Disclaimer: "Laberinto/Labyrinth/Dentro del laberinto" no me pertenecen, sino a Jim Henson Company, a David Bowie y Jennifer Conelly. Jareth es de Sarah, absolutamente.
CAPÍTULO I: "YOU REMIND ME OF THE BABE"
Sarah supo que nada bueno saldría del hecho de que su madrastra le haya permitido ir al parque y no recriminarle la hora de llegada (7:30 pm, si debe ser exacta). En especial cuando vio con detalle la vestimenta de la esposa de su padre; un vestido negro largo hasta los tobillos que, si bien no era escotado, tenia los hombros descubiertos y parte del cuello. Sus ojos tenían una sombra azul oscuro, y labios pintados en rojo, además de aquel peinado con un broche de plata.
Su padre e Irene tenían otra salida. Otra.
Desde que eso ocurría, Sarah se vio complicada por un problema. Uno muy baboso y quejón: su medio hermano, Toby. Por él, no podía estar tranquila en su habitación, leyendo sus cuentos y jugando a las historias de amor verdadero. Con sus vestidos medievales y de fantasía. Pero nooo. Resultaba que el bebito necesitaba atención. Y como ella no tenía ningún plan o salida, de inmediato era la niñera de Toby.
¿Era ese el castigo de Irene por no seguir los estándares de un adolescente de quince años? Su padre nunca le recriminaba nada, y ella era demasiado odiosa ¡¿Cómo se casó con esa mujer tan anticuada?!
La sonrisa que hasta ese momento tenía, por haber jugado un rato con su perro, Merlín, desapareció al instante de no escuchar un regaño.
Cuando vio a su padre bajar por las escaleras con un traje igual de elegante, bufó, esperando alguna instrucción (Porque con Toby siempre pasaba algo inesperado). Esta nunca llegó.
No pudo soportarlo más.
-Esta bien, tiempo fuera-dice levantando los brazos en señal de rendición-No comprendo que está pasando-se dirige a su rubia madrastra.
-Sarah, no sé que hemos hecho mal ahora-Irene roda los ojos, y la chica aprieta los labios en una fina línea-¿Qué quieres reclamar?
-¿Por qué no me diste el sermón de siempre?-inquiere-Cada vez que llegó tarde...involuntariamente-susurra, aunque carente de verdadera culpa-Siempre me gritas el porque. Y luego me obligas a cuidar a Toby durante tooooda la noche.
-Espera, Sarah...-Robert, el padre de la chica, quiso corregir a su hija, pero su esposa puso una mano en su hombro. Le pedía hablar ella en su lugar. No sin cierta duda la dejó.
-Sarah, primero que nada, nunca te grito-la joven iba a decir algo, pero su padre le pidió (suplicó) con la mirada que guardara silencio hasta que su madrastra terminara-Segundo, solo te pedíamos eso porque jamás te he visto con planes; ni salidas con amigas, ni otros lugares que no sean el parque, o una cita-eso último provocó un escalofrió en Robert-Pero tal parece que no te agrada cuidarlo, aunque sea tu hermano- "Medio hermano", estaba por soltar; otra mirada de su padre y calló-Así que eso nos lleva al tercer punto: ya no vas a cuidar de Toby.
Sarah abrió la boca, pero nada salió de ella. Boqueó unos segundos, pensando, mas bien procesando la información. Todo eso para soltar un:
-¿Qué?
Justo en ese momento, el timbre sonó. Irene dijo que ella entendería. La joven miró a su progenitor, pidiendo una explicación. Sin embargo él se encogió de hombros, diciendole con eso de que no podría decírselo. ¡¿Y por qué no?!
-Sarah-llamó su madrastra, volviendo con ambos Williams...pero no sola-Dejáme presentarte a Jareth, el niñero de Toby.
A su lado, un hombre entrado en sus treinta, rubio con algunos cabellos despeinados, cara afilada y bastante alto, con ropa que rozaba entre lo casual (con aquella chaqueta negra y pantalones azules) y lo extraño (la bufanda bicolor y los zapatos que desentonaban). En su rostro, había una sonrisa ladina que Sarah no supó si interpretar como arrogante o divertida o ambas.
Miró a su padre, quién de inmediato fue a saludar al sujeto. Vaya, otra cosa que le ocultaba.
