Luz y sombra

La gente los ve, y se pregunta cómo es que están juntos, porque parece que son dos opuestos totales.

Él es la luna, ella es el sol. Donde él ve tonos grises, ella es una explosión de colores.

Cuando él habla, usa un tono tranquilo, bajo, como queriendo pasar desapercibido, igual que una bestia al acecho. Ella tiene una voz alta, alegre, que llama la atención donde sea que vaya y te hace pensar en saltos y bailes.

Él está lleno de cicatrices, ella parece inmaculada. Los ojos de él esconden tormentos de su pasado, los de ella parecen llenos de optimismo hacia el futuro. Él te hace pensar en secretos, te hace temer en cuanto lo miras; ella parece un libro abierto y te envuelve en un halo de confianza para el mundo.

Pero ellos se ven, y entienden lo que se oculta tras la fachada del aspecto. Porque él la ha visto cuando es más vulnerable, cuando está asustada y no sabe qué hacer; y porque ella lo rescató cuando más mal se encontraba, y le dio un propósito a su vida.

También porque él sabe que a ella le aterra lo que ve, pero no dejará que a ella le hagan daño; y ella sabe que a pesar de cualquier cosa, ella nunca lo abandonará.

Y la gente los ve por la calle. Sin tomarse de la mano, sin ir abrazados, pero caminando lado a lado, y de pronto todos se dan cuenta.

Aunque sean opuestos, son dos partes de un todo.