración:

—Quizá la próxima semana —contestó vagamente al no poder recordar con exactitud nada más allá de que era un chico y que pronto tendría que mudarse con ellos.

—¿La próxima semana? —No pudo evitar sonar alterado—. Las clases inician la próxima semana, ¿cuándo pretende instalarse?

—Ese no es tu problema, Dobe, con que pague su parte del alquiler y mantenga limpia su habitación, lo demás no debe preocuparte porque es asunto suyo. —Lo empujó para que se recorriera y le dejara una esquina del sillón.

—Yo pienso igual, ese tipo tendrá sus motivos. Además no podemos quejarnos, después de todo ya depositó lo de dos meses —respondió mientras tomaba el mando del televisor para elegir una película.

—Solo espero no sea una molestia —comentó Sasuke para finalizar con la conversación.

Los tres, sentados frente a la gran pantalla plasma, descansaban después de terminar de desempacar.

Naruto y Kiba habían rentado un departamento —que contaba con tres habitaciones— con la intención de que Shikamaru fuese su compañero, pero el chico al final había decidido vivir con su novia, por lo que se vieron obligados a buscar a alguien más.

Después de varias llamadas a todos sus conocidos, Kiba contactó con su amiga de infancia quien le mencionó que su primo estudiaba en la universidad donde pronto ingresarían; la chica le preguntó a su primo si le interesaba rentar un piso con roomies y accedió. El alquiler era caro por la zona y ahorrar un par de yenes no le cayó nada mal.

El problema era que aunque Sasuke no viviría con ellos, Naruto y él no esconderían que tenían una relación. Todos sus amigos lo sabían, pero en más de una ocasión enfrentaron rechazo; ellos no querían ocultar ante nadie lo que sentían y no pretendían hacerlo ante aquel desconocido que en un par de días comenzaría a compartir su hogar.

Ese día, después de ayudar a los chicos, al ocultarse el sol Sasuke se marchó; vivía con su hermano mayor, Itachi, un respetable maestro de biología en la universidad.

Sasuke con dieciocho años ingresaría a la carrera de filosofía en la misma institución donde su hermano ejercía su profesión, por eso se había mudado con él hace un par de semanas atrás, dejando por fin la casa de sus padres para adquirir un poco de independencia.

Su relación con Itachi se podría definir como buena, a pesar de que no hablaran todo el tiempo, se llevaban muy bien.

El mayor de los Uchiha tenía conocimiento de la relación que mantenía con Naruto y hasta cierto punto lo apoyaba.

•••

La semana transcurrió como toda una locura, Kiba y Naruto no tuvieron más remedio que adaptarse a la agitada vida de la ciudad, entre el tráfico y el ritmo acelerado se sentían más agotados de lo normal.

•••

Mientras tanto, un castaño de pelo largo se acomodaba en el departamento. Con solo un par de maletas y una mochila colgada en su hombro, ya que el piso estaba amueblado y no ocupaba gran cosa —solo ropa, libros y un par de objetos personales—, salió deprisa a su próxima clase, había perdido la primera, pero después se preocuparía por ello.

•••

Ese día, el primero en llegar fue Uzumaki, por curiosidad se asomó en la habitación del nuevo inquilino. Sacó su celular de la mochila y escribió un mensaje con rapidez a Kiba y Sasuke: «Llegó nuestro roomie, sus cosas están aquí, pero él no está, ¿no vendrán a darle la bienvenida?».

Entró a su habitación y mientras se quitaba la ropa para meterse a la ducha su celular timbró anunciando una respuesta, se asomó y vio en la pantalla el nombre de Kiba:«Salí con mis compañeros a comer, llego en una hora».

Siempre había sido muy sociable, no le sorprendía que en apenas el primer día ya había hecho nuevos amigos, Naruto no se quedaba atrás, pero no se sentía de humor. Adaptarse a un nuevo ambiente no era sencillo para él, extrañaba su antigua casa.

•••

Sasuke tocó el timbre para anunciar su visita. La puerta se abrió de golpe ocasionando que retrocediera un paso por el susto.

—Solo eres tú —dijo Kiba con una nada disfrazada cara de decepción.

Ignorando aquel comentario poco amable, preguntó:

—¿Aún no llega?

—No, no lo ha hecho —respondió Naruto apareciendo en el pasillo—. ¿Tienes su número? —Se dirigió a su amigo.