-Sarah, ¿qué haces ahí arriba? Ven-le pidió su progenitor amablemente.
Resistió el impulso de bufar, y bajó las escaleras hasta llegar al lado de su padre y frente al desconocido (al que Irene presentó como Jareth). Extendió su mano hacia él, por cortesía y no por querer hacerlo. La sonrisa ajena se amplió un poco al dar con ese detalle, creyó ver.
-Un gusto Jareth, soy Sarah-dice, con esa sonrisa de actriz que había practicado desde su niñez y desde que sus padres se separaron.
-El gusto es mío, Sarah-en vez de estrecharla, el hombre depositó un beso entre sus nudillos. Falsa galantería.
Los adultos (aparte de Jareth) no vieron ningún peligro ante ese gesto. Al contrario, pensaron que aquello divertiría a la adolescente.
Estaban muy equivocados.
-Como te dije Sarah, Jareth es el nuevo niñero de Toby. Tiene muy buenas recomendaciones-"a pesar de su género y edad", quiso decir, o eso creía Sarah que diría-Además, parece que a Toby le agrada.
Genial. Todos sabían de Jareth menos ella. ¿Merlín se lo habría ocultado? No se lo perdonaría. Como tampoco perdonaba a su padre por ocultarsélo.
-¿Por qué no me dijeron?-inquirió a los dos adultos a su cargo.
-Porque acepté a última hora-se adelanta el rubio, poniendo una mano en su pecho con cierta verguenza (demasiado falsa)-Mis disculpas por eso.
-Fue un milagro-intervino Irene, alisando su vestido. Se dirigió al niñero (sonaba raro para Sarah decirlo)-Creo que ya te dije cómo cuidarlo, y si ocurre algo, puedes llamar al restaurante-indicó.
-Entendido, jefa. Aunque descuide, lo tendré todo bajo control-aseguró con un gesto de su mano.
Sarah creyó que había algo en Jareth que ninguno de los dos adultos dudó en sus palabras. A ella eso le olía raro y no tenía que ver con el perfume de Irene que también le llegaba el aroma.
Momentos después, tanto su padre como Irene se despidieron, y repitieron que por sí acaso
... ("Tranquilos, todo estará bien", aseguró el hombre). Se fueron los dos tranquilos.
Pero Sarah no lo estaba. Sus brazos estaban cruzados bajo su pecho, mirando inquisidoramente al rubio que aún estaba a poca ditancia de ella.
-En serio, quién eres-quiso saber la joven de cabello negro.
-Jareth, el niñero. Creo que eso acaban de decir tus padres.
-Es mi padre y su esposa-corrigió apresurada-Y no. Creélo o no, no me tragó eso de que eres niñero. De seguro Irene quiere que me espíes para que haga cosas "de mi edad"-sacaba sus conjeturas.
La risa del otro le provocó escalosfríos. No era aterrador, pero era grave y varonil.
-Sarah, sé que es difícil, pero sí: soy niñero, a pesar de mi edad y que soy un hombre. Es raro, pero soy bueno en lo que hago. Puedo probártelo-sugiere el hombre.
-No quiero ver como le cambias los pañales a Toby, gracias-dice en un tono de no querer rendirse con su idea.
Jareth suspiró, pero no parecía cansado; estaba divirtiéndose de aquella situación. Cuando Sarah estaba por preguntarle que encontraba divertido, él caminó en su dirección. Ella, instintivamente, dio un paso hacia atrás. Teniéndolo más de cerca, observó como sus dos ojos eran la parte más peculiar de él: uno de ellos, era azul, y el otro era dorado, con la pupila más grande que la otra. Era la parte de Jareth sacada de un cuento de fantasía.
-Sarah, vuelve a tu cuarto, juega con tus juguetes y tus disfraces y olvidate del niño-dice Jareth, sacándola de su ensimismamiento-Yo me haré cargo de Toby. No te molestaré, lo prometo-aquella sonrisita no le hacía creer que fuera tan así.
Ella frunció los labios, pero asintió imperceptiblemente.
-Trato hecho-dice, y ve la victoria en esos extravagantes ojos.
Jareth se quita su bufanda, y la cuelga en el recogeabrigos cerca de la escalera, al igual que su chaqueta, mostrando su camiseta de una estrella en el espacio. Hasta el momento, Sarah descubrió también el collar con forma de luna colgando en su cuello.