—Se me olvidó pedírselo a Hinata. —Sonrió apenado.

—Como sea, tiene que estar aquí en algún momento. —Ocultó la frustración en su voz y pasó de largo en dirección a la habitación de su novio.

Después de charlar sobre su día, Sasuke miró el reloj, pasaban de las nueve de la noche, mañana todos tenían que madrugar.

—Bueno... Me tengo que ir —caminó hasta la puerta y antes de alcanzar el pomo escuchó a Kiba acercarse.

—Solo estuviste aquí para asegurarte de que el nuevo no es un peligro para Naruto —se burló.

—¿Peligro? —Torció los labios imitando una mueca de prepotencia—. Eso es lo último que me pasó por la mente. ¿Quién podría ser mejor que yo?

Sonrió ante su comentario, en realidad, Sasuke solo había ido para comprobar que el chico era de confianza.

—Tu humildad es admirable —comentó y dio media vuelta para marcharse.

—Nos vemos... —Se inclinó para darle un beso en los labios al rubio.

Kiba comenzó a hacer ruidos de asco para molestarlos.

—¡Regresen a tu habitación, yo no tengo la necesidad de ver cuando lo están haciendo!

—¡Quisieras! —Le sacó la lengua y jaló del Uchiha para apresurar el contacto entre sus labios.

•••

A media noche, el chico que todavía no se había presentado, ingresó al departamento. Las luces apagadas evidenciaron que todos dormían; habría querido llegar más temprano para saludarlos, pero el trabajo se había extendido más de lo que calculó.

Con pasos silenciosos entró a su habitación y se tumbó en la cama.

•••

El primero en abrir los ojos fue Kiba, después de tomar un baño —por suerte cada habitación contaba con uno propio—, salió para prepararse un refrigerio antes de ir a la universidad. Se encontró a su amigo hurgando en la nevera.

Cuando escuchó que se acercaba, se estiró para susurrarle:

—Creo ya llegó, vi la luz filtrarse por debajo de la puerta de su habitación.

—Sí, yo lo escuché cuando entró, pero tenía mucha pereza para levantarme de la cama —respondió en susurros.

—Buenos días.

Ambos se sobresaltaron ante la voz a sus espaldas, dieron media vuelta y se encontraron frente a un chico de pelo largo y castaño, tan alto como ellos, delgado y de piel nívea, con unos asombrosos ojos color perla.

—Buenos días —respondieron al unísono un poco aturdidos por la repentina interrupción.

—Lamento presentarme hasta ahora... Mi nombre es Neji Hyuga, espero nos podamos llevar bien. —Se inclinó a modo de reverencia.

—No te preocupes. Mi nombre es Naruto Uzumaki. —Lo observó con una amplia sonrisa.

—Yo soy Kiba Inuzuka.

Ambos hicieron una leve venia.

Después de intercambiar algunas palabras se apresuraron para salir; ya tendrían tiempo más delante de conversar sobre ciertos detalles.

•••

¡Teme! —gritó al encontrarse con Sasuke en un pasillo del edificio de humanidades.

—¿Qué sucede, Dobe? —Detuvo sus pasos para que le alcanzara.

—Su nombre es Neji y se nota que es un buen chico.

—Ya veo... —Su expresión neutral no delató la aversión que sentía por tener que acceder a que su novio viviera con un desconocido.

—No tienes que fingir que no te interesa, en la tarde te lo presentaremos. —Le sonrió travieso, ignorando su principal inquietud.

•••

—Puede que sea un poco descortés esta pregunta y si no quieres contestar no hay problema.

Sintió las miradas atentas puestas en su persona:

—Está bien —dijo curioso por saber de qué se trataba.

—¿Eres gay, bisexual, heterosexual? —preguntó Kiba, directo y sin vacilar.

No pudo evitar alzar ambas cejas, le parecía una extraña pregunta, de aquellas que formulas después de un largo tiempo de convivencia.

—Heterosexual —respondió Neji.

—¿Eres homofóbico? —Naruto no pudo guardar silencio por más tiempo.

—No, no lo soy. —Observó sus ojos azules.

—Bueno, Naruto y yo estamos en una relación, espero no te incomode.

Ni siquiera parpadeó ante la confesión de Sasuke.

—No, no se preocupen —habló sin cambiar su expresión.

Sus palabras eran sinceras, él era una persona sin prejuicios.

—Yo soy bisexual y algunos de nuestros amigos también, en ocasiones estarán por aquí, pero no te preocupes, no son tan molestos —declaró Kiba.

—Tú también puedes traer a tus amigos, solo que si se quedan a dormir será en tu habitación —agregó el rubio.

—Está bien, gracias por avisar, pero en realidad no creo hacerlo seguido... Trabajo casi toda la semana, apenas tendré tiempo para mí —contestó amable.

—Bueno, entonces no habrá problema —habló resuelto y añadió—: pero sí verás bastante por aquí a Sasuke.

—¿Estudian la misma carrera? —cuestionó más por no arruinar la fluidez de la conversación que por interés.

—No, yo ciencias de la comunicación y Sasuke filosofía —respondió por ambos.

No esperó aquello.

—También estudio filosofía.

—No te he visto en clases. —El azabache lo analizó sin expresión.

—Eso es porque estoy en tercer semestre.

—Entonces eres su senpai —Kiba recalcó con sarcasmo.

Sus miradas se encontraron y Neji terminó por desviarla. Sasuke parecía un tipo arrogante.

•••

La convivencia fue más sencilla de lo que esperaban, Neji era amable, no se metía en los asuntos ajenos, era ordenado, era fácil hablar con él y en solo un mes ya se había adaptado a Kiba y Naruto.

Ellos por su parte eran un desastre, pero trataban de mantener las áreas comunes limpias, su personalidad escandalosa no perturbó a Neji y hasta en ocasiones les seguía la corriente.

Sasuke se mantenía distante y pocas veces intercambiaba más de las palabras necesarias con el nuevo compañero de su novio. A pesar de todo, se toleraban porque tenían más cosas en común que el resto.

•••

—¿Todos son de primero?

—Sí, son buenos chicos —contestó el castaño.

—Pero no abusan de tu amabilidad ¿verdad? —Tenten habló con seriedad.

—No, no necesitan de alguien como yo.

—No sé, creo no es buena idea vivir con ellos, ya no debes tener privacidad. —La chica lo observó con disgusto.

—¿Para qué quiero privacidad? —Desvió la mirada con incomodidad.

—Linda, no te preocupes, sabes que Neji se puede cuidar solo. —Lee tomó su mano sobre la mesa.

Ese par tan extraño eran las únicas personas que conocían parte de su pasado y aun así permanecían a su lado. Sus amigos de infancia, Lee y Tenten, eran pareja; con más de tres años de noviazgo pasaban los ratos libres que tenían en la universidad con Neji. Ambos estudiaban arquitectura.

—Bueno, mi próxima clase comienza en cinco minutos, los veo después. —Se despidió con un movimiento de la mano y se alejó lo más rápido posible sin darles tiempo de reaccionar.

•••

—¿Qué dices?, ¿quieres acompañarnos? —preguntó un chico albino.

—No, vayan ustedes dos, yo estoy cansado y quiero llegar a dormir.

—Vamos Neji, será divertido —habló su compañera.

—Gracias, pero no quiero hacer mal tercio —contestó con una sonrisa disimulada prediciendo la respuesta de su amigo.

—Tú siempre haces mal tercio y nunca te ha importado. —Kimimaro lo observó con burla.

—Entonces disfruten que hoy no quiero importunarlos.

—Bueno, si tú lo dices...

El albino recibió un codazo por parte de su novia.

—No seas grosero, no es lo mismo sin Neji.

—Ya, gracias Karin, pero será en otra ocasión.

Se retiró antes de que la explosiva chica comenzara a golpearlo a él.

Karin era su compañera en la mayoría de sus clases.

Kimimaro era un chico a un año de graduarse en medicina. Lo conoció de forma extraña.

Neji solía ir a la biblioteca para terminar sus tareas —entre clases y en ocasiones después de salir—, con frecuencia se encontraba con Kimimaro allí, pero fue hasta aquel día cuando en la biblioteca todas las mesas de estudio estaban ocupadas, y que el albino se vio obligado a acercarse a Neji pidiendo permiso para sentarse con él, que rompieron la primera barrera. Era época de proyectos finales, por lo que una larga temporada compartieron mesa y poco a poco fueron intercambiando frases más largas. Ambos apreciaban el silencio, pero disfrutaban las conversaciones que mantenían en susurros. Kimimaro era un antisocial, de aura negativa y grande inteligencia. Hubo una ocasión donde Karin acompañó a Neji a la biblioteca y conoció al futuro médico; se enamoró perdidamente. Desde aquel día se volvieron muy unidos, los tres eran lobos solitarios en su propio mundo, al encontrarse, también encontraron un lugar al que regresar cuando la soledad era muy pesada. Kimimaro tenía un pasado oscuro, pero se permitió experimentar algo positivo con Karin.