Cuando se dio cuenta que lo observaba mucho, Sarah se dio la vuelta y subió las escaleras. A medio camino, escuchó a Jareth decir:
-Desgraciadamente, tu madrastra no pidió que te espiará-suelta con diversión.
Pero a la joven de ojos verdes le causó un escalosfrió. Y no supo el identificar si fue por lo que trató de decirle o por cómo lo pronunció el otro.
Sarah estaba ensayando otra vez las líneas de su libro favorito, cuando el primer problema de la noche ocurrió. Solo debió desviar la mirada un poco, para descubrir que Lancelot, su osito, no estaba en su repisa.
¿Quién. Se. Atrevió. A. Entrar. A. Su. Cuarto?!
Gruñó por lo bajo, y fue dando zancadas hasta la habitación del niño que estaba a punto de cumplir dos años. Atrapó al acusado con las manos en la masa: Toby agarraba a Lancelot, y podía romperlo si quisiera.
-Toby...-musitó molesta.
Otro ruido acabó captando su atención: Jareth se había agachado a buscar un peluche que el bebé lanzó. En vez de verse molesto, sonreía como si nada.
En ese momento, el pequeño alza a Lancelot y Sarah prolifero un "Nooo". No fue escuchada, y Lancelot voló por los aires...para ser atrapada en las manos de Jareth, cómo si fuera una pelota de fútbol y no un preciado amigo de la niña.
-¡Bien hecho, Toby!-felicitó el adulto, mientras el aludido daba saltitos y reía. Para Sarah era un bobo.
Ella caminó hacia el adulto a cargo (para su desgracia), con la clara intención de recuperar lo robado.
-¡Devuelvemélo!-ordenó, y el otro se quedó quieto. La sonrisa del otro, en ese momento, era por demás arrogante.
-¿Qué cosa, Sarah?-musita sin perder su sonrisa.
-Que me devuelvas a Lancelot-siguió tercamente.
Jareth miró al peluche, inspeccionándolo unos segundos con curiosidad. Luego volvió a mirar a Sarah.
-¿No hay que dárselo a Ginebra?-Sarah rechina los dientes.
-¡Es mío!-aclaró.
-No es lo que dicen los caballeros y los rumores de por ahí-seguía jugando el rubio.
Para empeorar, al intentar arrebatarsélo de las manos, él alzó su brazó. Por el tamaño entre ambos, ella debía humillarse dando saltitos para recuperarlo. Sin pena ni culpa, Jareth reía, coreado por Toby, a quién le parecía gracioso que su hermana saltara. La imitó en su cuna.
Ella bajó los brazos e hizo un puchero. Se dio la vuelta, para entrar a su habitación y llorar humillada. Esa era la idea, pero un toque en su hombro le impidió aquello.
-Oye, perdón-dice Jareth tratando de controlar la risa-Pero solo debes decir "por favor", y no actuar como una niña mimada.
Estaba a punto de decirle que no era así. Pero en su mente aparecieron las imágenes de los momentos hace poco ocurridos, descubriendo que sí, actuó como una niña mimada. Bajó la mirada avergonzada. La levantó y dijo:
-Lo siento-empieza-Por favor, ¿me devuelves a Lancelot?-ahora parecía que el niñero sonreía amablemente.
-No-negó encogiéndose de hombros.
-¿Qué?-inquirió abriendo los ojos de par en par, sorprendida por el cambio de actitud.
-Es broma, claro que sí-se ríe, pasándole el osito, al que Sarah recibió como un gran tesoro. Besó la afelpada cabecita con cariño y trató de no mirar al otro. De seguro le parecía extraño que hiciera eso.
-Gracias-dice ella. Ya estaba dentro de su habitación, antes de que el rubio le dijera algo.
Jareth, por su lado, solo suspira. Mira a Toby, quién no comprendía la actitud tranquila de Sarah, pues siempre la veía enojada o distraída. Musito un "ba", en balbuceo. El adulto se encogió de hombros.
-No hay de darnos por vencidos, mi pequeño goblin-guiña un ojo al bebé, que sonríe por aquel gesto.
Era pasada de la medianoche. Robert e Irene llegaron riéndose de algo que solo ellos entendían. Entraron a la casa y notaron lo silenciosa que estaba.
-¿Jareth? ¿Sarah?-pregunta Irene al aire.