•••

Al final había terminado acompañando a sus amigos.

Estaba en una fiesta, desconocía el motivo de la celebración y desconocía aún más si él era bienvenido.

—¡No te preocupes, la persona que lo organizó me pidió de favor que te trajera! —le gritó Karin cerca del oído porque la música impedía que su voz se escuchara.

—Debiste haberlo dicho desde un principio... —el castaño contestó con amargura.

—Deja de hacerte del rogar y ven. —Kimimaro jaló de él hasta llevarlo frente a una chica rubia con el vestido más entallado que había visto en su vida.

La chica lo miró de arriba abajo.

—Eres más lindo en persona. Gracias por venir.

Lo arrastró con ella hasta el escenario, le guiñó el ojo antes de girarse y anunciar:

—¡Con nosotros está el vocalista de The caged bird!

Los invitados aplaudieron con entusiasmo, si bien, «The caged bird» no era una banda famosa, por lo menos era conocida en la ciudad.

Neji suspiró, en más de una ocasión había sido arrastrado de esa forma. Él lo consideraba un trabajo, no un pasatiempo. Pero si se lo habían pedido a Karin como favor, él no se negaría. Tomó una guitarra que estaba por ahí y comenzó con su trabajo.

•••

Sasuke y Naruto conocían de sobra a la anfitriona de la fiesta, era su amiga de infancia y los había invitado con unas horas de anticipación. Su nombre era Ino, y les sorprendió mucho que la chica conociera a Neji. Pero su sorpresa se vio desplazada cuando lo escucharon cantar y tocar. Su voz era suave y sus dedos ágiles.

El rubio se sintió atraído por su roomie y Sasuke lo notó.

•••

—Entonces... ¿Eres músico? —Naruto lo miró con una mano sosteniendo su barbilla.

—Algo así —respondió vagamente.

—Un filósofo músico... suena interesante —la última palabra salió rasposa de su garganta.

—Solo lo hago para conseguir dinero —dijo antes de pensar.

—¿En serio? —Enarcó una ceja.

Sonrió y desvió la mirada.

El rubio estaba a punto de abrir la boca para preguntar algo más cuando Kiba se acercó pasando un brazo por los hombros del músico.

—¿De qué hablan?

—De nada—respondió Naruto cortante.

Sabía que no tenía motivos para estar enojado. No tenía ni siquiera el derecho de ver mal la acción descuidada de su amigo. Pero no pudo evitar mirarlo con odio, y Kiba se congeló ante su gesto.

—Lo siento —se levantó de prisa y pensó en una excusa—: La cabeza me da vueltas.

El de ojos celestes salió del departamento dejando una incómoda atmósfera en su lugar.

•••

—Te conozco demasiado como para saber que algo ronda por tu atolondrada cabeza. —Sasuke se mantuvo calmado, contrario a sus inquietantes palabras.

—No es nada...

Tomó su barbilla y lo acercó a su rostro:

—Me lo dirás tú o... ¿Quieres que lo haga yo? —Las pupilas de su novio se dilataron—. Te gusta Neji.

Su voz salió con fuerza, aturdiendo a Naruto como una bofetada.

Quería decir que eso era absurdo, pero no podía. No creía que fuera absurdo.

Sasuke guardó silencio esperando una respuesta.

—No... Eso es mentira, yo no...

—¿Y qué quieres hacer?

Sus miradas se encontraron. ¿Qué quería hacer? No lo sabía. No se había detenido a pensarlo.

—¿Quieres terminar conmigo? —propuso.

—No —la respuesta fue inmediata. Por mucho que se sintiera atraído por alguien más, era imposible siquiera pensar en alejarse de Sasuke.

—Olvídate de Neji.

Giró su rostro avergonzado, si fuera tan fácil ya habría olvidado lo que sentía cuando el músico estaba cerca, pero no puedes simplemente olvidar sentir algo.

—Está bien.

—¿Qué? —Observó sin comprender.

—Hagámoslo.

—¿A qué te refieres? —Naruto seguía sin entender nada.

—Pídele a Neji que salga con nosotros.

—¿Salir? —Las palabras poco a poco cobraban sentido, pero no quería saltar a conclusiones.

Dobe, dile que quieres tener una relación con él, bueno, ambos.

Se cruzó de brazos, su paciencia estaba por llegar al límite.

—¿Los tres? —Se ruborizó—: ¿Estás loco?

—Es la única solución, tendrás a ambos y no tienes porqué elegir.

Vaciló, pero tenía que asegurarse de pisar terreno seguro.

—¿Tú estás de acuerdo?

—Sí, te compartiré con Neji y tú me compartirás con él. Seremos los tres, ni tú más ni yo menos.

Lo observó con sorpresa plasmada en el rostro.

—Suponiendo que ambos aceptamos, pero... ¿Neji?

—Eso depende de él.

•••

—¿Podemos hablar un momento?

—Claro, pasa.

—Es algo importante, quisiera conversar en mi habitación...

Neji se levantó dejando el libro que estudiaba en su escritorio. Naruto lo guió y cuando llegaron cerró la puerta tras ellos, asegurándose que nadie más escuchara su conversación. Le desconcertó un poco que Sasuke se encontrara ahí.

Le pidió que se sentara en una silla, obedeció y esperó atento a que comenzara.

Abrió la boca, pero la cerró de golpe, miró a Sasuke y por fin se armó de valor para hablar:

—Neji, ¿te gustaría salir con nosotros? Me refiero a tener una relación de... amantes. —Su rostro se tornó rojo y no pudo evitar bajar la mirada.

Por un momento quedó pasmado de la impresión, le pareció una broma de mal gusto y giró su rostro para reclamarle al azabache, pero este le devolvió la mirada sin cambiar de expresión. Su mirada de nuevo le inquietó y comenzó a darle una oportunidad a la idea de que lo dicho por Naruto fuese verdad.

—¿Por qué querrían que me entrometa en su relación? Si tienen problemas existen formas distintas de solucionarlo.

—No hay ningún problema entre nosotros, solo nos atraes y queremos intentarlo. ¿Qué dices? —alzó la voz Sasuke, sorprendiendo a ambos chicos.

Neji se sintió como en un sueño, era la primera vez que le hacían una propuesta de ese estilo, empezando en que se trataba de una relación homosexual; no solo con un hombre, sino, con dos. Naruto le agradaba y Sasuke era una persona con el que no lograba congeniar. Él no entendía nada en ese instante.

—Me gustas... y también a Sasuke... Si necesitas tiempo...

No podía estar más nervioso. Y el músico por una parte creyó que Naruto sintiera algo por él, su comportamiento los últimos días le pareció extraño, pero... ¿Sasuke?

Lo meditó unos eternos minutos.

—Está bien.

—¡¿Qué?! —Los ojos celestes resplandecieron ante los últimos rayos del sol.

—No tengo idea si funcionará, pero si ustedes están de acuerdo, entonces yo no creo tener problema.

Por primera vez el azabache lo miró con una expresión en su rostro, una expresión de sorpresa y Naruto parecía no comprender todavía lo que había dicho.

Quería preguntar si estaba seguro, pero temía hacerlo cambiar de opinión si abría la boca.

—¿Y habrá alguna condición o alguna restricción? Me refiero a que si realmente Sasuke está dispuesto a compartirte. —Neji sonrió nervioso.

—Yo... no, no hay...

—Si aceptas es porque te interesa Naruto y también yo. No habrá preferencias.

—¿Solo eso?

—Solo eso.

Eso significaba que para ellos también aplicaba, pero realmente dudaba que Sasuke y Naruto lo trataran igual. Ambos ya tenían una relación, una relación que amigos y familiares conocía. No tenía idea de cómo funcionaría, pero ya había salido antes con un hombre. Naruto le parecía atractivo y Sasuke todo un misterio. Quizá resultaría.

—Genial, entonces creo que a partir de ahora somos... ¿Amantes? Pareja es una palabra que no se podría aplicar para nuestra relación, así que no sé cómo llamarlo. —Su pulso estaba acelerado, se había metido en un verdadero lío.

—No pongamos etiquetas a nuestra relación —aclaró Sasuke.