Al no recibir respuesta, la pareja se mira preocupado y sube deprisa a la habitación más cercana a la escalera: la de Toby. Cuando la abren, descubren a Jareth en aquel sillón que Irene usa para mirarlo en sus tardes libres, pero el hombre ahora estaba leyendo un libro entre manos. Levantó la mirada justo cuando ambos entraron, e indicó con la cabeza a la cuna.
Toby estaba dormido, tranquilo y adorable.
Eso era increíble, pues otras niñeras jamás lograban tal cosa en la primera visita. Siempre terminaban llamándolos por el restaurante (que parecía preparado para las llamadas de las chicas), terminando su cita antes de haber llegado a la comida en sí. Mas Jareth parecía tenerlo todo controlado.
-No mentían...-musitó Robert, refiriéndose a las referencias que el hombre les había dado.
Jareth se levantó del sillón, cerrando el libro y dejándolo sobre la cómoda más próxima. La pareja salió de la habitación, al igual que el niñero. Cuando cerró la puerta, Jareth evitó reír por las caras impresionadas de los dos.
-Eres increíble-dice Irene.
-No hay de qué-dice, con su ego elevándose cada segundo.
-¿No tuviste problemas?-preguntó Robert.
El rubio de ojos bicolor lo pensó unos segundos, recordando el incidente con Sarah y el osito Lancelot. Miró a ambos, que esperaban atentamente una respuesta.
-Ningún problema-aseguró.
Sarah despertó cuando el sol ya había salido. Se estiró en su cama, frotándose los ojos, y apretando la almohada...Abrió como platos sus ojos, cuando sintió algo debajo de esta. Se sentó y la alzó, descubriendo la pijama debajo de ella. Se miró y vio lo obvio: dormió con la ropa puesta. Odiaba que eso pasara.
Bufó, estirando los brazos para desperezarse, dejando que aquella frazada se cayera de la cama.
Esperen, ¿qué?
Sarah volteó a ver la frazada en el suelo. No era suya, lo sabía a primera vista. La levantó y descubrió una nota que se había enredado entre su pliegos.
La abrió, notando la letra elegante y el color azul del bolígrafo:
"A pesar de todo, no iba a dejar aue te resfriaras.
-J.
P. D: Babeas cuando duermes "
Una súbita sensación de vergüenza invadió su ser ante eso último ¿La observó mientras dormía? Sus orejas estaba rojas, y su cara caliente.
Esperaba que se le pasara antes del próximo fin de semana en que iba a volver a verlo. Estaba segura que se volverían a ver. Y eso la sacaba de quicio.
Me pregunto: ¿Por qué?
¿Por qué escribó un fic cuando debo concentrarme en mis proyectos del MCU? ¿Por qué soy así?
La respuesta, es que me dio un bloqueo en el MCU. Descuiden, se me quitará, porque juré que los terminaría. Pero debía concentrarme en otra cosa para volver a recuperar el ritmo con el otro.
Practicmamente estaba escribiendo en último capítulo de "Reverse" cuando no pude seguir. No sé si es por pereza o porque creo que lo escribía de forma automática y no salía bien (...de hecho, es este último).
Hace poco vi la pelicula "Laberinto" ("Dentro del Laberinto" en España), y me encantó. En especial Jareth (se encuentra entre mis villanos/antihéroes favoritos, pero no al nivel de Loki), y la pareja de Jareth x Sarah. Amé la música, a David Bowie (volvió al Reino de los Goblins, yo lo sé:'( ) y ¡todo! Así que, en medio de mi crisis, este fue mi salvavidas.
Este fic nació luego de haber leído por ahí (y lo parafraseo): Sarah tuvo su aventura, sí. Pero cuidando a Toby, falla. Toby lo pasó mejor con Jareth, y éste lo cuidó mejor que ella". Y así nació la idea de Jareth siendo niñero de Toby.
Si se preguntan que tipo de relación tendran Sarah y Jareth, será algo platónico (que me gusta desarrollar) y también puede haber insinuación de una relación entre un adulto y una adolescente (Tal vez). Se irá asegurando sobre la marcha.
Como mis prioridades estan por otro lado (ejemMCUejemejem) no sé cada cuanto puedo actualizar. Pero la idea se me metió y no la dejaré a media.
Sayonara. Goodbye. Tschuws.
